En agosto de ese mismo año Jacques Alexandre César Charles había construido un globo al cual llenó de hidrógeno y que voló 25 km, sin tripulantes. Posteriormente realiza otro vuelo pero esta vez como tripulante, junto a Ainé Roberts, el 1 de diciembre, viajando 43,5 km de distancia desde París a Nesles-la-Montagne, en la región de Picardía. El viaje duró casi dos horas, alcanzando una altura de 3.000 metros. La historia cuenta que Charles midió la temperatura del aire a diferentes alturas, además de las variaciones que sufría la presión barométrica.
El año 1784 no fue significativo en experimentación, salvo por dos ascensiones, una en Milán y otra en Londres. Pero en enero del año 1785, el francés Jean Pierre Blanchard junto con John Jeffries de origen norteamericano, utilizan un globo para cruzar el Canal de la Mancha. Ese año realizando el mismo viaje, muere el francés Pilâtre de Rozier junto a Jules Romain, convirtiéndose así en los primeros fallecidos por un accidente aeronáutico.
El hidrógeno con el cual se inflaban los globos, fue un gas descubierto por Henry Cavendish en el año 1766 el cual se obtenía de la mezcla de ácido sulfurico con limaduras de hierro. El mismo era tan inflamable que volvía al aparato altamente peligroso. El primer globo de Jaques Charles estaba construido con tela fina y recubierto de goma para evitar que escape el hidrógeno.
Nos enteramos que la primera ascensión femenina en globo en el mundo fue realizada un 14 de junio de 1784, por Madame Thilbe oriunda de la ciudad de Lyon (Francia), quien realizó la proeza en presencia del rey del Suecia, durante los festejos en su honor.
A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, el inglés Sir George Cayley (1773-1857), tuvo un destacado protagonismo y es considerado el primer científico en la historia de la aviación. Abandonando la idea del ornitóptero y adoptando el concepto “más pesado que el aire”, decía que una máquina voladora podía elevarse si contaba con dispositivos capaces de asegurar la fuerza de sustentación y la propulsión. En el año 1804 diseñó un planeador controlable, con propulsión a hélice y en 1809 se publicaron sus ideas, siendo éste el primer trabajo realizado sobre navegación aérea, llamado “On Aerial Navigation”.
Una de las teorías más importantes de este investigador es la necesidad de contar con motores para poder controlar una máquina: “Todo el problema consiste en crear una superficie de soporte para un determinado peso, a fin de aplicar una determinada potencia contra la resistencia del aire”. También, mostró la diferencia de sustentación entre un ala combada y una plana; y su inagotable curiosidad lo llevó a construir un aeroplano con alas, cola y un fuselaje, a cual hace volar en el año 1849, lanzando un niño de 10 años. Por otra parte, formula principios de aerodinámica y anuncia la llegada de los motores de combustión interna, más ligeros. La experiencia de Cayley, quedó registrada en la historia de la aviación como la primera vez que vuela una persona en un aparato más pesado que el aire.
En 1842, un inglés llamado William S. Henson incursiona en la fabricación de una aeronave, el Aerial Steam Carriage, con ala fija en la cual un motor a vapor de 25 caballos impulsaba las hélices. El aparato nunca llegó a volar, pero el proyecto resultó interesante al mostrar la importancia de usar un motor más adecuado que el de vapor, y el uso de las hélices. Posteriormente Henson junto a John Stringfellow realiza otro vuelo, pero se estrella luego de recorrer 40 metros. Los años posteriores fueron incesantes en experiencias respecto al problema de la fuerza de sustentación. El motor de vapor continuó utilizándose, como lo demuestra el dirigible construido por Henri Giffard, el cual llegó a volar 27 km propulsado con un motor de 3CV a 10 km por hora.
El primer túnel aerodinámico o de viento lo construyó el científico inglés Francis Wenham en el año 1871. Se utiliza para investigar el efecto que produce el movimiento del aire alrededor de objetos sólidos y sirve para simular las condiciones de vuelo, por ejemplo de un avión. Para que éste pueda volar, la sustentación debe ser mayor a su peso y el empuje de los motores mayor a la resistencia aerodinámica de todo el aparato.
En 1861 el aeróstato fue utilizado también por países como EE.UU. con fines militares, como el cuerpo de globos de observación y dirección de artillería y en la Guerra Civil norteamericana. El USS George Washington Parke Curtis, llegó a transportar globos de reconocimiento y Brasil fue el primer país de Sudamérica que utilizó, en la Guerra de la Triple Alianza contra Argentina y Uruguay (1864), globos de reconocimiento. Francia, a diferencia de los anteriores países, los utilizó para el trasporte de personas y de correspondencia, realizando 66 vuelos en el año 1870.
Mientras tanto, en Alemania, la figura de Otto Lilienthal, (1848-1896), comienza a destacarse. Sus estudios de mecánica lo llevan a escribir un libro en 1889, llamado Der vogelflug als grundlage des fliegkunst, “El vuelo de los pájaros como base para el arte del vuelo”. Asimismo, consigue construir planeadores que aprovechaban la fuerza de gravedad para poder volar. Realiza vuelos controlados, los cuales documenta y fotografía. Murió en un accidente trágico por problemas de estabilidad del aparato. Paul Haenlein fue otro pionero de la aviación, nacido en Alemania, que no sólo fabricó sinó que además voló un dirigible de su invención propulsado por un motor de combustión interna (tipo Lenoir) a gas, del mismo gas utilizado para el llenado del globo.
Motor de combustión interna.
El francés Clément Ader y el norteamericano Samuel P. Langley, se destacaron en este período por los aportes realizados. El primero construyó dos tipos de aviones impulsados por un motor de vapor, el Eole en 1890 con alas parecidas a las de un murciélago y el Avión III, nombre derivado del latín avis: pájaro. El segundo en 1903, construyó un monoplano, el Aeródromo con alas en tandem, impulsado por un motor a gasolina que movía las hélices.La experimentación de Otto Lilienthal, por el año 1892, fue utilizada por otros estudiosos posteriores a él. Uno de ellos fue Octave Chanute, quien convertido en ingeniero se dedicó a repasar y compilar experiencias anteriores, publicando en 1894 un libro llamado “Los progresos de las máquinas voladoras” (Progress in flying machines). Asimismo, preparó proyectos en los que la superficie sustentadora de los planeadores se equilibraba automáticamente, llevando el centro de presión sobre el eje vertical del centro de gravedad. Incorporó a sus máquinas alas con su plano superior curvado que mejoraban la sustentación. Las experiencias de Chanute llamaron la atención de los hermanos Wright, quienes lo convirtieron en un consejero asesor de sus trabajos, que demostraron al mundo la posibilidad del vuelo controlado por un motor. Mientras tanto, los dirigibles que habían surgido gracias a los progresos de estos pioneros, comenzaban a cobrar importancia.
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