Nació:
El 18 de agosto de 1921 en Moscú
Murió:
El 1 de agosto de 1943, probablemente cerca de Dmitrievka (Donetsk, Ucrania).
Desaparecida en acción.
Causa
de muerte: muerto en combate
Años
de servicio: 1942 - 1943
Apodo:
La Rosa Blanca de Stalingrado
Lealtad: Unión
Soviética
Grado:
Teniente primera
Rama
militar: Fuerza Aérea Soviética
Unidades:
586
IAP
437
IAP
9
GvIAP
73
GvIAP
Condecoraciones:
Orden
de la Bandera Roja
Orden
de la Estrella Roja
Orden
de la Guerra Patriótica
Heroína
de la Unión Soviética
Mandos:
Comandante
del 3er escuadrón
Comandante
de la 73ª IAP de la Guardia
Conflictos
II
Guerra Mundial
Batalla
de Stalingrado
Batalla
de Kursk
Ocupaciones:
Piloto
de guerra
Militar
As
de la aviación
Cónyuge:
Aleksey Frolovich Solomatin
Lidia
Vladímirovna Litviak, también conocida como Lilia Litviak o la Rosa Blanca de
Stalingrado, fue una piloto de caza de la Fuerza Aérea Soviética durante la II
Guerra Mundial. Resultaron notorias sus acciones durante la batalla de
Stalingrado, dando así pie al apodo con el que pasó a la historia. Su nombre a
veces es transliterado como Lidiya Litvyak, Lydia Litvak, Lilya Litvyak o Lily
Litvak.
A
los 21 años de edad, con doce victorias en solitario y de dos a cuatro
compartidas,123 se convirtió
en una de las dos ases de combate femeninos de la historia militar mundial —siendo
la otra su camarada Katia Budánova—.
Litviak mantiene actualmente el récord de derribos en combate real a manos de
una sola mujer. Por todo ello, y habiendo desaparecido en acción durante la
batalla de Kursk, fue finalmente reconocida como Heroína de la Unión Soviética.
Formación
Nacida
en Moscú, a Lídiya le gustaba la aviación desde niña. Con 14 años se apuntó a
un aeroclub popular soviético y a los 15 pilotó un avión por primera vez.
Obtuvo un carné de piloto deportivo a los 16, y a finales de los años 1930
recibió la licencia de instructora de vuelo.
II
Guerra Mundial
Al
comenzar la invasión nazi de la Unión Soviética en junio de 1941, quiso unirse
voluntariamente a una unidad de aviación militar, pero fue rechazada por su
falta de experiencia. Tras exagerar su historial de vuelo de preguerra en 100
horas de vuelo, logró que la admitieran en el 586º Regimiento de Cazas (586
IAP) creado por Marina Raskova y compuesto únicamente por mujeres. Allí, Lídiya
se entrenó a los mandos de un avión de caza Yakovlev Yak-1.
"Una vez, en Engels, hicieron salir a Lídiya de la formación matutina. Llevábamos el uniforme de invierno, y ella había cortado los bordes superiores de sus botas altas de piel a fin de hacerse un fular para su traje de vuelo. Marina Raskova, nuestra comandante, le preguntó cuándo había hecho eso. Lídiya contestó: "Durante la noche". Lídiya quería vestir a su manera. Raskova le dijo que, durante la noche siguiente, en vez de dormir, volviera a coser la piel en su sitio. [...] Era muy extraño: había una guerra en marcha y esta rubia, esta chiquilla, estaba pensando en adornos para su traje. Me pregunté: ¿qué clase de piloto va a ser esta, si no le preocupa nada más que su fular y su aspecto?"
Inna Pasportnikova, mecánica de Lídiya, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial
Victoriosa
en el regimiento de los hombres
Lídiya
llevó a cabo sus primeras misiones de combate durante el verano de 1942, sobre
Sarátov. En septiembre la asignaron —junto a Katia Budánova, otras seis mujeres
piloto y personal de tierra femenino— al 437 IAP, un regimiento masculino
corriente que luchaba en Stalingrado, donde estaban sufriendo pérdidas
cuantiosas. Allí pilotó un caza Lavochkin La-5 y el 13 de septiembre de 1942
logró derribar sus dos primeras aeronaves enemigas sobre Stalingrado. Su
primera caza, conseguida en la segunda misión que realizaba, fue un bombardero
Junkers Ju 88 o quizás un Heinkel He 111 en cooperación con el comandante del
regimiento.
Pero
minutos después alcanzaba su primera victoria en solitario, haciendo caer un
caza Messerschmitt Bf 109 G-2 "Gustav" pilotado por un as alemán que
tenía once victorias a sus espaldas y estaba condecorado tres veces con la Cruz
de Hierro: el Sargento Erwin Maier de la 2ª Staffel, Jagdgeschwader 53. Maier
pudo saltar en paracaídas y fue capturado por las tropas soviéticas.
Entonces pidió que le permitiesen conocer al as ruso que había
sido capaz de derribarle. Cuando le presentaron a Lídiya,
una muchacha menuda de aspecto aniñado que acababa de cumplir 21 años, Meier
creía que sus captores le estaban gastando una broma.
"Algunas veces, los hombres pilotaban el mismo avión que Lídiya, porque había pocos aparatos disponibles. Lídiya era muy pequeña y bajita y cada vez que los chicos volaban en su avión, yo tenía que ajustar los pedales del timón, y luego ajustarlos de nuevo cuando Lídiya iba a pilotar. Mis amigos me decían que yo siempre estaba con las piernas en alto, porque tenía que meterme de cabeza a la cabina para corregir los pedales".
Inna Pasportnikova, mecánica de Lídiya, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial
El
27 de septiembre Lídiya comenzó a llamar la atención de sus superiores al
derribar otro bombardero Junkers Ju 88 en solitario y un Messerschmitt Bf 109
junto a Raisa Belyayeva. Entonces Lídiya, a la que todos
llamaban Lily o Lilya, (lirio o azucena), se hizo pintar un lirio blanco en su
avión como elemento distintivo. Pero desde la distancia, aquel lirio parecía
más bien una rosa. Nacía la leyenda de la Rosa Blanca de Stalingrado, la
muchacha de 21 años que hacía huir a los pilotos alemanes en cuanto distinguían
aquella flor mortífera pintada en su fuselaje. Hacia finales de 1942, Lídiya
fue trasladada al 9º Regimiento de Cazas de la Guardia (9 GvIAP), una unidad de
élite.
La
cazadora por libre
El
11 de febrero de 1943, poco después de la victoria soviética en Stalingrado,
Lídiya hizo caer otros dos aviones alemanes: un Junkers Ju 87 Stuka en
solitario y un Focke-Wulf Fw 190 compartido con Alexei Solomatin. Así
alcanzó los cinco derribos y se convirtió
en uno de los dos únicos ases femeninos de la historia de la aviación militar
mundial (la otra es su camarada Katia Budánova). Apenas doce días después fue
condecorada con la Orden de la Estrella Roja, ascendida a Subteniente y
seleccionada para formar parte en un grupo de táctica aérea de élite llamado
okhotniki, o cazadores por libre. Esto consistía en que dos pilotos
de gran capacidad se elevaban para buscar blancos enemigos siguiendo su propio
criterio e iniciativa, en vez de hacerlo como parte de una operación
más grande y más controlada.
"Cuando Lídiya se aproximaba al aeródromo después de una victoria, era imposible verla: llegaba volando a muy baja altitud y se ponía a hacer acrobacias de repente sobre el campo de aviación. El comandante del regimiento bramaba: "¡La voy a destrozar por esto! ¡Le voy a dar una lección!" Después de aterrizar y corretear hasta nuestra posición, Lídiya preguntaba: "¿Me ha gritado mucho papá?" Y él le gritaba, pero después se admiraba de lo que había hecho. En estas ocasiones volaba tan bajo que las cubiertas de los aviones se sacudían y se las llevaba el viento que Lídiya producía al pasar".
Inna Pasportnikova, mecánica de Lídiya, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial
El
23 de marzo resultó herida en combate y tuvo que practicar un aterrizaje
forzoso debido a los daños sufridos por su aparato, pero se recuperaría pronto.
Entre marzo y mayo derribó, sin ayuda, cuatro cazas Messerschmitt más, así como
otro bombardero Junkers Ju 88. Estas hazañas la convirtieron también en un as
en solitario, la máxima categoría entre los combatientes del cielo.
El
21 de mayo su compañero e igualmente as soviético Alexei Solomatin murió a la
vista de todo el regimiento, mientras instruía a un piloto novato en un Po-2.
Lídiya quedaría muy afectada, y escribió una carta a su madre contándole que
había estado enamorada de él. La mecánica de Lídiya, Sargento Mayor Inna
Pasportnikova, relató en 1990 que a partir de este momento la joven ya no
quería volar más que en misiones de combate, y que ahora luchaba con furia y
"desesperación".
El
31 de mayo Lídiya se presentó voluntaria para derribar un blanco extremadamente
difícil y peligroso: un globo de observación artillera manejado por un oficial
alemán. Usando estos globos, el enemigo podía asignar blancos precisos para la
artillería desde grandes distancias, causando grave devastación. Muchos pilotos
ya lo habían intentado destruir antes que ella, pero todos ellos fueron
rechazados por los densos cinturones de fuego antiaéreo que lo protegían. En el
primer intento Lídiya tuvo que darse la vuelta también, pues resultaba imposible
superar aquellas barreras de flak. Después, propuso a su comandante un plan
diferente: lo atacaría desde atrás, volando en un amplio círculo de decenas de
kilómetros sobre territorio controlado por los alemanes.
"Tras
elevarse, Lídiya no voló hacia la línea del frente, sino paralela a la misma,
hacia el área donde los alemanes no tenían ni tropas ni artillería. Por allí
atravesó la línea del frente sin que la vieran, para volar hacia su
retaguardia, escogiendo la hora del día en que podría acercarse al globo desde
la dirección del sol. Nadie se esperaba que Lídiya apareciese por ese lado.
Abrió fuego con munición trazadora, el hidrógeno del dirigible se incendió y
cayó a tierra..."
Inna
Pasportnikova, mecánica de Lídiya, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la
Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial
El
13 de junio de 1943 la nombraron comandante del 296º IAP, que pronto pasó a
denominarse 3er escuadrón del 73º Regimiento de Cazas de la Guardia. Ahí
resultó herida y tuvo que realizar un aterrizaje forzoso de
nuevo, el 16 de julio, en una batalla aérea donde derribó un caza Messerschmitt
que según algunas fuentes llevaba un As de Picas pintado en el fuselaje, emblema
del JG 53;
Pero
el 19 de julio, Lídiya ya estaba volando de nuevo, y al terminar el mes había
logrado destruir tres cazas Messerschmitt enemigos más. Su último derribo
confirmado se produjo el 31 de julio.
"Después
de que la derribasen por primera vez, le dieron un avión Yak-1 nuevo. Los
chicos querían impedir que siguiera volando porque querían salvarla, pero les
resultó imposible: Lídiya era una comandante de vuelo".
Inna
Pasportnikova, mecánica de Lídiya, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la
Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial
La
última misión
Al
día siguiente, el 1 de agosto de 1943, la Batalla de Kursk (sector sur)
proseguía con toda su intensidad. Lídiya salió a combatir cuatro veces en ese
día, y se cree que pudo conseguir otro derribo durante la mañana, aunque no se
ha podido confirmar.
Finalmente,
durante la cuarta misión de la jornada, escoltando un vuelo de aviones de
ataque Ilyushin Il-2 Sturmovik a través del río Mius y la carretera que
controlaba la cuenca industrial del Donbass, varios cazas Messerschmitt Bf 109
les atacaron por sorpresa desde lo alto contra el sol. El Yakovlev Yak-1 de
Lídiya resultó alcanzado por fuego vertical de ametralladora. Sus acompañantes
la vieron caer a tierra bajando hacia las nubes. El piloto soviético Ivan
Borisenko descendió para tratar de encontrarla, aunque no se avistaba ningún
paracaídas, ni ninguna explosión, ni humo; no tuvo éxito. Pero Lídiya nunca
regresó. Faltaban 17 días para que cumpliera 22 años.
Memoria
Como
no se pudo recuperar su cadáver, las autoridades soviéticas sospecharon que
podía haber caído prisionera y de acuerdo a las draconianas directivas de
Stalin fue considerada como presunta prisionera y por ende posible traidora, lo
que bloqueaba su reconocimiento como Heroína de la Unión Soviética. Aunque,
naturalmente, mantuvo su Orden de la Bandera Roja, la Orden de la Estrella Roja
y su doble Orden de la Guerra Patriótica.
Entonces,
su mecánica Inna Pasportnikova se embarcó en una búsqueda de 36 años de
duración para encontrar los restos del Yakovlev Yak-1 donde Lídiya fue vista
por última vez. Familiares de la aviadora, el público y los medios de
comunicación soviéticos la apoyaron en su tarea. Inna y sus ayudantes utilizaban
un detector de metales para localizar lugares donde un avión pudiera haber sido
derribado durante la guerra. En 1979, después de descubrir más de 90 lugares
donde otros pilotos habían caído, se enteraron de que una aviadora no
identificada fue enterrada por aquellas fechas bajo el ala de su aparato cerca
de la localidad de Dmitrievka (Donetsk), con una herida mortal en la cabeza; un
análisis forense determinó que se trataba de los restos de Lydia Litviak. Este lugar se
encuentra muy próximo al lugar donde fue abatida en combate.
En
tiempos recientes, algunos autores han planteado dudas sobre su destino final,
sin aportar ninguna prueba al respecto. Yekaterina V. Vaschenko, conservadora
del Museo Litvyak, asegura que el cuerpo fue desenterrado y examinado por
especialistas forenses, determinando que pertenecía a la aviadora.
El
6 de mayo de 1990, el presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov condecoró
finalmente a la Teniente Primera Lídiya Litviak con la Estrella de Oro de
Heroína de la Unión Soviética, como as de la aviación desaparecida en combate.
Lídiya
da nombre a una calle de Moscú, tiene un museo y un monumento a su memoria en
Krasnyi Luch (Ucrania) y aparece en el Libro Guinness de récords mundiales como
la mujer con más derribos conseguidos en toda la historia de la aviación. Se le
ha incluido también como personaje en diversas series de anime.
Resumen
de victorias de la as soviética Lídiya Litviak
Lídiya
también derribó uno de los famosos bombarderos de ataque en picado Junkers Ju
87 Stuka como los de la foto, que ya se habían utilizado al servicio del bando
nacional durante la Guerra Civil Española.
Fuente:
https://es.wikipedia.org