25 de junio de 2022

LAS HISTORIAS DETRÁS DE LOS 7 AVIONES ABANDONADOS MÁS INCREÍBLES DEL MUNDO

 

Son aeronaves militares, civiles y experimentales que el hombre fue dejando a lo largo y ancho del mundo

 

Una foto aérea de un avión de la Marina de los Estados Unidos abandonado en Islandia. (The Grosby Group)


Desde que el hombre pensó en volar no hizo más que jalonar su fascinación por las aeronaves con el desarrollo de máquinas capaces de transportar personas y cosas hasta cualquier parte del globo a velocidades muy superiores a las aves más veloces.

 

Impulsados por las guerras, por la puja tecnológica que mantuvieron Estados Unidos y la por entonces Unión Soviética, también y por el mercado, se diseñaron miles de modelos de aeronaves que surcaron los cielos del mundo. Algunas fueron ampliamente difundidas como medios de transporte de pasajeros, otras volaron solo durante conflictos bélicos, otras apenas llegaron a la categoría de prototipo.

 

Muchos de esos aviones han sido abandonados alrededor del mundo, por diversas razones. Infobae cuenta aquí los 7 casos más curiosos y la historia detrás de ellos:

 

1 - Boeing 737 en Bombay

 


 

En el parque acuático Nishiland de Bombay, en la India, puede verse el fuselaje de un enorme y destartalado Boeing 737, típico avión de transporte de pasajeros. La aeronave, que había pertenecido a Air Sahara había aterrizada allí en el año 2005. La aerolínea pasaba un mal momento económico y decidió vender el avión.

 

En un principio, la aeronave fue desguazada y cerca de 1.700 partes fueron vendidas a una empresa estadounidense, incluidos los motores del aparato. El resto del fuselaje fue vendido en 2007 a una compañía con base en Nueva Delhi. Un camión debía remolcarlo, pero al intentar hacerlo, se dio cuenta que la ruta era demasiado angosta y el avión no cabía desde ningún ángulo.

 

Desde entonces, el Boeing 737 está abandonado en el parque acuático en Bombay, y ahora forma parte de otro atractivo más para los visitantes. Un avión, en un lugar más apropiado para un barco.

 

2 - Bartini Beriev VVA-14 en Rusia:

 

El Bartini Beriev VVA-14 abandonado y sin alas en el museo de la Fuerza Aérea Central en Moscú. (Wikipedia)


El Bartini Beriev VVA-14 fue un avión soviético desarrollado durante la década del 70, en plena Guerra Fría con los EEUU. El aparato tiene una forma muy peculiar: un fuselaje con un cuerpo central y dos construcciones laterales, y unas alas relativamente pequeñas para su envergadura.

 

Si bien no casi no hay otros ejemplares del mismo, ya que su desarrollo se detuvo con la muerte de Robert Bartini, el diseñador italiano que lo había ideado, uno de esos aparatos puede verse en museo de la Fuerza Aérea Central en Moscú, sin sus alas, que se destruyeron en el traslado de la máquina hacia la exposición.

 

3 - Mig en Hungría

 

Un antiguo avión Mig-21 en un campo de Hungría. (The Grosby Group)


A un viajero por las rutas húngaras a Hungría puede sucederte que mientras viaje observe al costado lo que podría describirse como un cementerio de aviones de guerra. Es un camino que ya casi no se usa, en el terreno de un agricultor local, donde se encuentran al menos cinco Su-22M3K y veintinueve MiG-21.

 

Estos aviones estuvieron en servicio de la Fuerza Aérea Húngara y fueron desarrollados mientras Hungría era parte del bloque soviético. Ambos modelos fueron retirados en la década del 90, y los ejemplares que quedaban fueron colocados allí, aunque aún pertenecen a las autoridades húngaras.

 

4 - Lockheed P-38 Lightning en Gales

 


 

Este curioso avión que parece emerger de una playa en Gales, perteneció a la Fuerza Aérea de los EEUU durante la Segunda Guerra Mundial. Es un Lockheed P-38 Lightning, fue apodado “Doncella de Harlech” y esconde la historia del comandante Robert Elliot quien durante un vuelo de entrenamiento perdió el control de la aeronave e hizo un aterrizaje forzoso en las playas galesas.

 

Según los informes Elliot resultó ileso y la aeronave quedó allí, dando un atractivo inusual a las playas galesas. El avión puede verse solo cuando el agua está clara y las condiciones climáticas son buenas, una cierta forma de encanto.

 

5 - Curtiss C-46 Comando en Bahamas

 

Foto aérea del Curtiss C-46 que perteneció al cartel de Medellín. (Facebook: Dietmar Eckell Photography)

 

En la isla Normay’s Clay de Las Bahamas puede observarse una de las imágenes más impactantes si de aviones abandonados se trata. Un resabio del tráfico de drogas en el Caribe en la década del 80.

 

Este Curtis C-46 perteneció al cartel de Medellín y era utilizado para traficar cocaína desde Colombia hacia los EEUU. Entonces, el cartel era tan poderoso que había logrado sobornar a las autoridades para construir una pista de aterrizaje en la isla Normay’s Clay, de modo que los narco-aviones hicieran escala y luego siguieran hacia su destino.

 

El 15 de noviembre de 1980 el piloto del avión, supuestamente alcoholizado, perdió control del aparato y debió aterrizar de emergencia en las cristalinas aguas caribeñas. Todavía hoy, quienes vayan a esas playas pueden ser testigos de la erosión del avión a medida que pasan los años.

 

6 - US Navy Douglas C-117D en Islandia

 

El avión Douglas C-117D abandonado en Islandia. (Unsplash)


Este Douglas C-117D perteneció a la Marina de los EEUU y se estrelló en 1973 en Sólheimasandur, Islandia, con siete tripulantes a bordo cuya misión era transportar insumos y suministros a una estación de radar en la localidad de Stokknes.

 

Durante el vuelo y debido al frío extremo, los tripulantes comenzaron a ver signos de congelamiento en el aparato y debieron aterrizar de emergencia. Nadie salió herido, excepto el avión, que fue abandonado en el sitio, desguazado para reutilizar las partes útiles y finalmente dejado en el mismo lugar, lejos de sus años en al aire. Los restos son parte de los atractivos turísticos de Islandia.

 

7 - C-121 Lockheed Constellation en la Antártida

 

El avión Pegasus enterrado en el hielo de la Antártida. 

 

El último avión de la lista es un Lockheed Constellation C-121, bautizado “Pegasus”. Su último vuelo fue desde Nueva Zelanda hacia la Antártida, que sería su tumba eterna. El avión debía cumplir un viaje de 10 horas hasta su destino, con 68 pasajeros y 12 tripulantes en su interior.

 

Era un viaje exótico, solo para los más intrépidos, que querían conocer uno de los sitios más inhóspitos de la tierra. Tal fue así, que cuando el avión ya estaba sobrevolando el Continente Blanco una intensa tormenta redujo fuertemente la visibilidad de los comandantes, que ante las condiciones debieron aterrizar. Lo hicieron sin dejar heridos y todos fueron rescatados. Pero allí quedó el Pegasus, convertido en otro atractivo de la Antártida. Miles de turistas ya han pasado a visitarlo y a dejar sus nombres inscriptos en el fuselaje naranja que asoma del hielo.

 

Fuente: https://www.infobae.com