El
13 de enero de 1908, un grupo de entusiastas amantes de la aeronáutica
comandados por Jorge Newbery, fundaba la primera institución aerodeportiva de
la Argentina y una de las pioneras de este tipo en el mundo entero. Repasamos
su rica historia.
Un
día como hoy, pero del año 1908, se creaba el Aero Club Argentino (A.C.A), la
primera institución aerodeportiva de la Argentina y una de las pioneras de este
tipo en el mundo entero.
Presidida
inicialmente por el doctor Aarón Félix Martín de Anchorena, dos años más tarde
de su fundación de la cual Jorge Newbery fue uno de sus grandes inspiradores,
la entidad inició sus actividades mediante
el uso de aviones, organizando en el aeródromo del barrio porteño de Villa
Lugano el primer espectáculo aeronáutico en la historia del país.
Durante
esa histórica jornada, el piloto francés Emilio Aubrun logró alcanzar, en
vuelo, una altura de 112 metros mientras que su colega, Alfredo Valleton
recorrió 2 kilómetros en 27 minutos, es decir, a una velocidad de 44 kilómetros
por hora, algo totalmente impensado por entonces.
A
lo largo de su larga vida institucional que hoy la encuentra celebrando 113
años de vida, sus distintas autoridades tuvieron el honor de reconocer con los
premios Brevets a pilotos argentinos de la talla de Jorge Newbery, Aarón de
Anchorena, Florencio Parravicini, Alfredo Valleton, Waldimio Correa y Eduardo
Newbery, entre tantos otros grandes propulsores de la aviación argentina que
hicieron sus primeras armas en esa entidad.
A
finales de 1907, Aarón de Anchorena, que había realizado varios estudios sobre
aeronáutica en Francia decidió regresar a la Argentina, trayendo un globo
aerostático de 1.200 metros cúbicos que llevaba su nombre pintado en grandes
letras rojas: Pampero. El globo fue llevado al por entonces estadio de la
Sociedad Sportiva Argentina ubicado en el barrio porteño de Palermo donde lo
inflaron gracias a una cañería de emergencia que tendió la Compañía de Gas del
Río de la Plata.
La
primera ascensión tuvo lugar el 25 de diciembre de 1907 cuando, comandado por
Jorge Newbery y ante la mirada atónita de la multitud que se había dado cita en
el lugar, el Pampero logró atravesar el Río de la Plata a una altura de 2.000
metros y después de dos horas de navegación descendió en una estancia del
Uruguay.
Esa
proeza no hizo más que animar a muchos otros amantes de la aeronáutica a
juntarse para fomentar lo que entonces era apenas un incipiente deporte. Y así,
al año siguiente, veía la luz el Aero Club Argentino, que, en sus primeros
meses de vida, se dedicaba fundamentalmente a realizar ascensiones en globos
que eran tripulados por jóvenes y entusiastas amantes de la aeronáutica, entre
los que se destacaban Florencio Parravicini y Alfredo Palacios.
Lamentablemente,
en octubre de 1908 la audacia de los primeros pilotos se vio truncada cuando en
una de sus tantas incursiones aéreas, el aerostato Pampero, piloteado entonces
por Eduardo Newbery y por Eduardo Moreno desapareció en pleno vuelo, sin dejar
rastro alguno de sus ocupantes.
A
pesar del inmenso dolor, las actividades aéreas no se suspendieron y el Aero
Club Argentino siguió funcionando bajo la presidencia de Jorge Newbery, al
tiempo que los globos les dejaron su lugar a los primeros aparatos mecánicos.
Ya en noviembre 1910 la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), con asiento
en París, le otorgó a la joven entidad la afiliación y delegación en nuestro
país. De esta manera, se la habilitaba para extender certificados deportivos,
registros de marcas y la homologación de las tentativas de récords de todo tipo
que se hicieran dentro del territorio argentino.
En
1922 el Aero Club Argentino trasladó sus instalaciones de escuela de pilotaje a
la localidad bonaerense de San Isidro, en dónde, tras varios años de actividad
debió mudarse a Morón, llamado entonces “Aeropuerto Presidente Rivadavia”,
hasta que, debido al cada vez mayor incremento de la actividad comercial,
finalmente, en 1943 se instaló en el actual campo que ocupa en la localidad
bonaerense de San Justo en donde posee una numerosa flota propia y un gran
número de asociados que siguen soñando con surcar los cielos, como sus
creadores.
Fuente: https://weekend.perfil.com