26 de octubre de 2022

EL JUNKERS JU 52 CUMPLE 90 AÑOS: LA HISTORIA DE UNO DE SUS PILOTOS

 


Por Nicolás Cheetham

 

Carlos Haraszthy, quien vino de Hungría, fue uno de los hombres que condujo algunas de las aeronaves que llegaron a la Argentina. Hoy, el único avión que queda en el país está siendo restaurado en el Área de Material Río Cuarto

 

Un Junkers JU 52 fumigando en la década de 1950.


A 90 años del primer vuelo del Junkers JU 52, Juan Haraszthy, el hijo de uno de los pilotos, Carlos Haraszthy, que comandó algunas de las unidades que llegaron a la Argentina, una de las cuales se está restaurando en el Área de Material Río Cuarto, contó la historia de su padre, quien llegó desde Hungría después de la Segunda Guerra Mundial y durante años se dedicó a fumigar campos en distintos puntos del país.

 

“Me enteré por Puntal que uno de los Junkers JU 52 estaba en Río Cuarto. Yo lo había visto en Morón (Buenos Aires) y estaba en muy malas condiciones, totalmente destruido, por lo que es una muy buena noticia que lo estén restaurando aquí. No sé si es exactamente el mismo avión que manejó mi padre, pero es muy probable porque él piloteó más de uno. Mis padres llegaron desde Hungría después de la Segunda Guerra Mundial. Allá, mi padre fue piloto de caza bajo bandera húngara. Si bien Hungría estaba tomada por Alemania, los húngaros son muy nacionalistas y volaron los aviones bajo los colores de su patria. Después de la guerra, cruzaron media Europa. Pasaron por Austria, Alemania y terminaron en Francia, desde donde vinieron a la Argentina en 1947”, relató.

 


 

“Mis padres pasaron por varios lugares hasta que se establecieron en Quilmes, Buenos Aires. Mi papá ingresó a la base aeronáutica y es allí donde comienza la historia de su relación con el Junkers en la Argentina. Es decir, cómo él los había pilotado en Hungría, lo convocaron desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería para que pilotara el avión para fumigar. Eran cuatro los pilotos europeos que fueron convocados para la tarea. El avión era enorme, por lo que no era para cualquiera la tarea de usarlos para fumigar a siete metros de altura”, relató Juan Haraszthy, quien reside en Río Cuarto.

 

El Junkers JU 52 se utilizó para distintas tareas en Argentina. Como usted dijo, una de ellas fue la fumigación, ¿cómo fue esa experiencia?

 

Mi padre estuvo de campaña en el norte de la Argentina y también en parte de Bolivia. Estuvo unos siete meses afuera de casa fumigando contra las langostas que en ese tiempo, década de 1950, eran terroríficas, ya que en pocos minutos se comían un campo entero. Después, estuvo en otros puntos del país, incluso en la provincia de Córdoba. Lo que él vivió arriba de esa bestia (por el avión) fue único. En algunas oportunidades pudimos acompañarlo junto a mi hermano mayor. Fue maravilloso. Ver semejante máquina rugiendo, levantando vuelo con los tanques de polvo (anteriormente se fumigaba con ese método), era impresionante. Después, cuando el Junkers fue dado de baja, mi padre piloteó otros aviones. Al poco tiempo de dejar de volar, murió (en 1988).

 


 

¿Qué opina de los trabajos que se están desarrollando en Río Cuarto?

 

Todavía no he tenido la oportunidad de ir a la base. Me gustaría mucho poder ver el avión. Sé que la gente que trabaja en los talleres es muy buena. Es importante que el avión se esté preservando.

 

Un avión único

 

Aunque fueron varios los Junkers JU 52 que llegaron a la Argentina, apenas tres fueron preservados. Sin embargo, por diferentes motivos, actualmente hay una única pieza que sigue en pie, camino a su reconstrucción.

 


 

Esa nave es la que desde hace años está en los talleres del Área de Material Río Cuarto para su completa restauración, que incluye la puesta en marcha de sus motores (no volverá a volar). Una vez que eso ocurra, la unidad partirá a Morón, donde será exhibida en un museo.

 

El trabajo que se está desarrollando tiene el apoyo económico y técnico del Museo Technikmuseum Dessau Hugo Junkers de Alemania, la Federación de Asociaciones Argentino-Germanas y la Embajada de Alemania, entre otras entidades de relevancia.

 

La historiadora aeronáutica Carina Villafañe Batica remarcó que el avión que está en Río Cuarto es una pieza única y recordó que llegó a la Argentina proveniente de Brasil.

 

“El avión que está en Río Cuarto fue construido en 1934. Fue adquirido por Noruega y, originalmente, tenía flotadores. Tiempo después, pasó a manos de Brasil hasta que, durante el peronismo, llegó a la Argentina, junto a otros dos aviones. Primero operó para el traslado de pasajeros y, después, sirvió como avión sanitario para asistir a los enfermos de lepra. Se hicieron 21 vuelos desde Ushuaia y la Isla Cerrito. Fue toda una proeza por parte de los pilotos, médicos y enfermeros, ya que ninguno de ellos se contagió y le salvaron la vida a decenas de personas. Finalmente, el avión fue modificado para fumigar. Los aviones tuvieron actividad hasta 1963 y pasaron al Museo Nacional de Aeronáutica. De los tres, solamente queda uno”, concluyó la historiadora Villafañe Batica.

 

Rechazan un posible traslado del avión que se está restaurando en el Área de Material

 

Ante las versiones que corrieron sobre un eventual traslado del avión Junkers JU 52 que está siendo reparado en el Área de Material Río Cuarto antes de que se terminen los trabajos, las distintas entidades vinculadas a Alemania que apoyan las tareas se manifestaron en contra.

 

El Junkers JU 52 que está siendo restaurado en el Área de Material.


Hace algunas semanas, trascendió que las autoridades militares de Morón, Buenos Aires, pretenderían adelantar los plazos y llevarse, tal como está, la unidad que hoy permanece en los talleres de la base.

 

Sobre ese punto, los especialistas explicaron que, si bien está previsto que el avión tenga como destino final el museo que funciona en la ciudad bonaerense, no es adecuado moverlo en las condiciones actuales, cuando se está en plena restauración.

 

A la vez, advirtieron por los altos costos que el viaje tendría, los cuales no contarían con el apoyo económico de las instituciones alemanas.

 

Por último, reiteraron el acompañamiento a los técnicos riocuartenses y ponderaron, una vez más, la tarea que están realizando en la base.

 

Fuente: https://www.puntal.com.ar