En 1942, cuando las Fuerzas Aéreas soviéticas sufrían escasez
de material, el embajador soviético en Londres, I. M. Máiski, consiguió que la
URSS obtuviese 200 de estos aviones. En octubre de 1942, los gobiernos
británico y soviético firmaron un acuerdo a tal efecto.
Las ambiciones británicas de utilizar su Albemarle en el
papel de bombardero se abandonaron casi inmediatamente después de que el modelo
entrara en servicio; esto se debió a que no representaba una mejora con
respecto a los bombarderos medios del momento (como el Vickers Wellington) y
poseía un rendimiento inferior a la nueva generación de bombarderos pesados
cuatrimotores que también estaban a punto de entrar en servicio con la RAF.
Sin embargo, se consideró que el avión era adecuado para
tareas generales de reconocimiento y transporte, por lo que se reorientó hacia
este tipo de misiones.
En 1942, los gobiernos británico y soviético firmaron un
acuerdo para que Moscú recibiese el avión Armstrong Whitworth Albemarle.
Como explican en Airwar.ru, los tripulantes de los Albemarles
soviéticos fueron seleccionados entre los especialistas altamente
experimentados de la 1ª División Aérea de Transporte bajo el mando del Coronel
V. Korotkov. Todas las tripulaciones estaban formadas por oficiales desde Teniente
a Coronel. Entre ellos se encontraban futuros Héroes de la Unión Soviética,
conocidos pilotos de la aviación de transporte A. S. Shórnikov, G. A. Tarán, S.
A. Frolovski.
El 11 de enero de 1943 llegaron a Dundee tres primeros
pilotos soviéticos y tres primeros mecánicos de aviones, y el 13 de enero
volaron a Errol los dos primeros aviones para ellos. Los vuelos de
entrenamiento comenzaron el 21 de enero. El 28 de enero llegó un segundo grupo
de alumnos procedentes de la URSS. En febrero, en otra base, en Prestuik,
comenzaron a entrenarse los operadores de radio soviéticos.
Una vez los aviones llegaron a la Unión Soviética, fueron
sometidos a pruebas exhaustivas. Por ejemplo, dos PT.I fueron probados en el
Instituto de Investigación Científica de las Fuerzas Aéreas. La conclusión fue
decepcionante. Las máquinas británicas eran considerablemente inferiores a los
bombarderos de largo alcance nacionales y a los aviones de transporte PS-84 ya
en servicio en las Fuerzas Aéreas.
No obstante, como explican en Airwar.ru los doce aparatos
recibidos se repartieron aproximadamente a partes iguales entre la aviación de
transporte, que entonces estaba bajo la doble subordinación de la Aviación
Civil y las Fuerzas Aéreas, y la aviación de flota. Normalmente se utilizaron
para transportar carga urgente.
Fuente:
https://es.rbth.com