13 de febrero de 2021

A 105 AÑOS DE LA CREACIÓN DE LA AVIACIÓN NAVAL ARGENTINA

 


 

El Parque y Escuela de Aeroestación y Aviación de la Armada en Fuerte Barragán fue la piedra basal sobre la que se cimentó la Aviación Naval de la Armada Argentina cuyo personal y medios, desde entonces, participaron en múltiples acciones en tiempos de paz y de guerra.

 

El 11 de febrero de 1916 se creó el Parque y Escuela de Aeroestación y Aviación de la Armada en Fuerte Barragán, con dependencia directa del Ministro de Marina. Las tierras ubicadas en Ensenada fueron cedidas por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y el Presidente de la Nación, Victorino de la Plaza, firmó un decreto para consolidar esa acción. Esta decisión iba en consonancia con las principales Marinas del mundo que, a comienzos del siglo XX, concluyeron que la actividad aérea sobre el mar es complemento indispensable de las operaciones navales.

 

Este hecho constituye la fundación orgánica de la Aviación Naval cuando apenas se iniciaba la actividad de vuelo a nivel mundial y en los albores mismos de la utilización militar de aeronaves.

 

Entre los hitos más trascendentes de los que fue protagonista la Aviación Naval de la Armada Argentina se encuentran los raids de exploración del territorio nacional sobre el Mar Argentino y los grandes ríos que en las primeras décadas del siglo XX llevaron a cabo nuestros pioneros.

 

Aeronaves V-64 F Corsario volando en las proximidades del Cerro Tronador.

 

En los años 30, las aeronaves argentinas comenzar a desafiar a las latitudes más australes, llegando a Ushuaia e Islas de los Estados, en vuelos que, entre otras funciones, servían para relevamiento topográfico.

 

En el marco de la II Guerra Mundial, la decisión de mantener la neutralidad que adoptara nuestro Gobierno implicó un mayor patrullaje del litoral marítimo, en especial en las costas de Tierra del Fuego y las Malvinas. El 19 de enero de 1940 en horas de la mañana, tres hidroaviones Consolidated P2Y-3A “Ranger”, con apoyo de cuatro torpederos de la Flota de Mar, sobrevolaron y fotografiaron la costa norte de la isla Soledad.

 

Consolidated P2Y-3A “Ranger” de 1940

 

Alistados para brindar ayuda a la comunidad

 

A lo largo de estos más de 100 años de existencia, unidades de la Aviación Naval han sido desplegadas en numerosas oportunidades ante el requerimiento del Gobierno Nacional para apoyo a la comunidad en Argentina y en países limítrofes.

 

Tal es el caso del terremoto en Chillán (Chile), entre el 30 de enero y el 12 de febrero de 1939, cuando en colaboración con la Cruz Roja Argentina, la Armada envió un avión Cóndor 3-Gt-2 equipado con camillas y elementos sanitarios para traslado de heridos. Fue el único avión que operó en la zona del desastre, realizando dos viajes diarios de ida y regreso entre Chillán y Santiago de Chile, con un total de más de 50 vuelos.

 

Cóndor 3-Gt-2 de 1939

 

Otro desastre natural por el que fue requerida la asistencia de la Armada Argentina ocurrió en Bolivia donde, producidos una serie de desastres climatológicos que provocaron una situación de emergencia nacional, fue enviada para prestar ayuda parte de la Escuadrilla Aeronaval de Observación de la Escuadra Aeronaval N° 2.

 

Entre el 27 de febrero y el 14 de marzo de 1947 operaron seis aviones Grumman tipos G-15 y G-20, y un Glenn Martin 3-B-3 como avión comando y de apoyo, realizándose numerosos vuelos de búsqueda de damnificados, reconocimientos y salvatajes.

 

Ya en la década siguiente y en nuestro país, desde fines de 1955 y hasta el otoño de 1956, durante la epidemia de poliomielitis, la Aviación Naval participó con el Comando de Transportes Aeronavales evacuando hacia la ciudad de Buenos Aires a enfermos del interior del país. Se destinó para tal fin al DC-3 matrícula CTA-23, el cual fue dotado de pulmotores y demás enseres sanitarios para poder efectuar los vuelos de evacuación necesarios hacia la Capital Federal. Se realizaron 290 vuelos en total.

 

Continuando con esta impronta, en la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI, aviones y helicópteros de la Aviación Naval se desplazaron hasta las zonas afectadas por incendios forestales, inundaciones o intensas nevadas, trasladando al personal de las Fuerzas Armadas y pertrechos destinados a prestar ayuda ante la necesidad de la población civil. Asimismo, actúan en respuesta a emergencias ocurridas en el mar.





Operaciones en el continente blanco

 

Siempre buscando ir un poco más allá, y continuando con los desafíos a las zonas más australes del planeta, el primer vuelo de una aeronave argentina en la Antártida data de 1942, cuando un hidroavión Stearman 76 D-1 operó desde el transporte ARA “1º de Mayo” en la isla Decepción.

 

Stearman 76D1 en la Antártida, 1942.

 

Continuando con los hitos antárticos, el 13 de diciembre de 1947 se realizó el primer vuelo directo entre el continente americano y la Antártida, con el cruce del Círculo Polar Antártico con un avión naval DC-4.

 

Tripulación del primer vuelo que unió el continente americano con la Antártida.

 

Otra hazaña a nivel mundial llegaría en 1952, cuando dos aviones anfibios PBY-5 A Catalina efectuaron el primer vuelo mundial desde el continente americano con descenso en la Antártida, al amerizar en la isla Decepción, en el Sector Antártico Argentino.


Aviones Catalina, primer descenso en la Antártida.

 

En 1962 la Aviación Naval llevó adelante un nuevo acontecimiento histórico en la Antártida, con la llegada al Polo Sur de dos DC-3 navales, siendo los primeros aviones argentinos en cumplir dicha proeza y unos de los primeros también a nivel mundial.


Tripulación que efectuó el primer vuelo al Polo Sur.

La operación de helicópteros navales desde el rompehielos ARA “San Martín” y, posteriormente, del ARA “Almirante Irízar”, abasteciendo las bases antárticas, continuó contribuyendo a la presencia de nuestro país en el continente blanco.

 

Es en este contexto hostil que hace 18 años se llevó a cabo la Operación “Cruz del Sur”, el rescate del “Magdalena Oldendorff”, buque alemán atrapado en los hielos al que se le brindó asistencia, abastecimiento y ayuda médica desde el rompehielos ARA “Almirante Irizar”. Con el objeto de encontrar la mejor ruta de salida, los helicópteros Sea King realizaron vuelos de exploración glaciológica; y entregaron 1,5 toneladas de alimentos y otros elementos para que la tripulación del buque bloqueado que permaneció a bordo pudiera pasar el invierno, aguardando hasta que el clima le permitiera zafarse de los hielos.


Asistencia al buque “Magdalena Oldendorff”.

 

Es también en este escenario inabordable, el continente blanco, donde en este momento aeronaves Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros se encuentran reabasteciendo bases conjuntas antárticas, en el marco de la Campaña Antártica de Verano 2020-21. 


Helicóptero Sea King durante la Campaña Antártica de Verano.

 

Ejercitaciones en el mar y la hora del combate

 

La incorporación del portaviones ARA “Independencia” en 1958 imprimió a la Flota de Mar un perfil operativo de avanzada, siendo reemplazado en 1968 por el ARA “25 de Mayo”, proyectando las aeronaves de la Armada en nuestro Mar Argentino.

 

Portaviones ARA “Independencia” antes de 1965.  Portaviones ARA “25 de Mayo” en 1978.

 

Llegado 1982, la participación en el Conflicto del Atlántico Sur demostró el profesionalismo alcanzado por todas las escuadrillas integradas por los marinos que vuelan, y expuso al mundo una innovación táctica sin precedentes: la combinación avión explorador – Súper Etendard – misil Exocet.

 

Súper Etendard con un misil Exocet.

 

A partir de los años 90 y con la desafectación del portaviones ARA “25 de Mayo”, aviones de ala fija de la Aviación Naval participaron en numerosos ejercicios operando junto con portaviones de las Armadas de Brasil y Estados Unidos; en tanto que los helicópteros Fennec, Alouette y Sea King continuaron operando con buques de la Flota de Mar.

 

 UH-1H - Fennec

 

Ya en el nuevo milenio, la interoperabilidad con el Ejército Argentino y la Fuerza Aérea Argentina, como parte del accionar conjunto, llevó a unificar cursos de formación y ejercicios de adiestramiento. Asimismo, unidades aeronavales continuaron brindando apoyo a la comunidad ante emergencias producidas por fenómenos naturales y casos de Búsqueda y Rescate de personas.

 

Turbo Tracker - Súper Etendard

 

Hace ya 105 años, los pioneros de la Aviación Naval fueron visionarios y pusieron todo de sí –incluso sus vidas en algunos casos– para comenzar con la apasionante actividad de volar sobre el mar. Su legado, los hombres y mujeres de la Armada Argentina que los sucedieron, hicieron honor a esos orígenes y supieron engrandecer a la Aviación Naval.

 

P3-B Orion - B-200

 

Fuente: https://gacetamarinera.com.ar