25 de febrero de 2009

LA "FORTALEZA VOLANTE" EN BUENOS AIRES

Por Gustavo V. Necco - Academia de Historia Aeronáutica del Uruguay


En Estados Unidos a fines de los años treinta, durante la depresión económica, los fondos para gastos militares eran muy escasos y el Cuerpo Aéreo del Ejército (US Army Air Corps - AAC), como otras unidades militares, realizaba esfuerzos para obtener presupuesto a fin de renovar el material. En 1938 el AAC, aprovechando la ceremonia de toma de poder del entonces presidente electo de la República Argentina, Dr. Roberto M. Ortiz, planeó una misión de buena voluntad a Buenos Aires a fin de dar publicidad al bombardero de larga distancia Y1B-17 Fortaleza Volante, recientemente adquirido.

La situación mundial al comienzo de ese año era muy conflictiva: el enfrentamiento sino-japonés llevaba varios meses y la trágica masacre de Nanjing era un hecho reciente; la guerra civil española estaba en su apogeo con los combates en Teruel y existía un virtual estado de guerra en el Mediterráneo; la situación europea era extremadamente tensa debido al avance del nacionalsocialismo (en esos momentos Hitler descabezaba la "Wermacht" colocando oficiales superiores leales a su causa, se iniciaba el "Anschluss", con la próxima anexión de Austria, y el Reino Unido señalaba a Hitler como "supremo señor de la guerra"); la flota Imperial japonesa se expandía y ante preguntas sobre este rearmamento el Almirante Yamamoto declaraba que era sólo a titulo defensivo y que de ninguna manera la flota atravesaría el Océano Pacifico (¡esto dicho casi cuatro años antes de Pearl Harbor!).

En ese entorno belicoso y de fortalecimiento de regímenes autoritarios el Presidente Franklin D. Roosevelt, en su alocución al Congreso de los EEUU el 3 de enero de 1938, manifiesta su preocupación por un mundo "en alta tensión y desorden, ... en donde la civilización estable está amenazada" ("a world of high tension and disorder, ... a world where stable civilization is actually threatened") y expresa que "... la paz mundial a través de acuerdos internacionales está más segura en manos de gobiernos democráticos representativos o, en otras palabras, la paz está enormemente puesta en peligro en, y por, aquellas naciones donde la democracia ha sido desechada o nunca se ha desarrollado" ("... world peace through international agreements is most safe in the hands of democratic representative governments - or, in other words, peace is most greatly jeopardized in and by those nations where democracy has been discarded or has never developed").

La designación del Dr. Ortiz por elecciones democráticas (aunque lamentablemente reconocidas como fraudulentas) le da la oportunidad a la administración americana, por medio de esta misión aérea con una escuadrilla de "Fortalezas Volantes", de mostrar la capacidad estratégica del AAC y, además, brindar cierto apoyo a un gobierno civil en el extremo sur del continente sudamericano, luego de dos gobiernos previos de extracción militar.

La misión fue encomendada al Segundo Grupo de Bombardeo (2nd. Bombardment Group) quien alistó un grupo de seis unidades, bajo el comando del Teniente Coronel Robert Olds. La escuadrilla partió de Langley Field el 15 de febrero de 1938 con la siguiente composición:

• No. 10 (líder –"flagship"), Piloto: Teniente Coronel Robert Olds
• No. 51, Piloto: Mayor Vincent J. ("Vince") Meloy
• No. 52, Piloto: Capitán Neil B. ("Chick") Harding
• No. 80, Piloto: Mayor C. V. Haynes y navegador Teniente C. E. LeMay
• No. 82, Piloto: Capitán A. Y. Smith
• No. 61, Piloto: Mayor "Hal" L. George


El grupo hizo una primera escala en Miami, siendo acompañado por un séptimo avión para emplearlo en caso de emergencia, pero como no se registró ningún desperfecto se consideró innecesario que este reemplazo continuara. La escuadrilla partió de Miami a las 0:55 del jueves 17 llegando a Limatambo a las 16:30 y desarrollándose el vuelo sin mayores dificultades, salvo un desincronizado en una de las hélices del No. 51, antes de llegar a Lima, que lo atrasa en un día.

La etapa Lima-Buenos Aires, iniciada a las 0:55 hora argentina del viernes 18, se realizó sin escalas, con algún contratiempo debido a fenómenos meteorológicos tormentosos sobre la Pampa argentina, llegando las cinco aeronaves al aeródromo de El Palomar cerca del mediodía del 18 de febrero. Pasadas las 12:30 el jefe de grupo de la aviación de caza argentina, Mayor Mejía, dispuso que partiera al encuentro del grupo de Fortalezas una escuadrilla comandada por el Capitán Arístides C. Fredes e integrada por los Tenientes Juan Carlos Ríos y Horacio Rivara. Poco después de las 13 horas la escuadrilla regresa al campo cuando se observa el arribo de la Fortaleza No 61 que, debido a inconvenientes en un caño de escape, debe abandonar la formación y descender sin acompañar a las evoluciones del resto del grupo, que se dirigió a la ciudad de Buenos Aires a manera de saludo.
Como el grupo no retornaba, la escuadrilla argentina partió nuevamente con la intención de orientarlo si fuera preciso, pero las cuatro Fortalezas aparecieron desde el sector norte, en fila india, haciendo una pasada a baja altura sobre la concurrencia y autoridades que fue entusiastamente aplaudida. La Fortaleza líder No. 10, conducida por el Mayor Edwin R. McReynolds, en la cual viajaba el comandante de la escuadrilla, Teniente Coronel Robert Olds; aterriza primero seguida por la No. 52 la No. 80 y luego la No. 82. Los pilotos, al descender, fueron calurosamente saludados por los camaradas argentinos y por el público y, finalmente, presentados a las autoridades locales encabezadas por el comandante de las fuerzas aéreas, Mayor Jorge J. Manní, y a la representación diplomática norte-americana, encabezada por el Embajador Alexander Willbourne Weddel.

La prensa de Buenos Aires dio una cobertura muy amplia, día a día, de esta misión considerándola una real hazaña. El diario "Crítica", en su edición del viernes 18, publica en primera plana y a toda página una amplia foto de los pilotos en su llegada a El Palomar con el título, en inglés, "Welcome to the wings of democracy" resaltando que "La escuadrilla americana recorrió 5100 millas en 28 horas y 15 minutos".

En la noche del arribo de la escuadrilla el Teniente Coronel Olds, como comandante del grupo y acompañado por el Embajador de EEUU, entrega al Presidente electo Dr. Ortiz una carta del Presidente Roosevelt con un mensaje considerado "expresivo y cordial" por la prensa local.

El domingo 20 de febrero, un día estival relativamente fresco, se efectuó una fastuosa y colorida ceremonia inaugural del Presidente electo donde en el cortejo participaron fanfarrias militares y motocicletas policiales. Alrededor de las cuatro de la tarde, cuando el Dr. Ortiz se traslada del Congreso a la Casa de Gobierno, sobrevuelan la Avenida de Mayo las seis Fortalezas Volantes, encabezando un desfile aéreo de la aviación militar.

La impresión que dejó esta misión en la Argentina, tanto en sus aspectos técnicos como diplomáticos, se resume en las declaraciones del entonces Presidente de la Cámara Aeronáutica, Sr Eduardo B. Covey: "... Era hasta ahora imposible concebir que una escuadrilla de aviones militares pesados como las "fortalezas volantes" pudiesen realizar sin preparación previa aparente y sin tenerse noticias de ello hasta momentos antes de la partida, un vuelo de tal extensión con todas la dificultades que caracterizan una empresa de esta envergadura..." "... Este vuelo involucra un sincero mensaje de paz y amistad, un mensaje de "buena voluntad", un mensaje decisivo en las relaciones que unen a todas las naciones americanas cuya única separación son las fronteras convencionales, pues sus ideales marchan enlazados hacia la misma meta: Paz y Libertad!! Es este el deseo de todos, y la reciente embajada aérea ratifica el convencimiento y las esperanzas de América como ejemplo en el mundo".


El grupo de Fortalezas parte para Chile en la madrugada del 22 de febrero llegando a Santiago hacia el mediodía, pero el No. 82 se retrasa y llega a Santiago por la noche. Los aviadores, en su corta estadía, recibieron numerosas expresiones de simpatía por parte de autoridades locales, representaciones diplomáticas y público en general. En nombre del Gobierno de Chile el Ministro de Defensa, D. Emilio Bello Codesido, expresó: "Traéis una gran misión fraternal, y vuestra visita es un factor de unión de estos países, que se sienten estrechamente ligados a la gran república del Norte".

Despegan hacia Lima el 23 de febrero por la mañana aterrizando en Limatambo por la tarde. La Fortaleza Volante No. 82 continúa con problemas, haciendo escala en Arica y reuniéndose con el grupo al día siguiente, cerca del mediodía. En horas muy tempranas del 25 de febrero las seis unidades dejan Lima para dirigirse a Panamá, aterrizando en Albrook Field, Al día siguiente vuelan hacia el lado atlántico de la zona del Canal, a France Field, donde los mecánicos efectúan una inspección de rutina.

Se había planeado una escala en Miami, pero se les ordenó efectuar un vuelo directo hacia la base principal del Cuartel General de la Fuerza Aérea, Langley Field, en Virginia. El líder No. 10 deja France Field a las 6:10 del 27 de febrero. Las seis aeronaves se reagrupan al llegar a Norfolk, Virginia, aterrizando en Langley a las 5 de la tarde en punto, luego de un viaje de más de doce mil millas en menos de siete días de vuelo.

El viaje a Buenos Aires del Segundo Grupo de Bombardeo representó el vuelo a larga distancia más largo de su tipo en la historia y por esta proeza el Grupo obtuvo el MacKay Trophy del año 1938. Este grupo también se destacó poco después, en mayo de 1938, al demostrar las capacidades del Y1B-17 al interceptar el buque italiano Rex a unas 725 millas de la costa americana, en un ejercicio de entrenamiento que provocó la ira de la Marina estadounidense por un problema de jurisdicciones.

Actuó también como navegador en este episodio el entonces Primer Teniente Curtis E. LeMay, quien luego llegara a ser uno de los más renombrados (y conflictivos) jefes de la Fuerza Aérea norteamericana. LeMay tenía grandes dotes de organizador, destacándose en la modificación de la estrategia de bombardeo delos B-29 sobre el Japón a finales de la Segunda Guerra, en la puesta en marcha del puente aéreo sobre Berlín en 1948 y en la creación y organización del Comando Aéreo Estratégico (Strategic Air Command - SAC) siendo su comandante desde 1948 hasta 1957.

Es interesante destacar que LeMay, quizás recordando el raid a Buenos Aires en 1938, organiza casi dos décadas después un vuelo ida y vuelta Washington – Buenos Aires de 21 horas sin reabastecimiento por seis B-52 del SAC. El propio LeMay pilotea un KC-137 en un vuelo record sin escalas de 6,350 millas entre la base de Westover, Massachussets, y Buenos Aires, el 11 de noviembre de 1957, que dura 13 horas y dos minutos. El vuelo de regreso, tres días después, establece un record de velocidad de 11 horas y seis minutos.

Fuente: Air & Space Volumen XVIII, Tercer Trimestre 2007

No hay comentarios:

Publicar un comentario