19 de octubre de 2020

FUNDACIÓN DE LA BASE AÉREA VICECOMODORO MARAMBIO - UN HECHO HISTÓRICO PARA RECORDAR (29 DE OCTUBRE DE 1969)

Antecedentes


Epopeya de gran trascendencia Nacional, Histórica y Geopolítica protagonizada por argentinos que, viviendo en pequeñas carpas, en una zona extremadamente inhóspita contando solo con picos, palas y trabajando con esfuerzo, garra y coraje, abrieron un surco de tierra en el Desierto Blanco para permitir operar aviones de gran porte con tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas.

 

Así fue como nuestros compatriotas, los integrantes de la Patrulla "Soberanía", rompieron el aislamiento con el Continente Antártico. A partir de entonces, se abrieron rutas aéreas en sentido transpolar.

 

La Antártida es un pedazo más de nuestra Patria, allí viven familias, nacen argentinos y se continúa esa obra con el mismo esfuerzo y sacrificio, que pusieron siempre nuestros antárticos.

 

Aclaración

 

Decir que el 29 de octubre se cumple un aniversario de la fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio de la Antártida Argentina, parece un hecho intranscendente y cotidiano, pero no es así.

 

La fundación de la misma, que coincide con la inauguración de la primera pista de aterrizaje de tierra en el Continente Antártico, constituye un hecho histórico de gran relevancia, porque permitió romper el aislamiento con esa porción del mundo donde antes solo se podía llegar en verano por vía marítima cuando el estado de los hielos lo permitía.



Indudablemente estas características operativas tienen un valor extraordinario y con las mismas se inició una nueva era en el Casquete Polar Antártico, con una dinámica distinta en las tareas que se realizan en el nuevo continente.

 

Con esta capacidad funcional, se pudo superar el antiguo aislamiento que existía, con el traslado de personal, apoyo logístico, emergencias, evacuaciones, alternativas de vuelo, apoyo a la búsqueda y salvamento, debido que se pueden desplazar en pocas horas los medios aéreos necesarios ante cualquier eventualidad sin tener que esperar los días que demanda una navegación al lugar y las condiciones de hielo favorables para hacerlo, que solo se da en épocas estivales.

 

El hecho de decir que la pista es de tierra, nos asombra, porque todos conocemos a la Antártida como un gigantesco manto blanco de hielos y nieves eternas, pero esta afirmación tiene sus fundamentos.

 

La isla Vicecomodoro Marambio, emergió del mar en épocas muy remotas y su meseta que se elevó a 198 metros sobre el nivel del mar, tiene una superficie semiplana, con un suelo formado por barro de tierra arcillosa congelado (permafrost) aflorando piedras y rocas de distintos tamaños, diseminadas en toda su extensión.

 

 

 

Esas características singulares, permiten que esta meseta sea barrida habitualmente por fuertes vientos Antárticos, que evitan la acumulación de nieve.

 

Antecedentes

 

La acción de la Fuerza Aérea en la zona, se remonta al 1 de diciembre de 1951, cuando al mando del Vicecomodoro Gustavo Argentino Marambio sobrevoló la bahía Margarita en el sector noroeste de la península antártica, con el avión Avro Lincoln Matrícula LV-ZEI (ex B-030), denominado "Cruz del Sud".

 

En el año 1952 el Vicecomodoro Marambio siendo el Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Tareas Antárticas (FATA), sobrevoló y estudió posibles lugares de aterrizaje en el Sector Antártico Argentino.

 

El broche de oro de estos bombarderos pesados en zonas antárticas, fue el vuelo efectuado el día 28 de octubre de 1965, por el avión Avro Lincoln, matrícula B-022, al mando del entonces Primer Teniente Jorge Francisco Martínez, que con motivo de la operación "Socorro", realizó un importante raid que totalizó casi 22 horas sin escala, en apoyo del avión Douglas C-47 matrícula TA-05, que cumplía la expedición al Polo Sur.

 

El Vicecomodoro Gustavo Argentino Marambio había nacido en Río Cuarto, provincia de Córdoba el 21 de septiembre de 1918 y falleció en un trágico accidente aéreo en la localidad de Mugueta, provincia de Santa Fe el día 12 de noviembre de 1953 y en su homenaje la isla Vicecomodoro Marambio lleva su nombre.

 

En la década del 60 la Fuerza Aérea se empeñó en localizar una zona apta para habilitar una pista de aterrizaje destinada a la operación regular y continua de aeronaves de gran porte con tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas, sin utilizar los sistemas de esquíes.

 

El día 25 de noviembre de 1968, un helicóptero Bell UH-1 matrícula H-12, de la Fuerza Aérea embarcado en el rompehielos General San Martín (Q4), tripulado por el Primer Teniente Enrique Pessana , el Teniente Ricardo Ciaschini y el Cabo Juan Carlos Ballesteros se posó sobre la meseta de la isla Vicecomodoro Marambio, llevando a bordo al Jefe del Grupo Aéreo de Tareas Antárticas(GATA), Vicecomodoro Mario Luis Olezza, al Teniente Julio Alberto Domínguez, al ayudante geólogo, mecánico de suelo Héctor Luis Ponte, quien junto al geoglaciólogo, Dr. René Edgar Dalinger, recogieron muestras de terreno, efectuaron mediciones y observaciones de la zona; desconcertándose al principio, para entusiasmarse después.

 

 

 La isla Vicecomodoro Marambio en cartas antárticas antiguas es señalada con el nombre de Seymour, en honor a un marino inglés que frecuentó la zona a fines del siglo XIX, pero tomó su nombre actual a partir del año 1956.

 


Embarcados también en el rompehielos llegaba al Continente Antártico la dotación antártica de la Fuerza Aérea 1968/69 (Invernada 1969), que con posterioridad integró la Patrulla Soberanía, fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, quienes fueron destinados a la Estación Aeronaval Petrel y a la Base Aérea Teniente Matienzo, que se encontraba en emergencia cuya recuperación y abastecimiento ocupa un lugar destacado en la historia antártica.

 

En el mes de abril del año 1969 se efectuó un relevamiento aerofotográfico de la isla con un avión DHC-6 Twin Otter y reconocimiento desde un avión Hércules C-130, al igual que los efectuados desde el avión DHC-2 Beaver de la dotación de la Base Matienzo.

 

De los múltiples estudios realizados, se llegó a la conclusión que podría materializarse el proyecto sobre la meseta que corona la isla.

 

Operaciones preliminares

 

En el invierno del año 1969 el mundo entero quedó maravillado con la llegada del hombre a la Luna y presenció por televisión un gran despliegue de ciencia y técnica avanzada, pero nuestros Antárticos no lo vieron, porque entonces no llegaban a esos confines las emisiones televisivas.

 


Los integrantes de la Patrulla, que después sobre el terreno se llamó "Soberanía", acondicionaban sus picos, palas, barretas, carpas, equipos de comunicaciones, víveres y otros elementos no tan sofisticados como los que se llevaron a la Luna que fascinó a la humanidad y llegaron con coraje y sacrificio a un lugar inexplorado, donde plantaron un modesto mástil de cañas con la Bandera Argentina y comenzaron a vivir esta epopeya en los hielos.

 

Cuando se planificó la operación, se pensó cubrir la distancia por tierra entre la Base Aérea Teniente Matienzo y aquella isla, a través del mar congelado y de la Barrera de Larsen (actualmente aguas libres), pero la falta de consistencia de la capa helada en el canal que separa la isla del continente, paso obligado en el itinerario, presentaba la operación sumamente riesgosa; entonces se iniciaron los preparativos para realizar la operación por medio aéreo. 

 


Se preparó para la expedición el pequeño avión monomotor DHC-2 "Beaver" matrícula P-03, el cual descansa en el Rincón Antártico del Museo Nacional de Aeronáutica; al que se le habían cargado algunas carpas, un modesto grupo electrógeno, herramientas, medicamentos, comestibles y otros elementos de supervivencia.

 

Todo estaba decidido y cuando las condiciones meteorológicas mejoraron, desde la Base Matienzo partió el avión "Beaver" con su equipamiento normal para las características del terreno, es decir con esquíes, el cual sobrevoló las inmediaciones de la isla en busca de un lugar apto sobre el mar congelado, que le permitiera anevizar.

 

Una y varias veces pasó sobre el lugar elegido, hasta que anevizó con un suave toque sobre la superficie helada del mar en la Bahía López de Bertodano, con la valiosa colaboración de otro avión Beaver de la Armada Argentina, quedando así abierta la posibilidad del nacimiento de Marambio.

 


Este fue solo el primer punto del arriesgado plan y no había tiempo para dilaciones; mientras un grupo comenzaba a subir a la meseta los pertrechos, el avión Beaver regresaba a Matienzo en busca de nuevos materiales y más personal, repitiendo esta operación varias veces, hasta quedar instalado el campamento.

 



Se constituye la "Patrulla Soberanía"

 

Al principio se constituyó la Patrulla Soberanía, instalándose, el Campamento "Alfa" al mando del Teniente Francisco Florencio Mensi, en la bahía, al pie de la meseta y sobre la misma el Campamento "Beta" al mando del Teniente Mario Víctor Licciardelo.

 

A partir de ese momento, comenzó una difícil rutina de trabajo cotidiano, viviendo en pequeñas carpas, convirtiendo el hielo y la nieve en agua para subsistir, comiendo conservas, aislados en la más completa soledad, luchando a brazo partido y de sol a sol (cuando el clima lo permitía), haciendo la tan soñada pista, aquella que no solo dejó una huella en la piedra y en los hielos, sino también ha dejado una huella de solidaridad y heroísmo en los corazones de los hombres que la forjaron.

 

Integrantes de la Patrulla Soberanía

 

Integrantes de la Patrulla "Soberanía" fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio. 

 


Son los entonces...

 

  • Teniente Oscar José Pose Ortíz De Rozas
  • Teniente Francisco Florencio Mensi
  • Teniente Mario Víctor Licciardello
  • Primer Teniente (EC) Américo Osvaldo Auad
  • Suboficial Mayor Arturo Rafael Giménez
  • Suboficial Principal Ramón Alberto Velázquez
  • Suboficial Principal Aníbal César Clementino Klocker
  • Suboficial Ayudante Castor Eustaquio Ayala
  • Sargento Ayudante (EA) Lucas Feliciano Soria
  • Suboficial Auxiliar Juan Carlos Luján
  • Suboficial Auxiliar Omar Juan Aimaretti
  • Cabo Principal Alberto Oscar Gallardo
  • Cabo Principal Hugo Adolfo Ferrari
  • Cabo Primero Luis Facundo Fioramonti
  • Cabo Primero José Luis Cortelezzi
  • Cabo Primero Daniel Enrique Timo
  • Cabo Primero Adolfo Sissoy
  • Cabo Primero José Oscar Medina
  • Cabo Primero Miguel Ángel Mignani
  • Cabo Primero Wbaldo Salvador García
  • Cabo Primero Carlos Alberto Schenone

 

Se sumaron a la Patrulla y después en la campaña de verano, los entonces:

  • Sargento Primero (EA) Rubén Makinistián
  • Suboficial Principal Enrique J. Candela 

 

Primer aterrizaje con ruedas en el continente antártico

 

La longitud de la pista crecía día a día y así fue como el 25 de setiembre de 1969 el avión Beaver DHC-2 matrícula P-03, procedente de la Base Matienzo, donde se le había instalado un sistema de tren de aterrizaje de esquí-rueda, a las 11:45 hora local se posó sobre la pista de tierra de Marambio, que en esos momentos tenía una extensión de 300 metros, convirtiéndose en el primer avión que aterrizó con ruedas en el Casquete Polar Antártico y lo piloteaba el entonces Teniente Oscar José Pose Ortiz de Rozas, con el Suboficial Principal Ramón Alberto Velázquez trasladando como pasajero al Jefe del Grupo Aéreo de Tareas Antárticas, Vicecomodoro Mario Luis Olezza.

 


Apoyo aéreo a la patrulla

 

Mientras se continuaba con la agotadora tarea de despejar el terreno con medios precarios, el 9 de octubre de 1969 se recibió el auxilio desde el avión Hércules C-130, Matrícula TC-62 que efectuó el lanzamiento en paracaídas y en caída libre de 48 bultos conteniendo alimentos, medicamentos, explosivos, carretillas, barretas, picos, palas, carpas, vestuario y la tan deseada correspondencia, que dio más vigor y entusiasmo a los hombres de la Patrulla "Soberanía".

 

Para prestar importante apoyo en las operaciones, el veterano avión bimotor Douglas C-47, matrícula TA-05, vuelve a cumplir una nueva proeza al cruzar al continente blanco, utilizando para esta misión en nieve, el sistema de esquí-ruedas, hasta el 27 de setiembre de 1969, que procedente de Matienzo aterrizó en Marambio con ruedas, cuando la precaria pista en construcción sólo tenía 400 metros de longitud.

 


Lo comandaba uno de los héroes de las epopeyas antárticas, el Vicecomodoro Mario Luis Olezza, acompañado con la tripulación integrada por los entonces Mayor Roque Antonio Faulin, Teniente Carlos Alberto Zungri, Suboficial Mayor Juan Carlos Nasoni, Suboficial Principal Jorge Rubens Garavano, Suboficial Ayudante Juan Carlos Rivero y Suboficial Auxiliar Evaristo Carrizo y trasladaba al personal de apoyo Suboficial Principal Enrique Candela y Sargento Primero Rubén Makinistian.

 

El 14 de octubre de 1969 se incrementó el apoyo logístico, dando mayor empuje a la misión, con el traslado de elementos varios en el avión "Twin Otter" - Matrícula T-85, tripulado por los Capitanes Juan Ramón Cambiasso y Alfredo Abelardo Cano, 1er. Teniente Adrián José Speranza, Suboficial Ayudante Ernesto Antonio Vázquez, que utilizando el sistema de aterrizaje de esquí-rueda, volaron de Río Gallegos a Matienzo y de Matienzo a Marambio, donde aterrizaron con ruedas en la pista en construcción que ya tenía 700 m de longitud.

 


Se continuaron los trabajos en la pista y cuando la misma tenía una longitud de 900 m por 25 de ancho, con los últimos esfuerzos se la señalizó y se despejo también de piedras y rocas un sector de estacionamiento para varias aeronaves.

 


Así se llegó al 29 de octubre de 1969, fecha de trascendencia nacional, histórica y geopolítica, porque a partir de entonces se inició una nueva era en la historia de la Antártida, al romperse el aislamiento a que estaba sujeto por las características de su clima, su suelo y sus mares congelados.

 

En las primeras horas del día, decoló de la Base Matienzo el legendario avión Douglas C-47, matrícula TA-05, utilizando esquíes y aterrizó en Marambio, con sus ruedas, donde se le desarmó el sistema de esquí-ruedas y quedó con el tren de aterrizaje normal, emprendiendo su último viaje por el Continente Antártico, con destino a Río Gallegos y luego a Buenos Aires, para incorporarse al Museo Nacional de Aeronáutica, donde descansa de sus hazañas en el Rincón Antártico.

 

El Vicecomodoro Mario Luis Olezza recibió la orden de permanecer en la isla, con el fin de participar en la ceremonia de fundación de la Base e inauguración de la pista y por tal motivo este vuelo de regreso lo comandó el Mayor Roque Antonio Faulin, integrándose a esta tripulación el Capitán Alfredo Abelardo Cano del avión Twin Otter, matrícula T-85 y como pasajero el Cabo Principal José Oscar Medina.

 

29 de octubre de 1969 - Día Histórico

 

(Acontecimiento histórico).

Se inaugura la primera pista de aterrizaje de tierra en la nueva Base Aérea Vicecomodoro Marambio (actualmente Base Marambio).

 

Mientras el avión C-47, matrícula TA-05 volaba hacia Río Gallegos, en sentido contrario se aproximaba el avión biturbohélice Fokker F-27, Matrícula TC-77, que tripulado por el Vicecomodoro Ervin Roberto Kern, los Mayores Enrique José Sanzo y Elvio Eder Duval Vaira, los Suboficiales Ayudantes José Luis Altamiranda, Pedro Bessero y Héctor Tomás D'onofrio, transportaba a la ceremonia de fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio a altas autoridades.

 


Eran ellos el señor Ministro de Defensa, Doctor Rafael Cáceres Monie; el Subsecretario de Defensa, Doctor Gilardi Novaro, el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier General Jorge Martinez Zuviria; el Comandante de Operaciones Aéreas, Brigadier Mayor Carlos Alberto Rey; el Jefe del Estado Mayor del Comando de Operaciones, Brigadier Carlos Washington Pastor; el Comandante de Aviación Naval, Contralmirante Hermes Quijada; el Director de Fabricaciones Militares, General Oscar Chescota; el jefe de la I Brigada Aérea, Brigadier Higinio González, el Jefe del Departamento Antártida del Ejército, General de Brigada Jorge Edgard Leal, como así también al Mayor Roberto Boiero; Suboficial Mayor Hugo Hass e Ingeniero Víctor Cabos; el piloto de relevo del avión Twin Otter T-85, Primer Teniente Alberto Vianna e integrantes de la dotación entrante 1969/70 de la Base Aérea Teniente Matienzo, Suboficial Mayor Eradio Fabro y Cabo Principal Nicolás Mario D'anunzio.

 


Este fue el primer vuelo regular de una aeronave, que procedente de otro Continente, despegaba y aterrizaba en el Casquete Polar Antártico, utilizando tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas, rompiendo con este hecho histórico, el aislamiento que hasta entonces existía con el Sexto Continente, convirtiéndose la Base Marambio en la "Puerta de entrada de la Antártida ".

 

Continuación de las tareas iniciadas por la Patrulla Soberanía

 

La Dotación Antártica 1969/70 (Invernada 1970) de la nueva Base Aérea Vicecomodoro Marambio, continúo en condiciones similares de habitat y trabajo, la dura tarea iniciada por la Patrulla Soberanía, construyendo instalaciones y prolongando la pista hasta alcanzar una longitud de 1200 m.

 

Esta Dotación, la primera de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, estaba integrada por los entonces, Capitán Jorge Ángel Berreta, los Suboficiales Principales Enrique Candela y Mario Rogelio González, suboficial Ayudante Segundo Tejerina, Cabos Principales Juan Pantaleón Gil y Miguel Ángel Pedrozo, Cabo Primero Jacinto Peralta y de la dotación del año anterior, el Suboficial Principal Ramón Alberto Velázquez, suboficial Ayudante Castor Eustaquio Ayala y los Cabo Primero José Oscar Medina y Whaldo Salvador García.

 

Primer aterrizaje de un avión de gran porte

 

Con esta capacidad operativa, el día 11 de abril de 1970 el avión Hércules C- 130 matrícula TC-61, aterrizó en la Base Aérea Vicecomodoro Marambio con sus ruedas, tripulado por los entonces, Comodoro Athos Arturo Gandolfi, los Mayores Juan Carlos Moroni, Eugenio Pascual Gutierrez, Oscar Ángel González, el Capitán Roberto Federico Mela, los Suboficiales Mayores Guillermo Aguirre, Jorge Linder, Eldo Oscar Gómez Sarmiento, Mario Federico Guayan, José Máximo Paz y el Suboficial Principal Egemundo Ventura Bárcena, permitiendo que a partir de entonces se opere normalmente durante todo el año con aviones de gran porte.

 


Recuerdos y ejemplos

 

Varios años han pasado desde esa fecha memorable y en este período otras obras han cambiado la fisonomía que forjaron los pioneros, porque nuevos brazos se sumaron a la epopeya de las realizaciones.

 

Hoy todo esto es un recuerdo imborrable, además un motivo de orgullo y ejemplo para aquellos que se están formando en la vida; que tienen que aprender que, con voluntad, esfuerzo, unión y perseverancia, se pueden llegar a cumplir las metas soñadas.

 

Importancia geopolítica

 

Al abrirse una vía de comunicación aérea permanente con este Continente que era aislado hasta entonces, se dieron grandes posibilidades, no solo en lo que hace a la presencia argentina en el territorio, con las actividades de investigaciones científicas y técnicas que se vienen realizando desde hace ya varios años, sino que nos permite cimentar nuestra soberanía, con hechos que antes eran imposibles de realizar.

 

Actividades científicas en la Antártida

 

La actividad científica en la Antártida se desarrolla en disciplinas tan variadas como Paleontología, Glaceología, Biología, Sismología, Vulcanología, Magnetología, Meteorología, Ozonosondeo y también Historia, porque la Historia es muy rica... y poco conocida en esos confines.

 

Argentina centro del mundo

 

Considerando que la Tierra es una esfera, podemos realizar una proyección cenital equidistante con centro de la ciudad de Buenos Aires y aprovechando las mayores autonomías y seguridades logradas en el campo de la aviación, utilizar rutas aéreas sobre espacios hasta entonces ignorados para tal fin.

 

Dinámicas operaciones antárticas

 

http://www.marambio.aq/actualidad.html

La nueva dinámica en las operaciones Antárticas, permitió el crecimiento en el accionar de la Base Antártica Marambio, contando ahora con instalaciones confortables y aptas para albergar y trasladar a otros puntos de la Antártida a exploradores y científicos.

 

Vuelos en sentido transpolar

 

Entre los días 4 y 9 de diciembre del año 1973, se realizó el 1er. Vuelo Transantártico Tricontinental, al cubrir con el avión Hércules C-130, Matrícula TC-66 las escalas Río Gallegos-Marambio-Sobrevuelo del Polo Sur-Australia Sobrevuelo de Marambio-Río Gallegos.

 


Más tarde, en 1974 y en 1979, los cadetes de la Escuela de Aviación Militar Argentina, en cumplimiento de sus vuelos finales de instrucción XIX y XXIV respectivamente, tuvieron la emoción de cruzar el Continente Antártico procediendo de Nueva Zelandia en ambos casos. El primero de los vuelos se realizó a bordo de dos Hércules C-130, en tanto que el último se cumplió con un Boeing B-707.

 

En 1979, se concretó el transporte de aproximadamente 31 toneladas de carga crítica en el avión Boeing B-707, a requerimiento de YPF, desde Japón a nuestro país y a cuyos fines se optó, también por la ruta transantártica.

 


Con estos vuelos, realizados con hombres y máquinas de la Fuerza Aérea Argentina, se abrieron nuevas posibilidades que muy pronto cobrarían realidad.

 

Esto facilitó que se abran nuevas rutas en sentido transpolar, donde Australia, Nueva Zelandia, los países insulares de Oceanía y el Lejano Oriente, pasaron a ser considerados vecinos de la Argentina, pues son los más contiguos al sur, vía Antártida.

 

En la actualidad se realizan regularmente vuelos comerciales en sentido transpolar, debido a que nuestros aeródromos del sur dejaron de ser terminales, para ser de tránsito aéreo.

 

Otras posibilidades

 

Antes, quienes integraban las Dotaciones Antárticas debían permanecer aislados durante un año, en cambio ahora pueden ser asistidos o evacuados en corto tiempo por vía aérea cuando sea necesario, esto dio lugar a que en la actualidad las Dotaciones de la Base Antártica Esperanza, estén integradas por familias, con amas de casa que además de cumplir trabajos en la misma, realizan sus tareas del hogar y niños que juegan y concurren al colegio, desenvolviéndose en comunidad igual que en cualquier punto del país.

 

Ahora la mujer ocupa un lugar importante en esta conquista pacífica de nuestra soberanía en el Sexto Continente, que antes era privilegio de los hombres, quienes se aislaban en esos confines, por períodos mayores a un año, para cumplir esta patriótica misión.

 


Esto dio lugar al nacimiento de argentinos en la Antártida, los que además de tener el orgullo de haber nacido en ese lugar, tienen una característica muy especial, la de no ser "americanos" como todos los argentinos, porque al haber nacido en el Continente Antártico son "Antárticos".

 

Reflexiones

 

Lo realizado por los pioneros, integrantes de la Patrulla Soberanía y quienes continuaron su obra, debe considerarse como una verdadera epopeya y para advertir su magnitud, solo es necesario considerar los rigores imperiosos del clima que debieron soportar y el trabajo físico realizado.

 

Cabe destacar que los picos utilizados, que tenían aproximadamente cincuenta y dos centímetros de largo, sufrieron un desgaste tal con su intenso uso, que quedaron gastadas sus mazas de hierro a veinticinco centímetros.

 


Los valiosos frutos recogidos, son el resultado del esfuerzo de este puñado de hombres que entregaron todo de sí para alcanzar ese paso, con el objetivo de brindar un importante apoyo a la ciencia y continuar en la lucha pacífica que realiza la Argentina para ratificar su soberanía en un pedazo del Continente Blanco; lo que debe servir de ejemplo a nuestros niños y jóvenes.

 

En la región más inhóspita del planeta, donde los elementales vestigios de vida se manifiestan en diminutas formas vegetales, donde la temperatura baja hasta más de cincuenta grados bajo cero de sensación térmica, donde los vientos alcanzan una fuerza extraordinaria, esos pioneros solos, físicamente aislados del mundo, con escaso equipamiento y en pequeñas carpas, enfrentaron todos los riesgos y aceptaron el desafío de esta utopía hasta alcanzar el triunfo, cuya hazaña nos conmueve y nos lleva a la admiración y al reconocimiento.

 

Reconocimientos

 

En homenaje a esta epopeya, en el año 1984 el Presidente de la Nación Argentina, recibió de manos de los integrantes de la Patrulla "Soberanía", fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, la bandera de guerra que los cobijó bajo sus pliegues; la cual en un cofre y junto a una fotografía del momento histórico y de una placa de bronce con la nómina de los fundadores, quedó en custodia en el Salón de Honor del Monumento Nacional a la Bandera en la Ciudad de Rosario.

 

En el Museo Nacional de Aeronáutica, en el Rincón Antártico, donde se muestran vehículos y aviones que hacen a la historia de la Fuerza Aérea en la Antártida, se ha erigido un monolito con la réplica de la Placa que se encuentra en el Monumento Nacional a la Bandera.

 

El señor Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea, por Resolución No 1011/89 publicada en Boletín Aeronáutico Público 2541, felicitó al personal interviniente en esta gesta histórica y los reconoció como FUNDADORES de la, citada Base, con conceptos muy elogiosos.

 

Al cumplirse el 25º Aniversario de la fundación de la Base Marambio, en el año 1994 los representantes del Pueblo en el Congreso de la Nación Argentina por Resolución de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación, honran a los Oficiales y Suboficiales que integraron la Patrulla Soberanía, quienes viajaron con legisladores y altas autoridades a la Antártida, con una medalla recordatoria de reconocimiento, Diploma de Honor, además con el descubrimiento en la Base Antártica Marambio de una Placa de Bronce con la nómina de dicha Patrulla, donde dice:

 

"Se le rinde homenaje a quienes con trabajo, esfuerzo y coraje abrieron camino en el suelo helado de la Patria".

 

Al cumplirse el 30 Aniversario de la fundación de dicha Base en el año 1999, la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, rinde el mismo homenaje descubriendo otra Placa en Marambio al lado de la anterior con la misma nómina y dice:

 

"La Honorable Cámara de Diputados de la Nación rinde homenaje a los integrantes de la Patrulla "Soberanía" que con su esfuerzo contribuyeron a afirmar nuestros Derechos Soberanos en la Antártida."

 

El Ministerio de Cultura y Educación de la Nación como así también los de las Provincias, incluyeron la fecha 29 de octubre de 1969 en el Calendario Escolar, para que sea recordada en los establecimientos educacionales, como un hecho histórico que sirva de ejemplo a las generaciones futuras, mencionando en su objetivo:

 

"Recordar este acontecimiento de trascendencia nacional, histórica y geopolítica. Crear conciencia acerca de este hecho que no sólo tiene que ver con nuestro reclamo soberano, sino también con actitudes de sacrificio y valor que merece ser recordado."

 

Dijo un escritor:

 

"La Antártida es un Continente que más parece un planeta, donde se siente que se toca la piel de Dios y que los cielos están tan cerca del hombre, que podrían alcanzarse las estrellas; las que, como racimos de uvas maduras, penden del parral del cielo. 

La Antártida es hermosa y misteriosa, pero es, ante todo, sacrificio, enfrentamiento con la naturaleza despiadada y uno de los esfuerzos más corajudos y conscientes de los argentinos".

 

Fuente: http://www.marambio.aq