Hijo de un médico que por algunos años se trasladó con su familia a una misión en China, Hartmann en su infancia y primera juventud pensaría en dedicarse a la medicina. Por su parte, su madre era una entusiasta piloto aficionada de planeadores, de quien recibiría su gusto por el vuelo y las primeras oportunidades para practicarlo, precisamente volando ese tipo de aeronaves desde los 14 años.
La guerra lo conduciría definitivamente al aire. Tras recibir adiestramiento, a los 20 años es enviado con el grado de Teniente al frente ruso y asignado al JG 52 en el que permanecería, con sólo un pequeño paréntesis, durante toda la guerra.
Su inicio como piloto de guerra, sin embargo, fue todo menos que glorioso. En su primera misión de combate, la tensión y la inexperiencia hicieron que Hartmann rompiera muchas de las reglas básicas del combate, al separarse de su líder pese a volar como flanqueador, y penetrar en las capas de nubes, lo que le hizo perder la orientación y la ubicación de sus compañeros, terminando su misión con un aterrizaje de emergencia lejos de su base al consumir el combustible de su aparato. Por ello sería sancionado con un tiempo de trabajo en la sección de mantenimiento, como parte del personal de tierra.
Pese a volar como flanqueador de un piloto con experiencia y muy atento a la preparación en combarte de los jóvenes reemplazos, Edmund "Paule" Rossmann, los primeros meses en acción no reportarían a Hartmann un gran número de victorias, si bien le permitieron experiencias importantes para su desempeño futuro como piloto. Cuatro meses de servicio y más de 40 misiones sólo le significaron sus 4 primeras victorias.
En marzo de 1943, con la llegada de Walter "El Conde Punski" Krupinski como comandante de la Escuadra 7 del JG 52, las cosas cambiarían para Hartmann. Krupinski era famoso por su temperamento desenfadado y amante de los placeres de la vida, lo que le valió su sobrenombre, pero también por ser dueño de una decisión casi suicida al enfrentar a los cazas enemigos. Por ello, el puesto de flanqueador de Krupinski no era precisamente el más codiciado y Hartmann sería el designado.
Krupinski daría a Hartmann su sobrenombre: "Bubi" a través de la radio comunicación en combate, convencido de que tenía un bebé como flanqueador, Krupinski era ya un piloto veterano y experimentado de 25 años de edad. Como flanqueador de Krupinski, Hartmann aprenderá a acercarse hasta casi poder tocar al enemigo para asegurar el éxito de sus disparos... "Acércate suficiente, acércate hasta que el avión enemigo llene el parabrisas del tuyo.... entonces no podrás fallar....". Al cabo de otros 2 meses, y 70 misiones en total, Hartmann contabiliza ya 11 victorias y recibe el mando de su primer "elemento" aéreo (Rotte), la formación más básica de combate en la Luftwaffe, compuesta por sólo 2 aparatos. Tendría ahora su propio flanqueador, y Krupinski sería su gran amigo por el resto de su vida.
Hartmann combinaría los consejos de Rossmann: "Si regresas sin tu flanqueador tu misión habrá sido un fracaso, por más derribos que hayas conseguido", con la decisión de Krupinski en combate. Hartmann nunca perdería un flanqueador y su técnica de cuatro pasos: "Mira-decide-ataca-rompe contacto", lo llevarían a la cima de los pilotos de combate de la historia. Su estrecha amistad con su jefe de mantenimiento, Heinz "Bimmel" Martens, desarrollaría también un carácter legendario.
"Karaya 1" (Querida 1), la identificación de su avión por la radio comunicación sería ampliamente conocida y temida por los rusos, así como también su aparato decorado con "hojas de tulipán negro" y un pequeño corazón con el nombre de su novia y posteriormente esposa, Ursula "Ursel" o "Usch".
Para octubre de 1943, Hartmann contabiliza ya 148 victorias y recibe la Cruz de Caballero. No ha sido sin embargo fácil, él mismo ha tenido que recurrir a aterrizajes forzosos tras los disparos de los aparatos soviéticos. En una de esas ocasiones, incluso, Hartmannn tuvo que reponerse en Alemania del impacto nervioso que le causó el ser embestido por un aparato ruso: el famoso "Tarán" que intentaban los rusos al saberse heridos de muerte, en un intento por llevarse consigo al enemigo que acababa de derribarlos.
En otra ocasión, derribado tras las líneas enemigas, fingiéndose herido logró fugarse de los soldados rusos que lo capturaron, regresando a las posiciones alemanas dos días después, en los que tuvo que evadir a las patrullas rusas y también a los disparos con los que fue recibido inicialmente por la infantería alemana al acercarse a sus líneas.
En marzo de 1944, un año después de su asignación original como flanqueador de Krupinski, compartirá con éste el honor de recibir en la misma ceremonia las Hojas de Roble para la Cruz de Caballero, tras alcanzar las 200 victorias aéreas. Su antiguo jefe de formación terminaría la guerra con 3 victorias menos que esa marca.
En rápida sucesión Hartmann recibiría las dos condecoraciones siguientes, las Espadas para la Cruz de Caballero el 04 de julio de 1944, por haber alcanzado los 239 derribos y los Diamantes, la condecoración más alta concedida entonces por Alemania a sus combatientes, el 25 de julio, al ser el primer piloto en alcanzar los 300 derribos. Sólo 27 condecoraciones de Diamantes para la Cruz de Caballero se otorgarían durante la guerra y sólo dos pilotos, Hartmann y su buen amigo Gerhard Barkhorn superarían los 300 derribos.
Ya con el grado de Capitán y tras recibir los Diamantes, Erich Hartmann contrajo nupcias con Ursula Paesch, en septiembre de 1944, siendo Gerd Barkhorn su padrino de bodas.
El General Adolph Galland solicitó a Hartmann para formar parte del JV 44, el escuadrón de "experten" al que correspondería volar el nuevo jet Me 262 en combate en el frente occidental contra las incursiones de bombardeo anglo-americanas sobre Alemania. Hartmann prefirió declinar ese honor para continuar volando su Me109G. Esa decisión podría muy bien haber cambiado el curso de su vida, ya que lo mantuvo en el frente oriental, determinando así sus años de cautiverio en Rusia tras la guerra.
De regreso al frente fue asignado temporalmente al JG53 en Rumania, lo que le permitió sumar 6 Mustangs americanos a su lista de victorias, pese a que ese nuevo caza americano era incomparable tecnológicamente a los Me109K como el que volaba Hartmann en esa época.
Los Mustangs por su parte obligarían a Hartmann a lanzarse en paracaídas tras un combate aéreo. En esa ocasión la suerte de Josef "Jupp" Zwernemann, uno de sus primeros compañeros de combate ocuparía la mente de Hartmann durante el descenso. Zwernemann fué acribilllado por pilotos de Mustangs americanos mientras descendía inerme en paracaídas tras resultar su avión averiado en combate. Hartmann corrió con mejor suerte.
De regreso al JG 52, ahora bajo el mando de Hermann Graf, otro de los muy escasos poseedores de la Cruz de Caballero con Diamantes. Erich Hartmann se anotaría nuevos derribos pese al repliegue incesante de las fuerzas alemanas. En la última semana de la guerra, Hartmann fue ascendido a Mayor, y logró su último derribo el 08 de mayo de 1945, precisamente el último día de la guerra en Europa: un YAK 7 soviético, su víctima 352.
Hartmann, siguiendo la sugerencia de Graf, ignoraría las órdenes de volar hacia el frente occidental para evitar su captura por los rusos. Con Graf intentaría otra maniobra con igual dirección: huir hacia el Oeste pero en un convoy que llevaría a todo el personal de tierra y sus familias. El intento tuvo éxito y el convoy se rindió ante las avanzadas acorazadas del ejército norteamericano. Los americanos, sin embargo, entregaron al grupo entero al ejército rojo, lo que significó las mayores vejaciones, la prisión y la muerte para muchos de los pilotos, personal de tierra y familiares.
Erich Hartmann, al igual que otros pilotos destacados, fue presionado por los rusos para colaborar con ellos en la organización de Alemania y la Europa Oriental bajo el régimen socialista. Ante la negativa constante, Hartmann fue condenado a 20 años de trabajos forzados en campos de concentración rusos.
Las negociaciones de la República Federal de Alemania y su Canciller Adenauer lograron su liberación 10 años y medio después, en noviembre de 1955, siendo uno de los pilotos de la Luftwaffe con mayor permanencia en cautiverio en los Gulags rusos.
Erich Hartmann regresó a Alemania con 33 años y sólo 50 kilogramos de peso a reunirse con su esposa Ursula. Durante su cautiverio, y por las duras condiciones de Alemania en la postguerra, habían muerto, en 1948, su primer hijo, nacido en junio de 1945 y a quien nunca conoció y el Dr. Hartmann, su padre, en 1952.
Un año después de su regreso y a instancias de Krupinski y Barkhorn, Hartmann regresará a la nueva fuerza aérea de la República Federal de Alemania. En febrero de 1957 nacería su segunda hija: Ursula Isabel. En 1959 Erich Hartmann sería nombrado Kommodore del JG71, primer escuadrón de caza a reacción de la nueva fuerza aérea alemana, volando F-86 C de diseño norteamericano. El JG71 sería designado en 1961 como heredero oficial del legendario Escuadrón Richtoffen.
Retirado de la Bundesluftwaffe en 1970, Erich Hartmann continuaría su relación con la aviación como fundador y propietario de una escuela de vuelo.
Murió el 20 de septiembre de 1993.
Fuente: http://pilotosdelaluftwaffe.tripod.com