Por
Hernan Longoni
Línea de SU-29AR con sus numerales. Foto: Hernan Longoni.-
Un poco
de historia
Un
referente, desde el punto de vista de la institucionalización, para encontrar
un punto de partida a la historia de las escuadrillas acrobáticas en la Fuerza Aérea
Argentina podemos encontrarlo ya en el año 1957, en ocasión de la visita al
país de la mundialmente conocida agrupación "Thunderbirds" de la
USAF, con motivo de la invitación cursada para participar en la "Semana
Aeronáutica" de ese año llevando a cabo evoluciones en la Costanera de
Buenos Aires.
Para
demostrar la madurez alcanzada en la operación de reactores la FAA conformó
para dicho evento una escuadrilla de aeronaves Gloster MkIV Meteor, que produjo
con su presentación el delirio de los presentes y eclipsó, al decir de los
testigos presenciales, la actuación norteamericana.
El año 1962
marcó dos hitos importantes, en primer lugar el cincuentenario de la creación
de la Fuerza Aérea Argentina, y en segundo el alcance de la madurez operacional
del SDARM Sabre, cuyos primeros aviones habían llegado a su unidad de revista
el 26 de septiembre de 1960.
Por ese
aniversario, el alto mando de la Fuerza decidió disponer la creación de varias
sub-unidades acrobáticas. La IV Brigada Aérea hubo de crear la que a la postre
sería la más famosa y prestigiosa de ellas, utilizando sus F-86F que en número
de seis (cinco titulares y un suplente) equiparon a la "Escuadrilla
Acrobática Cruz del Sur" dándose comienzo a los ensayos en enero de 1962,
estando entre ellos los C-108, C-113, C-116, C-101, C-124 y C-126, aunque la
integración nunca fue homogénea y se podía usar en tal cometido a cualquiera de
las aeronaves de este tipo en servicio conforme su disponibilidad.
El
llamativo esquema pintado sobre las aeronaves contribuía a resaltar la parte
estética de la presentación y a su vez a favorecer la visualización de las
evoluciones desde tierra. Durante su período de servicio regular la aeronaves
mantenían el mismo, participando de ejercicios de simulación de combate, tal
como sucedió en el concurso de tiro Aire-Tierra desarrollado en 1962 en Las
Lajas, en el cual participó nuestro país (ganando el mismo con 937,50 puntos),
EEUU (segundo con 552,75 puntos) y Perú (tercero y último con 420,00 puntos),
en el cual se pudo ver al C-113 luciendo sus galas de "artista" pero
combatiendo.
El F-86F-40 Sabre C-106 restaurado en homenaje al C-113, en su estado actual en el MRISR. Foto: Hernan Longoni.
Ya desde sus comienzos se empleó la metodología de "bautizar" con nombres de la constelación cruz del sur a los aviones, siendo el C-108 "Alfa Centauro", el C-124 "Delta", el C-113 "Gamma" y el C-101 "Beta", restando el C-126 sin bautizar utilizado como solista.
El debut oficial se llevó a cabo con notable éxito el 12 de enero de 1962 en Tandil, provincia de Buenos Aires.
La vida
de dicha escuadrilla fue corta pero no pasó para nada desapercibida, al punto
que cualquiera pensaría que su duración en el tiempo fue mucho más prolongada.
Sin embargo, los hechos que quebraron la vida institucional del país el 28 de
marzo de 1962, con el derrocamiento del Presidente Frondizi, marcaron el
comienzo de una situación de inestabilidad institucional y el fin de la
Escuadrilla poco tiempo después.
Espejo formado por dos EMB T-27 de la "Escuadrilla del Humo" (o fumaça). Foto: Hernan Longoni
Un
nuevo comienzo
La
desactivación de la Escuadrilla dejó a la FAA sin un representante en el campo
acrobático. En tal sentido, las fuerzas aéreas más representativas de la región
tienen la suya, como es el caso, por citar un ejemplo, de la "Fumaça"
de la Força Aerea Brasileira (con sus EMB 312/T-27 Tucano) o "Los
Halcones" de la Fuerza Aérea de Chile con los Extra.
Mucho
tiempo pasó antes de que las condiciones presupuestarias y políticas
posibilitaran la incorporación de una aeronave acrobática pura a las filas de
la FAA, y fue nuevamente la IV Brigada Aérea, emplazada en la Base Aérea
Militar "El Plumerillo", de Los Tamarindos, Provincia de Mendoza, la
encargada de llevar adelante esta extraña puesta en servicio cuando se dio la
oportunidad. Decimos extraña y lo es por partida doble, primero porque nunca se
había adquirido material de origen ruso y segundo porque tampoco se había hecho
lo propio con aviones especialmente diseñados para alta acrobacia.
La
elección de la aeronave recayó sobre el más reciente (en ese entonces) producto
de la casa Sukhoi, el SU-29.
Esta
aeronave, cuyas características más sobresalientes resaltamos en el cuadro
infra explicitado, es un desarrollo de dos plazas de su antecesor, el SU-26 y
sigue la tradición de los pura raza acrobáticos de doble comando, iniciada con
el Pitts S-2B y continuada con la saga de la serie de la OKB (oficina de
diseño) de Sukhoi, con el SU-31. Voló por primera vez en 1990 y desde entonces
se lo fabrica en serie y se vende a un costo que ronda los 190.000 dólares.
Preparativos de los aviones en Rusia. Foto: ???/Coleccion Horacio J. Clarià.
En la
FAA
En el
año 1996 comienzan las tratativas para la adquisición de aeronaves acrobáticas
con Sukhoi, arribándose a un acuerdo por el cual en 1997 llegarían a nuestro
país ocho aeronaves del tipo SU-29EB nuevas, bautizadas para la FAA como
SU-29AR (en una línea nomencladora iniciada con los Fightinghawks), cuyos C/N
(construction number) se corresponden a la serie 100-01 a 100-08.
Puesta en marcha de motor en Rusia, previo a la entrega a la FAA. Foto: ???/Coleccion Horacio J. Clarià.
Con la
asistencia de la fábrica se ensamblan las unidades en Rusia para ensayos,
mientras que se decide el traslado de los aviones desarmados por vía aérea al
país, los cuales serían armados en la propia IV Brigada Aérea.
Los
primeros dos aparatos en arribar a la Argentina fueron el AC-101 y el AC-103 en
octubre de 1997, estrenando de esta manera la serie de matrículas
"AC" (acrobático) en la FAA. Fueron presentados en una ceremonia
llevada a cabo en Mendoza el 28 de octubre de ese año ante el Sr. Ministro de
Defensa, Lic. Jorge Domínguez. En dicha ocasión el piloto instructor ruso Yuri
Vaschik realizó una exhibición de vuelo, demostrando que tanto la tripulación
como el material estaban en su elemento.
Si bien el aparato posee tres tanques de combustible, durante las maniobras acrobáticas se emplea solamente el central, teniendo una capacidad total de 275 litros de combustible de aviación, con un punto de carga ubicado en la parte superior y anterior al parabrisas.
En el ala izquierda existe una tapa con el objeto de llenar el tanque de aceite usado para formar la estela de humo blanco característica en las evoluciones, quemando el mismo en los escapes del motor.
El primer piloto argentino en volar el modelo en una exhibición pública fue el entonces Capitán José Arce, quien en ocasión del 40º aniversario de la creación de la IV Brigada Aérea dio cuenta que el personal argentino estaba a la altura de las circunstancias, hecho ocurrido el 7 de agosto de 1998.
Desde el punto de vista logístico, el encargado de asesorar y poner en vuelo los SU-29AR fue el Teniente Coronel (Re) Vladimir Massolikov, estando en capacidad la Unidad de origen de llevar adelante las inspecciones de 100 hs. siendo derivados los aviones al Área de Material Río IV para efectuarles las de 500.
En un
primer momento, las aeronaves tenían un esquema azul, celeste y blanco con
cheat lines y la matricula en las alas y laterales traseros del fuselaje,
siendo la constelación Cruz del Sur referenciada sólo en la deriva mediante un
ideograma, acompañado por la bandera nacional. Mas adelante ese ideograma se
pintó al revés, siendo visible el mismo en su presentación tradicional cuando
el aparato vuela invertido.
Con el
advenimiento de la designación definitiva de la formación, "Escuadrón de
alta acrobacia Cruz del Sur", se pintó a los aparatos sus nombres, tal
como ya describimos que existían en la vieja integración y un número interno suprimiéndose
las matrículas en grandes dimensiones de la parte trasera del fuselaje
aplicándoselas en la parte anterior de la cabina en reducido tamaño.
De esta
forma, el interno 5 es "Epsilon" (nueva designación no registrada en
ningún F-86F del anterior período), el 4 es "Delta", el 3 es
"Gamma", el 2 es "Beta" y el 1 es "Alfa
centauro".
Un
detalle a tener en cuenta es que más allá de ser un avión de alta acrobacia
competitiva, el mismo no fue ideado para acrobacia en formación (siendo
extremadamente brioso y sensible), ostentando dotes para el entrenamiento
(tarea para la cual también fue pensado), ya que su puesto de pilotaje, que por
razones de centrado es el trasero, incluye moderno y completo instrumental,
siendo reproducido en el puesto delantero sólo en lo que a elementos
indispensable para el vuelo se refiere, ya que el "alumno" no puede
controlar el encendido del motor, fusibles, magnetos ni tiene acceso al sistema
GPS (opcional). Carece también de horizonte artificial en sus dos puestos. Los
comandos, pedales y asientos (que tienen una inclinación de respaldo de 40º)
son regulables a gusto y tamaño del piloto.
La
escuadrilla en acción
La presentación al gran público de la nueva formación tuvo lugar el 8 de agosto de 1998, en ocasión de celebrarse el 86º aniversario de la creación de la FAA, cuyos festejos se llevaron a cabo en la I Brigada Aérea de El Palomar, magno evento que tuvimos la ocasión de presenciar.
Si bien
no estaban aun definidos los perfiles del grupo en el aire, ya se insinuaron
como verdaderos artistas en lo suyo, impresionando muy favorablemente a quienes
tuvimos el raro privilegio de asistir a su debut.
Desde
entonces el Escuadrón participó de casi todas las jornadas de puertas abiertas
llevadas a cabo en el país, así como en incontables eventos mientras permaneció
activo.
El
público en general, y los niños en particular, acceden a través del número de
acrobacia presentado a una ocasión especial, que nunca olvidaran, sazonada con
una refinada rutina de sutil concepción artística, careciendo la misma de
lugares comunes ni impresionantes e innecesarios movimientos bruscos ni grandes
"tiradas de g" (que a nuestro juicio contribuyen a dar cuenta de la
resistencia y capacidad física de máquinas y pilotos pero que no evidencian
sensibilidad en el vuelo).
Maniobra "la argentina" o "viva argentina" efectuada en puertas abiertas Palomar 98. Foto: Jorge leonardi.
Por el
contrario, las evoluciones de este escuadrón daban cuenta de la aguda fineza y
sensibilidad de vuelo, plasmadas en prolijos patterns, en suaves transiciones y
en figuras que están lejos de ser sobrecargadas.
A la
fecha, esta sub-unidad especial formada por pilotos voluntarios, que operaba en
el seno de la escuela de caza de la FAA ha cosechado aplausos y arrancado
exclamaciones de admiración en todo el país y en países limítrofes, llevando
bien alto el prestigio que se iniciara hace 40 años, enalteciendo con sus
excelsas presentaciones la calidad de nuestros pilotos que con sus buzos azules
tan dignamente representan a las alas de la patria.
Desgraciadamente,
en fecha 4 de febrero de 2003, en ocasión de un vuelo de entrenamiento, uno de
estos aviones se precipito a tierra a la altura del km 16,5 de la Ruta 52, en
el departamento de Las Heras, y se cobró la vida del jefe de la escuadrilla, el
Vicecomodoro Rubén Alejandro Cortés (40 años), y el Primer Teniente Danilo
Pedro Soldera (32 años), ambos experimentados aviadores.
Este
accidente había sido precedido por un incidente en el cual el Vicecomodoro
Cortès sufrió lesiones al desprenderse la cúpula del AC-101 en vuelo, pese a lo
cual pudo volver a tierra y salvar la vida y el material.
La
fatalidad, sumada a los constantes recortes presupuestarios, pusieron el tierra
al Escuadrón, estando durante largos periodos almacenados en el Área Material
Rio IV a la espera de su recorrida, permaneciendo uno o dos aparatos en
Plumerillo.
A la
fecha se ha rumoreado respecto del traslado de la Sub Unidad a la BAM Morón,
sin que por el momento se haya concretado o confirmado.
Fuente:
https://historiasdeaviones.blogspot.com