25 de marzo de 2021

GUERRA AÉREA EN VIETNAM (1964-1968)

 


 

Por Carlos Javier Pallás Puente

 

Durante la guerra de Vietnam, la aviación fue uno de los elementos clave del conflicto. Los bombardeos limitados estadounidense fueron convirtiéndose en campañas masivas de bombardeo contra Vietnam del Norte. Por su parte, los vietnamitas contaban con una sofisticada red de defensa aérea. En este artículo, repasaremos la guerra aérea desde el punto de vista estadounidense desde el incidente de Tonkin hasta el fin de Rolling Thunder.

 

Comienza la guerra aérea en Vietnam: Bombardeos de represalia

 

El 2 de agosto de 1964 se produjo un incidente entre torpederos de Vietnam del Norte y el destructor estadounidense USS Maddox. El destructor, que patrullaba las aguas del golfo de Tonkin, fue atacado por lanchas torpederas vietnamitas, desarrollándose una breve batalla naval. Los americanos no sufrieron ninguna baja y clamaron haber destruido una lancha torpedera. Dos días después, el 4 de agosto, se produjo presuntamente otro incidente en el que de nuevo torpederos vietnamitas atacaron a destructores estadounidenses. Las autoridades de Vietnam del Norte negaron dicho ataque.

 

A pesar de no contar con pruebas fehacientes Lyndon B. Johnson se dirigió al pueblo estadounidense para informar de un ataque no provocado, y de las consiguientes represalias. El 5 de agosto de 1964 la operación Piercing arrow ya estaba en marcha. Los aviones de ataque a tierra despegarían desde el USS Constellation (CVA-64) y el USS Ticonderoga (CVA-14) situados en Yankee Station en las aguas del mar Amarillo. Los objetivos serían bases de barcos torpederos y depósitos de combustible. En esta operación de 64 misiones los Estados Unidos perdieron dos aviones y los norvietnamitas sufrieron graves daños en su infraestructura petrolífera.

 

El 7 de agosto de 1964, el Congreso aprobó la Resolución del Golfo de Tonkin. Esta resolución conjunta daba poderes especiales a Johnson para poder emplear la fuerza militar en la defensa de cualquier país del sudeste asiático, sin la necesidad de una declaración de guerra. Sin embargo, Lyndon B. Johnson quería esperar a ganar las elecciones en noviembre de 1964 para actuar, ya que se encontraba todavía en funciones tras el asesinato de Kennedy.

 

Operación Rolling Thunder

 

Con las manos liberadas por el congreso, y contando con un amplio respaldo popular tras ganar aplastantemente las elecciones, el 2 de marzo de 1965,  Lyndon B. Johnson autorizaría la operación Rolling Thunder. Para la defensa de Vietnam del sur, los Estados Unidos aplicarían una doctrina de contención militar, rehabilitación económica y social. A su vez era necesario evitar la escalada del conflicto a un nivel regional, o incluso mundial, en caso de que la Unión Soviética o China intervinieran de forma directa (Kissinger, 2016: 298).

 

Para llevar a cabo estos objetivos de desarrollo se emplearía una estrategia de presión incremental para obligar al gobierno de Hanói a reconsiderar su política de expansión y entablar negociaciones. La presión vendría de la mano de bombardeos aéreos que atacarían objetivos designados para conseguir el desgaste del país. Los bombardeos tenían como objetivo detener el flujo de suministros y hombres al sur, la destrucción de su infraestructura industrial y defensa aérea y la caída de la moral en el norte, provocando presiones internas para acabar el conflicto.

 

Selección de objetivos y política

 

El peso de las operaciones de bombardeo las llevaría a cabo la USAF y la US Navy. Inicialmente los objetivos a atacar serían designados en listas redactadas por Washington y los bombardeos serían combinados con la diplomacia para conseguir objetivos políticos. El fin de esta forma de actuar era reconducir al norte a la mesa de negociaciones para cesar las hostilidades y demostrar la determinación americana (Kissinger, 2016: 297). Inicialmente los objetivos eran seleccionados para mostrar fuerza antes que infligir un golpe crítico a Vietnam del Norte (escalada gradual).

 

Los objetivos incluían zonas de reunión, puentes, refinerías y ferrocarriles. Sin embargo, se prohibió el bombardeo de Hanói y el valioso puerto de Haiphong. También se dejaron fuera del alcance los aeródromos de la Fuera Aérea norvietnamita. En Washington existía el miedo que la presión americana resultara en una escalada descontrolada y la intervención de China. Por ese motivo, Johnson ejercía un control férreo sobre los objetivos, para que en caso de provocar una reacción inesperada tuvieran tiempo de aliviar la presión.

 

Sin embargo, para los comandantes militares en el terreno, la selección de objetivos era casi aleatoria, errática e improductiva. La cadena de mando se extendía hasta la Casa Blanca donde Johnson y el secretario de estado Robert S. McNamara, ejercían su micromanagment de la guerra. Y como consecuencia, limitaron la efectividad de los bombardeos poniendo en peligro innecesario a sus propias fuerzas.

 

Lyndon B. Johnson, 37º presidente de los Estados Unidos de América (izquierda) y Robert S. McNamara (derecha), Secretario de Defensa y hombre fuerte del presidente. Fuente: History.

 

Implementación

 

La Fuerza Aérea (USAF) durante Rolling Thunder, utilizó aeródromos situados en Tailandia como el de Korat y U Tapau. Desde estos aeródromos despegaban los cazabombarderos F-105 Thud, F-100 Súper Sabre y F-4 Phantom II para repostar durante la ruta al objetivo.

 

Una vez que los grupos de ataque sobrevolaban Laos se dirigían a repostar en el aire para extender su autonomía. Los tanqueros KC-135 orbitaban en rutas predeterminadas y proporcionaban el vital combustible. El consumo de los cazabombarderos era elevadísimo, ya que debían sobrevolar los objetivos del norte con el posquemador encendido y así reducir el tiempo de exposición. Una vez lanzadas sus municiones en un bombardeo en picado los cazabombarderos iniciarían su egresión a toda velocidad, para evitar a los temibles misiles SAM y los cazas vietnamitas.

 

También la USAF contaba con los poderosos bombarderos B-52 BUFF, que operaban desde la isla de Guam en el Pacífico y U Tapau en Tailandia. Estos bombarderos estratégicos contaban con una carga prodigiosa de municiones y fueron empleados en todo tipo de misiones, incluso de apoyo aéreo cercano. Los B-52 por su parte eran enormes y no podían esquivar los misiles SAM, por lo que confiaban exclusivamente en la altura y contramedidas electrónicas (ECM) para protegerse. En todo caso estos bombarderos vieron un uso limitado durante Rolling Thunder.

 

U.S Navy (USN)

 

Por su parte los efectivos de la Armada, agrupados en Task Force 77, despegarían desde portaaviones situados en Yankee Station y Dixie Station. Yankee Station hace referencia a las coordenadas donde se situaban los portaaviones norteamericanos frente a la costa. Desde ese punto los portaaviones podían llevar a cabo operaciones contra cualquier objetivo en el Norte, a salvo de la escuálida marina norvietnamita. Como consecuencia del incremento masivo de misiones en 1966, Yankee Station fue desplazado hacia el norte para dar más alcance a sus pilotos y reducir el tiempo de tránsito. Para las operaciones en el sur de Vietnam los bombarderos despegaban desde portaaviones situados en Dixie Station situado en la desembocadura del Mekong.

 

Las operaciones que llevarían a cabo los pilotos navales serían muy variadas, pero generalmente limitadas a objetivos costeros. Los aviones dedicados al ataque a tierra de los que disponía la Armada eran los A-4 SkyHawk y A-6 Intruder. Como protección los F-4 Phantom y F-8 Crusader volaban de escolta apantallando a los grupos de ataque durante los conocidos como Alpha Strike.

 

Un McDonnell Douglas F-4 Phantom II del escuadrón VF-154 «Black Knights», armado con misiles AIM-9 en la catapulta del USS Coral Sea (CVA-43) a punto de despegar, 1967. Fuente: Flickr.

 

Strike Package

 

Cuando los americanos se disponían a atacar un objetivo en el Norte de gran importancia bien defendido se organizaban grandes ataques aéreos compuestos por grupos de ataque, strike packages. El término Alpha Strike fue originalmente acuñado en la USN para las grandes operaciones de un ala embarcada y era el equivalente a un strike package. En el futuro la USAF también adoptaría el uso de este nombre.

 

En un Alpha Strike participaban decenas de aparatos, cada uno con su misión particular para asegurar el éxito de la operación. Aviones de ataque, patrullas de combate, tanqueros de reabastecimiento en vuelo, aviones dedicados a la guerra electrónica y reconocimiento. En ocasiones se trataba de un esfuerzo conjunto entre varios portaaviones y la USAF.

 

Para repartir los objetivos entre la USAF y la Navy se crearon zonas de operaciones aéreas exclusivas. Estas zonas recibirían el nombre de Route Packages (RP o Pack) y se designaron como 1, 2, 3, 4, 5 y 6. La U.S Navy tendría el acceso exclusivo a Pack 2, 3 y 4 por su cercanía a la costa. Por su parte la USAF tenía responsabilidad sobre Pack 1, 5 y 6. Siendo RP 6 el espacio aéreo más peligroso del mundo ya que incluía el área de Hanoi y Haiphong (Boyne, 1999). En abril de 1966 el CINCPAC dividió RP 6 en dos partes: RP 6A y RP 6B, siendo 6B para la Navy.

 

En la imagen se aprecian la división en «Packs» de Vietnam. Cada zona era responsabilidad de la USAF o la USN respectivamente. Las misiones sobre Pack 6 sólo las llevaban a cabo los pilotos más experimentados por su enorme complejidad. Fuente: Air Force History and Museums.

 

Pero, ¿cómo estaba compuesto un Alpha Strike habitualmente? El grupo principal estaba compuesto por caza bombarderos, ya sean F-105, A-4 o A-6 dependiendo de qué servicio estuviera realizando el ataque. Por delante y en los flancos se encontraban las unidades de escolta y guerra electrónica encargados de anular o por lo menos entorpecer la capacidad de los radares enemigos. Para el combate aéreo normalmente se destacaban vuelos de Phantom II armados con misiles aire-aire y bombas.

 

En resumen, un grupo de ataque estaba conformado generalmente por: bombarderos, patrullas de combate, aviones de guerra electrónica y aviones de supresión de misiles.

 

Patrullas de combate aéreo (CAP)

 

Con el fin de mantener la superioridad local en el área de un Alpha Strike los aviones de caza realizaban patrullas de combate aéreo (CAP, Combat Air Patrol) para apantallar al grupo principal de ataque. Aparte del fuego antiaéreo y misiles SAM, la fuerza aérea de Vietnam del Norte era una gran amenaza. Esta pequeña pero bien adiestrada arma, contaba con MiG-17, MiG-19 y el puntero MiG-21 soviéticos. Pronto los vietnamitas demostraron las debilidades de los pilotos americanos derribando un número sorprendente de aviones. Por esta razón, debían ir acompañados de escoltas de F-4. Estas patrullas de combate gozaban de la flexibilidad táctica para interceptar amenazas en el aire y sus métodos fueron perfeccionados durante la duración del conflicto en Vietnam.

 

El Phantom II

 

En el combate aéreo los americanos tenían a su disposición una plataforma de armas excepcional para los novedosos misiles aire-aire, el F-4. El Phantom II era capaz de alcanzar Mach 2.2 (más del doble de la velocidad del sonido) con buenas características de aceleración y conservación de energía. Para el combate aéreo disponía de dos tipos de misiles, uno de rastreo por infrarrojos, AIM-9 Sidewinder y otro de radar semiactivo, AIM-7 Sparrow. Posteriormente se añadiría un pod con cañón rotatorio SUU-16/A de 20mm, una mejora muy necesaria para el combate cercano (Boyne, 1999).

 

Una vez que se había alcanzado el objetivo los bombarderos regresaban a toda velocidad hasta las rutas de los tanqueros, repostaban y se dirigían hacia las bases de origen. Las patrullas seguirían manteniendo a raya a los MiG que tenían afición de derribar aviones enemigos en el camino de vuelta.

 

Operación Bolo

 

A menudo los MiG vietnamitas volaban a baja altura posicionándose detrás de los grupos de ataque americanos, trepaban y disparaban sus misiles consiguiendo derribos. Estas tácticas de golpear y desaparecer eran muy efectivas y los estadounidenses tuvieron que desarrollar contramedidas. La operación más famosa contra estos MiG fue la operación Bolo, en la que 30 Phantom de la 8th FTW "Wolfpack" (Fighter Tactical Wing), tenderían una trampa muy ingeniosa.

 

El líder de esta ala, el As Robin Olds, frustrado por no poder atacar los aeródromos de los MiG entendió que la única manera de liquidarlos era en el aire. El concepto era simple, si un grupo de Phantom podía engañar a los operarios de radar vietnamitas, haciéndoles pensar que eran un vuelo de los vulnerables F-105, podían sacar de sus madrigueras a los MiG y tenderles una emboscada. Los Phantom mimetizaron todos los aspectos de un grupo de Thud. Volaron sobre las mismas rutas, a las mismas alturas y a las mismas velocidades. Incluso cargaron los mismos pods de ECM que los F-105, para parecer en el radar como un grupo de esos cazabombarderos.

 

Un gran éxito

 

Cuando la operación parecía que iba a ser un fracaso y Olds se disponía a dar la vuelta, un MiG-21 apareció en el radar. Pronto aparecieron más, que fueron perseguidos y derribados sistemáticamente en la emboscada. La operación Bolo se saldó con la destrucción de 7 aviones, la mitad de todos los MiG-21 de Vietnam del Norte, por ninguna pérdida en los americanos. Unos pocos días más tarde, Robin Olds también planificó una trampa, en la que dos Phantom simulando un vuelo de reconocimiento meteorológico, derribaron otros dos MiG-21.

 

Este triunfo aplastante tan poco común en el momento, aumentó la moral de los americanos demostrando que los MiG podían ser vencidos.

 

Robin Olds celebrando el éxito de la Operación Bolo. Olds es un veterano de la 2GM, Corea y al final de Vietnam obtendría un total de 17 derribos. Fuente: Medium.

 

Guerra electrónica y alerta temprana

 

Durante las operaciones de combate los estadounidenses disponían de aviones dedicados en exclusiva a la guerra electrónica. Los EB-66B eran bombarderos ligeros que portaban aparatos para recoger información en tiempo real y hacer jamming a los radares vietnamitas desde la distancia. Cuanto más aumentaba la amenaza de misiles SAM, más crucial se vio la tarea del ataque electrónico. Se instalaron pods de contramedidas electrónicas como el QRC-160 ECM pod, que instalados en aviones volando en determinada formación, anulaban los radares de los misiles SA-2.

 

También era necesario solucionar el problema de cobertura de radar. Generalmente los norvietnamitas tenían una ventaja con dicho instrumento, ya que eran capaces de detectar la mayoría de los vuelos de ataque estadounidenses.

 

Por su parte los americanos disponían de estaciones de radar en tierra y en el mar (Red Crown) pero con grandes espacios en blanco en su cobertura. Para solucionarlo se empleaban EC-121 con radar aerotransportado. Gracias a esto se podía suplir las carencias parcialmente y ofrecer información valiosa para las patrullas americanas e interceptar a los MiG de Vietnam del Norte.

 

“Para tu 66ª misión [de las 100 exigidas en un tour de combate] habrás sido derribado dos veces y recogido una” 

Dicho popular entre pilotos de F-105 Thud (Correl, 2010)

 

Supresión de misiles SAM. Wild Weasels

 

Para finales de 1968, Vietnam del Norte contaba con 8050 armas antiaéreas, 35-40 batallones de SA-2 (6 lanzadores cada uno). Cada batallón contaba con el correspondiente radar de seguimiento, Fan Song. Adicionalmente en el resto del país se estimaron unos 400 radares más con diferentes funciones. En la época, Vietnam del Norte contaba con una de las defensas electromagnéticas más complejas del mundo (Douglas, 2014: 51).

 

Uno de los mayores peligros eran los misiles-tierra aire SA-2, de origen soviético. Estos misiles eran lanzados alcanzando una velocidad de Mach 3’5 contra los vuelos americanos y consiguieron un alto porcentaje de derribos. A medida que pasaron los meses, la concentración de misiles SAM fue en aumento y fue necesario la creación de una unidad especializada en suprimir los sitios de misiles. Nacía así la unidad secreta Wild Weasels, que eliminaba las estaciones de radar y los sitios de misiles.

 

Estas misiones denominadas Iron Hand eran extremadamente peligrosas. Llegados a cierto punto la concentración de SA-2 era tal que los Wild Weasels sólo podían suprimir localmente la amenaza de los SAM. Con los nuevos F-105 biplaza, volaban con los grupos de ataque, buscando la señal de las estaciones de radar de los misiles. Entonces trepaban en un ángulo de 45º y catapultaban el misil antiradar AGM-45 Shrike, dándole mayor alcance.

 

Al filo

 

Los duelos entre los operarios del radar y los Wild Weasels eran de alto riesgo y las tácticas evolucionaban constantemente. A pesar de la alta mortalidad en dicha unidad, los Wild Weasels tuvieron éxito reduciendo de 20% a 1’8% la tasa de derribo de los SAM para el final de Rolling Thunder (Correll, 2010). Con frecuencia los operarios de radar eran intimidados únicamente por la presencia de los Wild Weasels (Douglas, 2014: 64). Estos duelos duraron hasta 1968 con el fin de los bombardeos en el norte y la desactivación del ala estacionada en Takhli, Tailandia.

 

En definitiva, un strike package, o Alpha Strike era un grupo de combate altamente sofisticado para llevar a cabo las misiones de bombardeo requeridas. A pesar de la calidad humana y de equipo americanas, los cielos de Vietnam del Norte eran muy peligrosos y sufrieron pérdidas muy elevadas. Durante los tres años que duró la operación Rolling Thunder, los americanos bombardearon sin cesar objetivos militares por todo Vietnam.

 

USAF F-105G biplaza “Thunderchief” del 17th WWS 388th TFW “Wild Weasels”. En los pilones del ala se observan los misiles antiradiación AGM-45 Shrike y en la panza, oculto parcialmente por un tanque de combustible, el misil AGM-78 Starm. Fuente: Pinterest.

 

Fin de Rolling Thunder en Vietnam

 

Rolling Thunder acabaría en octubre de 1968 resultando en un sonoro fracaso. A pesar de ser la campaña de bombardeos más intensa desde la ofensiva contra Alemania en la Segunda Guerra Mundial, la operación no consiguió los resultados esperados. La ruta Ho Chi Mihn seguía suministrando material y hombres al sur con regularidad. No se había alcanzado la pacificación del sur y no se había doblegado la voluntad de Hanói (Douglas, 2014: 69). La aplicación del bombardeo controlado y por tanto la operación Rolling Thunder, fue un “triste fracaso”, en palabras de Lyndon B. Johnson (Schlight, 1996: 52)

 

Al contrario, las formidables defensas aéreas en el Norte seguían en pie y las malas tácticas y la limitación de objetivos impuesta desde Washington, dieron lugar a santuarios en los que los norvietnamitas podían operar, acumular y descargar suministros sin oposición. También las largas pausas que se producían durante las negociaciones redujeron enormemente el efecto de los bombardeos. Otro indicador del fracaso de la campaña de bombardeo era el ratio de derribos al final de Rolling Thunder. Se encontraba en un deprimente 2:1, una cifra humillante para los Estados Unidos (Pederson, 2019: 15).

 

¿Cómo era posible que los EEUU, una superpotencia, no consiguiera aplastar a un país relativamente débil como Vietnam del Norte? Por supuesto parte de la respuesta está en la determinación y resiliencia de los norvietnamitas, pero puede ponerse el foco también en los errores cometidos por los estadounidenses. En conjunto: una mezcla de errores políticos, deficiencias en el entrenamiento y material. Con el tiempo esos defectos fueron superados y solucionados, pero los costes del aprendizaje fueron dolorosamente caros.

 

En la imagen se puede apreciar la composición de un strike package habitual, con los diferentes elementos del mismo. Cada piloto tenía una misión muy concreta para garantizar el éxito de la misión. Fuente: Airbattle.

 

Errores políticos

 

La estrategia del palo y la zanahoria se demostró inefectiva por los errores de cálculo de la administración estadounidense. Por una parte, subestimar la voluntad de los dirigentes en el Norte y, por otra, el empleo ineficaz del poder militar norteamericano. Los parones sucesivos de los bombardeos no llevaron a Hanói a querer negociar.

 

Para Henry Kissinger, dos formas de entender las negociaciones se enfrentaron. Desde la perspectiva americana la guerra y la paz eran dos fases distintas de la política. Una vez que comenzaban las negociaciones la aplicación de la fuerza cesaba y la diplomacia tomaba el mando. La fuerza era el motivo por el que iniciaban las negociaciones por lo que durante las reuniones de paz las fuerzas americanas se ponían a la defensiva.

 

La visión china, que inspiraba al gobierno de Hanói, era la opuesta. Guerra y paz son dos caras de la misma moneda. Las negociaciones son otro sector del campo de batalla. El factor psicológico, la moral y la habilidad de influir en los cálculos del enemigo eran la clave para la victoria. El cese de las hostilidades eran un signo de debilidad que debía ser explotado mediante un incremento de la actividad militar y propagandística.

 

Los Estados Unidos se enfrentaron por primera vez a esta forma de entender la guerra en Corea. Otros revolucionarios comunistas tomaron nota de las negociaciones entre China y los EEUU en 1951. Era productivo llevar a los Estados Unidos a una guerra de resultado incierto, que superara la voluntad de la población americana para soportar las pérdidas (Kissinger, 2016: 294-295).

 

Hanói no solamente no cesó sus operaciones en el sur durante los parones en los bombardeos, si no que aprovechó estos para recomponerse y reforzarse. El gobierno estadounidense no supo reconocer esta realidad y prosiguió en su estrategia de desgaste y presión incremental. También, Hanói supo explotar la disensión existente en los Estados Unidos sobre la guerra en Vietnam. En numerosas ocasiones el norte denunció los daños causados a la población civil por los bombardeos americanos, alterando aún más el orden interno en los EEUU.

 

Las autolimitaciones del ejército estadounidense en Vietnam

 

En el ámbito militar las reglas de enfrentamiento (ROE, Rules Of Engagement) determinan en qué circunstancias una fuerza armada puede hacer uso de sus capacidades en un determinado escenario. En la guerra de Vietnam la administración de Lyndon B. Johnson introdujo unas reglas de enfrentamiento muy restrictivas, limitando los objetivos a eliminar. Los planificadores de las misiones de bombardeo tendían a repetir las mismas rutas, tiempos y altitudes a las que debían volar los grupos de ataque. En consecuencia, y no siendo los vietnamitas unos ingenuos, reorganizaron sus defensas aéreas acordemente.

 

Muchos sitios de misiles fueron instalados cerca de núcleos de población dificultando conseguir la autorización para su destrucción. Las baterías antiaéreas fueron dispuestas a lo largo de objetivos conocidos de la ruta Ho Chi Minh.

 

Más restricciones

 

Las consideraciones políticas primaron sobre la lógica militar. La lista de objetivos prohibidos era muy numerosa y era necesario solicitar permiso para operar contra determinados objetivos. De esta forma se limitaba la efectividad del poderío militar estadounidense.

 

A los bombarderos no se les permitió minar el puerto de Haiphong, ruta marítima principal de suministros provenientes de la Unión Soviética y China. Se prohibió bombardear los aeródromos norvietnamitas para evitar matar a sus instructores rusos. También se prohibió destruir sitios de misiles SA-2 en construcción, también para evitar matar a los técnicos rusos encargados del montaje de dichos sistemas.

 

La ventaja del Sparrow con un radio de acción de 12 millas se vio negada por las ROE. En el aire los pilotos de caza deberían hacer una confirmación visual antes de derribar un avión enemigo (Douglas, 2014: 59). A pesar de las quejas por parte de los pilotos estas limitaciones se mantuvieron casi hasta el final de la guerra cuando por fin se relajaron en la premura de buscar un acuerdo de paz en las negociaciones de París.

 

Un USAF RF-4C de reconocimiento es derribado por un misil SA-2, 12 de agosto de 1967, cerca de Hanoi, Vietnam. Los capitanes Edwin Atterberry y Thomas Parrott fueron capturados después de eyectar. Atterberry murió a manos de los norvietnamitas en un intento de fuga y Parrott fue liberado al final de la guerra. Fuente: U.S Air Force.

 

Deficiencias en el entrenamiento de los pilotos

 

Al principio de la Guerra Fría la cúpula militar norteamericana estaba dominada por Generales del Mando de Bombardeo Estratégico. Para estos Generales el poder aéreo sería el factor decisivo en un conflicto con la Unión Soviética. Los bombarderos estratégicos de gran alcance se encargarían de lanzar bombas nucleares sobre sus objetivos en la Unión Soviética y la aviación de caza de interceptar la respuesta enemiga. De esta manera el avión de caza daba un giro hacia el rol de interceptor puro.

 

Los planificadores en Washington por tanto previeron que los duelos aéreos (dogfights en inglés) eran cosa del pasado y los enfrentamientos entre aviones se llevarían a cabo mediante el disparo de misiles a grandes distancias guiados por radar. Por tanto, a finales de los 50 y principio de los 60 se decidió que las maniobras de combate aéreo (ACM, Air Combat Maneuvering) no eran necesarias (Pederson, 2019: 48).

 

Esto sin duda afectó gravemente a los pilotos americanos en Vietnam que no tenían experiencia en este entorno. Los estadounidenses tuvieron que descubrir que el mejor rendimiento del Phantom era combatiendo en el plano vertical. De esta manera podía convertir el exceso de energía en una ventaja en altitud o velocidad. Combatir a los MiG en un dogfight cerrado iba a saldarse en una derrota probable contra los cada vez más competentes pilotos vietnamitas.

 

Problemas técnicos

 

Durante Rolling Thunder saltaron a la vista problemas técnicos graves durante el combate aéreo. En primer lugar, los misiles aire-aire disparados desde los Phantom fallaban estrepitosamente la mayoría de las veces. En el futuro se realizaría un estudio en profundidad por la USN, el Informe Ault, que recogería las deficiencias de estas armas. Los misiles todavía eran demasiado primitivos, no acababan de seguir a su objetivo.

 

Además, se descubriría que la mayoría de los pilotos no conocían las características de esas armas. Los misiles precisaban de unos parámetros muy específicos para ser efectivos. La USN solucionaría este problema con un nuevo programa de adiestramiento llamado Top Gun.

 

Un USN A-7A “Corsair” del escuadrón VA-27 “Royal Maces” en la catapulta del USS Constellation (CVA-64). El A-7 lleva en los pilones de las alas, bombas Mk. 15 “Snakeye” y se observa un misil AIM-9 Sidewinder para defensa propia. 1968. Fuente: US Navy)

 

Otra carencia grave era la falta de un cañón para el combate cercano en los Phantom. Cuando las distancias en combate eran demasiado cercanas para disparar misiles la falta de un arma de corto alcance era crítica. La USAF desarrolló un pod con un cañón giratorio, pero a costa de rendimiento por las pobres características aerodinámicas. Con la llegada de los F-4E, con cañón interno y radar mejorado se suplió esa carencia.

 

Por último, se estaba librando una guerra con las herramientas equivocadas obligaron a cazabombarderos como los F-105 o F-4 a realizar una campaña de bombardeo estratégico.

 

En definitiva, el período de la guerra aérea en Vietnam que repasamos en este artículo fue decepcionante para los Estados Unidos. El presidente Lydon B. Johnson, influenciado por McNamara insistió en una guerra de desgaste, en vez de mermar la capacidad de hacer la guerra del Norte. McNamara era un pionero del BigData y estaba obsesionado con las estadísticas, ordenó recopilar cantidades astronómicas de datos para fabricar indicadores que midieran el éxito en la guerra.

 

A pesar del progreso en las estadísticas de la campaña de bombardeos, el éxito no se tradujo en el campo de batalla ni en el tablero político. Los Estados Unidos habían infligido graves pérdidas, pero Vietnam del Norte se encontraba todavía lejos del punto de ruptura. El esfuerzo gigantesco de los 3 años de Rolling Thunder consiguió pocos resultados y valiosas lecciones pagadas con sangre.

 

Bibliografia

 

Olds, Christina. «Fighter Pilot: Robin Olds«. (2010). Ed. St Martin’s Press. Estados Unidos. 

Schlight, John. «A war too long: The USAF in South East Asia 1961-1975». (1996). Air Force History and Museums Program. Estados Unidos. 

Douglas, M. White. «Rolling Thunder to linebacker: U.S Fixed Wing Survability over North Vietnam«. (2014). United States Naval Academy. Annapolis, Maryland. Estados Unidos. 

Dunn, Robert F. «Navy Air Strike over North Vietnam«. (2015). Naval History Magazine. Volumen 29, nº 6. Estados Unidos. 

Boyne, Walter J. «Route Pack 6«. (1999). U.S Air Force Magazine. Estados Unidos. Disponible en: https://www.airforcemag.com/article/1199pack/ 

Correll, John T. «Take it down! The Wild Weasels in Vietnam» (2010). U.S Air Force Magazine. Estados Unidos. Disponible en: https://www.airforcemag.com/article/0710weasels/ 

Pedersen, Dan. «Top Gun: an American story«. (2019). Ed. Hachette Books. Estados Unidos. 

Davies, Peter. «F-4 Phantom II vs MiG-21. USAF & VPAF in the Vietnam War«. (2008). Ed. Osprey Publishing. 

US Navy F-4 Phantom II MiG Killers 1972-73. Elward, Brad. Davies, Peter. Ed. Osprey Publishing. 2002. ISBN 1 84176 264 4.

 

Fuente: https://archivoshistoria.com