31 de mayo de 2021

AVIONES JAPONESES DE LA II GUERRA MUNDIAL - NAKAJIMA G8N

 



 

Tipo:   Bombardero pesado

Fabricante: Nakajima

Primer vuelo: Octubre de 1944

Estado: Cancelado

Usuario: Japón

Servicio Aéreo de la Armada Imperial Japonesa

Producción: 1944-1945

N° construidos: 4

 

El Nakajima G8N "Renzan" fue un bombardero cuatrimotor con base en tierra empleado por la Armada Imperial Japonesa. Su designación era "Avión experimental de ataque con base en tierra Tipo 18", y su nombre en código de los Aliados "Rita".





 

El prototipo inicial fue completado en octubre de 1944, apenas un año después de ordenarse su desarrollo, y se entregó en enero de 1945. Sin embargo, el agravamiento de la guerra y las carencias de aluminio llevaron a la cancelación del proyecto en junio. Cuatro ejemplares fueron construidos entre octubre de 1944 y junio de 1945. Tras la guerra, un prototipo fue llevado a los Estados Unidos, y desguazado con posterioridad a su evaluación. Ningún ejemplar ha sobrevivido hasta nuestros días.


Prototipo del G8N con distintivos estadounidenses.

 

Especificaciones técnicas


 

Tripulación: 10

Longitud: 22,94 m

Envergadura: 32,54 m

Altura: 7,20 m

Superficie alar: 112 m²

Peso vacío: 17.400 kg

Peso cargado: 26.800 kg

Peso máximo al despegue: 32.150 kg

Motorización: 4 motores Nakajima NK9K-L 24 "Homare" radiales de 18 cilindros, 1.492 kW (2.000 hp) por unidad

Velocidad máxima: 576 km/h

Alcance: 7.250 km

Techo de vuelo: 10.200 m

Régimen de ascenso: 457 m/min

Carga alar: 239 kg/m²

Relación peso-empuje: 3,35 kg/cv

Armamento

6 cañones Tipo 99 de 20 mm en torretas ventral, dorsal y de cola

2 ametralladoras Tipo 2 de 13 mm en torreta frontal

2 ametralladoras Tipo 2 de 13 mm a ambos lados del fuselaje

Bombas: hasta 4.000 kg de bombas

 

Fuente: https://es.wikipedia.org 

ARMAS SORPRENDENTES USADAS EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - YOKOSUKA MXY-7


 

 Tipo: Avión cohete kamikaze.

Fabricante: Yokosuka, Arsenal Aeronaval de Kasumigaura

Primer vuelo: Octubre 1944 (sin motor), noviembre 1944 (motorizado).

Introducido: 1945

Retirado: 1945

Usuario: Japón

Servicio: Aéreo de la Armada Imperial Japonesa

Producción: 1944-1945

N° construidos: 850


Soldados estadounidenses transportando un Yokosuka MXY-7 capturado

 

El Yokosuka MXY-7 Ohka fue un avión creado por Japón exclusivamente para ser usado por pilotos suicidas kamikaze cerca del final de la II Guerra Mundial. Los combatientes estadounidenses le pusieron el apodo de baka, que en japonés significa tonto o estúpido.

 

Características

 

Se trataba de una pequeña bomba volante tripulada, transportada por un bombardero Mitsubishi G4M "Betty", un Yokosuka P1Y Ginga "Frances" (Tipo 22) o por el nuevo Nakajima G8N Renzan "Rita" hasta las cercanías de su objetivo. Tras ser liberado, el piloto debía planear para, tras seleccionar un blanco, encender los motores cohete y picar contra el mismo. La aproximación final era imparable, especialmente para los Tipo 11, debido a la enorme velocidad alcanzada, llegando en una ocasión a atravesar el buque de lado a lado y estallando fuera del mismo. Versiones posteriores fueron diseñadas para ser lanzadas desde bases costeras y cavernas, e incluso desde submarinos equipados con catapultas, aunque ningún Ohka fue empleado de este modo. El proyecto Ohka no pudo alcanzar todo su mortífero potencial. Los Ohka tuvieron poco éxito en el campo de batalla, debido a que los bombarderos que los transportaban eran blancos fáciles para los cazas estadounidenses. Tan solo 7 barcos estadounidenses sufrieron daños por parte de los Ohka, entre los barcos alcanzados por el Ohka estaban el USS Stanly (DD-478) y el USS Mannert L. Abele (DD-733).

 

Distintas opiniones

 

Hay perspectivas diferentes acerca del Ohka y sus pilotos en Japón comparadas con otros países. Los pilotos, miembros de la Jinrai Butai (Cuerpo del Dios del Trueno), son honrados actualmente en el Parque Ohka de la ciudad de Kashima, en monumentos en la ciudad de Kanoya, y Kamakura (en el Kenchō-ji) y en el Santuario Yasukuni, en Tokio. Yoshinori Kobayashi, uno de los más famosos mangakas de Japón, muestra a los kamikazes como ejemplo de los valores que se han perdido en el Japón moderno.​


Yokosuka MXY-7 siendo lanzado desde un G4M.

 

Tipos

 

Versiones operativas

Kugisho/Yokosuka MXY-7 "Ohka" Tipo 11; Atacante Suicida propulsado por cohete. 852 construidos.

 

Versiones no operativas

Kugisho/Yokosuka "Ohka" Tipo 21: Atacante Suicida propulsado por cohete. Alas de acero, un ejemplar.

Kugisho/Yokosuka "Ohka" Tipo 22: Atacante Suicida propulsado por termorreactor. 50 construidos.

Kugisho/Yokosuka "Ohka" Tipo 33: Atacante Suicida propulsado por turborreactor. Versión para ser lanzado desde un G8N.

Kugisho/Yokosuka "Ohka" Tipo 43A Ko: Atacante Suicida propulsado por turborreactor. Versión para ser lanzado desde submarinos.

Kugisho/Yokosuka "Ohka" Tipo 43B Otsu: Atacante Suicida propulsado por turborreactor. Versión para ser lanzado desde cuevas.

Kugisho/Yokosuka "Ohka" Tipo 53: Atacante Suicida propulsado por turborreactor. Versión de planeo remolcado.

 

Entrenadores

 

Kugisho/Yokosuka "Ohka" K-1: Entrenador de ataque suicida.

Kugisho/Yokosuka "Ohka" K-1 Kai: Entrenador de ataque suicida.

 

Especificaciones técnicas

 


 

Tripulación: Uno (piloto)

Longitud: 6,1 m

Envergadura: 5,1 m

Altura: 1,2 m

Superficie alar: 6 m²

Peso vacío: 440 kg

Peso cargado: 2140 kg

Planta motriz: 3 cohetes de propergol sólido Type 4 Mark 1 Model 20. Empuje normal: 2,6 kN (265 kgf; 585 lbf) de empuje cada uno.

Velocidad máxima operativa (Vno): 805 km/h (1040 km/h al picar con los 3 motores activados)

Alcance en combate: 36 m

Carga alar: 356 kg/m²

Empuje/peso: 0,38

Armamento

Otros:

Ojiva de 1200 kg de trinitroaminol

 

Fuente: https://es.wikipedia.org 

30 de mayo de 2021

MIJAIL DEVYATAYEV, EL PRISIONERO SOVIÉTICO QUE PROTAGONIZÓ UNA EVASIÓN EN LA II GUERRA MUNDIAL ROBANDO UN AVIÓN ALEMÁN

 

Por Jorge Álvarez


Un Heinkel He 111 como el utilizado en la evasión/Imagen: Bundesarchiv, Bild, en Wikimedia Commons

 

La ciudad de Kazán, capital de la República de Tartaristán (Rusia), tiene un casco histórico medieval en cuyo exterior se ubica el cementerio local. En él hay un monumento en recuerdo de la II Guerra Mundial y, al lado, una artística tumba en cuya lápida puede leerse el nombre de Mijail Devyatayev, que fue un personaje con una historia más que curiosa: protagonizó una de las evasiones más asombrosas de la II Guerra Mundial -y aquí hemos visto unas cuantas– y, pese a todo, estuvo considerado sospechoso en su país durante mucho tiempo hasta que la verdad salió a la luz y pasó de villano a héroe.

 

El camposanto de Kazán se denomina Campo de Arsk, que deriva de Archa Darugha, una de las divisiones administrativas de lo que fue el antiguo Khanato de Kazán, a su vez parte de la Horda de Oro, hasta el siglo XVI. Ha de ser un lugar fascinante porque además de sepulturas tiene detrás una turbulenta historia: allí se situó el campamento tártaro que sitió Kazán a las órdenes de Iván el Terrible, allí se enfrentaron las tropas gubernamentales a las rebeldes de Pugachev en 1774 y allí se reunieron los bolcheviques en octubre para iniciar la versión local de la revolución en 1917. 

 

La tumba de Mijaíl Devyatayev en el cementerio Arskoe de Kazán/Imagen: Bodganov-62 en Wikimedia Commons

El sitio parece perfecto, pues, para un personaje como Mijail Devyatayev, aunque no era oriundo del lugar. Nació en un pequeño pueblo de la República de Mordovia llamado Torbeyevo y lo hizo precisamente en ese revolucionario año de 1917. Su familia era campesina y muy numerosa, pues él era el décimotercer hijo, a pesar de lo cual pudo estudiar en la Escuela de Navegación Fluvial, graduándose en 1938 e iniciando su vida profesional en ese sector como oficial de un barco que realizaba travesías por el Volga.

 

Sin embargo, tuvo que interrumpir su trabajo al ser llamado a filas e incorporado al Ejército Rojo. Curiosamente, no fue destinado a la marina sino a aviación: ingresó en la Escuela de Vuelo de Chkalov, de la que salió convertido en piloto en 1940. Justo a tiempo porque soplaban vientos de guerra: por un lado, la Unión Soviética mantenía desde septiembre de 1939 un conflicto con Finlandia, la llamada Guerra de Invierno, que ganó pírricamente en marzo; por otro, Alemania y Francia y Reino Unido también se habían alzado en armas en septiembre, tras la invasión de Polonia. 

 

Molotov firma el pacto de no agresión en presencia de Ribbentrop y Stalin/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

 

En realidad, la II Guerra Mundial estaba en un extraño impasse, una situación de inmovilidad que se conoció como Guerra de Broma pero que terminó en mayo con la invasión de Francia, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo por parte de la Wehrmacht, paralelamente a la ocupación de Noruega y Dinamarca. La contienda se iba extendiendo y ampliando, por lo que era cuestión de tiempo que el Pacto Ribbentrop-Molotov, un acuerdo de no agresión entre alemanes y soviéticos que llevaba el nombre de sus ministros de Exteriores, saltara por los aires.

 

Los dos países eran conscientes de ello y se estaban preparando, pero Hitler empezó su Operación Barbarroja antes de lo que Stalin preveía, de ahí que la primera fase del ataque, iniciada el 22 de junio de 1941, fuera tan fulminante. El Ejército Rojo estaba todavía en pleno proceso de modernización, dado que la revolución y la guerra civil posterior lo habían retrasado, así que en aquellos primeros momentos los germanos pasaron como una apisonadora sobre las defensas soviéticas.

 

Un joven Mijaíl en su época de piloto/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

 

En ese contexto, la aviación jugaba un papel fundamental, por eso Mijaíl fue uno de los primeros militares en entrar en combate en lo que en la URSS se conoce como Gran Guerra Patria. Lo hizo inmediatamente a los mandos de su avión y el 24 de junio, es decir, dos días después de la agresión teutona, logró el primer derribo de un Junkers Ju 87, el célebre modelo conocido como Stuka, que la Luftwaffe empleaba en bombardeos en picado para allanar el camino a las tropas de tierra.

 

Al igual que otros compañeros, su esfuerzo en aquellos primeros y dramáticos momentos fue crucial y se le reconoció premiándole con la Orden de la Bandera Roja, una condecoración para méritos militares que fue la más importante del país desde su creación en 1918 hasta 1933, en que la desplazó la Orden de Lenin. De hecho, Mijaíl también ganaría esta última, entre otras. Y es que, pese a que el 23 de septiembre fue herido de gravedad en una pierna y pasó una larga temporada convaleciente, luego regresó al frente.

 

La Orden de la Bandera Roja/Imagen: Fdutil en Wikimedia Commons

 

Primero le destinaron a un Polikarpov Po-2, un biplano que fue el modelo de avión del que se hicieron más unidades en la historia de la aviación. El Po-2, que se diseñó en 1927, resultaba completamente obsoleto en 1941 y por eso apenas se utilizaba en combate, en ataques nocturnos, de hostigamiento o propaganda; en general servía más bien para entrenamientos o para transporte ligero de pasajeros, sin contar usos extra como ambulancia o fumigador (de hecho, era motejado Kukuruznik, que significa maíz).

 

Mijaíl estuvo casi toda la guerra volando en misiones médicas, pero tras una reunión con Aleksandr Ivanovich Pokryshkin consiguió que cambiaran las cosas. Pokryshkin era un as de la aviación nacional, un visionario que había inventado la ametralladora ShKAS (un arma accionada por gas y gran cadencia de disparo que se incorporó a cazas y bombarderos) y el avión de reconocimiento Polikarpov R-5 (muy utilizado en la Guerra Civil Española como bombardero rasante, lo que hizo que se lo apodara así) y que llegaría a mariscal; pero ya era un héroe entonces y medió para que a Mijaíl le dieran otra vez un destino de combate.

 

Réplica de un Polikarpov Po-2/Imagen: Alan Wilson en Wikimedia Commons

 

Así fue cómo en mayo de 1944 se integró en el 104º Regimiento de Pilotos de Combate Guardianes, en el frente ucraniano, donde, con el grado de Teniente Mayor, se apuntó nueve victorias en dos meses a los mandos de un Bell P-39 Airacobra (avión de fabricación estadounidense de los que se enviaron a la URSS por la Ley de Préstamo y Arriendo). Sin embargo, tampoco esta vez tuvo suerte y volvió a ser derribado cerca de Lwów (Leópolis), una ciudad del extremo occidental de Ucrania (por entonces de Polonia) ocupada por los alemanes tres años antes y que el Ejército Rojo estaba intentando reconquistar. Como no lo conseguiría hasta el 27 de julio, Mijaíl, que sobrevivió a la caída de su avión, pero con considerables quemaduras, cayó en lo que todavía era territorio enemigo.

 

Hecho prisionero, fue ingresado en el campo de concentración de Łódź, actual Polonia. Se trataba de una urbe que apenas sufrió daños durante la guerra y donde se había erigido un gueto judío de veinte mil personas del que, cuando Mijaíl llegó, ya sólo quedaban menos de un millar, hasta el punto de que se cerró para repartir a los supervivientes por los campos de las cercanías. Entre ellos estaba la infame prisión Radogoszcz, donde se procedió a su exterminio ante la inminencia de la caída de la ciudad (finalmente optaron por prenderle fuego al edificio con los presos dentro).

 

Un Bell P-39 Airacobra con distintitvos soviéticos/Imagen: Martin Čížek en Wikimedia Commons

 

Por tanto, todo aquel lugar destilaba muerte por todas partes y Mijaíl no quiso esperar su turno. El 13 de agosto se fugó, pero no pudo ir muy lejos y, otra vez capturado, le trasladaron al campo de concentración de Sachsenhausen. Todo un problema porque éste se encontraba ya en Alemania, en Oranienburg (Brandeburgo), dificultando cualquier tentativa de evasión. El recinto se había inaugurado en 1936 para albergar el exceso de población reclusa de Esterwegen, un campo secundario del de Neuengamme donde se habían internado prisioneros de guerra franceses, belgas, holandeses y checos.

 

Esterwegen quedó inicialmente para presos políticos, pero luego se amplió la nómina a judíos, polacos y soviéticos (también republicanos españoles; allí estuvo internado Largo Caballero). En agosto de 1944 la marcha de la guerra ya se inclinaba tan claramente del lado aliado que el Ejército Rojo marchaba hacia allí sin que nadie pudiera pararlo, por lo que las SS empezaron a ejecutar prisioneros. Mijaíl, consciente de que más temprano que tarde le llegaría su turno al ser piloto (a los que se consideraba más peligrosos potencialmente), se las arregló para intercambiar su identidad por la de un infante fallecido y consiguió regatear a la muerte de momento.

 

Restos de los hornos crematorios del campo de Sachsenhausen/Imagen: Sally Scott en Wikimedia Commons

 

A continuación vivió un nuevo traslado, esta vez a Usedom. Se trataba de una isla de la costa del mar Báltico, frente a la desembocadura del Oder, que hoy se reparten Alemania y Polonia pero que en aquellos momentos usaba el régimen nazi como campamento para los equipos de trabajadores forzados que servían en una base del noroeste insular, la de Peenemünde. Esta posiblemente le suene más al lector, ya que en ella se desarrollaron los programas de misiles V1 y V2, el arma que Hitler impulsaba a la desesperada para intentar dar un vuelco a la marcha de la contienda.

 

Los prisioneros se empleaban en reparar las pistas y limpiar manualmente el terreno de las bombas que no habían explotado, pues los Aliados sabían de las actividades que se llevaban a cabo en aquellas islas y lanzaron sobre ellas unas mil seiscientas toneladas de ellas. Las condiciones de trabajo eran muy duras, no sólo por el peligro de que un artefacto hiciera explosión o de caer a manos de los bombardeos amigos sino también por la crudeza del invierno y el trato brutal de los guardias.

 

Ubicación de la isla de Usedom con Peenemünde marcada en rojo/Imagen: TUBS en Wikimedia Commons

 

Por eso Mijaíl estaba decidido a escapar otra vez, a pesar de estar en el corazón de un país hostil y no hablar ni alemán ni polaco; prefería morir en el intento que esperar sufriendo el mismo inexorable destino. El 8 de febrero de 1945 convenció a tres camaradas de armas llamados Sokolov, Krivonogov y Nemchenko -luego se sumaron cuatro más- para colaborar en una fuga, poniendo en práctica su plan una noche, a la hora en que solían cenar los guardias y había menos efectivos vigilando. Estaban trabajando en una pista cuando Krivonogoc mató al guardia con su pala.

 

Entonces otro prisionero llamado Peter Kutergin se puso su uniforme y guio al grupo de nueve prisioneros, como si los fuera escoltando, hasta el aeródromo. Allí subieron discretamente al Heinkel He 111 que utilizaba el comandante del campo y despegaron con rumbo este; Mijaíl era quien pilotaba, obviamente, no en vano había estado reuniendo información sobre cómo era el cuadro de mandos. No fue tarea fácil porque primero los burlados alemanes trataron de interceptar el avión -un caza que volvía de una misión se cruzó con ellos, pero había agotado su munición- y después fueron los antiaéreos soviéticos los que dispararon frenéticamente contra aquel bombardero enemigo.

 

De hecho, el Heinkel resultó alcanzado, pero aun así la pericia del piloto permitió tomar tierra en la aldea de Gollin, en la URSS. Los evadidos pasaron un tiempo en el hospital para recuperarse de la desnutrición y la fatiga mientras se los sometía a un duro interrogatorio por parte del NKVD, que no les creyó. Al recibir el alta a finales de marzo, cinco de ellos fueron reenviados al frente en un batallón disciplinario y murieron en combate a lo largo de las semanas siguientes. Los demás, al ser oficiales, quedaron apartados del servicio mientras durase la investigación que se abrió, ya que al servicio secreto le resultaba una historia imposible.

 

En noviembre de ese año, a los dos meses de finalizar la guerra, Mijaíl fue dado de baja en el ejército sin que se hubiera resuelto dicha investigación, que quedó postergada al no correr ya prisa. Eso supuso que seguía siendo sospechoso oficialmente y, por tanto, se le trató como a tal, no encontrando un empleo acorde a su titulación y debiendo ganarse la vida como estibador en el puerto fluvial de Kazán. Esa injusta situación se prolongó hasta 1957, cuando Serguéi Koroliov, jefe del programa espacial soviético y diseñador de cohetes, se puso a analizar la información que aquellos presos habían facilitado años atrás sobre las V1 y V2 germanas. 

 

Koriolov descubrió que los datos aportados eran tan valiosos que ningún agente enemigo los proporcionaría, así que desenterró el expediente de los evadidos que aún vivían, lo presentó a las autoridades explicando el valor de sus testimonios y ese mes de agosto Mijaíl pasó de ser un paria a convertirse en Héroe de la Unión Soviética, siendo aplaudido unánimemente, recibiendo distinciones, protagonizando libros y artículos, etc. Así fue cómo reunió algunas de las condecoraciones más destacadas del país, como la citada Orden de Lenin, la Orden de la Guerra Patria (primera y segunda clase), la ciudadanía de honor de la República de Mordovia y muchas más.

 

Acaso en lo personal su mayor recompensa fuera retomar aquel empleo de capitán fluvial en el Volga, donde estuvo al mando de los primeros modelos domésticos de hidroala o aliscafo (un tipo de nave que alcanza gran velocidad al llevar el casco por encima del agua). En 1972 escribió un libro de memorias y en 2002 le llegó el momento de dejar este mundo al que tanto se había aferrado en tiempos difíciles. Un museo en su casa natal recuerda sus hazañas y se puso su nombre a un cohete, pero probablemente sea más curioso que haya un monumento en su memoria en la isla Usedom.

 

Fuente: https://www.labrujulaverde.com

AVIADORES DISTINGUIDOS DE DIRIGIBLES ALEMANES DE LA I GUERRA MUNDIAL - ERNST A. LEHMANN

 


 

Nació: El 12 de mayo de 1886 en Ludwigshafen am Rhein, Imperio alemán

Murio: El 7 de mayo de 1937 a los 50 años en Lakewood, Nueva Jersey, EE UU.

Causa de la muerte: Lesiones sufridas en el desastre de Hindenburg

Nacionalidad: Alemán

 

El Capitán Ernst August Lehmann fue un Capitán de Zeppelin alemán. Fue una de las figuras más famosas y experimentadas de los viajes en dirigible alemanes. The Pittsburgh Press calificó a Lehmann como el mejor piloto de dirigibles del mundo, aunque Hugo Eckener lo criticó por realizar a menudo maniobras peligrosas que comprometían los dirigibles. Fue víctima del desastre de Hindenburg en 1937.

 

 

Experiencia anterior a la guerra

 

Ernst Lehmann nació en 1886 en Ludwigshafen am Rhein. A la edad de 14 años, decidió que quería construir barcos. Estudió ingeniería en la Technische Hochschule de Berlín y se licenció en 1912. Para entonces, ya se había unido a la marina y había alcanzado el rango de Teniente de reserva naval.

 

Después de graduarse, comenzó a trabajar en Imperial Dockyards en Kiel. No encontró este trabajo satisfactorio, por lo que, animado por el Dr. Hugo Eckener, se unió al DELAG para servir como piloto de la aeronave de pasajeros LZ 17 Sachsen. Él comandó un total de 550 vuelos con esta aeronave.



 

Servicio durante la I Guerra Mundial

 

Durante la I Guerra Mundial, el Capitán Lehmann comandó dirigibles del ejército y la marina, comenzando con el Sachsen después de que fuera tomado por el Ejército, seguido por el LZ XII, y finalmente los buques de la armada LZ 90, LZ 98, y LZ 120. Su ataque a Amberes (Bélgica) el 25 y 26 de agosto (durante la noche) fue el primer bombardeo desde el aire de civiles en la historia mundial, matando a 10 personas.

 

Viaje en dirigible comercial de posguerra

 

Después de la guerra, el Capitán Lehmann continuó su participación en las aeronaves, que fueron devueltas al uso civil. Hizo los preparativos para volar el dirigible naval L 72 en el primer cruce transatlántico de un dirigible en 1919, pero el gobierno alemán le negó el permiso. En 1920, pasó seis meses en Suecia estudiando la economía de una línea aérea entre Estocolmo y el Mediterráneo, con escala en Friedrichshafen. Estos planes nunca se realizaron.

 

El Capitán Lehmann es entrevistado por NBC después del primer desembarco estadounidense del Hindenburg el 9 de mayo de 1936.

 

En 1921 pasó cuatro meses en los Estados Unidos para prepararse para una ruta aérea planeada de Nueva York a Chicago, y en 1922 trató de negociar con los Estados Unidos e Inglaterra una ruta para cruzar el Atlántico Norte.

 

Con la fundación de Goodyear Zeppelin Corporation en 1923, el Capitán Lehmann se desempeñó como vicepresidente a cargo de la ingeniería. En 1924, el Capitán Lehmann fue el segundo al mando de la LZ 126 en el primer vuelo transatlántico sin escalas entre los continentes europeo y americano. El propósito del vuelo era entregar el Zeppelin a sus nuevos dueños, la Armada de los Estados Unidos, quienes rebautizaron al buque USS Los Ángeles.

 

En 1929, Lehmann había presentado una declaración de intención de convertirse en ciudadano de los Estados Unidos, pero cambió de opinión cuando se le encargó el Hindenburg en 1936.

 

En 1935, cuando Hermann Göring creó el Deutsche Zeppelin Reederei para aumentar la influencia nazi sobre las operaciones de zepelín, el Capitán Lehmann fue nombrado director de la nueva aerolínea.

 

El Capitán Lehmann sirvió como oficial al mando en más de 100 de los vuelos del Graf Zeppelin entre 1928 y 1936. En 1936, comandó 10 vuelos de ida y vuelta a Lakehurst en el nuevo Hindenburg. El Capitán Lehmann era un hábil acordeonista, que solía utilizar para entretener a los pasajeros en vuelos largos con interpretaciones de piezas de Wagner o canciones populares alemanas.

 

Muerte

 

Aunque Max Pruss era el oficial al mando del último vuelo del Hindenburg, el Capitán Lehmann era el oficial de mayor rango a bordo, pero estaba allí solo como observador. Fue severamente quemado cuando el barco se incendió en Lakehurst el 6 de mayo de 1937 y murió al día siguiente. Inicialmente se creyó que Lehmann se recuperaría de sus heridas; estaba programado para ser trasladado al hospital de la Universidad Rockefeller para recibir tratamiento adicional hasta que empeoró repentinamente la mañana antes de su muerte.

 

A su muerte, aparentemente creyó que el Hindenburg había sido saboteado. Salió de los restos en llamas diciendo "No lo entiendo". Durante una conversación en el lecho de muerte con el Comandante Charles Emery Rosendahl, dijo que "debe haber sido una máquina infernal". El hijo de dos años de Lehmann había muerto el domingo de Pascua, 28 de marzo de 1937, unas semanas antes de la última travesía del Hindenburg y realmente no quería hacer el viaje. Lehmann aceptó la asignación con la esperanza de que, al hacerlo, pudiera tener la oportunidad de hablar con las autoridades estadounidenses sobre el uso de gas helio en los dirigibles alemanes.

 

Crítica

 

Lehmann a menudo entraba en conflicto con Hugo Eckener por la seguridad de sus técnicas de pilotaje. Lehmann canceló importantes pruebas de vuelo para el Hindenburg para cumplir con una solicitud del Ministerio de Propaganda nazi para que el Hindenburg y el Graf Zeppelin participaran en un vuelo de propaganda (Deutschlandfahrt) en apoyo de Adolf Hitler. Lehmann insistió en realizar el vuelo a pesar de las desfavorables condiciones meteorológicas, que provocaron fuertes vientos que dañaron la aleta inferior del Hindenburg mientras la aeronave se retiraba de su colgador. Eckener criticó dura y públicamente a Lehmann por poner en peligro la nueva aeronave y todo el programa de zepelines para impresionar a los nazis. Sin embargo, Lehmann nunca se unió al Partido Nazi a pesar de su aparente apoyo. (Solo Max Pruss y Anton Wittemann de los siete comandantes activos de zepelines eran miembros del Partido del NSDAP).

 

Después de la muerte de Lehmann, Eckener culpó al manejo de la aeronave por parte de Pruss, pero también sugirió que Lehmann era responsable de presionar a Pruss para que hiciera el vuelo. Aunque Eckener no descartó otras causas, después de investigar el desastre él mismo, testificó a la investigación que un giro brusco en S durante el procedimiento de aterrizaje podría haber causado que un alambre de refuerzo se rompiera y rasgara una bolsa de gas, y resultó en una mezcla de hidrógeno con aire, que luego probablemente se encendió por una descarga electrostática.

 

Representaciones

 

En la película de 1975 The Hindenburg, el Capitán Lehmann fue interpretado por Richard Dysart, aunque esta representación es bastante inexacta, ya que Lehmann parece desconfiar de los nazis, mientras que el verdadero Lehmann era un conocido partidario nazi, al menos públicamente. En el docudrama de 2007 Hindenburg: The Untold Story, el actor polaco Aleksander Trabczynski interpretó a Lehmann. En la película de televisión RTL ficticia de 2011 sobre el desastre, fue interpretado por Ulrich Noethen. En esta película, apoya a la Gestapo en su brutal tortura de Merten Kroger por el presunto asesinato de un pasajero, pero ordena su liberación al ver pruebas de una bomba a bordo del barco. Durante la aproximación de aterrizaje, empuja la aproximación de aterrizaje e ignora la advertencia de Kroger de que poner tensión en la estructura del barco sería peligroso, diciendo que es "menos peligroso que una bomba estallando". Se demuestra que está equivocado cuando, aunque la bomba está desactivada, la aeronave explota debido a la electricidad estática.

 

Libros



 

El Capitán Lehmann publicó su primer libro en inglés con Howard Mingos en Nueva York y en 1927 se reimprimió en Londres. The Zeppelins: The Development of the Airship, con la historia de los ataques aéreos Zeppelins en la Guerra Mundial.


 

El Capitán Lehmann relata sus experiencias personales como Capitán de zepelín en la guerra y la paz en Auf Luftpatrouille und Weltfahrt: Erlebnisse eines Zeppelin Fuhrers en Krieg und Frieden.



 

El último libro de Capitán Lehmann, Zeppelin: La historia de aire más ligero que el del arte, se está traduciendo por Leonhard Adelt, que estaba a bordo con Lehmann como invitado durante el último vuelo del Hindenburg. El libro se había publicado recientemente en alemán cuando se destruyó el Hindenburg. La traducción al inglés, completada por Jay Dratler, fue publicada más tarde en 1937 con un prefacio y un capítulo final del capitán de la aeronave estadounidense Charles E. Rosendahl, que había entrevistado a Lehmann en su lecho de muerte.

 

Fuente: https://en.wikipedia.org

SPÄHKORB, EL INVENTO QUE PERMITÍA GUIAR A LOS DIRIGIBLES ALEMANES OCULTOS ENTRE LAS NUBES EN LA I GUERRA MUNDIAL

 

Por Guillermo Carvajal

 

Una Spähkorb o Góndola de observación en la portada de la revista Scientific American del 23 de diciembre de 1916 / foto dominio público en Wikimedia Commons

 

Durante la I Guerra Mundial los alemanes utilizaron dirigibles con fines militares. Los famosos Zepelines se usaron en misiones de exploración y de ataque naval principalmente, y los británicos y estadounidenses los emplearían también profusamente a lo largo del conflicto.

 

En los años posteriores continuó su desarrollo, dedicados principalmente al transporte de pasajeros, hasta que la sucesión de varios accidentes, el último de los cuales fue el incendio del Hindenburg el 6 de mayo de 1937, hizo que su popularidad decayese, y poco a poco fueron dejando de utilizarse. No obstante, para el 7 de diciembre de 1941, fecha del ataque japonés a Pearl Harbour, los Estados Unidos todavía tenían 10 unidades en activo, 6 de los cuales eran de combate.

 

La Spähkorb o Góndola de Exploración del Zeppelin LZ XIX / foto Teta_pk en Wikimedia Commons

 

Uno de los artefactos más curiosos que surgieron de la inventiva germana en los años de la I Guerra Mundial fue la góndola de exploración, también llamada cesta espía (en alemán Spähkorb o Spähgondel), con que se dotaba a algunos dirigibles que hacían labores de reconocimiento.

 

Su origen se encuentra en el Peilgondel, una especie de pesada plomada que servía para inmovilizar la antena de radio de los dirigibles con el fin de mejorar las comunicaciones, desarrollado por Paul Jaray.

 

Uno de los prototipos de góndola de observación / foto dominio público en Wikimedia Commons

 

La evolución de este artefacto se convirtió en una cesta hecha de varillas de sauce y cuya forma imitaba la de un proyectil, con timones de cola y laterales (que al final no hacían ninguna función esencial) y en cuyo interior se alojaba un observador. Su peso total era de alrededor de 1,5 toneladas. Fue creada por el Capitán Ernst A. Lehmann y el barón Max von Gemmingen (que era sobrino del conde Zeppelin), con diseño de Max Oertz.

 

La cesta se bajaba enganchada mediante cables desde la cubierta del dirigible hasta varios cientos de metros con el fin de observar más de cerca el terreno e incluso de ayudar en la navegación de la nave, mientras ésta permanecía oculta en las nubes o a una altura donde no pudiera alcanzarla el fuego antiaéreo.

 

El Capitán Enrst Lehmann / foto Bundesarchiv, Bild 102-08046 en Wikimedia Commons

 

De hecho, para probar su invento el Capitán Lehmann le vendó los ojos al timonel del dirigible, mientras él se descolgaba en el prototipo mediante un cabrestante a unos 150 metros por debajo de la aeronave. Llevaba una brújula y un teléfono conectado mediante cable, con los que iba diciéndole al timonel el rumbo que debía tomar.

 

Pero el primero en utilizar el invento en una misión de bombardeo fue el barón Gemmingen. En marzo de 1916 el dirigible Z XII (modelo LZ26) del barón regresaba de una fallida incursión a Londres y se dirigía a su objetivo secundario, Calais en la costa francesa. Había muchas nubes y el dirigible no tenía buena visibilidad. Así que el barón se descolgó en la Spähkorb sujeta con una correa de 1 kilómetro de longitud especialmente construida en acero con núcleo de latón aislado con goma (que al mismo tiempo servía de cable telefónico), y equipada con una silla de mimbre, una mesa, una lámpara eléctrica, una brújula, un teléfono y un pararrayos.

 

Un LZ66 muy similar al LZ26 que Lehmann y Gemmingen usaron en el ataque a Calais / foto dominio público en Wikimedia Commons

 

Gemmingen iba transmitiendo órdenes de navegación e indicando que tipo de bombas lanzar y cuándo hacerlo, mientras que los defensores de Calais no podían ver con sus reflectores la aeronave oculta en las nubes, y mucho menos alcanzarla con fuego de artillería. La góndola era tan pequeña que pasaba desapercibida. El dirigible voló en círculos sobre Calais durante 45 minutos y realizó 5 bombardeos.

 

El 4 de septiembre de 1916 un zepelín LZ60 alemán bombardeó Londres. En su huida, y con el objetivo de ganar mayor altitud, se deshizo de su góndola de observación consiguiendo alcanzar los 5.900 metros. La góndola cayó cerca de la localidad de Colchester, y hoy puede verse en el Imperial War Museum londinense.

 

La góndola del LZ60 expuesta en el Imperial War Museum de Londres / foto Brutaldeluxe en Wikimedia Commons

 

No se tiene constancia de su uso con éxito durante la I Guerra Mundial, apenas dos o tres ocasiones documentadas en el lado alemán. Y es que las condiciones climáticas que permitían el uso de la cesta no eran muy habituales. Pero tras la guerra los estadounidenses copiaron la idea, y usaron góndolas de exploración en el dirigible USS Akron (1931-1933) y su sucesor el USS Macon (1933-1935). Existen fotografías que muestran una góndola colgando del USS Macon en septiembre de 1934.

 

Al parecer, a pesar del peligro y la soledad que conllevaba ser destinado a la góndola, los tripulantes solían ofrecerse voluntarios para ello, pues era el único lugar de la aeronave donde se podía fumar.

 

El USS Macon el 17 de diciembre de 1933 / foto dominio público en Wikimedia Commons

 

En cuanto a los inventores, el Capitán Ernst A. Lehmann llegó a ser considerado el mejor piloto de dirigibles del mundo, aunque en ocasiones sus maniobras eran peligrosas. Fue uno de los fallecidos en el incendio del Hindenburg, donde viajaba como observador y no como oficial. El conde Max von Gemmingen terminó su carrera militar como Coronel y sucedió a su tío al frente de la Fundación Zeppelin, que dirigió hasta su muerte en 1924.

 

Fuente: https://www.labrujulaverde.com