30 de noviembre de 2021

LA TERCERA TRAVESÍA DEL ATLÁNTICO

 


Aunque el interesantísimo artículo de nuestro corresponsal en París, Raimundo Marcerou, trate sobre la proeza de Byrd, de la que ya hemos hablado en nuestro número anterior, estimamos que debemos publicarle sin suprimir nada de él. Marcerou, como se verá, entresaca las lecciones técnicas del vuelo transatlántico del “América”, que fue a la vez una hermosa prueba deportiva y una experiencia que debe aprovechar ampliamente al progreso de la Aviación comercial.

 

Las travesías del Atlántico se suceden y no se parecen. Cada una aporta un nuevo elemento de información y de estudio para el establecimiento eventual de una línea aérea que una América con el Continente europeo. Lindbergh consiguió su objetivo, gracias a los instrumentos de precisión, y se aventuró en la que él llamó “el corredor de la muerte” con la audacia de un gran deportista. Chamberlin y Levine, llevando una carga útil mayor, efectuaron una travesía más razonada. El Comandante Byrd acaba de realizar con éxito la misma proeza, acompañado de tres pasajeros: Bert Acosta, Georges Noville y Bernt Balchen. Nos prueba además que la T. S. H. es el auxiliar más precioso de la navegación aérea. Perdido en un océano de niebla que substituyó durante la travesía al otro Océano, constantemente invisible, el “América” no cesó nunca de comunicar con tierra, gracias a su estación radiotelegráfica, Después de su salida de Roosevelt Field, Byrd dirigió a Nueva York este primer radio: “Desde hace dos horas, cuarenta y cinco minutos, no hemos podido descubrir una sábana de agua ni una superficie de tierra.”

 

A la una y veintiún minutos de la mañana, el navio “ Doric”, que se hallaba a 500 kilómetros al norte de San Juan de Terranova, interceptó un mensaje diciendo que el “América” se encontraba a 50 millas de este punto, y el paquebote “París” averiguó en seguida, por el goniómetro, que el avión de Byrd estaba a 700 kilómetros de las costas de Irlanda. Dos nuevos mensajes capturados por este transatlántico indicaban que el aparato volaba a 10.000 pies de altura, envuelto siempre por una espesa y helada niebla, y, por último, un nuevo mensaje señalaba la posición del aparato a 60 kilómetros al suroeste de Inglaterra. A las veinte horas el Atlántico había sido atravesado.

 

Lo demás ya se conoce: La niebla y la tempestad ocultaban la tierra, y la tripulación tuvo que resignarse, cuando se terminó la gasolina, a hacer un aterrizaje al azar, en sitio desconocido, después de tres horas de vuelo al oeste de París. Habiendo apercibido un faro, en las brumas de la noche, el avión descendió hasta las proximidades de éste para evitar estrellarse contra el suelo, amarando de esta manera a 200 metros de la costa de Calvados, frente a la playa de Ver-sur-Mer.

 

Este momento, en que el aparato descendió en el vacío, fue, a no dudar, el más trágico del viaje. Se adivina la emoción con que el Comandante Byrd hizo esta primera declaración al alcalde de la localidad que vino en su socorro: “El aparato ha tocado en el agua sin que hayamos conseguido verla antes. Las ruedas y nuestro tren de aterrizaje fueron arrancados, la cabina fue en el acto invadida por las aguas. Pudimos, por fortuna, hinchar la pequeña canoa de caucho que llevábamos, y gracias a ésta pudimos ganar una costa desconocida, después de haber remado durante 200 metros.”

 

Los pilotos y su material

 

El Comandante Richard Evelyn Byrd es capitán de fragata; nació en Winchester (Virginia) el 25 de octubre del año 1888; pertenece a una de las más antiguas y gloriosas familias de los Estados Unidos; su hermano Harry es actualmente gobernador del Estado de Virginia, y su hermano Thomas es abogado del Colegio de este Estado.

 

El comandante R. E. Byrd ha tenido siempre afición a los viajes y tentativas audaces. A los doce años ha dado la vuelta al Mundo, en parte en veleros. Poseedor de 17 citaciones militares, de las cuales cuatro por su bravura y dos por “heroísmo extraordinario”, es un hombre dotado del temple de la noble raza de los “ases” del aire.

 

En Ver-SUR-Mer.— Noville y Byrd delante de la casa donde se hospedaron después del dramático amaraje

 

Adquirió notoriedad con la conquista del Polo Norte en avión, viaje que, como se recordará, hizo en compañía de Floyd Bennett.

 

Los compañeros de Byrd son, como él, “ases” de la Aeronáutica americana. Bert Acosta ostenta el record de duración de vuelo con Chamberlin, y Noville no es desconocido.

 

El “América” posee las características siguientes: Envergadura, 21,65 metros (ala espesa trapezoidal, redondeada en sus extremos); longitud total, 14,65 metros; altura, 3,80 metros; peso estando vacío, 2.693 kilogramos; peso útil, 3.950 kilogramos, de los cuales forman parte 5.000 litros de gasolina, 3.356 kilogramos, 250 litros de aceite, o sea: 217,600; la tripulación, la T. S. H., víveres, barcos neumáticos, cohetes, cinturones de salvamento, instrumentos de navegación, etc. Los 5.000 litros de gasolina van depositados en seis tanques, de los cuales cuatro van en el ala (alimentación de los motores). El depósito o tanque principal tiene una capacidad de 3.900 litros, y puede ser vaciado y cerrado instantáneamente.

 

El aparato está provisto de un doble mando. La cabina de los pilotos es transformable y lleva una corredera en su parte superior.

 

Entre los instrumentos habituales de navegación hay un compás “Pioneer” de inducción terrestre.

 

Los motores son “Wright-Whirlind J-5” de 200-220 CV., que atacan directamente las hélices tractivas, de madera. El peso total del avión con carga alcanza a 6.640 kilogramos. Este peso ha sido quizá sobrepasado.

 

La enseñanza del viaje

 

Byrd, que había diferido varias veces el viaje a causa de las previsiones atmosféricas, demasiado desfavorables, hizo su viaje en las peores condiciones que se pueden imaginar. Pensó un instante, cerca de Terranova, en volver a su punto de partida, sobre todo teniendo en cuenta que el compás de inducción terrestre funcionaba imperfectamente. Así que los instrumentos de a bordo que tan fielmente habían guiado a Lindbergh no eran más que un débil socorro para el “América”; entonces, Byrd acudió como único recurso a su estación radiotelegráfica, que le proporcionaba los datos que le enviaban los barcos que encontraba en su camino respecto al sitio donde se encontraba, y gracias a ella pudo rectificar en varias ocasiones su orientación. Más tarde, cuando el avión, perdido en la bruma, que se hizo cada vez más densa, erraba a la ventura, describiendo sinuosidades inciertas sobre el territorio francés, la emisión de los S. O. S. lanzados por el Teniente Noville anunció la desfavorable situación en que se hallaba la tripulación; después vino el silencio, la antena debió ser arriada a bordo como medida de seguridad para evitar su posible enganchamiento con los obstáculos, árboles o casas en su marcha azarosa a una altura imprecisa, sobre regiones ignoradas. Aunque la T. S. H. no hubiese sido capaz de guiar al Comandante Byrd hasta el fin, su animosa tentativa hubiera demostrado que un avión, disponiendo de capacidad suficiente para la instalación de un aparato más pesado, de emisión de gran alcance, puede, desde luego, verificar su ruta con una precisión satisfactoria.

 

 

La llegada de Byrd y sus compañeros a París Fots. Mcurisse

 

En su travesía, los pasajeros del “América” han tenido que habérselas con el mayor enemigo de la Aviación: la niebla.

 

A pesar del testimonio que resulta del éxito de Lindbergh, el compás de inducción terrestre no hubiera podido triunfar de ella. Es cierto que este compás es un instrumento de navegación que debe facilitar al piloto, en notable proporción, el mantenimiento de su orientación, que habrá previamente inscrito en el cuadrante de su indicador; pero para el cálculo de esta orientación, el navegante debe siempre recurrir a los instrumentos de observación astral o terrestre, que únicamente son los que pueden medir la deriva del momento. De este modo, el funcionamiento del compás americano quedará libre de los defectos inherentes a toda realización mecánica.

 

El entusiasmo en París

 

En vano intentaríamos describir aquí el clamor de las ovaciones que acogieron al Comandante Byrd y a sus compañeros al apearse del tren en la estación de San Lázaro. Fueron llevados desde allí al Círculo Interaliado, donde se les sirvió un almuerzo presidido por M. Georges Leygues, ministro de Marina. Hallándose entre los presentes los Sres. Laurent Eynac, el Almirante Frochot, director de la Aeronáutica marítima; el General Hergault, director de la Aeronáutica militar, y varias personalidades de la colonia americana, entre ellas, los señores Sidney Veit, delegado de la National Aeronautic Association; Peixotto, del Club Americano; Clifford Harmon, de la Liga Internacional de Aviadores, y los miembros de la Embajada, salvo M. Myron T. Herrick, que se encontraba en los Estados Unidos.

 

Después tuvieron lugar las recepciones en el Elíseo, por M. Doumergue, presidente de la República; por M. Poincaré, presidente del Consejo, y por los grupos Aeronáuticos, políticos y diplomáticos.

 

El corazón de París palpitaba, como sabe hacerlo, ante una bella proeza que consagra, por otro lado, una vez más, la ferviente amistad que une a franceses y americanos.

 

Hacia un enlace aéreo

 

Se acaba de dar un gran paso práctico con el viaje de Byrd, que era algo más que un raid, pues tenía por objeto el estudio de las condiciones científicas para realizar la travesía del Océano Atlántico. ¿Quiere decir esto que esta travesía va a llegar a ser pronto una realidad? Hay fundamento para creerlo así en un porvenir muy próximo. Pero la cuestión de la travesía comercial no está completamente resuelta. Se plantean varios problemas cuando se trata de la navegación aérea comercial, como son: la seguridad, el confort y la regularidad.

 

Parece, pues, que sea necesario buscar más bien los medios de establecer el enlace Europa-América por medio de escalas, que evitarán a la tripulación la fatiga de treinta y tres a treinta y seis horas consecutivas de navegación y de tensión de espíritu, a los motores el inconveniente de funcionar tan largo tiempo sin parar, a los aviones o hidroaviones la desventaja de tener que llevar a las salidas la esencia, el aceite y el agua necesarios para el recorrido total, y a los pasajeros la molestia de permanecer inmóviles durante un día y medio en instalaciones que, a pesar del progreso, no ofrecerán, sin duda antes de muchos años, el confort de un coche cama, de un coche restaurant o de un gran paquebote. Por esto se ha pensado buscar escalas en Escocia, en Islandia, en Groenlandia, en El Labrador o en Terranova. Esta vía es la que siguieron en 1924 los americanos Wade y Smith en su vuelta alrededor del Mundo. Esta ruta tiene como primer defecto la prolongación del recorrido en un millar de kilómetros; además, es sólo posible en verano, quedando interrumpida de ocho a nueve meses durante el año a causa del frío, de la nieve y de las brumas. Es necesario, pues, seguir una ruta más al Sur; una sola es posible: la de las Azores, tan oportunamente situadas entre las costas portuguesas y el litoral americano. El mal está aquí: en que la ruta de las Azores alarga el trayecto tanto como la de Islandia, y más aún si, como medida de seguridad, se toma la dirección de las Azores, no hacia Nueva York, sino más hacia Terranova, que está menos alejada; aun así, se cuentan 2.500 kilómetros aproximadamente de recorrido encima del Océano, entre las Azores y Terranova.

 

No insistiremos sobre el proyecto de islas flotantes en pleno Océano Atlántico, que habíamos estudiado en un reciente número. A pesar de las dificultades que presenta la instalación de estas islas, M. Levine, el financiero de Chamberlin, quiere fundar inmediatamente una Compañía de explotación de una línea Nueva York-Europa, en cuyo recorrido proyecta crear aeródromos flotantes (fioating air stations), suscribiéndose él mismo por dos millones de dólares de acciones de la Sociedad futura, y cree que de aquí a un año podrá hacer servicio regular.

 

Más científica nos parece la opinión que acaba de exponer un constructor alemán, que declara que, técnicamente, la travesía comercial del Atlántico es posible desde ahora con grandes aparatos provistos de varios motores, capaces de transportar un centenar de pasajeros. Esto es sólo una cuestión de capitales. Dicho constructor proyecta la creación de una línea Hamburgo-Nueva York, con escala en Plymouth.

 

De cualquier modo, la solución parece estar por ahora cercana.

 

Tres héroes: El Teniente Noville, Blériot y el Comandante Byrd Fot. Meurissc

 

Fuente: http://www.bibliotecavirtualdefensa.es

 

AVIÓN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL EMERGE DEL MAR FRENTE A GALES. SE ESTRELLÓ EN SEPTIEMBRE DE 1942


 

Por Luis Lizama

 

Los soldados alemanes le habían apodado como “el diablo de cola bifurcada”. 

 

A veces nos olvidamos de la historia. La memoria es frágil y los recuerdos se van borrando con los años. Cuando eso sucede, aparecen potentes recordatorios como en este caso. El tiempo avanza, quedan pocos testigos de las guerras mundiales y los libros van desapareciendo, pero la historia siempre reaparece.

 

Este avión de la Segunda Guerra Mundial emergió del mar, en las costas frente a Gales. Se estrelló en septiembre de 1942 y los soldados alemanes le habían apodado como “El diablo de cola bifurcada”.



 

El P-38 fue un avión de combate estadounidense que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1942, la aeronave se estrelló tras un aterrizaje de emergencia.

 

El piloto, Robert F. Elliott, de apenas 24 años, encontró dificultades en una misión de práctica de artillería, viéndose forzado a aterrizar.



 

Permaneció así hasta sus primeras apariciones en la década del 70, enterrado en más de dos metros de arena y sin llamar mucho la atención. Posteriormente en 2014, volvió a aparecer una parte, tras una nueva y considerable baja en la marea.

 

Ahora, funcionarios del gobierno galés han protegido todo el lugar, debido a su interés histórico y arqueológico, obviamente incluyendo al Lockheed P-38 Lightning.

 


 

El piloto logró escapar del aterrizaje, pero desapareció unos meses después debido a circunstancias de la guerra.

 

Su sobrino, Robert Elliott, apareció en representación de su tío.

 

“Me siento honrado y encantado de que hayan reconocido oficialmente el P-38F de mi tío como un monumento”.

 

“Mi tío estaba entre esos valientes pilotos de combate que sirvieron con distinción durante la Segunda Guerra Mundial. Mi visita al sitio con mi esposa Cathy en 2016 fue muy emotiva”.

 

 

Comentó Robert Elliott en un comunicado.

 


 

Los soldados alemanes le apodaban “el diablo de cola bifurcada”. Era de temer, por algo llegó a derribar más de 1.800 aviones contrarios. Sin embargo, con el tiempo decayó su rendimiento, se llenó de problemas debido a la baja calidad del combustible europeo, según informa Televisa y Daily Mail.

 

Hicieron y son parte de la historia. Hoy tendrán un monumento en su honor.

 

Fuente: http://www.upsocl.com 

UNIDADES AÉREAS NORTEAMERICANAS DE LA I GUERRA MUNDIAL - 96° ESCUADRÓN AERO

 


Emblema del 96° Escuadrón Aero 96 ° Escuadrón de Bombardeo 
 


Activa: 20 de agosto de 1917-1921 (se convirtió en el 96° Escuadrón de Bombardeo)

País: Estados Unidos

Rama: Ejército de los EEUU.

Tipo: Escuadrón

Papel: Bombardeo diurno

Parte de: Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF)

Guerras: Primera Guerra Mundial

Comandantes notables:

  • Mayor HM Brown
  • Capitán James A. Summersett Jr. (temporal)
  • Mayor JL Dunsworth

Aeronaves voladas:  Breguet 14B.2, 1918–1919 - Bombardeo

Registro de servicio

Operaciones  

Grupo de bombardeo del primer día del frente occidental, Francia: 29 de mayo - 11 de noviembre de 1918  

Salidas: 1.149

Misiones de combate: 86

Combates enemigos: 22

Muertos: 6

Heridos: 10

Falta: 30

Aviones perdidos: 17 [3]

Victorias       

Avión enemigo derribado: 14 

Globos enemigos derribados: 0 

Total de aviones enemigos destruidos: 14 

 

El 96° Escuadrón Aero fue una unidad del Ejército de los Estados Unidos del Servicio Aéreo que luchó en el Frente Occidental durante la Primera Guerra Mundial.


 Aviadores del 96° Escuadrón Aero, noviembre de 1918


El escuadrón fue asignado como un escuadrón de bombardeo diurno, realizando ataques de bombardeo de largo alcance en carreteras y ferrocarriles: destrucción de material y formaciones masivas de tropas detrás de las líneas enemigas. También realizó reconocimientos estratégicos sobre el territorio controlado por el enemigo y bombardeos tácticos contra las fuerzas enemigas en apoyo de las operaciones ofensivas del Ejército. Después del Armisticio de 1918 con Alemania, el escuadrón regresó a los Estados Unidos en mayo de 1919 y se convirtió en parte del Servicio Aéreo del Ejército de los Estados Unidos permanente en 1921, siendo redesignado como el 96º Escuadrón (Bombardeo).

 

El 96° Escuadrón de Bombardeo, asignado al 2° Grupo de Operaciones, Base de la Fuerza Aérea de Barksdale, Luisiana, es la unidad de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos descendiente del escuadrón, que ha heredado su linaje y honores.

 

Historia

 

Formación y entrenamiento

 

El 96° Escuadrón de Bombardeo comenzó en agosto de 1917 en Kelly Field, Texas, como el 96° Escuadrón Aero. Como la mayoría de las otras unidades que estaba formando el Servicio Aéreo en el verano de 1917, los hombres de la unidad no tenían una idea definida de lo que les esperaba, si estaría entre las unidades desplegadas en Francia para el combate o se utilizaría en los Estados Unidos para otros deberes. Estaba formado por 80 hombres, en su mayoría graduados universitarios o desertores universitarios, todos voluntarios y algo así como un grupo de élite, ya que sus calificaciones aeronáuticas eran las más altas en el Servicio Aéreo del Ejército de los EEUU.

 

En Kelly Field, el escuadrón fue instruido a fondo todos los días en las lecciones de soldado, y se le asignó una considerable fatiga para adoctrinar a los hombres en el servicio militar. El escuadrón se vio amenazado por un severo ataque de intoxicación por ptomaína, que llevó a la mitad del personal al hospital, pero que no provocó muertes. El 9 de octubre, se ordenó al escuadrón que se dirigiera al Depósito de Abastecimiento y Concentración de Aviación en Mineola, Nueva York, para ser equipado para el servicio en el extranjero.

 

Se permitió al escuadrón embarcarse el 27 de octubre en el muelle 61 del puerto de Nueva York en el antiguo White Star Liner RMS Adriatic. Después de un viaje transatlántico sin incidentes, llegó a Liverpool, Inglaterra, el 10 de noviembre. Después de desembarcar, el escuadrón marchó desde los muelles hasta la estación de tren de Liverpool, donde abordó un tren de Londres y North Western Railway que los llevó a Winchester, Hampshire, cerca de la costa sur de Inglaterra. Al llegar a última hora de la tarde, el escuadrón fue trasladado al campamento de descanso Romsey. Inicialmente, se ordenó al escuadrón para un entrenamiento de seis meses en Inglaterra bajo la tutela del Royal Flying Corps. Sin embargo, un cambio en los pedidos provocó la salida inmediata hacia Francia. Trasladado a Southampton, el escuadrón se embarcó en un ferry a través del canal a Le Havre, Alta Normandía, Francia. Desde allí se trasladó al Séptimo Centro de Instrucción de Aviación, Aeródromo de Aulnat, Clermont-Ferrand, donde llegó el 16 de noviembre de 1917.

 

Como escuadrón pionero en la nueva escuela de instrucción de bombardeo, al 96º se le otorgó el control completo de los hangares, el transporte y el armamento, y se le ayudó a organizar los sistemas de gestión aún vigentes. Los mecánicos de la escuadra adquirieron un conocimiento completo del avión de bombardeo de día Breguet 14B.2 y del motor Renault, mediante visitas diarias a la cercana fábrica Michelin donde se fabricaban los aviones. La experiencia así adquirida ayudando en la construcción de los aviones y ensamblando los motores Renault en la fábrica, resultó de inmenso valor cuando el escuadrón fue enviado a la Zona de Avance. El 18 de mayo de 1918, diez equipos de bombardeo (un piloto y un observador) fueron asignados al escuadrón para llevar los aviones al frente de combate.

 

Operaciones de combate del sector de Toul

 

Se ordenó al 96° Escuadrón Aero que se dirigiera al aeródromo de Amanty en el sector de Toul y se estableció como una unidad de bombardeo en servicio activo contra el enemigo. El equipo de vuelo del escuadrón consistió en diez aviones Breguet 14B.2, que habían sido transferidos por el 7º Centro de Instrucción de Aviación. Los aviones estaban en muy malas condiciones, habían sido utilizados para instrucción desde diciembre de 1917, y estaban en constante necesidad de reparaciones importantes incluso antes de ser utilizados como portabombas. En Amanty, diez equipos más, que habían llegado allí un mes antes, fueron asignados al escuadrón para completar su organización. Justo antes de embarcarse en su primera guerra aérea, el escuadrón se decidió por su insignia, un triángulo negro delineado por una franja blanca que encierra el perfil de un diablo rojo tocando el suelo con la nariz con la mano derecha. A su izquierda, sostenía una bomba blanca. Este emblema distintivo fue diseñado por el talentoso artista gráfico del escuadrón, Harry O. Lawson.

 

Bombardero Breguet 14 B.2 del 96° Escuadrón Aero

 

Las operaciones iniciales consistieron en varias patrullas de práctica cubriendo la zona trasera del sector y dando a los Pilotos la oportunidad de volar juntos. El 96° vio combate apoyando al Primer Ejército de los EEUU y al Octavo Ejército francés desde el 12 de junio hasta el final de la guerra, pasando a formar parte del Grupo de Bombardeo del 1er Día con los Escuadrones Aero 11 y 20 el 10 de septiembre.

 

La primera misión de bombardeo emprendida por el 96 fue un evento que despertó un gran interés en el sector. A última hora de la tarde del 12 de junio se encontraron ocho aviones cargados con bombas y listos para la tan anticipada incursión a un objetivo hostil. El escuadrón prácticamente no tenía precedentes de orientación, ya que estaba aislado de otros escuadrones voladores y solo tenía dos pilotos que alguna vez habían cruzado las líneas. A las 16:30 horas despegó el vuelo. Debido al estado de desgaste de los motores, se dedicó un tiempo considerable a alcanzar una altitud de bombardeo de 4000 metros. El objetivo se alcanzó sin contratiempos, salvo que dos aviones se vieron obligados a regresar por problemas de motor.

 

El bautismo de fuego antiaéreo del escuadrón se recibió sobre Etain.  Los "Archies" (fuego antiaéreo) fueron particularmente activos y precisos sobre el objetivo. El Teniente Rath bombardeó al viento y anotó un buen golpe. Se observaron ráfagas en los patios del ferrocarril y el rastro de Bombardeo, 640 kilos en total, se extendió hasta los almacenes más allá de las vías. No se obtuvieron fotografías. La formación fue atacada en el vuelo de regreso por dos aviones de exploración enemigos y un caza biplano. Sin embargo, los pilotos se acercaron y mantuvieron una formación apretada, y los observadores pudieron rechazar el ataque después de cruzar nuestras líneas. Uno de los aviones recibió dos proyectiles explosivos en el motor, pero pudo llegar al aeródromo. Tres aviones se vieron obligados a aterrizar con los tanques de gasolina casi vacíos, pero todos aterrizaron a salvo. Los otros tres llegaron al aeródromo a las 20:00 horas. esa noche.

 

La primera gran derrota del 96 se produjo el 10 de julio cuando una formación de seis aviones se vio obligada a aterrizar en territorio hostil. Todo el día el tiempo había sido extremadamente desfavorable, pero las nubes parecían levantarse al final de la tarde. La formación abandonó el aeródromo a las 18:05 PM, y casi de inmediato fue tragada por las nubes que descendían. Un fuerte viento del suroeste arrastró los aviones hacia el norte, pero el cielo no se cerró por completo hasta una hora después del despegue. Se supone que el líder no pudo encontrar el objetivo debido a la tormenta y no pudo volver a cruzar las líneas contra el viento antes de que se agotara la gasolina. Esa noche se interceptó un mensaje inalámbrico en el que se indicaba que cinco aviones bombarderos estadounidenses intentaban una incursión en Koblenz, habían sido capturados. Al día siguiente se supo del sexto avión, también en manos alemanas. Se informó que todos los pilotos y observadores estaban a salvo.

 

Durante la tercera semana de julio, once nuevos Breguet, incluidos dos del tipo Corps d 'Armee, con equipo fotográfico, fueron entregados al escuadrón como reemplazos. Muchas formaciones de práctica y pruebas de bombas se llevaron a cabo durante los días de vuelo, mientras que el departamento de ingeniería preparaba los aviones para el servicio aéreo. Habían llegado reemplazos de pilotos y observadores, por lo que el escuadrón tenía 16 equipos disponibles para el servicio.

 

La primera incursión con el nuevo equipo se llevó a cabo el 1 de agosto cuando ocho aviones, en formación de doble V, bombardearon los almacenes y los patios de ferrocarril de Conflans. Se lanzaron 960 kilogramos de bombas; Los observadores trajeron información valiosa sobre las actividades ferroviarias, aunque no tuvo éxito en esta redada. Las ráfagas estaban bien agrupadas en los patios.

 

El clima adverso, los fuertes vientos y las formidables nubes bajas impidieron los vuelos extensos hasta el 11 de agosto, cuando el Capitán Cecil G. Sellers encabezó una formación hacia Montmedy y arrojó 1120 kilos de bombas, cortando la vía del tren en las afueras. El 12 de agosto se obtuvieron las primeras fotografías exitosas de bombas estallando en los patios del ferrocarril en Conflans el 23 de agosto se realizó una redada en un patio de clasificación en Dommary-Baroncourt, donde se lograron buenos impactos en las vías con 880 kilos de bombas. El 14 de agosto fue el primer día en el que el escuadrón pudo llevar a cabo dos misiones distintas, una a Longuyon por la mañana y un segundo a Dommary-Baroncourtt por la tarde. A su regreso de Longuyon, el escuadrón tuvo su primer combate "Close In" con aviones de exploración enemigos. La formación se había reducido a cinco aviones, que fueron vistos por miembros del escuadrón de persecución alemán estacionados cerca de Longuyon. Al acercarse al objetivo, los pilotos y observadores vieron los aviones enemigos que despegaban de su campo y los vieron ganar altura en un tiempo notablemente corto. Los aviones enemigos, cuatro, atacaron desde el sol, abriendo fuego a 400 metros de distancia. Los aviones enemigos siguieron la formación Breguet hasta las líneas. Dos aviones fueron alcanzados por fuego antiaéreo, pero todos regresaron sanos y salvos al aeródromo. Ese día se lanzaron 1440 kilos de bombas.

 

Se llevaron a cabo dos incursiones al día siguiente, una a Dommary-Baroncourt, en la que se anotaron buenos golpes, y la segunda a Conflans, que fue atacada con vehemencia por 11 exploradores enemigos después de lanzar las bombas. Dommary-Baroncourt fue golpeado nuevamente el 16 del mes, Longuyon los días 20 y 21, Audun-le-Romanel 21 y Conflans una vez el 22 y dos veces el 23, de nuevo el 26 y Longuyon el 25. El 30 de agosto fue un día destacado para las redadas; Conflans fue bombardeada a la luz del día; Longuyon al mediodía y Conflans nuevamente al atardecer. Durante los 14 días de vuelo de agosto, el 96 llevó a cabo 20 incursiones exitosas, arrojando 19.480 kilos de bombas. El bombardeo de precisión alcanzó una alta eficiencia entre los principales observadores, por lo que los golpes perfectos fueron la regla. El número medio de aviones disponibles era diez; la pérdida en aviones fue de dos.

 

El escuadrón continuó operando desde Amaty Field, lanzando propaganda y bombas, hasta el 23 de septiembre, cuando el escuadrón fue trasladado al aeródromo de Maulan, cerca de Ligny-en-Barrois, para prepararse para el Argonne Drive.

 

Batalla de Saint-Mihiel

 

El 12 de septiembre abrió la gran batalla de Saint-Mihiel, fue, en todos los aspectos, el peor día de vuelo en muchos meses. Un terrible viento del suroeste hizo que volar en formación fuera extremadamente peligroso, y las nubes bajas que se movían rápidamente hicieron imposible ver más de dos o tres kilómetros. Por la mañana el techo de nubes estaba muy bajo, pero la tarde trajo espacios despejados sin disminución de la violencia del viento. El final del primer día encontró al escuadrón gravemente lisiado, habiendo perdido a tres miembros del personal, muertos y ocho aviones destrozados o puestos fuera de servicio.

 

Formación Breguet 14B2s

 

La primera misión emprendida fue una incursión en solitario que salió del aeródromo a las 10:45 a.m. El objetivo era Buxières-lès-Clefmont, donde se concentraban tropas hostiles. El avión no regresó y luego se informó que se incendió al sur de Commercy. El piloto saltó; su cuerpo fue encontrado a cierta distancia de los restos del impacto. El observador murió quemado. Como no se encontraron bombas entre los restos, se presumió que la misión se había cumplido. A las 13:30 horas, ocho aviones bombardearon el centro de tropas en Buxières. Se hizo un golpe perfecto, las bombas abrieron un camino a través de la ciudad. La tercera misión del día, una formación de cinco aviones fue bombardear a las tropas en Vigneulles. Debido a la tardanza de la salida, 18:35 horas, no se alcanzó el objetivo hasta después del anochecer. Las bombas se lanzaron sobre la ciudad, pero la observación de los impactos fue imposible. La formación regresó al aeródromo en la oscuridad, los pilotos se guiaron por los fuegos de escape de los aviones delante de ellos. Se intentó aterrizar en el campo con la ayuda de bengalas terrestres, pero solo uno de los cuatro aviones aterrizó con éxito. Un avión se estrelló en el bosque detrás de los hangares, los otros dos se amontonaron en el campo. El quinto avión se estrelló en un campo arado cerca de Gondrecourt-le-Château. El piloto murió. El observador resultó ileso.

 

En el segundo día de la batalla, se ordenó a los cinco aviones disponibles que bombardearan las carreteras entre Chambley y Mrs-le-Tour. Cuatro aviones abandonaron el suelo, pero uno se vio obligado a aterrizar en un campo cercano. Los otros tres continuaron la misión y bombardearon el depósito de municiones en Chambley desde una altitud de 1000 metros. Los aviones fueron rodeados en el objetivo por 15 exploradores enemigos. En la terrible pelea que siguió, dos aviones fueron derribados, uno cayó en control, el segundo en llamas. El Teniente Gaylord, piloto y el Teniente Rath, observador, lograron cortar su camino hacia las líneas y aterrizaron a salvo en el aeródromo. Un avión enemigo fue derribado en combate.

 

Las pérdidas de los dos primeros días no desanimaron en modo alguno a los pilotos del 96º. Diez aviones estaban listos para la primera incursión en la mañana del 16. La formación, que abandonó el campo, continuó hacia el objetivo a pesar de que la formación se había reducido a tres planos. Se llegó a Conflans, oculto por varias capas de nubes. Una apertura favorable permitió que la formación descendiera por debajo de las nubes y el escuadrón anotó un golpe perfecto en el cuello de los patios del ferrocarril. Los aviones enemigos comenzaron a aparecer antes de que se alcanzara el objetivo y un juego de escondite en las nubes con 20 aviones enemigos fue el programa para la siguiente media hora. Los tres aviones aterrizaron a salvo en el campo de juego. Ese día se llevaron a cabo otras dos misiones, bombardeando con éxito a las tropas en las carreteras entre Vittonvilley Armonville, en el río Mosela. El puente de Arnaville fue bombardeado al día siguiente, y Longuyon y el 15 y 16. Se encontraron aviones enemigos, pero sus ataques no fueron persistentes.

 

Ofensiva Mosa-Argonne


96° Escuadrón Aero: 2° Teniente Avrom Hexter, 1° Teniente Samuel Hunt, 1° Teniente David Young y 1° Teniente Howard Rath. (Foto tomada el 12 de noviembre de 1918)

 

La primera incursión de la ofensiva de Argonne fue una misión a Dun-sur-Meuse, llevada a cabo con el éxito habitual. La formación de seis aviones fue atacada por diez exploradores Fokkers y Pfalz. Dos de los aviones enemigos fueron derribados fuera de control entre Clery y Cunel. Etain fue bombardeado poco antes del anochecer, el 27 de septiembre, por una formación de 12, todos los cuales regresaron sanos y salvos. En esta incursión se lanzaron un total de 2400 kilos de bombas. El 29 de septiembre se llevó a cabo una redada de gran éxito con Grandpré como objetivo. 12 aviones llegaron a Grandpré, arrojando 1600 kilos de Bombardeo.

 

Por primera vez desde que el escuadrón había estado operando, los aviones de persecución cooperaron estrechamente con los bombarderos. La protección brindada por los aviones de persecución, aunque a menudo de tipo indirecto, fue de inmenso valor para el bombardeo de precisión. Los observadores pudieron hacer cálculos cuidadosos con la certeza de hacer su mejor trabajo si no los molestaban los exploradores enemigos.

 

El 96 tenía muchos aviones, pero faltaban pilotos y observadores para llevar a cabo las órdenes de operación a gran escala. En consecuencia, el personal de vuelo fue prestado de los Escuadrones Aero N° 11 y 20. Las formaciones dejarían el suelo con un número de 17 a 20 aviones, y teniendo en cuenta problemas de motor y otras dificultades debido a la diferencia en el rango de velocidad, generalmente habría una formación apretada de 12 a 14 aviones cuando se alcanzó el objetivo. El éxito de las grandes formaciones fue mejor, ya que cuando eran atacadas, los aviones podían formar una retaguardia de combate más apretada que en una formación pequeña y, a menudo, la vista de una gran formación bien organizada era suficiente para advertir a los exploradores enemigos de la recepción caliente que podían esperar. ellos atacan.

 

Uno de los primeros éxitos con una gran formación fue el bombardeo de Bantheville, el 1 de octubre, con 13 aviones en "vol du canard" 1240 kilos de bombas causaron grandes estragos en la ciudad, iniciando tres incendios con bombas incendiarias. En la lucha por Landres-et-St. Georges, contra 30 exploradores enemigos, el 96 no perdió un solo avión, sino que derribó a dos de los enemigos. Cuando la pelea estaba en su apogeo, un grupo de aviones de persecución estadounidenses llegó y se mezcló con el enemigo en lo que popularmente se llama una "pelea de perros". Los Spad reclamaron once del enemigo.

 

96° Escuadrón Aero - Foto de grupo de oficiales, noviembre de 1918

 

El 18 de octubre fue una fecha récord en los anales del escuadrón. Una formación de 14 aviones alcanzó su objetivo, Sivry, con todos sus aviones, y arrastró bombas por el centro de la ciudad y las carreteras más allá. Se lanzaron 1600 kilos de Bombardeo, incluidas 40 de las nuevas Bombardeo incendiarias. Se encontraron quince aviones de reconocimiento Fokker y Pfaltz, pero su ataque no estuvo bien organizado. Un Fokker atacó al líder desde el ala derecha, un punto ciego en el Breguet, y logró escapar zambulléndose por debajo del lado derecho de la línea de formación.

 

El 4 de noviembre, la última pelea del 96 resultó ser el más candente de sus muchos encuentros con aviones enemigos. Una formación de cinco aviones bombardeó Montmédy, donde las fotografías tomadas muestran maravillosos impactos. 15 Pfaltz atacó antes de que se pudiera hacer un giro en el objetivo, y continuó hostigando a la formación durante 20 minutos. Nuestros observadores derribaron dos aviones enemigos, uno en llamas.

 

El mal tiempo impidió seguir volando durante varios días, aunque el escuadrón permaneció en "alerta". El 11 de noviembre, la firma del armisticio puso fin a la alerta, pero el escuadrón siguió patrullando y practicando maniobras aéreas a la espera de nuevas órdenes.

 

Desmovilización

 

Con el fin de las hostilidades, el escuadrón se tomó mucha libertad en Francia. El 10 de enero de 1919 se recibieron órdenes para que el escuadrón se presentara en el 1er Depósito Aéreo, Aeródromo de Colombey-les-Belles para entregar todos sus suministros y equipos y fue relevado de su deber con la AEF. Los aviones Breguet del escuadrón fueron entregados al Parque de Aceptación del Servicio Aéreo Americano N° 1 del Aeródromo de Orly para ser devueltos a los franceses. Allí, prácticamente, todos los pilotos y observadores fueron separados de la escuadra.

 

Posteriormente, se asignó personal al comandante general, los servicios de suministro y se le ordenó que se presentara en uno de los varios campamentos de preparación en Francia. Sin avión, viajó en tren a Saint-Denis-de-Pile, cerca de Burdeos, donde el escuadrón pasó una agradable primavera esperando el transporte de regreso a los Estados Unidos. Se realizó otro traslado a Libourne a mediados de abril antes de embarcarse en un barco y regresar a los Estados Unidos, donde la mayoría de los hombres regresaron a la vida civil, siendo dados de alta en Mitchel Field , Nueva York.

 

Linaje

 

  • Organizado como 96° Escuadrón Aero el 20 de agosto de 1917
  • Re-designado: 96° Escuadrón Aero (Bombardeo diurno), mayo de 1918
  • Re-designado: 96° Escuadrón (Bombardeo) el 14 de marzo de 1921

 

Tareas

 

  • Sede de correos, Kelly Field, 20 de agosto a 7 de octubre de 1917
  • Centro de concentración de aviación, 9 de octubre-10 de noviembre de 1917
  • Sede del Servicio Aéreo, AEF, Islas Británicas, 10 de noviembre de 1917-14 de marzo de 1918
  • Adjunto al Royal Flying Corps para entrenamiento, 10 de noviembre de 1917-14 de marzo de 1918
  • Primer Servicio Aéreo del Ejército, 18 de mayo de 1918
  • Grupo de bombardeo del primer día, 10 de septiembre de 1918 (¿Primer ejército hasta el 17 de diciembre?)
  • 1st Air Depot, AEF, 10 de enero-13 de febrero de 1919
  • Comandante General, Servicios de Abastecimiento, 13 de febrero-2 de mayo de 1919
  • Sede de correos, Mitchel Field, 2 de mayo de 1919

 

Estaciones

 

  • Kelly Field, Texas, 20 de agosto a 7 de octubre de 1917
  • Centro de concentración de aviación, Garden City, Nueva York, 9 de octubre de 1917
  • Puerto de entrada, Hoboken, Nueva Jersey
  • Travesía transatlántica: RMS Adriatic, 27 de octubre al 10 de noviembre de 1917
  • Liverpool, Inglaterra, 10 de noviembre de 1917
  • Winchester, Inglaterra, 11 de noviembre de 1917
  • Romsey RC, Winchester, Inglaterra, 11 a 14 de noviembre de 1917
  • Le Havre, Francia, 14 de marzo de 1918
  • Aeródromo de Aulnat, Clermont-Ferrand, Francia, 16 de noviembre de 1917
  • Aeródromo de Amanty, Francia, 18 de mayo de 1918
  • Aeródromo de Maulan, Francia, 23 de septiembre de 1918
  • Aeródromo de Colombey-les-Belles, Francia, 10 de enero de 1919
  • Saint-Denis-de-Pile, Francia, 13 de febrero de 1919
  • Libourne (?), Francia, 12-16 de abril de 1919
  • Mitchel Field, Nueva York, 2 de mayo de 1919

 

Sectores de combate y campañas

 

  • Sector de Toul: 22 de junio a 11 de septiembre de 1918; 17 a 23 de septiembre de 1918
  • Campaña ofensiva de San Mihiel: 12-16 de septiembre de 1918        
  • Campaña ofensiva Mosa-Argonne: 26 de septiembre a 11 de noviembre de 1918    

 

Personal notable

 

  • Teniente Arthur H. Alexander, DSC, 2 victorias aéreas
  • Teniente Ralph I. Coryell, SSC
  • Teniente Bradley Gaylord, DSC, 1 victoria aérea
  • Teniente Robert P. Elliott, DSC, 2 victorias aéreas
  • Teniente Thomas H. Farnsworth, DSC, 2 victorias aéreas, (KIA)
  • Teniente Andre P. Gundelach, DSC, 2 victorias aéreas, (KIA)
  • Teniente Avrome N. Hexier, SSC
  • Teniente Stephen T. Hopkins, DSC, 1 victoria aérea
  • Teniente Bruce C. Hopper, SSC
  • Teniente Arthur H. Kelly, SSC
  • Teniente Paul E. Lakin, SSC
  • Teniente Samuel M. Lunt, SSC
  • Teniente Elmore K. McKay, DSC, 3 victorias aéreas
  • Teniente Harry O. McDougall, DSC, 3 victorias aéreas
  • Teniente Paul J. O'Donnell, DSC, 2 victorias aéreas
  • Teniente Henry L. Pancoast, SSC
  • Teniente Howard G. Rath, DSC, 2 victorias aéreas
  • Teniente Walton B. Ten Eyck, Jr., DSC, 2 victorias aéreas
  • Teniente Robert E. Thompson, DSC, 2 victorias aéreas, (KIA)
  • Teniente Donald D. Warner, DSC, 2 victorias aéreas
  • Teniente Pennington H. Way, DSC, 1 victoria aérea, (KIA)
  • Teniente Bertram Williams, DSC, 1 victoria aérea, (KIA)
  • Capitán David H. Young, SSC

 

DSC: Cruz de servicios distinguidos

SSC: Citación Silver Star

KIA: Muerto en acción

 

Fuente: https://en.wikipedia.org

EVOLUCIÓN DE LA DOCTRINA MILITAR EN EL PERIODO DE ENTREGUERRAS: LA FUERZA AÉREA NORTEAMERICANA

 


 

Por Carlos Javier Frías Sánchez *

 

El Ejército norteamericano organizó el U.S. Army Aerial Service (USAAS) en 1918, como un elemento surgido de su Arma de Transmisiones. En 1920 se le concedió legalmente el carácter de “Arma de Combate”, pese a lo cual, siguió manteniendo el nombre de “Servicio” (en la terminología militar norteamericana, los “Servicios” eran organizaciones auxiliares, no de combate). Hasta ese año se nutría de personal de otras Armas, y desde entonces empezó a recibir personal propio o se asignó permanentemente al USAAS al personal destinado en él. La Armada mantenía su propio Cuerpo de Aviación. Hasta bien entrados los años 20, el papel que tanto la Armada como el Ejército concedían a su elemento aéreo era puramente auxiliar.

 

Como sus contemporáneos, el USAAS (y su homólogo en la Armada) no escaparon a la lucha doctrinal entre los defensores del papel de la Fuerza Aérea como apoyo a las fuerzas de superficie y los del “Poder Aéreo Estratégico”. Puesto que la jefatura del Army y de la Navy estaba ocupada por antiguos combatientes de la I GM, ambas instituciones se decantaron claramente por la primera de las opciones. Así, en 1928, el Estado Mayor del Ejército todavía priorizaba la adquisición de aviones de reconocimiento y observación (empleados fundamentalmente como elementos de corrección del tiro de Artillería, a imagen de los franceses – principal fuente de inspiración doctrinal del U.S. Army – pero también para descubrir posibles elementos adversarios en los grandes espacios del Medio Oeste del país) y de cazas para proteger a las fuerzas terrestres, sobre la compra de aviones de bombardeo.

 

En 1925, en caso de movilización, el Army contemplaba asignar a cada Gran Unidad Ejército (de las que se esperaba organizar seis) un Ala (Wing), compuesta de cuatro Grupos (Groups), dos de ataque, uno de caza y uno de observación. Cada Grupo se componía de dos o más Escuadrones (Squadrons) con un número variable de aviones, desde unos veinte hasta cincuenta. Cada Cuerpo de Ejército y cada División recibirían un Escuadrón de Observación propio, y la Jefatura de la Fuerza tendría una unidad mixta de caza y observación. Estas unidades aéreas estarían directamente subordinadas a la correspondiente unidad terrestre.

 

Sin embargo, en la realidad, el Servicio solo disponía de un Ala permanente, y siete Grupos con 32 Escuadrones. Un programa de expansión aprobado en 1926 organizó nueve Grupos más, con un objetivo total de 63 Escuadrones, que nunca se llegó a alcanzar, mientras que los existentes eran muy deficitarios en aeronaves y personal. Todavía en 1933 solo existían 50 Escuadrones (21 de caza, 13 de observación, 12 de bombardeo y 4 de ataque a tierra), frecuentemente mandados por Tenientes en lugar de su mando teórico de Comandante.

 

Pese al enfoque oficial hacia un papel auxiliar de la Aviación, apareció muy pronto en el USAAS una fuerte corriente partidaria de adoptar una doctrina de “Poder Aéreo Estratégico”. Su figura más destacada fue el General William “Billy” Mitchell, principal impulsor de la creación de la USAF, y un destacado divulgador (más que creador) de las teorías del “Poder Aéreo Estratégico”. Mitchell, seguidor y amigo del General británico Hugh Trenchard, batalló tenazmente por la creación de una Fuerza Aérea independiente, claramente orientada hacia el uso independiente y ofensivo del Poder Aéreo. Mitchell pensaba que la Aviación representaba una revolución militar, cuya principal utilidad era la de ser empleada de forma ofensiva para ganar el dominio del espacio aéreo, con el fin de atacar centros de población enemigos e industrias clave. De hecho, pensaba que una Fuerza Aérea independiente sería capaz de vencer por sí sola en cualquier conflicto.

 

El primer objetivo de Mitchell fue demostrar la vulnerabilidad de los grandes acorazados frente a los bombarderos. Para ello, en 1921 obtuvo permiso para bombardear a título de experimento el acorazado “Ostfriesland” (incautado a la Marina alemana tras el armisticio). El rápido hundimiento del acorazado alemán, junto con la proeza de Lindbergh en 1927 al cruzar el Atlántico, tuvieron un gran impacto en el público norteamericano, popularizando la Aviación.

 

No obstante, la pugna de Mitchell con la Armada (Mitchell quería suprimir los acorazados, por anticuados, y confiar la defensa de las costas a una nueva Fuerza Aérea independiente), le costó un Consejo de Guerra por insubordinación, pero también dejó aparte al Ejército de Tierra, que no se sintió tan atacado como la Armada. En consecuencia, en términos de doctrina y de organización, el Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos (U.S. Army Air Corps o USAAC – nuevo nombre del USAAS desde 1926), siguió siendo un elemento auxiliar y relativamente marginado dentro de la estructura del Ejército. No obstante, las ideas de Mitchell seguían vigentes en el profesorado y los alumnos de la Air Corps Tactical School (ACTS).

 

En 1935, se creó el Cuartel General de la Fuerza Aérea (General Headquarters Air Force), como elemento de mando de las unidades aéreas, pasando la jefatura del USAAC a quedar como un mando institucional y de organización, pero sin autoridad sobre el empleo de las unidades aéreas. La idea de este GHQ Air Force era la de centralizar el mando de las unidades aéreas, dejando bajo la autoridad de los jefes de las unidades terrestres únicamente a los Escuadrones de Observación.

 

Sin embargo, esta duplicidad de cadenas de mando, en la que la doctrina, la logística, el adiestramiento y el desarrollo de nuevos modelos lo hacía el USAAC, mientras que el mando táctico era responsabilidad del GHQ Air Force, dio lugar a no pocos problemas: los tipos de aviones favorecidos por el USAAC no siempre eran los que pedía el GHQ, ni las prioridades en el adiestramiento o la entrada en servicio se hacían de modo acordado. En realidad, estas disfunciones venían de la tensión entre el USAAC – mandado por el General Patrick, partidario del ‘papel auxiliar’ de la Aviación con respecto a las fuerzas de superficie – y el GHQ, reducto de los defensores del “Poder Aéreo Estratégico”.

 

Los defensores del “Poder Aéreo Estratégico” consiguieron una victoria aparentemente menor, pero de grandes consecuencias posteriores, cuando, en 1931 y en el marco de las penurias económicas de la posguerra, la Armada presionó para que el Ejército de Tierra asumiera en exclusiva la defensa de costas en el territorio continental de los Estados Unidos. El Ejército de Tierra, a su vez, asignó esta tarea al USAAC. El cumplimiento de esta misión implicaba disponer de bombardeos de largo alcance, capaces de localizar a una posible flota enemiga en alta mar, y destruirla antes de que alcanzase las costas norteamericanas. Esta misión fue el origen de la fuerza de bombarderos norteamericana, que se emplearía contundentemente contra Alemania y Japón durante la II Guerra Mundial.

 

Las sucesivas publicaciones doctrinales norteamericanas previas a la II Guerra Mundial, fueron un compromiso entre los dos enfoques de empleo de las Fuerzas Aéreas. Sin embargo, los partidarios del “Poder Aéreo Estratégico” fueron ganando terreno progresivamente, reconociéndose cada vez más la posibilidad de que las Fuerzas Aéreas ejecutasen operaciones “independientes” de las fuerzas de superficie.

 

Hasta 1939, los defensores del “Poder Aéreo Estratégico” continuaron ganando influencia, por lo que el USAAC se centró en desarrollar procedimientos de bombardeo estratégico, y conseguir aeronaves aptas para este papel. La cooperación con las Fuerzas Terrestres recibió una atención muy escasa.

 

*  Coronel Jefe de la Secretaría Técnica de la División de Planes Estado Mayor del Ejército español

 

Fuente: https://global-strategy.org