24 de septiembre de 2023

AQUEL DÍA QUE UN BOMBARDERO VÍCTOR DESPEGÓ ACCIDENTALMENTE


Bromeando con Tina en el aeródromo de Bruntingthorpe, a salvo en tierra. Imagen de Alan Wilson CC BY-SA 2.0

En 2009 ocurrió un famoso incidente en el aeródromo de Bruntingthorpe, Reino Unido, que involucró a un bombardero Handley Page Víctor de la Guerra Fría.

 

El Víctor fue un bombardero estratégico que entró en servicio por primera vez con la RAF en 1957, como parte de la fuerza de ataque nuclear “bombardero V”. Los bombarderos V fueron el Víctor, Vickers Valiant y el Avro Vulcan.

 

El Víctor fue retirado de la fuerza de ataque nuclear en 1968, y muchos de ellos se convirtieron en aviones cisterna de reabastecimiento de combustible. Fue retirado por completo en 1993.

 

Bombardero Víctor se burla de Tina

 

El aeródromo de Bruntingthorpe alberga el Víctor XM715, que se mantiene en condiciones sujetas a impuestos. Aquí es donde una aeronave que ya no está registrada para volar se mantiene a un nivel en el que pueda replicar una secuencia de despegue.

 

Esto da a los espectadores la oportunidad de ver un avión en movimiento, sin que tenga que volar.

 

El bombardero ya no es un avión registrado en condiciones de volar y ha permanecido sobre su tren de aterrizaje desde la década de 1990.

 

En un día cualquiera de 2009, el Víctor, irónicamente llamado “Teasin Tina”, estaba al mando del ex piloto de la RAF Bob Prothero, de 70 años. Bob voló en Víctor durante su carrera en la RAF, y su último vuelo en el avión fue en 1980.

 

Aunque su licencia de piloto había expirado hacía mucho tiempo, no se requiere una licencia para una exhibición de taxi rápido.

 

La exhibición era sencilla; replica una secuencia de despegue, acelera hasta 115 mph, luego reduce el acelerador y se detiene al final de la pista.

 

Después de alcanzar entre 90 y 100 mph, Bob le dio a su copiloto la orden de reducir el acelerador.

 

Bombardero Víctor burlándose de Tina

 

Terriblemente, el copiloto, con la mano en el acelerador, se había quedado helado en esta situación de alto estrés. Bob exigió al copiloto que redujera el acelerador, pero aun así no respondió.

 

Mientras avanzaba por la pista y se dio cuenta de que su copiloto se había congelado en el lugar, Bob supo que debía acelerar él mismo el avión que aceleraba rápidamente. Para ello fue necesario retirar la mano izquierda de la columna de control con la que se controlaba el bombardero.

 

Mientras lo hacía, el avión de 80 toneladas saltó casi 100 pies en el aire y logró volar. Luego, un fuerte viento cruzado hizo que el avión saliera de la pista y sobre el césped adyacente. Los espectadores miraban conmocionados y confundidos.

 

Bob, temiendo que el avión se detuviera, se sorprendió al sentir que el Víctor, retirado hacía mucho tiempo, reaccionaba cómodamente a sus comandos de control y parecía feliz de estar de nuevo en el aire.

 

Tuvo una fracción de segundo para decidir si tenía suficiente pista para aterrizar o si necesitaba intentar dar la vuelta para utilizar toda la pista.

 

Todavía le quedaba la mitad de la pista, y Bob decidió volver a plantar el avión en tierra. El avión aterrizó en el césped, pero Bob rápidamente lo dirigió de regreso a la pista. Se detuvo de forma segura antes del final de la pista sin ningún rasguño.

 

El “copiloto” era un joven mecánico que daba mantenimiento al Víctor y no tenía experiencia de vuelo alguna. Esto sigue siendo legal al realizar un recorrido en taxi.

 

Lo más probable es que el avión tuviera un peso muy inferior al normal, ya que no llevaba carga útil y sólo el combustible suficiente para el rodaje. Sin este peso, los cuatro potentes motores Rolls-Royce Conway hicieron volar fácilmente al Víctor.

 

La experiencia y el instinto de Bob Prothero habían logrado evitar que esta situación empeorara muchísimo.

 

La Autoridad de Aviación Civil investigó el incidente, pero concluyó que el copiloto se había quedado congelado, lo que provocó que Bob perdiera momentáneamente el control del avión. No se tomaron acciones legales.

 

Puedes escuchar la experiencia de Bob aquí 

 

Si bien afirma que fueron “los nueve segundos más aterradores de mi vida”, Bob disfruta poder decir que es el último piloto de un bombardero Víctor.

 

Fuente: https://planehistoria.com