24 de septiembre de 2023

EL PILOTO Y CIENTÍFICO QUE CREÓ UNA NACIÓN: DE CABO A GENERAL EN TRES AÑOS

 


 

A Milan Rastislav Stefánik, sus compatriotas le compararon con Lawrence de Arabia y Napoleón

 

Por Gustavo Morales

 

Milan Rastislav Stefánik (1880-1919) fue un hombre polivalente: militar, diplomático, piloto de aviación, político y antes de todo eso fue un científico muy destacado.

 

Nació en 1880 en Eslovaquia, lo cual para él era esencial, como él lo fue para el nacimiento de la república checoslovaca. Estudió en Praga y más tarde en Zúrich, donde demostró estar altamente capacitado en los campos de la astronomía y la óptica.

 

Se asentó posteriormente en París, en 1904. Hasta 1914, cuando comenzó la Gran Guerra, participó en expediciones astrofísicas a lo ancho y largo del mundo.

 

Realizó observaciones desde el Montblanc y España, sobre el eclipse de sol de 1905. Haciendo también vigilancias desde Turquestán y Brasil. En Haití siguió el regreso del cometa Halley. En 1910 recorrió Ecuador y Marruecos. El Gobierno de París, que ya le había concedido la nacionalidad francesa, le premió estos servicios, a los que había que unir otros de tipo diplomático, con la Legión de Honor, tanto por sus tareas como científico como por sus dotes y logros en el campo de las relaciones exteriores.

 

El militar, político, diplomático Milan Rastislav Stefánik


En 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial despertó en Stefánik los sentimientos nacionalistas y eslavófilos que le inculcara su padre durante su infancia. Pensaba, y no se equivocaba, que de la derrota del Imperio austrohúngaro nacería la independencia de Eslovaquia, que él asociaba con la de Chequia para hacer un Estado viable con la consiguiente unión de ambos países. De hecho, la Gran Guerra supondrá la destrucción de tres imperios: el austrohúngaro, el ruso, que se haría soviético, y el otomano.

 

En 1915 ingresó en el Ejército francés, en la recién creada arma aérea, donde hizo una carrera fulminante, pues en tres años ascendió de Cabo a General de Brigada. Creó una escuadrilla de pilotos voluntarios eslovacos y checos. Aunque su capacidad organizativa y sus dotes diplomáticas le recomendaban para otras tareas más trascendentes.

 

En primer lugar viajó a Rusia para organizar un destacamento de legionarios con los eslovacos y checos que habían caído prisioneros del Ejército ruso cuando combatían en las filas del Ejército austrohúngaro. Esa misma tarea las llevó a cabo luego con los prisioneros del origen citado, checos y eslovacos, que se encontraban en campos de concentración rumanos.

 

Iniciada la guerra civil en Rusia tras la caída del zarismo y la victoria de los bolcheviques, Stefánik volvió a ese país, logrando que sus compatriotas que combatían en Siberia contra el Ejército Rojo en las filas de los ejércitos blancos fueran enviados a Japón desde donde fueron trasladados a Francia.

 

Estatua de Stefánik en Praga


En 1917 marchó a los Estados Unidos a reclutar voluntarios eslovacos y checos. Y acto seguido viajó a Italia obteniendo permiso para que se formasen en ese país unidades combatientes del referido signo, siendo la primera vez que en un tratado se mencionaba el nombre de la República Checoslovaca. Por aquel entonces, alrededor de 100.000 hombres de uniforme formaban parte de las unidades checoslovacas. Momento que escogió Stefánik para participar en la creación de una identidad nacional con la elaboración de banderas e insignias y condecoraciones de las nuevas Fuerzas Armadas, cuyo mando asumió el General Janín.

 

Stefánik, que acumulaba las más altas distinciones de las naciones aliadas, continuó con sus constantes viajes de alto nivel y al regreso de uno de ellos, su avión, que había despegado de Italia, fue a estrellarse en las proximidades de Bratislava, la capital de Eslovaquia, pereciendo cuantos lo ocupaban. Era el 4 de mayo de 1919. El aeropuerto de Bratislava, donde sucumbió, lleva su nombre en su recuerdo.

 

Aunque es relativamente desconocido fuera de su país, a nivel internacional, sus compatriotas compararon a Stefánik con Choderlos de Laclos, el militar y escritor obsceno francés autor de “Las amistades peligrosas”, por el uso de tácticas militares en asuntos amorosos. También lo asemejaron con Lawrence de Arabia por su visión, con Napoleón Bonaparte por su ambición... y con uno de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo por su convicción. Desempeñó un papel clave en la fundación de una nación independiente.

 

Fuente: https://www.eldebate.com