28 de septiembre de 2020

LAS MUJERES SOVIÉTICAS EN EL AIRE - NADEZHDA POPOVA

 


 


Apodo: Nadia

Nació: El 27 de diciembre de 1921 en Shabanovka, Ucrania

Murió: El 6 de julio de 2013 a los 91 años en Moscú, Rusia

Años de servicio: 1941 - 1952

Lealtad: Unión Soviética

Rama militar: Fuerza Aérea Soviética

Unidad: 588° Regimiento de Bombardeo Nocturno

Jerarquía: Mayor

Conflictos: II Guerra Mundial

Partido político: Partido Comunista de la Unión Soviética

Ocupaciones:

Instructora de vuelo.

Diputada del Soviet Supremo

 

Nadezhda (Nadia) Vasilievna Popova fue una de las primeras pilotos militares femeninas de la Unión Soviética y una heroína de la II Guerra Mundial, en la que formó parte de una unidad de bombardeo exclusivamente femenina, realizando 852 misiones y obteniendo las más altas condecoraciones de su país, incluyendo el título de Heroína de la Unión Soviética, la Estrella de Oro, la Orden de Lenin y tres veces la Orden de la Estrella Roja. 

 

Biografía

 

Primeros años

 

Nadia Popova, hija de un ferroviario, nació en la aldea de Shabanovka, en Ucrania​ y se crio en la ciudad de Donetsk. Se enamoró de la aviación cuando un pequeño aeroplano aterrizó cerca de su casa y con 15 años se inscribió en una escuela de vuelo sin motor sin decírselo a sus padres. ​ En 1937, con solo 16 años, realizó su primer vuelo en solitario y su primer salto en paracaídas. A despecho de la oposición de sus padres, siguió adelante con su pasión y obtuvo la licencia de vuelo. Aunque fue inicialmente rechazada en una escuela de pilotos, gracias a la recomendación de Polina Osipenko consiguió ser admitida en la academia militar de aviación de Jersón, en la que se graduó a los 18 años y en la que permaneció como instructora de vuelo. ​

 

Gran Guerra Patria


Un Polikarpov Po-2 utilizado para realizar las misiones

 

Cuando estalló la Gran Guerra Patria, Popova, cuyo hermano Leonid había muerto en el frente y cuya casa familiar había sido requisada por las tropas alemanas, se presentó voluntaria como piloto militar, pero fue inicialmente rechazada porque el mando excluía a las mujeres de misiones de combate. Sin embargo, en octubre de 1941, por influencia de Marina Raskova, Stalin dio la orden de desplegar tres regimientos aéreos exclusivamente femeninos, lo que permitió a Nadia incorporarse. Raskova la envió a Engels, a unirse al numeroso grupo de mujeres que recibían entrenamiento como pilotos y navegantes.

 

Cuando concluyó su período de formación, ya en el verano de 1942, Popova se incorporó al 588° Regimiento de Bombardeo Nocturno, dotado con los anticuados biplanos Polikarpov Po-2 y que llegaría a ser conocido por las tropas alemanas como Nachthexen: las "Brujas de la Noche".


 

Desde un principio, la mayoría de las aviadoras soviéticas se esforzaron para conservar su especificidad femenina en las condiciones extremas de la contienda. Así, hacían lo posible por conservar el cabello más largo de lo reglamentario y por feminizar su ropa de combate, mal adaptada de los uniformes masculinos. Nadia, a pesar de la prohibición de portar de joyas, siempre voló llevando un pequeño broche en forma de escarabajo, que consideraba su talismán. Del mismo modo, no se separaba de un espejo de marco de carey, en el que tras cada vuelo se ahuecaba el cabello, aplastado por el casco; y junto a su catre de campaña guardaba una blusa blanca de seda y un largo pañuelo azul del mismo material, por si se presentaba la ocasión de vestirse como una "mujer atractiva".

 

Un Po-2 abandonado en Ucrania, posteriormente capturado por los alemanes en 1941. Este era el tipo de aeronaves en las cuales el 588º Regimiento voló más de 24000 misiones.

 

Las tácticas de combate de las "Brujas de la Noche" eran temerarias hasta lo suicida, teniendo en cuenta que volaban sin paracaídas, en aparatos sin armamento ni radio y con cabinas descubiertas. Era frecuente que atacaran por parejas, un avión detrás del otro, de modo que el primero concentraba el fuego de la defensa antiaérea y el segundo podía esquivarla, con el motor parado para planear en silencio hasta descargar sus bombas. Cuando lo había conseguido, si el primer avión continuaba en el aire, ambos intercambiaban sus posiciones, de modo que el que ahora estaba vacío servía de señuelo para que el otro pudiese soltar su cargamento. En una ocasión en que Popova comandaba una escuadrilla de bombarderos, ocho de sus compañeras murieron al ser sorprendido el grupo por un ataque de cazas alemanes.

 

En 1942 Popova participó en una misión de socorro, volando a través del fuego enemigo sobre Novorosíisk para lanzar alimentos, agua y suministros médicos a las tropas del Ejército Rojo atrapadas en Málaya Zemlia. En esa ocasión tuvo que volar tan bajo que podía escuchar los vítores de las tropas auxiliadas, y a la vuelta de la misión contó hasta 42 impactos de bala en el fuselaje de su avión.


 

Popova fue derribada varias veces en los 3 años que pasó volando, pero nunca resultó herida de consideración. El 2 de agosto de 1942 realizaba una misión diurna de reconocimiento en el Cáucaso Norte cuando fue atacada por cazas de la Luftwaffe y se vio obligada a hacer un aterrizaje de emergencia cerca de Cherkesk. Mientras trataba de volver a su unidad, se unió a una columna en retirada y en ella conoció a un piloto de caza, Semion Jarlamov, que viajaba entre los heridos, leyendo tranquilamente El Don apacible. Aunque no podía verle la cara, oculta por las vendas, Nadia se enamoró de quien más tarde sería su marido.

 

A medida que las tropas del Eje se iban retirando de las zonas ocupadas, la unidad de Popova fue siguiendo el frente a través de Bielorrusia y Polonia, entrando más tarde en Alemania. En los cielos polacos Popova alcanzó su récord de 18 salidas en una sola noche. En conjunto, Popova realizó 852 misiones de combate como piloto del 588° Regimiento de Bombardeo Nocturno, que en 1943 fue rebautizado como 46° Regimiento de Guardias, una denominación honorífica que suponía su integración en la élite del Ejército Rojo, como recompensa a su valor. Popova llegó a ser vicecomandante del regimiento.

 

Nadezhda Popova en 2009

 

Vida en la posguerra

 

Nada más acabar la guerra, Semion Jarlamov fue a buscar a Nadia a su aeródromo cerca de Berlín. Tras escribir sus nombres en las ruinas del Reichstag, ambos contrajeron matrimonio y permanecieron unidos hasta el fallecimiento de Semion en 1990. Jarlamov, también Héroe de la Unión Soviética, permaneció en el Ejército Rojo hasta su retiro con el rango de Coronel General de la Fuerza Aérea soviética.

 

El 46° Regimiento de Guardias de Bombardeo Nocturno fue disuelto en octubre de 1945 y Popova regresó a Donetsk, donde recibió la bienvenida de una heroína, con desfile, banda de música y flores arrojadas al paso de su automóvil. La ceremonia concluyó en el teatro de la ciudad, donde la vitorearon 2.000 personas, entre ellos uno de los sobrevivientes de Málaya Zemlia a los que ella había auxiliado.

 

Popova se retiró del Ejército Rojo en 1952, con el rango de Mayor. A partir de entonces desempeñó diversos cargos en asociaciones de veteranos, fue elegida para puestos en las administraciones locales e incluso fue diputada al Soviet Supremo de la Unión Soviética.

 

En una entrevista concedida en 2010, Popova manifestó:

 

A veces fijo la mirada en la oscuridad del cielo nocturno y cierro los ojos. Todavía puedo imaginarme como una chica joven, allí arriba en mi pequeño bombardero. Y entonces me pregunto: "Nadia, ¿cómo lo hiciste?"

 

Nadezhda Popova murió el 6 de julio de 2013. ​Víktor Yanukovich, el entonces presidente de Ucrania, anunció públicamente su muerte. ​ Le sobrevive su hijo Alexander Jarlamov, General de la Fuerza Aérea de Bielorrusia.

 

Honores y condecoraciones

 

Heroína de la Unión Soviética (Decreto de 23 de febrero de 1945; medalla N° 4858)

Orden de Lenin

Orden de la Bandera Roja (tres veces)

Orden de la Guerra Patria de 1ª clase (tres veces)

Orden de la Insignia de Honor

Orden de la Amistad

Orden del Mérito de Rusia

Ciudadana de Honor de Donetsk (ciudad bajo control de la República Popular de Donetsk)

 

Fuente: https://es.wikipedia.org

27 de septiembre de 2020

LA AERONÁUTICA NAVAL ESPAÑOLA 1917-1939

 

Por Miguel Ángel Segovia (*)

 

España es un país con una gran historia que merece ser difundida y conocida por su sociedad. Durante el transcurrir de los años, hemos tenido grandes hazañas y épocas gloriosas. España llegó a ser un gran Imperio durante más de 200 años gracias a su mentalidad naval, y a su potente Armada. Está por ver que los Estados Unidos de América, logre y nos supere en esta gesta.

 

Desgraciadamente durante nuestra historia reciente, también hemos tenido que lamentar acaecimientos muy dolorosos y trágicos, cuyas huellas persisten hoy en día.

 

Seguramente todos nuestros lectores conocen los funestos episodios de nuestra Guerra Civil y sus consecuencias. Una de ellas, fue la perdida completa de la Aeronáutica Naval al disgregarse su personal y material en ambos bandos. El devenir de los acontecimientos de la Guerra Civil, originó la fusión de la Aeronáutica Militar y la Aeronáutica Naval dando lugar a la creación de un nuevo Ejército. Nuestro magnifico Ejército del Aire.

 

Quisiera en este texto, explicar brevemente la historia de la Aeronáutica Naval. Evidentemente, este tema daría incluso para publicar un libro, pero este no es el objeto de presente texto. Ruego por tanto se me que permita ciertas licencias en este artículo y que obligatoriamente me llevan a sintetizar algunos hechos importantes y a obviar algunos otros de menor transcendencia.

 

Antes de hablar de la Aeronáutica Naval, debo comenzar hablando de la Aeronáutica Militar. Una y otra están ligadas en su origen y en su final.

 

El día 2 de abril de 1910 se creó la Aviación Militar en España y cuya primera base fue el aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid). El 28 de febrero de 1913 se cambió el nombre por el de Servicio de Aeronáutica Militar, con objeto de fusionar e incorporar la Compañía de Aerostación con base en Guadalajara, y que operaba de manera efectiva desde 1889. Este nuevo Servicio de Aeronáutica Militar contaba, por tanto, con dos secciones operativas: por un lado, la Aviación militar y por el otro la Aerostación Militar.

 

Desde sus inicios esta nueva Arma del ejército español abrió sus puertas a los oficiales de la Armada y formó a todos los aviadores militares con el mismo material de la base de Cuatros Vientos. Una vez finalizado el curso de piloto, la mayoría de los oficiales de la Armada quedaron en las filas de la Aeronáutica Militar.

 

No obstante, algunos otros Oficiales de la Armada consideraban que las tácticas aeronavales que debían desarrollarse como apoyo a los buques de guerra, exigían la necesidad de una aviación naval propia. Evidente este paso no fue fácil, pues siempre en estos casos suele haber recelos y dificultades institucionales. En este aspecto, esta época no iba a ser diferente a cualquier otra.

 

Durante los inicios de la I Guerra Mundial, el entonces Teniente de Navío Pedro M. Cardona y Prieto, oficial de gran talento y gran entusiasta de la Aviación Naval, viajó a numerosas ciudades relacionadas con la aeronáutica, visitando países como Suiza, Alemania, Bélgica y Francia. En todos estos lugares recopiló información y estudió los procedimientos de fabricación y el empleo de los medios aeronáuticos en guerra. A su regreso, y debido a que tenía un estatus de asesor personal del rey Alfonso XIII, le informó de sus trabajos y estudios. La consecuencia de estos informes no pudo ser otra que la aprobación de la creación de la Aviación Naval. Así el 15 de septiembre de 1917 por Real Decreto de S.M. el Rey Alfonso XIII nace la Aeronáutica Naval. 

 

 

CC. Pedro M. Cardona y Prieto. Fuente: Archivo Armada Española

 

 

En abril de 1918 se eligió al por aquel entonces Capitán de Corbeta Cardona y Prieto para impulsar esta nueva capacidad de la Armada, que con una gran capacidad de trabajo se enfrentó a grandes retos. Una nueva especialidad en la Armada, suponía disponer de una Escuela de formación, material y sobre todo de profesores, alumnos y personal de apoyo.

 

La primera decisión que tomó el Capitán de Corbeta Cardona fue establecer provisionalmente la escuela de Aviación Naval en Barcelona, en los terrenos del entonces denominado Campo de la Volatería y que hoy ocupa el aeropuerto de El Prat. La construcción de la Escuela en su ubicación prevista junto al Mar Menor, en lo que hoy es la Base Aérea de San Javier, se retrasó mucho debido a distintas dificultades administrativas. Por otro lado, se empezaron a desarrollar los aeródromos y bases de aerostación en Mahón (Menorca), Marín (Pontevedra) y Mar Chica (Melilla).

 

En 1920 se creaba el Negociado de Aviación Naval dentro del seno del Estado Mayor Central de la Armada. Desde este negociado, el Capitán de Corbeta Cardona para impulsar el desarrollo de esta nueva capacidad y con escasos créditos iníciales, se dispuso a la adquisición del material necesario. En poco tiempo se recibieron tres aviones Avro 504K, un modelo muy versátil capaz de operar con ruedas o flotadores y que tenía ciertas capacidades como bombardero. No obstante, su empleo consistió en el adiestramiento de los primeros aviadores navales. También se recibieron dos aviones de caza biplaza Martinsyde F.4. Buzzard para misiones de reconocimiento y bombardeo. Enseguida se planteó la necesidad de adquirir hidroaviones para operar desde la mar, y la elección recayó en un modelo italiano, el Macchi M-18, que ofrecía sobradas prestaciones como avión de reconocimiento a baja cota y bombardeo. En cuanto llegaron a España empezaron a operar desde el puerto de Barcelona. 

 

 

Hidroavión Macchi M.18. Fuente: Archivo Armada Española

 

 

Después de una frenética actividad y de contratar a varios instructores extranjeros, a principios de 1921 comenzaba el primer curso de la especialidad de piloto naval.  Además, y ante la necesidad de dar adecuada respuesta militar a los desgraciados sucesos que han pasado a la historia con el nombre del desastre de Annual, se aceleraba la preparación de la Armada y de la Aeronáutica Naval, mediante la adquisición de un buque que permitiera desplegar y dar apoyo logístico a los hidroaviones.  Así, a finales de 1921 el Ministerio de Marina recibía un vapor alemán entregado al Gobierno español como indemnización por las pérdidas sufridas por nuestra marina mercante durante la Gran Guerra. Este buque que inicialmente se llamó España N° 6, tras profundas modificaciones, se renombró como Dédalo y quedó plenamente operativo en mayo de 1922. Cabe señalar que el Dédalo, además de ser el primer portaaeronaves de la Armada, fue el primer buque de aquella época capaz de operar simultáneamente aparatos pertenecientes a las especialidades de aviación y aerostación, ya que podía emplear 2 dirigibles semirrígidos S.C.A., 2 globos cautivos Avorio Prassone y hasta 20 hidroaviones del tipo Macchi M-18.

 

En esos primeros años también se potenció el material de la Aeronáutica Naval mediante la adquisición de cinco hidroaviones Felixstowe F.3A; la construcción bajo licencia de media docena de hidroaviones Savoia S-13, de origen italiano, en los talleres de la aeronáutica naval de Barcelona. Este método de adquisición de material mostraba ser un modelo mixto bastante eficiente. Por un lado, la compra en el extranjero aprovechando los bajos precios debido el exceso de aviones tras la I Guerra Mundial y, por otro lado, un apoyo a la industria nacional en determinados proyectos viables técnicamente. 

 

 

Estación Transportable de Aeronáutica Naval Dédalo. Fuente: Archivo Armada Española

 

 

Las primeras acciones de combate de la Aeronáutica Naval ocurrieron en agosto de 1922 cuando el buque Dédalo desplegó en la costa de África para participar en la Campaña de Marruecos. La primera campaña del Dédalo en Marruecos se saldó con más de 125 vuelos de combate por piloto, y aunque su contribución a alcanzar los objetivos de la misión fue modesta, demostró plenamente el potencial de esta nueva capacidad al aprovechar la mar como espacio de maniobra para sorpresa del adversario.

 

Durante los años 1923 y 1924 la Aeronáutica Naval continuó consolidándose con nuevos cursos de formación, adquisición de nuevo material, como el Supermarine Scarab y el Macchi-24. Además, se continuó participando en distintas operaciones en el norte de África.

 

Finalmente, el 8 de septiembre de 1925, llegó la plena justificación de la creación de la Aeronáutica Naval durante el desembarco de Alhucemas. Este glorioso día para las Fuerzas Armadas Españolas, constituyó un importante hito a nivel mundial, pues de manera conjunta se realizó el primer desembarco de infantería apoyado por fuerzas navales y sus unidades aéreas. Evidentemente este desembarco sirvió como caso práctico para otros desembarcos durante la II Guerra Mundial, como por ejemplo el famoso desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944.

 

El Dédalo y los distintos tipos de hidroaviones desarrollaron una intensa acción ofensiva durante el desembarco, bombardeando las posiciones enemigas y debilitando sus defensas tanto en las inmediatas playas como en las alturas circundantes, contribuyendo de manera significativa al éxito del desembarco.

 

El final de la guerra en África en 1926, proporcionó la oportunidad de concentrar los esfuerzos en reorganizar la Aeronáutica Naval que, tras abandonar parte de sus instalaciones de Barcelona, se ubicó definitivamente en la nueva base de San Javier. Además, se continuó con la actualización del material adquiriéndose modernos hidroaviones Dornier Do-J Wall. Estos fueron construidos por la empresa nacional Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA) en su factoría de Cádiz, origen de la potente industria aeronáutica nacional.

 

Por tanto, a fínales de los años 20, podemos afirmar que la Aeronáutica Naval española era una de las más importante de su entorno. Poseía instalaciones de construcción con prestigio, bases aeronavales distribuidas en puntos clave de la península y sus tripulaciones estaban muy bien adiestradas.

 

La llegada de la República en 1931 supuso el agrupamiento de la aviación civil, militar y naval dentro de un nuevo organismo conocido como Dirección General de la Aeronáutica. En esos años tuvo lugar otro de los hitos de la aeronáutica militar como fue la toma del autogiro Cierva el 7 de marzo del 1934 en el Dédalo, la primera toma de una aeronave de ala rotatoria a bordo de un buque en el mundo.

 

 

Autogiro “la Cierva” sobre la cubierta del Dédalo. Fuente: Archivo Armada Española.

 

 

Así llegamos al inicio de la Guerra Civil en 1936, momento en el que la Aeronáutica Naval continúa a un gran nivel, tanto por la experiencia de los pilotos navales como por el número de aviones, si bien es cierto que el Dédalo estaba inoperativo y que algún otro material de vuelo rayaba en la obsolescencia.  La Armada Española operaba en ese momento doce escuadrillas que, en total, contaban con cerca de un centenar de aviones, algunos de ellos los más modernos de la época como los torpederos CASA Vickers Vildebeest.

 

Como se ha mencionado al principio, con el estallido de la Guerra Civil los dos bandos unificaron bajo un mismo mando la Aviación militar y la Aeronáutica Naval. Finalizada la contienda, el 7 de octubre de 1939 se creaba el Ejército del Aire, desapareciendo de este modo la Aeronáutica Naval después de 22 años de servicio a España.

 

Desde su creación hasta su disolución en 1939, el personal de la Armada mostró su capacidad para liderar el desarrollo de la Aviación Naval, superando infinidad de problemas financieros, tecnológicos y operativos.  En esos años la Aeronáutica Naval consiguió formar casi un millar de hombres, que se titularon en las distintas ramas de esta especialidad naval.  Estos oficiales, suboficiales y marineros fueron unos pocos valientes marinos que decidieron desafiar las dificultades y la carencia de medios para impulsar un sueño: el de disponer de Aviación Naval en España.

 

En 1954 se creó el Arma Aérea de la Armada, legitima heredera de aquella  Aviación Naval de 1917. Pero evidentemente eso ya es otra historia…

  

(*) Capitán de Corbeta de la Armada Española Controlador Táctico de Aviones en la Mar (CTAM) Al margen de mi vocación militar y de marino, desde el punto de vista de controlador aéreo lo que más me gusta es pertenecer a ese grupo selecto de personas que hacen algo diferente, y con tanta responsabilidad, en un mundo tan apasionante como es el mundo de la aviación.

 

Fuente: www.hispaviacion.es

25 de septiembre de 2020

LA HAZAÑA DE LA ÚNICA SOBREVIVIENTE DEL REGIMIENTO FEMENINO DE BOMBARDEROS DE LA URSS

 



 

Por Laís Oliveira

 

 

El 22 de junio se cumplen 78 años del inicio de la Gran Guerra Patria —nombre dado por la historiografía soviética a la parte de la II Guerra Mundial focalizada en el frente del este, que enfrentó a la URSS y a la Alemania nazi—. Este día de 1941, Adolf Hitler puso en acción la Operación Barbarroja, su plan de invasión de la Unión Soviética.

 

A pocos días de esta importante fecha, la veterana de guerra Galina Brok-Beltsova recibió al equipo de Sputnik en su casa en Schólkovo, una pequeña ciudad a las afueras de Moscú, donde con mucho orgullo y nostalgia compartió con la nueva generación lo vivido en aquellos días en el frente de batalla.




Galina Brok-Beltsova es una leyenda viva. Cuando empezó la guerra, en 1941, tenía solamente 16 años, pero la corta edad no le impidió defender su patria con uñas y dientes. En poco tiempo se unió a las intrépidas jóvenes soviéticas del grupo aéreo femenino creado por la Mayor Marina Raskova y, en 1944, partió hacia el frente, donde ejerció la función de navegante aérea y realizó más de tres decenas de vuelos para lanzar bombas sobre el enemigo. Actualmente, es la única sobreviviente del regimiento femenino de bombarderos Pe-2.

 

El llamado del frente

 

"Trabajar en la aviación no estaba en mis planes, yo soñaba con ser una geóloga de exploración. (...) Y de repente llegó la guerra, teníamos que graduarnos de la escuela y decidir qué hacer. Nosotros, los jóvenes deportistas, los mejores alumnos, fuimos a la oficina de reclutamiento de manera voluntaria y pedimos que nos aceptasen en el frente", recuerda la veterana.

 

"Los mejores de los mejores fueron invitados a la aviación. Nos hicieron exámenes, nos metieron en una centrifugadora, verificaron nuestra salud. Después de todas las pruebas, a nosotros nos enviaron a la Escuela de Aviación de Moscú, que preparaba a los meteorólogos y a los especialistas en comunicación", detalla Brok-Beltsova.


Galina Brok, con su uniforme de la aviación soviética. Archivo personal de Galina Brok-Beltsova

 

Tras concluir un curso acelerado de meteorología militar, Galina Brok (en aquel entonces todavía no tenía el apellido de su futuro marido) fue una de las nueve jóvenes elegidas, de un total de 400, para hacer un entrenamiento en las más novedosas aeronaves de la época. Una vez concluida esa fase, se convertirían en parte del 125° Regimiento de Bombarderos, una de las tres unidades aéreas femeninas de la URSS.

 

"Entre estas nueve muchachas estaba yo. Nos fuimos a los alrededores de Kúibishev, a Sizran para un entrenamiento. De allá fuimos para Mari-El, en Yoshkar-Olá, y concluimos nuestra instrucción en un novedoso avión: el bombardero en picado. Durante un año, estudiamos y volamos en tres tipos de aeronaves: primero, el TB-3, un bombardero pesado; después en el SB-2, un bombardero de alta velocidad; y para concluir el programa de entrenamiento probamos el bombardero en picado, el Pe-2", cuenta Galina a Sputnik.

 

El 23 de junio de 1944, Galina Brok realizó su primera misión de combate, cuyo objetivo era diezmar a las tropas enemigas y destruir sus equipos en la región de Riga (actual Letonia).

 

El avión de la Victoria



Mientras muchas unidades masculinas volaban en aeronaves consideradas más obsoletas, al 125° Regimiento de Bombarderos le fueron asignados los mejores aviones de este tipo que poseía el Ejército Rojo en aquel entonces, los recién desarrollados Petliakov Pe-2. Este bombardero era capaz de hacer un picado directamente hacia su objetivo, lo que aumentaba la precisión de su ataque y disminuía su tiempo de exposición al fuego antiaéreo.

 

"Era un avión maravilloso, muy muy esperado, muy muy necesario y victorioso. La guerra aérea contra el enemigo se ganó gracias a que [Vladímir] Petliakov creó al comienzo del conflicto bélico este increíble avión, que resultó vencedor de la parte aérea de la Gran Guerra Patria", recuerda con cariño la veterana que, hasta el día de hoy, tiene miniaturas de la aeronave en su casa.

 

Sin embargo, el novedoso aparato era de difícil maniobrabilidad y en aeródromos improvisados, cubiertos de nieve, controlarlo podía convertirse en una ardua —y a veces fatal— tarea.

 

"Con el Pe-2 esto pasaba a menudo. Tenía dos motores, doble cola y giraba al despegar. Era preciso regularlo para que los motores trabajaran simultáneamente, sin permitir que girara, porque si se salía de la trayectoria, colisionaría con un montón de nieve, volcaría a alta velocidad, es decir, daría una vuelta de 180 grados. Y el piloto terminaría bajo la aeronave de siete toneladas. Así murieron algunos muchachos", explica Brok-Beltsova.

 

"Nosotras, las muchachas, todas terminamos el entrenamiento perfectamente. Éramos nueve cuando llegamos. En cada avión volábamos tres: una operadora de navegación, una piloto, y una artillera que también hacía las veces de operadora de radiocomunicaciones. Todas nosotras, después de terminar el entrenamiento fuimos a volar en el frente, sin una única pérdida", añade la exnavegante aérea con mucho orgullo.

 

El desempeño impecable de estas jóvenes fue reconocido no solo dentro de la URSS. En Francia llegó a escribirse un libro en homenaje al regimiento femenino diurno de bombarderos. En la obra gala, la unidad de la cual Galina formaba parte recibió el apodo de “La Furia del Día”, debido a la manera implacable en que lucharon contra las tropas enemigas.


Galina Brok luce su traje militar. Archivo personal de Galina Brok-Beltsova

 

¿De quién es esta obligación?


Aunque el servicio militar es un ámbito tradicionalmente considerado masculino, Galina Brok-Beltsova asegura que, durante la guerra, el hecho de ser mujer poco importó. Según la veterana, todos los ciudadanos, independiente de su género o su edad, estaban dispuestos a atender la llamada de la patria.


"En aquel entonces, nosotros no pensamos cuál servicio era para quién, si era militar, si era obligatorio y necesario. ¡Guerra! ¡Bombardeaban Moscú! ¡Moscú estaba repleto de barricadas! Por todos los lados había carteles motivacionales: '¿Cómo has ayudado al frente?', '¿Qué has hecho por el frente?', 'La patria está en peligro. ¡Defiéndela!'. Un niño, sobre él vuelan bombas, su madre abrazándolo cerca de su pecho. '¡Ayúdalo!'. Por todos los lados había estos carteles que pedían ayuda", recuerda la veterana.


"Será que pensábamos: '¿Voy? ¿No voy? ¿De quién es esta obligación?' Todo el país salió en defensa de la patria, no solo hombres y mujeres, muchachas y muchachos. Niños y ancianos también trabajaban bajo el eslogan '¡Todo por el frente, todo por la victoria!'", subraya Brok-Beltsova.


Los vecinos construyen una barricada en el centro de Moscú durante la Gran Guerra Patria


Un amor que resistió la guerra


Durante su entrenamiento en el aeródromo de Yoshkar-Olá, Galina Brok conoció a Gueorgui Beltsov, el comandante de la escuadrilla que enseñaba a los pilotos a volar en las nuevas aeronaves. Beltsov estuvo directamente involucrado en el entrenamiento de Brok y los jóvenes crearon un fuerte lazo de amistad.


"Nos conocimos y nos separamos. Prometimos escribirnos. (...) Nos carteamos durante toda la guerra (...) un día recibí un sobre y dentro de él había una fotografía de un osito. Él estuvo en Moscú, compró este osito, sacó una foto y me la envió al frente. En la carta me escribió: 'Cuando nos encontremos, te regalaré el original'. Después del fin de la guerra, unos seis meses más tarde, nos encontramos, él me regaló este osito y me pidió matrimonio", cuenta Galina mientras nos muestra el osito y su foto, recuerdos que sigue guardando más de siete décadas después.


En contra de las expectativas de Gueorgui, Galina no aceptó su propuesta de matrimonio en aquel entonces, ya que todavía era muy joven y, entre otras cosas, deseaba estudiar. Unos meses más tarde, sin embargo, los dos terminaron casándose. La pareja tuvo tres hijos y vivieron juntos durante casi 60 años, hasta el día del fallecimiento en 2005 del mayor-general de la aviación.


 

"Beltsov era un as de la aviación, el mejor piloto. Era capaz de pilotar aviones que muchos no lograban 'domesticar' (...) Después, Beltsov se convirtió en un reconocido piloto de la URSS. En la guerra alcanzó grandes éxitos. Ahora ya no está entre nosotros, pero cumplió su misión", recuerda su viuda, dejando vislumbrar en su rostro una mezcla de orgullo y pesar.


La guerra no terminó


El 9 de mayo de 1945, después de casi cuatro años de combate, el pueblo soviético pudo finalmente celebrar la victoria sobre el nazismo a lo largo y ancho de sus repúblicas. La guerra había terminado, pero no para Galina Brok-Beltsova. La joven, que en aquel entonces ya había alcanzado el rango de teniente primero, fue reclutada para continuar al servicio de su patria, pero esa vez de manera secreta. Ahora trabajaría para la contrainteligencia soviética en la Guerra Fría.


"Me dijeron: 'Tenemos una propuesta para ti'. Les dije: 'Díganme. Todavía nadie me ha propuesto nada, ¿qué me proponen ustedes?'. Me dijeron: 'Un trabajo en el organismo de seguridad nacional, en el servicio de inteligencia antiestadounidense. Los agentes extranjeros han inundado el país, en particular Moscú'", detalla la veterana.


Galina Brok vestida con su traje militar


Galina Brok-Beltsova tenía solamente 20 años cuando terminó la guerra, planeaba volver a la vida civil y obtener una educación superior. Sin embargo, las condiciones del trabajo militar que le ofrecieron eran tentadoras, le permitirían a la joven ayudar en el sustento de sus padres enfermos y su hermana menor. Además, Galina podría estudiar en la Escuela Superior del Partido Comunista, así que aceptó la propuesta.

"Antes, esto era un asunto clasificado, ahora todos lo saben. Bolígrafos, anillos, broches, botones, todo eran dispositivos secretos. Dispositivos que eran posicionados de manera que no se notaran en absoluto. Usarlos era muy fácil y sencillo. Todo se registraba. Si recibías un informe dentro del folleto teatral o si ponías en un escondite los datos secretos de la industria de defensa y todo era fotografiado, entonces quedaba una evidencia, te convertías en una persona non grata", detalla la exagente de la contrainteligencia.


Aunque en los días actuales Galina Brok-Beltsova habla abiertamente sobre la década en la que trabajó a servicio de la seguridad nacional, durante mucho tiempo su profesión era un secreto que escondía incluso de su propio esposo, lo que desembocó en conflictos matrimoniales. 

"Los estadounidenses apreciaban el teatro, no se perdían ni un solo ballet. Así que cada noche iba al Teatro Bolshoi. Consecuentemente, tenía que vestirme bien, el Gobierno me proporcionaba las ropas. Iba al teatro con mis colegas de trabajo, mis camaradas. Me vieron los amigos de mi marido y cuando le encontraron le dijeron: 'Vimos a tu esposa en la tercera fila del ballet 'Giselle', era imposible conseguir entradas, incluso en el cajero especial, pero allá estaba su esposa'", revela Brok-Beltsova. 

A las salidas en público en compañía de otros hombres se sumaban las frecuentes vueltas a la casa en las horas de la madrugada, ya que después de las idas al teatro, la agente todavía tenía que informar a sus superiores de lo que había visto, mostrar las fotos registradas. Con el paso del tiempo, el trabajo de Galina empezó a causar celos y dudas en su marido, así que le tocó explicar qué hacía. 

"'¿Me puedes contar en qué consiste tu trabajo? ¿Por qué llegas tarde?' Yo le decía: '¡No, es altamente secreto!'. Hoy día sí que puedo decir que iba al Bolshoi, al ballet 'Giselle', en aquel entonces solo le dije que era un trabajo en el organismo de seguridad nacional (...) 'nosotros exponemos quiénes son aquellos que traicionan a la patria. Eso es todo'", cuenta la exagente. 

Si para su esposo Galina explicó, aunque de manera general, de qué se ocupaba en su trabajo, a su padre le tocó mentir sin pestañear. 

"Iba por la calle vestida con un uniforme de la escuela de artesanos. Mi padre venía caminando en mi dirección, pasó a mi lado y se quedó mirándome, impresionado. Después me dijo que me había visto, que yo iba por la calle y llevaba puesto un abrigo negro. Le dije: 'Papá, te equivocaste'. Me dijo: '¿Cómo puede haberme equivocado?'. Le dije: 'Hay unos 25 tipos de personas idénticas, has visto una muchacha que se parecía a mí. Sabes que yo nunca he sido artesana'. Él me dijo: '¡Yo me quedé aturdido! ¡Eras tú!'. Le contesté: 'No, no era yo'. ¡Así era el juego!", recuerda Brok-Beltsova.



Las muchas victorias que siguieron

Después de 10 años trabajando en la seguridad nacional, Galina Brok-Beltsova siguió con sus estudios y obtuvo un postgrado en historia. Fue maestra en distintos institutos de enseñanza superior y se jubiló a los 68 años. Pese a que ya está retirada desde hace casi tres décadas, se mantiene muy activa. Además de dedicarse a su familia, actúa como vicepresidente de 'Aviatrisa', una unión de mujeres rusas profesionales de la aviación. A menudo, la veterana da conferencias en las que habla de sus experiencias y de las hazañas heroicas de la aviación soviética. 

Además, Galina Brok-Beltsova no deja de asistir anualmente al acontecimiento militar más importante del país, el Desfile de la Victoria, donde es una invitada de honor. Cada 9 de mayo se reúne en la Plaza Roja de Moscú con las autoridades máximas de Rusia y con otros veteranos para presenciar el grandioso desfile con motivo de la victoria sobre el nazismo




"No importa cuántos años pasen, los desfiles, no solo el de la Victoria, pero cualquier desfile relacionado con la demostración de fuerza, capacidad, organización, unión, movilización, serán siempre una festividad, un orgullo, la comprensión de que todo va de acuerdo con el plan", subraya la veterana. 

Según Galina Brok-Beltsova, ver a los soldados que marchan ante su país es como recargarse de una energía "nueva, importante y necesaria". Para la veterana, el Desfile de la Victoria no es solo una mera demostración de fuerza, es la confirmación de que su país no se olvidó de su historia y está listo para defenderse de cualquier amenaza cuando sea necesario.


Fuente: https://mundo.sputniknews.com






24 de septiembre de 2020

LAS MUJERES SOVIÉTICAS EN EL AIRE

Lilia Litvak

  

Por Gizmo

 

Las fuerzas armadas soviéticas fueron las únicas en contar con mujeres entre las filas de primera línea. En concreto las fuerzas aéreas... Unas mil mujeres volaron cazas de Yakolev (586° Regimiento de cazas), bombarderos (el llamado tanque volante Il-2 Sturmovick o el Pe-2), y el más condecorado regimiento femenino, el 588, o Brujas de la Noche.

 

Los soviéticos llamaron a Lilia Litviak La Rosa Blanca de Stalingrado. Y esto no era debido a su belleza rubia, de tez blanca y azules ojos... sino a sus DOCE derribos (se consideraba as a un piloto a partir del quinto derribo).

 

En 1942 había 3 regimientos aéreos formados exclusivamente por mujeres. Eran el 586, el 5887 y el 588. El 588, de bombardeo nocturno, era conocido como Las Brujas de la Noche, y estaba equipado con... ¡¡un biplano de entrenamiento básico y de barata construcción diseñado en 1927!! Estaban equipadas con el maniobrero PO-2, diseñado por Polikarpov, con una velocidad máxima de 130 km/h. En el transcurso de la guerra hicieron al menos 24000 salidas. Sus bajas, como es de esperar, fueron elevadas... y 23 de los 30 de los nombramientos a mujeres como Héroes de la Unión Soviética fueron para esta unidad.

 

Bibliografía:

 

Grandes épocas de la aviación: Las Fuerzas Aéreas Soviéticas II, Russell Miller, Ediciones Folio.


Contrariamente a lo que suelo hacer, estas historias no las voy a relatar yo, simplemente os pongo un artículo escrito por otras personas, aparecen sus nombre y apellido

 

BRUJAS DE LA NOCHE: PESADILLA ALEMANA 

 

Grupo de mujeres piloto soviéticas. 

 

Una sola de ellas, Lily Litvak, después conocida como 'Rosa Blanca de Stalingrado' derribó 12 temibles Messerschmitt. Esta es la historia

 

Por NILDA NAVARRETE / CORRESPONSAL EN CENTROEUROPA/ Grupo Reforma

 

Praga, República Checa.- (31 marzo 2001).- Brujas de la noche

 

(1/Abril/2001) A pesar de la rica historia de mujeres estadounidenses y alemanas en la aviación militar, ninguna ha podido igualarse a la de las pilotos rusos.

 

En los Estados Unidos se comenzó a entrenar mujeres para el combate aéreo apenas en 1993 y los alemanes las utilizaron durante la II Guerra Mundial como pilotos de prueba, pero siempre con un estatus civil. Las rusas, sin embargo, combatían a los nazis en sus anticuados aviones en 1942.

 

Los alemanes les temían más que a los hombres, por eso las bautizaron como "Nachthexen" (Brujas de la Noche). Pero eso fue después, porque, al principio, la discriminación por razones de sexo fue tan grande que los pilotos rusos se negaban a volar con ellas o en aviones que habían sido reparados por mecánicos mujeres. Por su valor y destreza, cientos obtuvieron órdenes y medallas, 29 alcanzaron el título de Héroes de la entonces Unión Soviética y 23 de ellas formaron el grupo de Brujas de la Noche. Hoy en día viven humildemente con sus exiguas pensiones y se conforman con soñar que sus nietas puedan algún día igualar sus hazañas.

 

Ahora la mayoría ha muerto, pero las Brujas de la Noche siguen siendo inspiración de muchas mujeres jóvenes, que hoy surcan los cielos del mundo en aviones sofisticados y no pueden entender cómo sus abuelas pudieron hacer maravillas con aquellos aviones tan precarios. Todas las flores del mundo no alcanzarían para agradecerles su valor.

 

Adolescentes que se transforman en mujeres

 

La historia de estas mujeres comenzó cuando la Unión Soviética fue invadida sorpresivamente por la Alemania nazi el 22 de junio de 1941. Las pocas fuerzas aéreas que había entonces fueron prácticamente destruidas por la aviación alemana y al llamado militar acudieron miles de chicos y chicas que pertenecían a clubes de aviación paramilitares. Muchos no pasaban de los 17 años, pero tenían más experiencias de vuelo que algunos pilotos militares reales. El escritor estadounidense Bruce Myles, quien escribió hace poco el libro "Brujas de la Noche", cuenta que al inicio los oficiales rechazaban a todas las muchachas con estas palabras: "Las cosas van mal, pero no estamos tan desesperados como para enviar a una chica a la guerra. Vaya a su casa y ayude a su madre".

 

Pero las reclutas no se dieron por vencidas y cuando tras la brutal ofensiva alemana los recursos humanos militares comenzaron a escasear, las jóvenes rusas fueron llamadas a las filas. Así nacieron tres regimientos femeninos en la aviación rusa. Para seleccionarlas se escogió a la veterana Marina Raskova, quien en 1938 había protagonizado junto con Jacqueline Cochran y Nancy Love, la hazaña de pilotar el primer vuelo sin escala más largo de la historia Rusa (6 mil kilómetros) desde Moscú hasta la región de Komsomolsk-on-Amur, en Siberia. Cuentan que su avión congelado perdía altura cuando Raskova comenzó a tirar todo lo que pudo, pero al comprender que no llegaría a una pista se lanzó en paracaídas. El vuelo llegó y a ella la encontraron casi helada. Regresó a Moscú y en 1941 era Mayor de las Fuerzas Aéreas Soviéticas. Durante los interrogatorios a las voluntarias, Raskova les preguntaba: ¿"No tienes miedo de que en el otro bando te disparen y te maten?" A lo que las chicas contestaban: "No me matarán si yo disparo primero".

 

En octubre de 1941 las jóvenes comenzaron a entrenar en una base cerca del entonces Stalingrado, hoy Petrogrado. La primera tarea fue coger hilo y agujas y reducir los uniformes confeccionados para sus compatriotas hombres, mucho más corpulentos y altos. Los cintos les daban varias vueltas en la cintura y tuvieron que rellenar las botas con papel periódico. El trago más amargo fue cortarse el pelo. El comandante del batallón consideró que no parecían soldados, les ordenó cortarse el pelo y dejarse "no más de 2 pulgadas". Para la mujer rusa el pelo es su orgullo. En algunas regiones del país la tradición es no cortarse el pelo nunca y llevarlo por debajo de la cintura, así que hubo lágrimas y tristeza en ese momento.

 

 

Katya Ryabova y Nadyz Popova

 

Después de seis meses de entrenamiento, una de las unidades estacionada al norte del río Volga entró en combate. Veinte bombarderos alemanes se acercaban. Todas estaban nerviosas, no había luna y tuvieron que guiarse por instrumentos. La guía del escuadrón decidió atacar desde arriba y los bombarderos alemanes, pensando que había muchos aviones, descargaron sus bombas y regresaron. Otro grupo también ideó una nueva estrategia para lidiar con los "Messerschmitt" alemanes. Volar en grupos de tres y en círculo para distraer la atención mientras un cuarto avión disparaba por sorpresa. Los alemanes comenzaron a temer más a los pilotos mujeres que a los hombres, porque siempre les jugaban una nueva treta. Cuando comandantes de la Fuerza Aérea decidieron finalmente que algunas mujeres pilotos combatirían junto a sus colegas hombres, hubo mucha resistencia, pero finalmente Lily Litvak, quien luego se convirtió en la legendaria "Rosa Blanca de Stalingrado", logró imponerse.

 

Era una magnífica y bella mujer que dibujó en el cristal de su avión de combate una rosa blanca. La leyenda cuenta que Litvak recogía flores silvestres para llevarlas durante los ataques. Los alemanes le temían tanto que fue necesaria una misión de ocho Messerschmitt para tenderle una emboscada y abatirla. Había derribado 12 aviones. Su cuerpo y su avión nunca fueron encontrados, pero en Petrogrado hay un monumento de mármol a su memoria con 12 estrellas de oro. Tenía 22 años cuando murió. Otras mujeres héroes fueron Katya Ryabova y Nadyz Popova, quienes llegaron a realizar hasta 18 incursiones en una sola noche. Cuando la guerra terminó regresaron a sus aldeas, donde les esperaban las familias o lo que había quedado de ellas, pero todas aseguran que aquellos fueron los tiempos más bellos de su vida. Marina Raskova no pudo escribir sus memorias. En 1943 fue destinada al frente y murió en combate. Sus cenizas están enterradas en la Muralla del Kremlin

 

Fuente: http://sandglasspatrol.com