20 de septiembre de 2022

ESPAÑOLES EN LA 2ª GUERRA MUNDIAL - GESTAS EN ESPAÑA Y DE ESPAÑOLES FUERA DE LAS FRONTERAS DURANTE LA 2ª GUERRA MUNDIAL - FUERZAS AÉREAS

 

Durante la segunda guerra mundial las Fuerza Aérea Militares de la URSS se denominó Военно-воздушные силы, ВВС, Fuerzas Antiaéreas Soviéticas (fonéticamente: Voyenno-Vozdushnye Sily, VVS).



 

La VVS fue fundada como la “Flota Aérea de los Trabajadores y Campesinos” en 1918, sustituyendo a la Fuerza Aérea Imperial Rusa. En 1930 pasó a denominarse la VVS.

 

Después de la creación del estado soviético se hicieron algunos esfuerzos encaminados a modernizar y aumentar la producción aérea. La producción nacional de aviones se incrementó significativamente en los primeros años de la década de 1930 y hacia el final de la década la fuerza aérea soviética pudo introducir los cazas I-15 e I-16 y los bombarderos SB-2 y DB-3.

 





 

Uno de los primeros grandes test de la VVS vino en 1936 con la Guerra Civil Española, donde los últimos diseños de avión fueron puestos a prueba por la aviación alemana. La primeras victorias del caza I-16 fue desperdiciada por el uso limitado de estos cazas. Los Bf-109 alemanes llegaron después, asegurando la superioridad aérea para la causa nacionalista.

 

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, los militares rusos no estaba aún a un nivel de preparación suficiente para ganar una guerra pero al final de la guerra la producción rusa estimada de aviones se había elevado increíblemente a unos 4.700 en esta época.

 

En 1939, la VVS usó sus bombarderos para atacar Finlandia en la Guerra de Invierno, pero las pérdidas infligidas por una Fuerza Aérea Finesa relativamente pequeña mostró las deficiencias de estas fuerzas, principalmente debido a la Gran Purga de efectivos militares en los años 1930.La principal razón del gran número de aviones perdidos fue la escasez de tácticas modernas.

 



Al comenzar la Operación Barbarossa el 22 de junio de 1941, las divisiones Panzer apoyadas por más de 800 bombarderos y 480 cazas de la Luftwaffe destruyeron las bases aéreas soviéticas de su frontera occidental, de una manera tan relampagueante como lo hicieron las fuerzas de tierra durante la Blitzkrieg. Esa mañana fueron atacados los campos aéreos donde se encontraban alineados a los lados de las pistas los aviones cazas soviéticos. Durante cerca de media hora la fuerza aérea alemana destruyó en tierra cientos de cazas rusos.

 

Los Messerschmitt Me109 eran muy superiores a los viejos I-16 e I-153, sin embargo los pequeños cazas Illushin maniobraban con más agilidad y con un giro más cerrado que los alemanes. La única forma que tenían los rusos de escapar a los veloces Me 109 era girar en círculos cerrados intentando abalanzarse contra el primer avión alemán que apareciera por delante. La táctica daba resultados algunas veces, obligando a los pilotos alemanes a romper el contacto mediante una ascensión a la derecha o izquierda aprovechando el mayor poder de sus máquinas. Pero esas tácticas no eran suficientes. Hacia medio día ya habían sido destruidos más de 800 aviones soviéticos y al caer la noche cerca de 1.500 estaban fuera de combate, incluyendo más de 300 derribados por los antiaéreos. Los alemanes perdieron 35 aparatos, 15 de ellos por motivos técnicos.

 

Al finalizar el mes de junio, los bombarderos rusos ya sin protección de cazas suficientes se dedicaron a atacar a las fuerzas de tierra alemanas por lo que fueron derribados en su gran mayoría. Solamente el día 30 de junio, la Jagdgeschwader 51, que operaba en Minks dándole apoyo aéreo al 2º Grupo Panzer, derribó 114 bombarderos y más al norte sobre el río Dvina los Messerschmitt del grupo de caza JG 54 abatieron 65 más. Ello originó el que muchos pilotos alemanes con escasa experiencia en combate se convirtieron en ases muy rápidamente. Dicho sacrificio de efectivos soviéticos era para posibilitar el traslado de las fábricas de armamento hacia el este, fuera del alcance de las fuerzas alemanas.



 

Para contrarrestar la falta de aviones en los primeros años, la Unión Soviética recibió aviones occidentales por el programa de Lend-Lease, que motivó el formaran parte de su flota aviones como los Spitfire británicos o los Bell P-39 Aircobra (unos 5.000 aviones a través de Irán) y Curtiss Kittyhawk americanos en tanto que establecieran su producción aceptable de rearme militar.

 

A mediados de 1941, la producción de aviones de caza soviéticos se concentró en reemplazar a los obsoletos I-16 e I-153 por Yak-1, MiG-1 y LaGG-3, que fueron la pieza angular en la defensa de Moscú. El traslado de las fábricas de aviones redujo la producción en un 50% en 1941, pero a mediados de 1942 la producción alcanzó los 1.000 aparatos mensuales. Seis de las unidades de caza que defendieron Moscú pasaron a ser denominadas Regimientos de Guardia y que al sumarse otras conformaron la nueva Fuerza Aérea Roja.



 

En enero de 1942, las fuerzas soviéticas pasaron a la ofensiva en el Frente de Kalinin contra el Grupo de Ejércitos Centro, y la aviación rusa era capaz de enfrentarse a la Luftwaffe con relativo éxito y logrando algunos signos de superioridad aérea en la zona de Moscú y de Rostov, dado que sus aparatos estaban preparados para operar con las dificultades climatológicas de entonces y que los aparatos alemanes no.

 

Al llegar la primavera de 1942, la ofensiva alemana se centró en Crimea con el apoyo de una fuerza de 1.500 aviones y en el norte, en la cuenca del Donetz, la Luftwaffe arrasó el frente soviético que se encontraba cercado por las divisiones Panzer. Un nuevo cambio en las órdenes hizo volcar el esfuerzo alemán hacia el Volga y Stalingrado, donde irrumpió el ejército del General Paulus.

 

El 23 de agosto de 1942, Stalingrado era el objetivo de la Luftwaffe a la que atacó con una fuerza de 200 bombarderos protegidos por 50 Me-109. La 102º División Aérea soviética con aviones Yak-3 despegó para repeler el ataque. El saldo fue de unos 90 aviones alemanes y 30 soviéticos derribados, hecho que demostró que Alemania no tenía suficientes aviones para enfrentarse a los rusos. A partir de la ofensiva alemana a Stalingrado, aparecieron en el frente de batalla el Lavochkin La-5, que era más veloz que el Me 109 y el Yak-9 que engrosaron las filas de la Fuerza Aérea Roja. Poco después comenzó la ofensiva rusa que fue el principio del fin.

 

Españoles en la fuerza aérea soviética.

 

Durante la guerra civil española, la Unión Soviética proporcionó diverso material militar al bando republicano, entre ellos aviones, que supuso la necesidad de formar pilotos españoles familiarizados con su manejo.

 

En Kirovabad, ciudad caucasiana de unos 50.000 habitantes, situada entre Baku y Tibilisi, el gobierno republicano español sufragó una academia-escuela de pilotos de formación acelerada dirigida totalmente por personal soviético, todo ello guardado en estricto secreto puesto que los acuerdo internacionales impedían que ninguna nación interviniese en el conflicto. De hecho, los nombres de los alumnos españoles se modificados con tintes rusos como el de Sebastián Altemir Altemir al que le bautizaron como "Altov". Eguiguren Aquino como "Pararols Merculov".

 

Durante el conflicto, se reclutaron varias remesas de voluntarios para formarse como pilotos en la URSS. Mientras que los primeros volvieron y combatieron en los cielos españoles, como Luis Lavin Lavin, la última remesa no regresó al coincidir el final del conflicto civil, como fue el caso de José García Lloret.

 

Según los archivos rusos en la Fuerza Aérea Soviética volaron un total de 88 españoles.

 

La formación consistía en una primera fase de preparación teórica, un segundo curso de avión escolar U-2VS y en tercer lugar la preparación militar en aviones reales; una primera toma de contacto en los UTI-4 (biplaza I-16), y luego en solitario en cazas I-15 e I-16 y bombarderos Katiuscas, los cuales se estudiaban en la Academia de Jarkov en Ucrania.




 

Cada remesa de voluntarios eran repartidos en dos grupos para iniciar los estudios, y se asignaban a uno de los dos aeródromos existentes. En cada campo se asignaba una escuadrilla que constaba de tres patrullas y estas disponían de tres aviones, cada avión tenía designado un piloto instructor que con cuatro alumnos volaban por turnos. Por la mañana el 50% estudiaba en las aulas los temas teóricos y por la tarde volaba en el campo, la otra mitad al revés. Volar por la mañana y estudiar por la tarde. los primeros días eran todo el tiempo clases teóricas pero pronto comienzan a volar, y disponían de poco tiempo ya que en seis meses para aprender lo que en tiempo normal costaba entre dos o tres años en la academia.

 

Les abonaban 120 rublos al mes para sus gastos.

 

El fin de la guerra civil a muchos republicanos les cogió en su fase de formación en la URSS, como fue el caso de Rómulo Negrín, que fue de los pocos que pudieron salir de la URSS y marchó a México, mientras que el resto de sus compañeros decidieron quedarse en la Unión Soviética continuando con sus estudios en la Academia de Lipestk hasta acabar los mismos en el otoño de 1939. A pesar de su gran experiencia y formación, no fue hasta que se produjo el ataque alemán a la URSS en 1942 cuando se les permitió ingresar en las Fuerzas Aéreas Soviéticas. Leopoldo Morquillas como Inspector de Regimientos de Caza con el grado de Teniente Coronel. Manuel Orozco como Inspector de diversas unidades de aviación de caza. Y el resto lo haría en la Aviación Táctica (Voienni Vozduni Sil), combatiendo en los aviones de asalto Petlyakov Pe-2 “Peshka” e Iliushin Il-2 “Stormovik”, donde destacaron por su valentía en combate.

 

Otros muchos republicanos llegaron a la URSS tras su periplo por campos de concentración franceses, y la Unión Soviética les ofreció a que residieran en su país. Unos por convicción con las ideas comunistas y otros por la oportunidad de tener una vida mejor que la que ofrecía un campo de concentración francés, marcharon a la URSS y asignándoles un empleo.

 

Al inicio del ataque alemán a la URSS, la debacle de las fuerzas aéreas soviéticas generó la necesidad de reclutar a pilotos. 16 expilotos republicanos se ofrecieron voluntarios, como Manuel Gisbert o Celestino Martínez, participando en la defensa de Moscú y en las ofensivas más decisivas.     

 

En su mayoría se trataba de pilotos veteranos de la Guerra Civil Española y eran jóvenes de 17 y 18 años, exiliados en la URSS tras la derrota de la República en la Guerra Civil Española. Realizaron en la URSS un curso excelente de pilotaje desde agosto de 1941 hasta finales de 1942.

 

Otros, en lugar de convertirles en pilotos, en su mayoría combatieron como guerrilleros y sólo unos pocos, los más destacados, formarían parte del ejército del aire, ya sea como pilotos o como instructores.

 

José María Bravo, expiloto republicano estaba sirviendo como guerrillero en el Mar de Azov hasta que contactó con el General de Aviación Aleksandr Osipenko, que durante la Guerra Civil Española había servido una escuadrilla, participando en la Batalla de Teruel, y por aquel entonces Bravo era segundo jefe de la escuadrilla. Y le mostró su ilusión por volar así como el de sus compañeros. El General Osipenko contactó con el Mariscal Voroshilov y le trasladó su interés de contar con los experimentados pilotos españoles. Desde ese momento, los pilotos veteranos que era guerrilleros y varios más de los que conocían su paradero, quedaron integrados a la aviación.

 

Al principio, participaron 16 aviadores y 2 auxiliares en la Batalla de Moscú. A lo largo de 1942 y hasta mayo de 1943 se fueron incorporando veteranos españoles en la aviación soviética, llegando a totalizar 30 pilotos, que se sumarían a los 16 que ya estaban desde el otoño de 1941.

 

Los pilotos españoles José Cirujeda y Manuel Gisbert, que hasta 1943, en que Osipenko logró integrar a los Españoles en el Ejército del Aire, formaban militarmente como guerrilleros (bajo el mando de otro español, Domingo Ungría) se reintegraron al servicio aéreo en Tblisi, en el Regimiento de Aviación Nº 938, de Defensa Antiaérea de aquella ciudad.

 

Tras un periodo de instrucción en el dominio de los nuevos aparatos, ambos formaron una pareja como Unidad de Combate y su función, como ya citamos en otros casos, se basaba en sobrevolar día y noche los cielos de la ciudad a la caza de aviones enemigos de reconocimiento o bombarderos.

 

En el año 1943 la URSS empezaba a dar utilidad al material que los aliados le enviaban. Observando los expedientes de ambos españoles, no tardaron en comprender los soviéticos que Gisbert y Cirujeda serían buenos para un cursillo de transformación, pues ya había volado muchas veces en aviones extranjeros.

 

En noviembre de 1943 ambos españoles fueron destinados a una nueva División, la 147ª División Aérea, compuesta por 3 Regimientos de Caza distribuidos por Yaroslav, Cherepoviest y Vólogda. Al serles explicada la composición y las tareas de cada regimiento, recibieron su sorpresa:

 

La 2ª Escuadrilla del 439º Regimiento de Yaroslav contaba ya con 4 españoles, José Ruiz Gómez, Fernando Buenaño Aguilera, Rogelio Trillo Díaz y Andrés Fierro Marín. En otra escuadrilla del Regimiento de Vólogda también había españoles: Julián Díaz Izquierdo, Francisco Gómez Juan y Antonio Arias Arias (Jefe de la Escuadrilla).Gisbert se sumó a la Escuadrilla de Arias mientras Cirujeda optó por la Escuadrilla de Yaroslav.

 

Así las cosas, y a pesar de ser internacional, compuesta por un Georgiano, un Azerbaijano, un Ruso, dos Ucranianos y cinco españoles, a la 2ª Escuadrilla de 439 la llamaban "Escuadrilla de Españoles", mandada por Andrés Fierro. Se estrenó en combate con el ataque a una formación alemana derribando 2 aviones alemanes.

 

Más tarde, la Escuadrilla marcharía al Frente de Bielorrusia, con base en la ciudad de Obruch, y la misión de defensa de esta ciudad y la cercana de Korostién.

 

En los meses siguientes, la Escuadrilla de Andrés Fierro quedó como Unidad Independiente de Combate con base en el aeródromo táctico de Maleika. Tenían la misión de evitar que la aviación germana interrumpiera o entorpeciese los trabajos de reconstrucción de la vía férrea y de los puentes sobre los ríos Dnieper y Berzina. También formaron parte de la defensa antiaérea de poblaciones como Gomel, Obruch, Chernigov, Korostién, Bobruisk, Baránovich, Brest, Grodno, Minsk y otras.

 

Meses después Andrés Fierro fue sustituido en el mando por Antonio Arias. La segunda escuadrilla formada por Manuel Gisbert, Julián Díaz y José Gómez fue trasladada a la misma ciudad. Se encargaban de defender el nudo ferroviario de Baránovichi de los ataques alemanes.

 

Ambas escuadrillas, integradas en el 939º Regimiento, fueron reforzadas por pilotos españoles que estaban en la reserva, como Ceferino Muñoz, Leoncio Velasco, Basilio Mesa, Carlos Aguirre, José Rodríguez, Jacinto Gutiérrez, Francisco García, Antonio Peinado, José Crespillo y Francisco Gaspar. Tras esto, el ya denominado el 939º "Regimiento Español", participó activamente y de forma definitiva en la toma de la ciudad de Chernovitsi, ciudad de la que tomaría el nombre. Se había formado la Unidad Aérea Independiente de Combate Chernovitsi.

 

La batalla del Dnieper (24 de agosto de 1943 - 23 de diciembre de 1943), movilizó hasta cuatro millones de soldados en un frente de 1.400 kilómetros. Durante esta campaña, la orilla sur del Dnieper fue liberada por las fuerzas soviéticas, liberando Kiev. Murieron entre 1.700.000 y 2.700.000.

 

En esta batalla, participaba el 2º Ejército del Aire, del que formaba parte el Teniente Eugenio Prieto apoyando las operaciones de paso del río Dnieper iniciadas en otoño de 1943. La unidad del Teniente Prieto toma parte activa en numerosas acciones contra las tropas de tierra enemigas o en combates aéreos.

 

En uno de estos combates apoyando el paso del Dnieper, el aparato de Eugenio Prieto es alcanzado por un antiaéreo y más tarde recibe un pedazo de metralla en el motor. Caía en picado. El Teniente Prieto logra aterrizar el aparato, aunque el golpe que se produce le dejó inconsciente. Había caído en territorio enemigo y no tardó en llegar una patrulla alemana que le capturó.

 

En los primeros interrogatorios no dijo nada que pudiera interesar a los alemanes y fue encerrado hasta el día siguiente. Una de las comidas que le proporcionaron le ocasionó una fuerte descomposición. Lejos de dejarse atender médicamente, el Teniente Prieto aprovechó una de las frecuentes salidas para evacuar para huir. Logró llegar a la zona donde fue derribado, donde una mujer lo acogió y atendió en la medida de sus posibilidades, escondiéndolo de los alemanes. La zona no tardó en convertirse en campo de batalla, fruto del avance soviético, con lo que el Teniente Prieto pudo reincorporarse a su Escuadrilla.

 

Prieto aún participaría en combates contra las tropas alemanas en los alrededores de Kiev, ciudad que el 6 de Noviembre de 1943 quedaba nuevamente bajo mando soviético. Pero el Teniente Prieto no fue el único en participar de los combates aéreos de la ciudad de Kiev. Otros españoles como Celestino Martínez Fierro y Marciano Díez Marcos formaban parte de las Escuadrillas que combatían en la zona, tomando parte activa en los combates en torno a Zhitómir, que tras varios y duros combates en que la ciudad pasaba de unas manos a otras acabó bajo mando soviético el 31 de Diciembre de 1943.

 

Otro español que participaría en estos combates del territorio ucraniano en la segunda mitad de 1943 y primeros meses de 1944 sería Alfonso García "Alexandr Ivánovich Guerásimov", un magnífico piloto español que tomó su apodo del nombre del piloto soviético que le salvó la vida pagando la ayuda con su propia vida en la Guerra Civil Española. También había combatido en los cielos de Voronezh, Stalingrado y Kursk y lo haría en los de Járkov y Zhitomir y más tarde en Korshun-Shevchenko. Este magnífico piloto fue varias veces galardonado con la Orden de la Gran Guerra Patria (de Primer y Segundo Grado) y con la Orden de Alexandr Nevski, que pocos oficiales del frente tuvieron el honor de recibir.

 

El ataque alemán a la Unión Soviética sorprendió a tres antiguos pilotos españoles de la aviación militar republicana, Antonio Arias, Domingo Bonilla y Juan Lario Sánchez, que cursaban estudios en Moscú y decidieron alistarse en el Ejército Rojo.

 

La iniciativa de alistarse en las filas soviéticas inicialmente fue desestimada por los estamentos militares, pero tras insistir, finalmente recibieron autorización para integrarse en una unidad militar del NKVD. Por el momento habían logrado el objetivo fijado. No obstante, las aspiraciones de ejercer como pilotos en el seno de las fuerzas aéreas soviéticas se esfumaron.

 

Mientras se encontraban a la espera de un destino definitivo, los responsables militares habían tomado buena nota de su condición de veteranos pilotos en la aviación militar republicana. En vista de esta circunstancia encargaron a los tres pilotos españoles redactar un informe cuando hubieran localizado a otros compañeros de armas. Una vez concluido el trabajo, habían logrado reunir un reducido grupo de aviadores que hasta entonces desarrollaban diversos trabajos en fábricas del área de Moscú y Gorki. De esta forma, en las dependencias de la escuela superior del NKVD fueron presentándose los pilotos Vicente Beltrán Rodrigo, Francisco Benito, Fernando Blanco de la Carrera, Severino Burgueño, Ladislao Duarte Espés, Alfredo Fernández Villalón, Antonio García Cano, Manuel León, Francisco Meroño Pellicer, Isidoro Nájera Montejo, Francisco Paredes, José Pascual Santamaría, además de varios especialistas pertenecientes al escalón de tierra.

 

En agosto de 1941, todos ellos fueron conducidos al aeródromo Chkalov, ubicado a pocos kilómetros de Moscú. Terminada la fase de instrucción, a finales de agosto recibieron órdenes para trasladarse a un lejano aeródromo de los enclavados en los Urales. Se trataba de Aramil, en Sverdlovsk, la nueva base que acogió las instalaciones del NII-VVS (Instituto de Experimentación Científica de las Fuerzas Aéreas) cuando fueron evacuadas ante el avance alemán. Al día siguiente el personal español fue puesto al corriente sobre la misión que tenían encomendada. Organizados en forma de guerrilla aérea, debían atacar la retaguardia alemana. Para ello contarían con un excelente medio de camuflaje en forma de varios ejemplares adquiridos en 1940, pertenecientes e los modelos Messerschmitt Bf 109 E-3, Messerschmitt Bf 110 C-4, Junkers Ju 88 K-1 y Dornier Do 215 B-3. La vida de este proyecto fue breve, por lo que los pilotos españoles marcharon destinados al aeródromo de Bykovo para participar en la defensa de Moscú, formando parte de la 1ª Brigada aérea hasta finales de 1942.

 

Posteriormente continuaron prestando servicio repartidos en diferentes unidades de la VVS, junto a otros pilotos españoles que habían ido incorporándose progresivamente. Su experiencia en combate era elevada. Algunos de ellos habían desempeñado cargos de importancia al frente de las unidades de vuelo de la aviación republicana. Tal era el caso de José María Bravo, Ladislao Duarte, Leopoldo Morquillas o Manuel Zarauza. La mayor parte de los aviadores españoles combatieron encuadrados en los regimientos de caza, tripulando I-153, I-16, MIG-3, Yak-1, Yak-7, La-5, P-39, P-40, Hurricane y Spitfire.

 

Al menos, Antonio Arias, Vicente Beltrán, José María Bravo, Antonio García, Juan Lario, José Luis Larrañaga, Francisco Meroño y José Pascual Santamaría superaron la categoría de “ases”. Otros entraron en acción volando en los aviones Pe-2 e Il-2 con los regimientos de asalto. Formando parte de ese grupo se encontraban Marciano Diez, Alfonso García, Celestino Martínez, Anselmo Sepúlveda y Leoncio Velasco. Por otra parte, Francisco Benito, Carlos García, Francisco Gaspar y José Sánchez fueron consumados pilotos del versátil biplano U-2 en misiones de hostigamiento nocturno.

 

Hay que decir que los dirigentes soviéticos, recelaban de los españoles. Esto se manifestó por el hecho de que no se intentó crear un escuadrón de cazas nacional español, aunque había suficientes hombres disponibles. Los españoles entraban en primera línea solo en los casos más críticos, ya que por lo general al principio desempeñaban funciones en segundo plano. También como mucho reunían un máximo de cuatro españoles por unidad.

 

Luis Lavín Lavín, nacido en Bilbao, era uno de los llamados niños de la guerra evacuados a la URSS durante 1937. En octubre de 1940, junto a ocho españoles de origen idéntico, empezó a cursar estudios para la obtención del título de piloto en un aeroclub de Moscú. Con 15 años, había podido conseguir su propósito añadiendo dos años a su edad. Aparte de Lavín, el pequeño grupo estaba formado por Ignacio Aguirregoicoa, Isaías Albístegui, Ramón Cianca, Antonio Lecumberri, José Luis Larrañaga, Eugenio Prieto, Tomás Suárez y Antonio Uribe. A excepción de Albisteui, que no terminaría al curso de vuelo, en abril de 1941 el resto ingresó en la academia superior de aviación de Chkalov, en Borisoglebsk. De allí partirían hacia el frente de combate para incorporarse a sus respectivos destinos.

 

Lavín y Lecumberri lo harían en abril de 1942, destinados en el 826ª Regimiento de caza equipado con el Polikarpov I-16. Posteriormente la unidad se fusiono con el 907ª Regimiento, quedando Lavín encuadrado en el hasta finalizar la guerra en territorio alemán, volando en un Lavochkin La-5FN. Durante el ínterin, habían perdido la vida en combate Aguirregoicoa, Larrañaga y Uribe.

 

Aproximadamente, un total de 88 pilotos españoles prestaron sus servicios en las fuerzas armadas soviéticas, tanto en las unidades de vuelo como en las de tierra, a lo largo de la Segunda Guerra Mundial. Alrededor de Veinte perecieron en el curso de los combates. Su desmovilización se produjo en 1948. Algunos regresarían a España posteriormente, pero la mayoría decidieron quedarse a vivir en la Unión Soviética. 

 

Otros pilotos Vascos en el Frente Ruso:

 

  • Ignacio Aguirregoicoa Benito (Placencia 1923 – Tallín 9–3-44). Piloto de la 275 División de Caza. Un derribo. Orden de la Estrella Roja
  • José Luis Larrañaga Muniategui (Eibar 1923 - Ucrania 2-5-43). Sargento del 193 y 591 IAP (regimiento de caza). Cinco derribos. Orden de la Estrella Roja.
  • Antonio Uribe Galdeano. (Baracaldo 1920-Dniesper 15-12-43). Teniente del 36 y 101 IAP. Dos derribos. Orden de la Estrella Roja y de la Guerra Patriótica.
  • Ramón Cianca (Muerto en Rusia en la década de los 90).
  • Antonio Lecumberri. Goikoetxea (Nacido en 1924 y muerto en Leioa, Bizkaia, el 23-12-95). Piloto del 907º IAP.
  • Tomás Suárez (Muerto en Rusia en fecha desconocida). 

 

Los pilotos españoles fueron integrados en:

 

  • 9º Cuerpo de Ejército de Aviación de Caza mandados por el General Yevsiéev héroe de la URSS,
  • 962º Regimiento en Bakú.
  • 481º Regimiento de Caza con base en Shijikiai.
  • 1ª Brigada Aérea de Moscú.
  • 102ª División de Caza de la Guardia.
  • Regimiento de Aviación de Caza de Tallin.
  • 785º Regimiento de Asalto (cazabombarderos).
  • 439º Regimiento de Aviación de Leningrado.
  • 208º Regimiento de Aviación de Asalto.
  • 964º Regimiento de Vólshov.
  • 938º Regimiento en Tibilisi.
  • 939º Regimiento.
  • 147º Regimiento.
  • Regimientos 17º y 34º; unidades de reserva.

 

Este emblema lo portaban en sus "chatos" durante la guerra civil muchos pilotos, y que muchos hicieron pintar en sus aparatos durante la defensa de Moscú y su destino cerca de Leningrado.

 

Lista de pilotos de la España Republicana que sirvieron en Rusia con la categoría de As (AdLA y VVS):

 

  • Juan Lario Sánchez : 27 victorias
  • Francisco Meroño Pellicer: 20 victorias
  • Vicente Beltrán: 20 victorias
  • José Pascual Santamaria: 14 victorias
  • Antonio Arias: 10 victorias
  • Manuel Zarauza Claver: 7 victorias
  • Antonio García Cano: 6 victorias
  • José Luis Larrañaga: 5 victorias

  

Fuente: https://www.mve2gm.es