Por Mariano
Roca (*)
Hoy,
hace 41 años, la Fuerza Aérea Argentina tuvo su “Bautismo de Fuego” en las
islas. Recordamos la hazaña de nuestros pilotos.
A
partir de su “Bautismo de Fuego” durante la Guerra de Malvinas, el 1º de mayo
de 1982, la Fuerza Aérea Argentina (FAA)
logró hundir y averiar un gran número de buques de la tercera potencia militar
del planeta, Gran Bretaña, lo que le permitió ganarse el respeto y la
admiración del enemigo ante el coraje y profesionalismo de nuestros pilotos.
La
situación previa al conflicto
Al
comenzar el año 1982, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) disponía de 44
escuadrones aéreos operativos, totalizando una flota de casi 300 aeronaves en
servicio entre aviones y helicópteros de diversos modelos, con una antigüedad
promedio de 14 años, que en volaban en una media de 140.000 horas anuales,
dando por resultado un óptimo nivel de adiestramiento del personal y de
alistamiento de los medios.
Por
aquel entonces, la FAA tenía más de 22.000 efectivos, entre oficiales,
suboficiales y soldados conscriptos, de los cuales unos 800 eran aviadores
habilitados en el máximo nivel de cada uno de los diversos Sistemas de Armas en
servicio, volando un promedio de 180 horas anuales, operando de día y noche,
con frecuentes despliegues a lo largo y ancho del país, además de participar de
ejercitaciones conjuntas con el Ejército Argentino y la Armada Argentina, así
como también con unidades de otros países.
En
relación a los sistemas de armas en dotación de la Fuerza Aérea Argentina,
salvo contadas excepciones, la mayoría de las aeronaves en servicio no habían
recibido ningún tipo de modernización desde su incorporación. Además, carecían
de misiles antibuque o bombas guiadas para ataques a objetivos terrestres para
incrementar sus posibilidades de supervivencia en cada misión de combate.
Asimismo,
nunca antes de 1982, se contempló el empleo de la Fuerza Aérea en un entorno
aeronaval. Es decir, nunca antes se había pensado en operar y combatir sobre el
mar desde islas y, menos aún, contra la tercera potencia militar del mundo.
Cabe recordar que Gran Bretaña fue históricamente uno de los mayores
proveedores de armamento para las tres Fuerzas Armadas de nuestro país.
El
“bautismo de fuego”
El 2 de
abril de 1982, tras casi un siglo y medio de constantes e ininterrumpidos
reclamos diplomáticos al Reino Unido, la Organización de Naciones Unidas y
otras instancias multilaterales, la República Argentina recuperó el pleno
ejercicio de su soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del
Sur. La “Operación Rosario”, como se denominó al desembarco militar argentino,
fue impecable. A tal punto que, pese a la notable superioridad numérica y de
poder de fuego de las tropas nacionales, no se produjeron heridos ni muertos
entre los militares ingleses que ofrecieron resistencia armada ni la población
local.
Desde
el 2 de abril al 14 de junio de 1982, es decir, el período que duró la Guerra
de Malvinas, la Fuerza Aérea Argentina operó 74 días de forma ininterrumpida.
Día y de noche, tanto en el propio teatro de operaciones de la Patagonia
argentina y nuestras islas, como así también en el Atlántico Sur y otras
regiones del mundo, cumpliendo arriesgadas misiones.
Además
de mantener el puente logístico aéreo entre las islas y el continente, durante
la Guerra de Malvinas la Fuerza Aérea Argentina fue capaz de trasladar más de
10.000 efectivos y transportar más de 5.500 toneladas de carga entre la
Argentina continental y las islas mientras buscaba armamento en el extranjero
en países como Israel o Libia.
El
feroz "bautismo de fuego" de los pilotos en la guerra de Malvinas: 57
misiones aéreas y 20 toneladas de bombas sobre la flota británica – Infobae
La
labor de la fuerza aérea en las islas
La
Fuerza Aérea Argentina logró hundir las fragatas británicas “Ardent” y
“Antelope”, el destructor “Coventry”, el buque de desembarco “Sir Galahad”, el
lanchón F-4 del “Fearless” y el buque tanque “Hércules”. También logró dejar
fuera de combate a los buques “Glasgow”, “Antrim”, “Argonaut” y “Sir Tristram”
y averió de alguna forma más de diez buques de la Royal Navy, incluido el
reconocido portaaviones “Invencible”.
En este
tiempo también se realizaron misiones de búsqueda y rescates de náufragos y
pilotos eyectados, tanto propios como enemigos. Se ejecutaron varias misiones
de velo y engaño para distraer al enemigo. Para esto se realizaron muchos
vuelos de reconocimiento de largo alcance y vigilancia con radares en las bases
patagónicas y en las mismas Malvinas. Además, las 24 horas del día se defendían
estas bases con artillería antiaérea.
Todas
estas misiones fueron cumplidas por la Fuerza Aérea Argentina (FAA) en un
entorno aeronaval sin tener doctrina, formación, adiestramiento ni equipamiento
idóneo para tal fin, lo cual pudo ser compensado gracias al enorme compromiso,
profesionalismo, ingenio y coraje de los Oficiales, Suboficiales y Soldados de
la FAA.
El
heroísmo de nuestros pilotos, visto desde el exterior
Más
allá de las opiniones subjetiva, resulta interesante tener en cuenta qué
conceptos tuvieron los enemigos y referentes extranjeros sobre el destacado rol
de la Fuerza Aérea Argentina durante la Guerra de Malvinas. Estas son algunas
de las declaraciones hechas a lo largo del tiempo.
Almirante
John Woodward, Comandante inglés de la Fuerza de Tareas:
“Lo que pasó es que desconocía el potencial de la Fuerza Aérea Argentina; mejor dicho, jamás pensé que sus pilotos hicieran lo que hicieron. No fue un error mío; cualquiera en mi lugar habría actuado como yo. ¿Acaso alguien podía imaginar que nuestra flota iba a quedar tan desprotegida? Siempre tuvimos cobertura aérea para nuestros buques, pero nada se pudo hacer contra la persistencia de los pilotos argentinos. Fue algo realmente extraordinario, aparecían por todas partes y aprendimos a respetarlos.
Los
pilotos argentinos fueron muy valientes. Me dieron muchos dolores de cabeza,
pero igual los admiro…Los veíamos aparecer a ras del agua, jamás hubiéramos
imaginado eso”.
General
Jeremy Moore, Comandante de las Fuerzas terrestres inglesas:
“El
cuerpo de oficiales y muchos de sus técnicos fueron sumamente capaces y esto
fue particularmente notorio en el caso de la Fuerza Aérea Argentina”.
Coronel
Jonathan Alford, Vicedirector del Instituto de Estudios Estratégicos de
Londres:
“En
comparación con el nivel de muchos países, la Argentina desplegó una Fuerza
Aérea relativamente modesta y nada moderna, que la mayor parte del tiempo
operaba al límite de su radio de acción…y, sin embargo, hubo momentos de gran
ansiedad por la suerte de la flota británica. Quizá con solo un poco más de
suerte en los momentos críticos, la Fuerza Aérea Argentina podría haber
obligado a Gran Bretaña a abortar su expedición”.
John
Nott, Ministro de Defensa de Gran Bretaña:
“Creo
que los pilotos argentinos están demostrando una enorme bravura. Sería tonto de
mi parte no reconocerlo”.
Coronel
Pierre Closterman, as francés de la II Guerra Mundial:
“A vosotros, jóvenes argentinos compañeros pilotos de combate quisiera expresaros toda mi admiración. A la electrónica más perfeccionada, a los misiles antiaéreos, a los objetivos más peligrosos que existen, es decir los buques, hiciste frente con éxito.
A pesar de las condiciones atmosféricas más terribles que puedan encontrarse en el planeta, con una reserva de apenas pocos minutos de combustible en los tanques de nafta, al límite extremo de vuestros aparatos, habéis partido en medio de la tempestad en vuestros “Mirage”, vuestros “Etendard”, vuestros “A-4″, vuestros “Pucará” con escarapelas azules y blancas.
A pesar de los dispositivos de defensa antiaérea y de los SAM de buques de guerra poderosos, alertados con mucha anticipación por los “AWACS” y los satélites norteamericanos, habéis arremetido sin vacilar.
Nunca en la historia de las guerras desde 1914, tuvieron aviadores que afrontar una conjunción tan terrorífica de obstáculos mortales, ni aun los de la RAF sobre Londres en 1940 o los de la Luftwaffe en 1945.
Vuestro valor ha deslumbrado no sólo al pueblo argentino sino que somos muchos los que en el mundo estamos orgullosos que seáis nuestros hermanos pilotos.
A los padres y a las madres, a los hermanos y a las hermanas, a las esposas y a los hijos de los pilotos argentinos que fueron a la muerte con el coraje más fantástico y más asombroso, les digo que ellos honran a la Argentina y al mundo latino.
¡Ay!:
la verdad vale únicamente por la sangre derramada y el mundo cree solamente en
las causas cuyos testigos se hacen matar por ella”.
José
María Carrascal, Diario ABC de España:
“No sé si el sacrificio de estos pilotos devolverá las Malvinas a su país. Pero sé otra cosa, tal vez más importante, porque las Malvinas, tarde o temprano, y el mundo gira hoy muy rápido, serán argentinas. Sé que cuando en adelante se imagine uno al argentino, ya no se pensará en el gaucho típico, en el engomado cantante de tangos o en la presidente de revista. Pensará en esos pilotos que han sabido morir por saber por qué vivían, privilegio hoy al alcance de muy pocos.
Es
lugar común decir que la Argentina ha sido bendecida por todos los dones del
Cielo y de la Tierra. Pero por sobre todo, ahora lo vemos, por sus hijos que se
hicieron aviadores”.
A 41
años de aquel histórico y destacado Bautismo de Fuego, los argentinos debemos
rendir el justo homenaje a los 55 héroes de la Fuerza Aérea Argentina que
ofrendaron sus vidas y reconocer el coraje de nuestros veteranos que no dudaron
en defender nuestra soberanía porque sabían que las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich
del Sur fueron, son y serán siempre argentinas.
Nuestro
país, el octavo más grande del mundo por extensión territorial y marítima, con
enormes riquezas en recursos naturales, requiere una Fuerza Aérea Argentina
dotada con medios modernos en cantidad suficiente para vigilar, controlar y
proteger nuestra integridad territorial. Hay que confiar que, más temprano que
tarde, la dirigencia política en su conjunto -gobierno y oposición- logren los
consensos necesarios para contar con las capacidades militares que aseguren la
Defensa Nacional.
(*)
El autor fue Oficial del Cuerpo Comando de la Armada Argentina. Es Licenciado
en Administración, Máster europeo y Magíster ITBA en Dirección Estratégica y
Tecnológica. Actualmente se desempeña como consultor de empresas y organismos
gubernamentales.
Fuente:
https://defonline.com.ar