Nació:
El 14 de agosto de 1896 en Nottingham, Inglaterra
Murió:
El 7 de mayo de 1917 en Annœullin, Francia
Causa
de muerte: Muerte accidental
Nacionalidad:
Británica
Educado
en:
Nottingham
High School
Trent
College
The
King's School, Grantham
Ocupación:
Piloto de aeronaves y militar
Años
activo: 1916-1917
Lealtad:
Reino Unido
Rama
militar: Cuerpo Aéreo Real
Unidades
militares:
Escuadrón
Nº 8
Escuadrón
Nº 13
Escuadrón
Nº 56
Escuadrón
Nº 60
Rango
militar: Capitán
Conflictos:
Primera Guerra Mundial
Distinciones
Caballero
de la Orden de San Jorge del Imperio ruso, 4ª clase
Cruz
Militar
Cruz de
la Victoria
Mencionado
a los despachos
Orden
Nacional de la Legión de Honor
Orden
del Servicio Distinguido
Albert
Ball fue un piloto aviador británico de la Primera Guerra Mundial condecorado
con la Cruz Victoria de manera póstuma.
Inicios
Ball fue estudiante de ingeniería cuando empezó la guerra. Antes de incorporarse a la Royal Flying Corps (R.F.C.), en octubre de 1915 se unió al regimiento de infantería de los Sherwood Foresters (Guardabosques de Sherwood, apelativo del Regimiento de Nottinghamshire y Derbyshire). En el gran conflicto, comenzó siendo asignado a la artillería de observación, donde derribó tres aviones alemanes. Posteriormente, por su habilidad y temperamento, le fue asignado un avión de reconocimiento. Después, pasó al Escuadrón Nº 11 a pilotar un avión de combate Nieuport de un solo asiento, considerado uno de los mejores aviones de caza del mundo en 1916. Esta nave era fácil de manejar y tenía la característica de elevarse a 10 000 pies de altura en 10 minutos.
Héroe
de guerra
Se le
asignaron misiones peligrosas por su preferencia a volar solo y su pericia para
ejecutar vuelos solitarios. Entre sus métodos de ataque estaban el de dejar al
enemigo colocarse en su cola y alejarse justo en el momento en que iba a abrir
fuego; después se volvía rápidamente, poniéndose debajo del enemigo y lo
atacaba en su punto débil. Asimismo, gustaba de colocarse frente al
contrincante, seguro que al seguir su ruta, este se alejaría para evitar una
colisión, haciéndolo un blanco vulnerable. Cuando fue trasladado al Escuadrón Nº
60, pilotó los Nieuport que tenían montada una ametralladora Lewis en el ala
superior y cuyos disparos eran totalmente libres del obstáculo de la hélice.
En
septiembre de 1916 su reputación había crecido tanto que fue condecorado con la
Orden del Servicio Distinguido por el mismo rey Jorge V. Contaba hasta ese
momento con 31 victorias y apenas 20 años. Le fueron ofrecidas labores de
entrenamiento para su protección, algo que rechazó para volver al combate. Fue
el primer piloto adorado por el público británico.
En
febrero de 1917 fue transferido al Escuadrón Nº 56 en el que rechazó volar un
avión S.E.5 y siguió volando su Nieuport. Pero al final, a regañadientes, hizo
la transferencia.
Juventud
A Ball
se le conoció como un chico diferente. Tenía afición por el violín con el cual
tocaba melodías, especialmente Melodía sin fin de Schubert. Tenía una
personalidad reservada. Era piadoso, tímido y sonriente; recibía los elogios
con modesta repugnancia. Tenía capacidad para pensar rápidamente y actuar con
valor. Era un combatiente nato cuyo único objetivo era derribar al enemigo o
ser derribado. Creía que Inglaterra —por la que estaba dispuesto a morir—
libraba una guerra con justa causa. A pesar de que aborrecía matar, pensaba que
la muerte de los alemanes era voluntad de Dios. Tenía por afición cuidar su
jardín personal y practicar con la ametralladora Lewis; no utilizaba anteojos
para volar ni gorra para protegerse la cabeza porque le gustaba sentir el aire
en la cara.
En sus cartas personales se leen muchos de sus pensamientos. En una escribió a su prometida en mayo de 1917:
“[…] ¿no será encantador que cuando toda esta matanza bestial termine podamos vivir felices sin hacer daño a nadie? Odio este juego. Pero es lo único que uno puede hacer por ahora”.
En otra a su padre:
“verdaderamente Dios me cuida, pero ¡oh! cuánto me cansa vivir matando siempre, realmente me estoy empezando a sentir como un asesino”.
Efectivamente, a medida que se
acumulaban sus victorias se acostumbró a matar y se convirtió en un malhumorado
ya agobiado por el cansancio.
En una
de sus hazañas más contadas, se encontró con dos Albatros e inició el combate;
pero al final los dos aviones alemanes se volvieron a sus bases, lo que Ball
interpretó como una cobardía. Tanto le molestó esto que dejó caer un mensaje en
las líneas enemigas retando nuevamente a sus contrincantes a pelear el
siguiente día y a la misma hora. Todos acudieron a la cita, pero con la
diferencia de que sus adversarios llevaron a tres compañeros más, lo que
resultó en una trampa. La batalla llegó a un punto en que a Ball se le acabaron
las municiones, por lo que trató de escapar haciendo volar al avión en picado
como si hubiera sido herido. Al aterrizar en campo abierto, se escondió en el
asiento de su Nieuport. Dos de los rivales aterrizaron para apresarlo y los
otros tres sobrevolaban; cuando Ball los sintió cerca, encendió el motor y
rápidamente huyó del lugar. En otra oportunidad se enfrentó con otro diestro
piloto; tanto hicieron para esquivarse el uno al otro que a ambos se les acabó
la munición. Así que terminaron saludándose, rieron y se despidieron para irse
cada cual a su base.
Final
Durante
la dura batalla de Arras, a las 5.30 de la tarde de un lluvioso 7 de mayo de
1917, el Escuadrón Nº 56 fue mandado a combatir al sector de Cambrai y Douai.
Ball dirigía una formación. Se encontraron con otro grupo de Albatros y se
trabó batalla. Al caer la noche cada cual regresó a su base; pero Ball
persistió en seguir a un enemigo y ambos se metieron en una nube negra. Fue la
última vez que un compañero lo vio. Civiles atestiguaron lo que pasó después:
el as británico logró su victoria Nº 44, poco después pasó observando la hora
en el reloj de la torre de una iglesia en Annoeullin —acostumbraba a hacerlo—,
pero no se percató de que había una pieza antiaérea en ella y fue derribado.
Esta versión es la más aceptada de otras acerca de su muerte, pues su derribo fue
adjudicado por los alemanes a Manfred von Richthofen, primero, y a su hermano
Lothar von Richtofen; más tarde se supo que este estaba de permiso. Al final
admitieron que los detalles de su muerte eran desconocidos. Albert Ball fue
condecorado con la Cruz Victoria a título póstumo.
Fuente:
https://es.wikipedia.org