1 de abril de 2024

LAS EQUIVOCACIONES DE DOUGLAS

 


 

Por Pablo Luciano Potenze

 

La publicidad del nuevo Super DC-3 que no pudo competir con su propia versión estándar (imagen: archivo Pablo Luciano Potenze).

 

Douglas fue un fabricante de aviones exitoso. Primero fueron los biplanos M-1, 2, 3 y 4, de brillante carrera en el servicio postal norteamericano durante los años veinte, y en 1933 el DC-1 inició una serie que, antes de la Guerra, llegaría hasta el DC-3, un avión terrestre de gran capacidad para la época, confiable y, sobre todo, comercialmente rendidor.

 

En este punto de la evolución, el fabricante propuso a las aerolíneas el DC-4, que voló en 1938 y era originalmente un cuatrimotor para 42 pasajeros. Era un avión muy grande y complicado, y ninguna aerolínea estuvo interesada en comprarlo, por lo que el proyecto se archivó, pero antes se le cambió el nombre por DC-4E (E por experimental). Sólo se construyó un ejemplar.

 

El paso siguiente fue el DC-5, que hizo su primer vuelo en 1939. Era un bimotor de ala alta, con capacidad para 22 pasajeros, que no pudo competir con el probado y reconocido DC-3. Sólo se fabricó una docena de estas máquinas.

 

Pero la Guerra, con sus demandas infinitas, aseguró la producción de la fábrica, primero con el DC-3/C-47, y luego con el DC-4 rediseñado, que sería militarmente el C-54.

 

Con la paz vendría el DC-6, el primer presurizado de la línea, y un genuino éxito en el mercado civil.

 

Pero, al mismo tiempo que mundo aerocomercial se adaptaba a los aviones de nueva generación, en el entorno de 1950, había disponibilidad de grandes cantidades de DC-3 y DC-4 de segunda mano, que además eran muy baratos, y prácticamente tenía copado el mercado de aeronaves de esas categorías. Sólo un presurizado mucho más moderno, el Convair Liner interesó a las aerolíneas en ese momento.

 

Por eso resulta inconcebible que con toda la experiencia acumulada Douglas decidiera lanzar al mercado un DC-3 mejorado, un poco más grande y veloz, que se presentó como Super DC-3.

 

Aviso de Douglas publicado en la Revista Nacional de Aeronáutica en marzo de 1951 (imagen: archivo Pablo Luciano Potenze).

 

El problema era el precio, porque se pretendió vender como un avión nuevo, barato pero nuevo, y la opción no funcionó. Sólo se hicieron tres ejemplares civiles, que fueron comprados por Capital Airlines. El proyecto fue salvado por la marina norteamericana, que compró algo más de 100 aparatos, a los que denominó R4D.

 

El aviso de hoy fue publicado en la Revista Nacional de Aeronáutica de agosto de 1949, poco después del primer vuelo del Super DC-3, cuando se pensaba que la máquina tendría una carrera civil.

 

Dos años después, Douglas decía en su publicidad que en sus aviones volaba el doble de pasajeros que en los de todos los competidores juntos, y era cierto, pero el mérito era de la inmensa cantidad de DC-3 originales construidos durante la guerra.

 

Fuente: https://www.gacetaeronautica.com