24 de noviembre de 2019
EL NACIMIENTO DE LA AVIACIÓN ESPAÑOLA
Los
comienzos
La
Aeronáutica Militar española nace oficialmente durante el reinado de Alfonso
XII. Fue entonces cuando por Real Decreto del 15 de diciembre de 1884 se crea
el “Servicio Militar de Aerostación”, afectando directamente a la cuarta
Compañía del Batallón de Telégrafos del Arma de Aviación, quedando bajo la
dependencia del Ministerio de la Guerra, equivalente a lo que hoy sería el
Ministerio de Defensa. En 1889 fue la primera vez que se le dotó de los
recursos materiales necesarios para el inicio de sus actividades, los cuales se
compusieron de un globo aerostático denominado “Yon”, de origen francés, que
incluía un torno de recuperación accionado por una máquina de vapor.
Durante
esa fase la unidad pasó a denominarse “Compañía de Globos del Batallón de
Telégrafos” disponiendo de globos cautivos y de globos libres para la
realización de ascensiones.
En
1895 el Coronel de Ingenieros Don José Suárez de la Vega realizó un estudio en
el que se valoraba la utilización militar de los medios aéreos. Como fruto del
mismo el Gobierno elaboró y promulgó el 17 de diciembre de 1896 una Ley por la
que se creaba de forma oficial el Servicio de Aerostación Militar,
estableciendo sus primeras instalaciones en Guadalajara bajo el mando del
Comandante de Ingenieros Don Pedro Vives y Vich, a quien puede considerarse
como el creador efectivo de la Aeronáutica Militar en España. Fue en dichas
instalaciones donde se creó la primera escuela de vuelo en donde se realizaban
cursos para la obtención de los títulos de piloto y observador de globo.
Las
instalaciones del Servicio de Aerostación sirvieron para que en 1905 Torres
Quevedo dirigiera la construcción del primer dirigible español gracias a la
ayuda del entonces Capitán Don Alfredo Kindelán. Dicho proyecto finalizó con
gran éxito dando como resultado un dirigible que se llamó “El España”.
Tras
años de ensayos y formación el Servicio de Aerostación Militar fue utilizado
por primera vez en campaña durante las operaciones de 1909 en Melilla, en donde
actuaron como plataforma de observación levantando un mapa de un terreno hasta
entonces desconocido. Posteriormente y viendo el potencial de este esta
plataforma de reconocimiento fueron utilizados en la ocupación del río Kert en
Marruecos, 1912, y en las operaciones de Tetuán entre 1913 y 1914. Desde
entonces, y hasta el año 1927, la Unidad prestó en Marruecos ininterrumpidos y
valiosos servicios, especialmente del tipo de observación y corrección del tiro
de artillería y de reconocimiento y haciendo croquis del terreno (primeros
pasos de estudios topográficos desde el aire).
No
obstante, la aparición de los aeroplanos a principios del siglo XX llevó al
Servicio a sufrir una transformación, creándose en marzo de 1911 un Laboratorio
Aerodinámico en Cuatro Vientos con la intención de estudiar los tipos de
aeroplanos e integrarlos en las necesidades militares del país.
Todos
esos estudios desembocaron a crear, a principios de 1913, el “Servicio de
Aeronáutica Militar” a cargo de la Sección de Ingenieros del Ejército, con dos
ramas bien definidas: la AEROSTACIÓN, encargada de las plataformas más ligeras
que el aire (globos, dirigibles y cometas), y la AVIACIÓN, con los medios de
locomoción aérea basados en aparatos más pesados que el aire. La rama naval
llevó un proceso similar creándose en 1917 dentro del “Servicio Militar Naval”
que pasó a depender del Ministerio de Marina. En lo que se refiere al Servicio
de Aerostación Militar prestó servicio activo hasta el año 1936, época en que
quedó definitivamente disuelta.
Breve
Historia de la Aviación Militar Española
La
Aviación Militar nació como tal en España en el año 1913, creándose
oficialmente el “Servicio de Aeronáutica”, con sus dos secciones: Aviación y
Aerostación. Sin embargo, antes de esta fecha existieron unos hechos que
merecen nuestra mención.
En
noviembre de 1910, el Gobierno español, conocedor del impacto mediático
adquirido por los flamantes aeroplanos, comisionó al Capitán Kindelán a
trasladarse a Francia para la compra de tres aeroplanos tipo “Farman”. Tras su adquisición
se creó la primera “Escuela de Pilotos”, emplazándose en Cuatro Vientos
(Madrid), convirtiéndose en el primer aeródromo de España.
En
1911, tuvo allí lugar el primer curso de pilotos militares, al que asistieron
como alumnos cinco oficiales del Ejército, concretamente Kindelán, Herrera,
Barrón, Ortiz y Arriaga, todos ellos ya en posesión del título de piloto de
globo. Conviene recordar en este momento, que en estas fechas existía otro
Oficial, el Infante D. Alfonso de Orleáns, que ya poseía el título de piloto,
por haberlo adquirido en una escuela francesa en el año 1910. A este primer
curso siguieron otros y ya a partir de entonces la Aeronáutica Española pudo
contar con un nutrido plantel de pilotos y observadores, cuya pericia nada tenía
que envidiar a la de los aviadores extranjeros. Tras la formación de ese nuevo
elenco de pilotos, la Aviación Militar actúa de forma activa en la Guerra de
Marruecos desde 1913 hasta 1927. Fue en la campaña de Marruecos, donde una
Aviación Militar actúa por primera vez en la Historia de la Aviación como arma
aérea ejerciendo su acción de manera regular, coordinada y de conjunto.
El
estallido de la I Guerra Mundial motivó una grave crisis en la Aviación
Española, debido a la escasez de material aéreo, producido en su mayoría por
países extranjeros que se vieron involucrados como elementos activos en la Gran
Guerra. Sin embargo, conviene recordar que, incluso durante este período
crítico, sucedieron varios hechos de claro signo progresivo. Entre ellos,
citaremos los siguientes:
•
La aparición de las primeras empresas españolas dedicadas a la industria
aeronáutica (“Elizalde”, “Hispano-Suiza”, “Construcciones Aeronáuticas”, etc.)
•
La creación en 1917 de la “Aeronáutica Naval”, dependiente el Ministerio de
Marina. La principal base de hidroaviones se emplazó en Los Alcázares (Murcia),
dotándola con 12 hidroaviones adquiridos en Estados Unidos.
En
1920 se superaron las dificultadas de material planteadas por la Gran Guerra y
la Aviación Militar sufre una reorganización de su estructura gracias a la
adquisición de 101 aviones, destacando aviones tan míticos como los del tipo:
“Breguet-XIV”, “Havilland-Rolls”, “Farman F-50” y los hidroaviones “Macchi
M-9”. Fue en esa época cuando se crearon la primeras Escuelas de Bombardeo,
Tiro y Combate. Hasta el año 1920 se realizaron nueve cursos para pilotos de
los que salieron 163 pilotos militares, pasando en tan sólo 7 años a triplicar
dichos cursos convocándose el 31ª Curso, en donde salieron los últimos pilotos
que participaron en la guerra de Marruecos. Varios hechos de tipos anecdóticos,
pero profundamente emotivos corresponden a este periodo:
•
Uno fue la adopción en 1920 de la Virgen de Loreto como Patrona de la Aviación
Española, siguiendo así la pauta trazada por el Papa Benedito XV, el cual ya
algún tiempo antes la había declarado guía y protectora de los aviadores del
mundo entero.
•
Otro, en abril de 1923, la imposición de la Medalla Militar a la Bandera de la
Aviación, en premio y reconocimiento de la extraordinaria labor ejecutada por
los aviadores en Marruecos. Esta ceremonia tuvo lugar en Sevilla durante el
acto de inauguración de la base aérea de Tablada, desde entones entrañablemente
unida a la Historia de la Aviación Española.
•
Se impusieron en Tarima (Melilla) la Medalla Militar Individual a cinco
aviadores entre los cuales se encontraba el Capitán Barberán, legítima gloria
de la Aviación Española y futuro protagonista, junto con Collar, en el año
1933, del sensacional y trágico vuelo España-Cuba-Méjico.
•
A finales de 1933, esta misma condecoración era impuesta, entre otros, ellos
los Capitanes R. Franco, E. González Gallarza y Lóriga, llamados también en
años venideros a ser los héroes legendarios de grandes viajes aéreos.
Finalmente,
y casi finalizada la guerra de Marruecos, año 1926, la Aviación Militar
Española comienza a realizar otros tipos de proezas, los grandes viajes y las
marcas deportivas, aspectos en los que, (a pesar del forzoso retraso
determinado por la guerra de Marruecos), destacó prontamente, poniéndose a la
misma altura de las mejores gestas de los pilotos extranjeros.
Desde
1926 hasta 1935 se sucedieron sin interrupción las grandes conquistas españolas
en el aire. Y con toda seguridad hubiesen proseguido si otra guerra, la de
Liberación Española, no hubiese impuesto otra necesaria paralización a este
género de actividades.
Para
terminar esta brevísima reseña de la primera fase de la vida de la Aviación
Militar Española, digamos que en la fecha clave de julio de 1936, su estructura
general era la siguiente:
Fuente:
http://www.hispaviacion.es