Su
piloto, Colin Kelly, fue el primer héroe estadounidense de esa guerra
El
Boeing B-17 Flying Fortress fue el bombardero más famoso de la Segunda Guerra
Mundial, en la que protagonizó numerosas misiones contra objetivos terrestres.
No
obstante, la mayoría de sus primeras misiones durante esa guerra, en el teatro
del Pacífico, tuvieron como fin hacer patrullas marítimas en busca de la flota
japonesa, atacándola con bombas a gran altura -para no exponerse a la
artillería antiaérea de los buques nipones- y sin provocar apenas daños al
enemigo, ya que era muy difícil acertar a los objetivos a tanta distancia.
Una de
esas primeras misiones de patrulla marítima comenzó en la mañana del 10 de
diciembre de 1941, tres días después del ataque japonés a Pearl Harbor. Un
solitario B-17C, el 40-2045, bajo el mando del Capitán Colin Kelly, despegó de
la base aérea de Clark Field, en la isla de Luzón, al norte de Filipinas, con
el objetivo de localizar a un portaaviones enemigo cerca de la costa de Aparri.
Este
B-17C estaba asignado al 14º Escuadrón de Bombardeo del 7º Grupo de Bombardeo
de la 5ª Fuerza Aérea, transportaba tres bombas de 270 kg y volaba sin aviones
de escolta. Al sur de Vigan, el B-17C de Kelly avistó al crucero pesado japonés
Ashigara, creyendo que se trataba del acorazado Haruna. El B-17C lanzó sus tres
bombas contra el buque, notificando un impacto, si bien se trató de una notificación
errónea, ya que el crucero japonés no sufrió daños.
Cuando
el B-17C de Kelly regresaba a su base, fue interceptado por varios cazas
japoneses A6M2 Zero, entre cuyos pilotos estaba Saburō Sakai, que más tarde se
convertiría en un famoso as nipón. Los cazas dieron dos pasadas disparando sus
ametralladoras contra el B-17C y provocándole serios daños. Finalmente, el
avión sufrió un incendio en la bahía de bombas. Sabiendo que el bombardero no
sería capaz de regresar a su base, el Capitán Kelly ordenó a los supervivientes
de la tripulación que saltasen en paracaídas, mientras él procuraba mantener el
avión nivelado para que ese salto tuviese éxito.
El
último en saltar fue el copiloto Robbins, que saltó del avión a causa de una
explosión en el fuselaje. Tras una nueva explosión, el B-17C cayó en picado
estrellándose contra el suelo cerca del Monte Arayat. Gracias al heroísmo de
ese piloto, sus compañeros lograron bajar en paracaídas cerca de Clark Field.
Cuando
los restos del B-17C fueron localizados, se encontró el cuerpo del Capitán
Kelly fuera del avión, seguramente expulsado por la última explosión que se
registró en el bombardero antes de impactar con el suelo. Kelly fue nominado
para la Medalla de Honor, la más alta condecoración militar de los EEUU, a
título póstumo, pero finalmente se le concedió la Cruz de Vuelo Distinguido.
Pronto su historia se hizo famosa y fue considerado el primer héroe americano
de la II Guerra Mundial. Es precisamente esto lo que se indicó en su tumba en
el cementerio de Madison Oak Ridge en Madison, Florida, junto al siguiente
epitafio tomado del Evangelio de San Juan: "Nadie tiene mayor amor que
éste, que un hombre que da su vida por sus amigos".
Podéis
ver aquí el vídeo publicado por TJ3 History sobre la historia de este B-17C y
del Capitán Kelly (el vídeo está en inglés, puedes activar los subtítulos
automáticos en español en la barra inferior del reproductor):
Fuente:
https://www.outono.net