27 de agosto de 2020

AVIONES SECRETOS RUSOS DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL


 

Por Alejandra Cerezo

Es fascinante la historia de los diseñadores aeronáuticos soviéticos de la II Guerra Mundial que trabajaron en secreto para crear aviones que estaban muy por delante de los fabricados en el resto del mundo, algo parecido a unos submarinos voladores y aviones casi imperceptibles, principalmente bombarderos para convertir a la Unión Soviética en una gran potencia aeronáutica, trabajando en campos de concentración soportando la tortura del dictador ruso Stalin, con amenaza de muerte donde los ingenieros soviéticos dieron lo mejor de sí y construyeron aviones revolucionarios que cambiarían la historia de la aviación.

En Julio de 1937 por primera vez un avión atraviesa la costa oeste de los Estados Unidos, un vuelo sin escalas desde Moscú en la Rusia comunista hasta Washington atravesando una distancia de 11,000 kilómetros tomando por sorpresa a los norteamericanos, se trataba del Túpolev ANT-25 y tenía una envergadura de más de 34 metros, significando la culminación de la construcción de aviones secretos ordenados por Stalin, quien decidió convertir a Rusia en una gran potencia militar e industrial particularmente interesado en tecnologías como la aviación, empleando gran parte del tesoro nacional en la construcción y diseño de aviones y experimentación con nuevos prototipos. 

Ese vuelo cambiaría la trayectoria de la aviación militar estadounidense, el Congreso estaba a punto de cancelar el programa del B17 Fortaleza Volante pero cuando vieron lo que los rusos podían hacer en el campo de los bombarderos se dieron cuenta que ellos también debían disponer de esa tecnología. Por primera vez en la historia, las alas de un avión también se utilizaron para almacenar combustible. Así, el ANT-25 era capaz de transportar hasta siete toneladas de combustible. 

Este fue solo en inicio, la aviación fue decisiva para contener la invasión nazi en 1941 y conseguir, tras cuatro años de guerra sin cuartel, una victoria total contra el Tercer Reich. Sin duda, el triunfo hubiese sido imposible sin los valerosos pilotos de la Fuerza Aérea y sus aparatos. Estos son cinco aviones soviéticos que contribuyeron de manera destacada en arruinar los planes de aniquilación de Hitler: 

Yak-3


El Yak-3, una mejora del Yak-1, estaba armado con dos ametralladoras Berezin UBS de 12,7 mm y un cañón 1 Cañón ShVAK de 20 mm y era capaz de alcanzar una velocidad de 655 kilómetros por hora. Se produjeron 4.858 ejemplares y se convirtió, a partir de su llegada al frente de combate en 1944, en uno de los aparatos que consiguió las mejores cifras de derribos de cazas de la Luftwaffe. 

Ilyushin Il-4


Aparato robusto y eficaz, se produjeron más de 5.000 ejemplares que fueron empleados en su mayoría en incursiones de carácter táctico tras de las líneas alemanas, lo que permitió aprovechar su máxima carga bélica, 1000 kg de bombas más 1500 kg sujetos bajo las alas. Precisamente, aviones de este tipo asignados a la Flota del Norte, junto a otros del modelo Ilyushin DB 3, tuvieron el honor de ser los primeros bombarderos soviéticos en atacar Berlín, tras recorrer 1.765 km sobre territorio enemigo. 

Tupolev Tu-2


Uno de los diseños aeronáutico más sobresalientes de la II Guerra Mundial, el Tu-2, gracias a su velocidad y resistencia además de a sus cañones fijos de tiro frontal ShVAK de 20 milímetros, derribó a muchos cazas alemanes. Normalmente, después de lanzar sobre el objetivo enemigo hasta 4000 kg de bombas. 

Petlyakov Pe-8


El único bombardero pesado cuatrimotor construido en la URSS durante la Gran Guerra Patria, era capaz de trasportar hasta 5.000 kg de explosivos y fue utilizado para bombardear Berlín.

Yakovlev-9


Este aparato monomotor de ala baja fue, con 16.769 unidades fabricadas, el caza soviético más numeroso de la II Guerra Mundial. Los primeros se entregaron en octubre de 1942 y fueron rápidamente enviados a combatir sobre Stalingrado. Utilizado ampliamente contra los mercantes enemigos en el Mar Negro, como destructor de tanques y contra otros aviones, a los que partía en dos con un solo disparo.

Así, los ingenieros aeronáuticos rusos se encontraron entre los más prestigiosos del mundo, sus contribuciones sería uno de los legados más sólidos de la Segunda Guerra Mundial.

Fuente: https://www.transponder1200.com