25 de septiembre de 2023

SARGENTO DE VUELO JOHN HANNAH: UNA HISTORIA DE VALENTÍA EN LOS CIELOS

 


 

Durante la agonía de la Segunda Guerra Mundial, los actos de valor no eran infrecuentes. Sin embargo, pocos pueden compararse con la pura valentía mostrada por el Sargento de vuelo John Hannah en un fatídico día de septiembre de 1940.

 

Este artículo arroja luz sobre el extraordinario acto de valentía de Hannah, que lo llevó a apagar las llamas de su avión con sus propias manos, un acto que le valió la Cruz Victoria.

 

El viaje de un joven aviador

 

John Hannah nació el 27 de noviembre de 1921 en Paisley, Escocia. Se unió a la Royal Air Force (RAF) como aprendiz poco antes del estallido de la guerra, y finalmente se convirtió en operador inalámbrico y artillero aéreo en el Escuadrón Nº 83 de la RAF.

 

Sin embargo, fue una misión particular a bordo de un bombardero Handley Page Hampden el 15 de septiembre de 1940 la que grabaría su nombre en los anales de la historia militar.

 

Hannah era parte de la tripulación del bombardero Hampden.

 

La fatídica noche del 15 de septiembre de 1940

 

La misión consistía en un bombardeo nocturno contra barcazas enemigas en Amberes, Bélgica, un objetivo estratégico mientras las fuerzas alemanas se preparaban para una invasión de Gran Bretaña. El bombardero Hampden de Hannah fue uno de los 216 aviones de la RAF que volaron esa noche.

 

El Handley Page Hampden, también conocido como la “Maleta Voladora” debido a las condiciones reducidas de su tripulación, fue un bombardero mediano bimotor británico que sirvió en la Royal Air Force (RAF) durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial.

 

Era una parte clave del arsenal del Comando de Bombarderos de la RAF, junto con el Armstrong Whitworth Whitley y el Vickers Wellington.

 

La cabina del Hampden.  Puedes ver de dónde viene su apodo.

 

Mientras se acercaban al objetivo, el avión fue objeto de un intenso fuego antiaéreo.

 

Un proyectil explotó dentro del bombardero, incendiando el fuselaje y la cabina del artillero trasero. La explosión llenó el avión de humo y llamas, hiriendo al segundo piloto e inutilizando los cañones inalámbricos y traseros.

 

Un acto de valentía incomparable

 

Con el avión en llamas y en peligro inminente de explotar, Hannah, que en ese momento sólo tenía 18 años, tuvo una opción. Podría salir corriendo y salvarse a sí mismo, o podría intentar lo casi imposible: apagar el fuego y salvar a sus compañeros de tripulación.

 

Al elegir esto último, Hannah descartó su paracaídas para hacer espacio.

 

A pesar de las llamas y del riesgo de que el avión explotara, atacó el incendio.

 

Las llamas eran tan intensas que su cara, manos y ropa sufrieron graves quemaduras, pero Hannah persistió y combatió el fuego con un extintor hasta que se apagó. Cuando eso no fue suficiente, recurrió a sofocar las llamas con sus propias manos.

 

El enorme agujero en Hampden.


Las secuelas y el reconocimiento

 

A pesar de sus heridas, Hannah permaneció en su puesto, operando los cañones delanteros del bombardero y manteniendo la vigilancia. Sus acciones permitieron al piloto conducir el avión dañado de regreso a su base en Scampton, Lincolnshire, salvando las vidas de los miembros restantes de la tripulación.

 

La valentía de Hannah no pasó desapercibida. El 1 de octubre de 1940 recibió la Cruz Victoria, el premio más alto y prestigioso del sistema de honores británico, otorgado por su valor “frente al enemigo”.

 

La Cruz Victoria.  Crédito de la foto: Arghya1999 CC BY-SA 3.0.


En ese momento, era el destinatario más joven de la Cruz Victoria en la Segunda Guerra Mundial.

 

La mención oficial elogió su “valentía inquebrantable y su extrema devoción al deber”, que salvó su avión y su tripulación. También destacó las graves heridas que sufrió en el proceso, lo que ilustra la magnitud de su sacrificio.

 

Conclusión

 

La valentía de John Hannah durante la Segunda Guerra Mundial sirve como un brillante ejemplo de altruismo, coraje y dedicación. Su historia nos recuerda a los numerosos héroes que, a menudo corriendo un gran riesgo personal, lucharon para proteger a sus camaradas y a su nación durante el conflicto más importante del siglo XX.

 

Hoy, mientras navegamos por los desafíos de nuestro tiempo, el heroísmo de Hannah continúa inspirándonos y recordándonos nuestra capacidad de valentía frente a la adversidad.

 

Fuente: https://planehistoria.com