HISTORIAS DE LA AVIACIÓN: DISEÑADORES DE AVIONES ALEMANES

Nacido en Bonn, Alemania, el 12 de marzo de 1915. Hijo del Profesor Dr. Max Horten que era un instructor de la Cultura Oriental de la Universidad de Bonn y hermano de Walter y Wolfram Horten. Desde pequeño estuvo fascinado por el mundo de la aviación por lo que en ese instante supo que su vida iba a estar ligada a dicho campo.

Durante su adolescencia inicio la actividad del vuelo a vela, realizando el curso de piloto de planeadores en Wasserkuppe, donde conoció los primeros diseños de Alexander Lippisch. Esto le permitió conocer y estudiar la gran eficiencia de estos planeadores.

Estaba convencido de que el avión de mayor rendimiento seria aquel cuya disposición fuera enteramente alar, lo cual marco el camino de su carrera, logros y reconocimiento mundial.

Animado y apoyado por su hermano Walter juntos emprendieron el estudio, diseño y construcción de sus prototipos. Para ello formaron en 1930 su primera empresa, la Horten Gebrüder.

Durante sus comienzos los hermanos Horten se dedican a estudiar intensamente los trabajos de Von Prandlt sobre aerodinámica los cuales enfatizaban los beneficios de los perfiles alares espesos.

En 1933 con 16 años de edad, él y su hermano Walter, luego de numerosas pruebas con modelos a escala construyeron el Ho-I con el cual participaron del concurso de planeadores Rhön haciéndose acreedores del premio de dicho concurso en 1934. Ese mismo año, y gracias a la experiencia ganada en el Ho-1, construyeron el Ho-II el cual después de pruebas en 1935 fue motorizado con un motor Hirt HM 602 de 80 hp.

Para 1938 ambos hermanos construyeron el Ho lll, con sección central de tubos de acero soldados y las secciones externas con la tradicional estructura de madera forrada con tela. Al comenzar 1939, los famosos constructores Ernest Heinkel y Willy Messerchmitt quisieron incorporarlos a sus respectivas empresas, pero los Horten comprendieron que, de aceptar, perderían la independencia en el desarrollo de sus alas volantes y desistieron de ambas propuestas. Ese mismo año la Luftwaffe financió la construcción de diez H-IIIb, con uno de los cuales Heiz Scheidhauer, uno de sus pilotos de prueba, ganó el premio Golden Performance Planeador en el que alcanza más de 340 kilómetros.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939 - 1945)

Durante los primeros meses de la guerra Reimar es entrenado como piloto de Bf-109, pero más tarde en agosto de 1940 es transferido a la escuela de pilotos de planeadores en Braunschweig donde fue asignado como instructor de vuelo.

Más tarde el Ministerio de Aviación Alemán (RLM), a través del destacamento Especial 9 establecido en Gotingen, les dio la oportunidad que esperaban y allá construyeron el Ho IV, un planeador sin fuselaje ni motor, con alargamiento 22 a 1, cuya particularidad era que el piloto lo conducía en posición prona (acostado), introduciendo su cuerpo totalmente en el perfil de la aeronave.

Reimar realizó numerosas misiones de entrenamiento a bordo de Ho-II y Ho-IIIb los cuales fueron modificados para transportar municiones durante la Operación “León Marino” con la que se pretendía invadir Inglaterra, pero cuando decidió cancelarse la invasión se volcó al diseño y construcción del planeador Ho-IV de alto rendimiento. En 1941 el Ho-IV midió un coeficiente de vuelo de 32 a 1, lo cual era impresionante para la época. Al mismo tiempo que seguía con sus proyectos, Reimar Horten continuó sus estudios de la aerodinámica y más tarde obtuvo su doctorado bajo la tutoría del Profsor Prandl.

En febrero de 1943, Prantl vio una presentación de la H III d en Göttingen y llamó a las alas volantes Horten "una parte importante en todo el desarrollo de aeronaves".

Después de establecerse sobre una ladera de los Alpes austriacos, los Horten y Scheidhauer llevaron a cabo una serie de pruebas que en 1944 debieron reorientarse ya que un arma formidable vino a dar vuelta el curso de la guerra aérea convencional: la aparición del Mustang P-51 norteamericano, que disponía de una autonomía de vuelo de 9 horas.

Eso llevó a los Horten a pensar en una forma de combatir al novedoso aparato y así fue como crearon el Horten Ho-229, también denominado Horten Ho-IX o Gotha 229, un bombardero extremadamente liviano, provisto de cuatro turbinas especiales con las que era posible alcanzar los Estados Unidos y los puntos más distantes de la Unión soviética, sin necesidad de reabastecimiento.

Aprobado el proyecto, se pusieron a trabajar con celeridad, pero el fin de la guerra los tomó por la mitad y el mismo nunca se materializó.

Etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial

Como muchos científicos al ver su patria destruida y sin esperanzas de que sus proyectos progresen emigró hacia Inglaterra, en donde su estadía fue corta debido a que no pudo soportar el desprecio y mal trato de los ingleses.

En abril de 1948 Reimar emigró a la Argentina, y se instaló en la ciudad de Villa General Belgrano, Córdoba, Argentina; donde continuó diseñando y construyendo planeadores. El primer diseño de Horten en la Argentina fue el IAe. 34 Clen Antú (Rayo de Sol), un parapente biplaza diseñado por el Instituto de Aeronáutica.

Entre 1948 y 1949 la Secretaría de Aeronáutica solicitó al Instituto Aerotécnico un planeador biplaza de entrenamiento que cubriese la carencia que el país tenía en esa materia.

Sobre la base del Ho-XV A, Horten comenzó a trazar los planos de un prototipo, y al cabo de un mes comenzó su construcción, adiestrando en esas prácticas, de paso, a los carpinteros aeronáuticos argentinos, totalmente faltos de experiencia al respecto.

El planeador estuvo listo antes de fin de año y una vez fuera de planta, se procedió a darle su esquema de pintura con los colores de la bandera argentina y un sol a cada lado, en la parte posterior, detrás de la cabina. Efectuadas las primeras pruebas en tierra, el personal procedió a acondicionarlo para su primer vuelo.

Reimar Horten siguió trabajando en otros proyectos de alas volantes como, el biplaza IAe. 41 “Urubú” y el Ho-XVI “Colibrí”, ambos derivados directos del IAe. 34 “Clan Antú”; el Ho-IB, el Ho-X “Piernífero” y el INAV-1, todos aplicables a usos civiles y militares.

El Urubú fue concebido a pedido de varios clubes de planeadores para el adiestramiento y entrenamiento de pilotos, mientras que el Colibrí, por su parte, fue diseñado por expreso pedido del Club de Planeadores Cóndor, necesitado de un aparato económico para adiestrar a sus asociados y entrenar a sus pilotos.

Entre 1953 y 1960 diseñó y construye un ala volante cuatrimotor de transporte llamado IAe. 38 “Naranjero”, el cual se utilizó para el transporte de cítricos.

Otro proyecto importante realizado por Horten en la Argentina sería el IAe. 37 un interceptor supersónico ala delta con el cual se pretendía lograr 1300 Km/h. Los planes de desarrollo comenzaron en 1953 y el objetivo era poner en vuelo motorizado el primer prototipo en 1956, pero el proyecto es demorado luego del derrocamiento de Perón.

En 1956 Horten presentó un cambio en el proyecto, modificando la posición prono por una cabina convencional con cúpula de acrílico rebatible hacia la derecha; se reinician los vuelos del planeador Esc. 1:1 en 1957 acumulando más de 50 horas de prueba en 1958.

Cuando el prototipo metálico estaba en un importante grado de avance se acepta la propuesta de dejar el proyecto IAe. 37 y continuar con el desarrollo de un birreactor supersónico. El primer vuelo como planeador lo realiza el 1° de octubre de 1954, comandado por el Primer Teniente Jorge Connan Doyle; fue remolcado por el trimotor JUNKERS-JU 52/3M perteneciente a la FMA pilotado por el Primer Teniente Nelio González.

Luego proyectó el IAe. 48 el cual estaría equipado con dos Rolls Royce Avon R.A.3 de 2950 kg de empuje, dos Nene 101 de 2267 kg o dos Bristol Orpheus BOr de 2200 kg bajo las alas, a su vez, el ala sería delta ojival o gótica y estaba diseñado para alcanzar Mach 2,2. La Armada se mostró interesada en el modelo para emplearlo en el nuevo portaaviones Independencia que había llegado en 1958, por ese motivo sufrió algunos cambios, como la orientación del flujo del escape de los motores. Nunca pasó de la mesa de dibujo y nunca se supo el por qué no se construyó esta maravilla para la época.

En los años subsiguientes Horten tuvo innumerables ofertas del extranjero, las cuales rechazó para seguir trabajando en sus proyectos.

En las décadas del '60 y del '70 Horten continuó vinculado al medio aeronáutico mundial. En 1962 viajó a Alemania, probablemente con el objeto de radicarse allí, pero en 1964 regresó a la Argentina, donde trabajó como consultor en varios proyectos extranjeros.

Es de destacar su colaboración en proyectos de otros países como el Avro Vulcan, B-47, B-52 y el más importante de todos, el B-2.

Tras retirarse, paso sus últimos años recluido en su casa de Atos Pampa, en el valle de Calamuchita, Córdoba. Falleció en Atos Pampa el 21 de agosto de 1993.

Obras y proyectos en Alemania (imágenes)