15 de febrero de 2020

EL COMBATE AÉREO EN LOS CIELOS DE IRAK



Por José Sánchez Méndez (*)

La doctrina militar iraquí carece del concepto ofensivo del poder, aéreo, por lo que desde que comenzó la guerra del Golfo renuncio a la obtención del dominio del aire.

En el momento presente, la fuerza aérea de la coalición ha obtenido la superioridad aérea, o al menos tal grado de dominio del aire que le está permitiendo efectuar con plena libertad de acción todas las operaciones aéreas dirigidas contra el potencial militar iraquí, al mismo tiempo que le ha negado a la aviación de Sadam Husein esta posibilidad.

Se ha conseguido la supresión de las defensas aéreas con la práctica destrucción del sistema de mando, control y comunicaciones y la mayor parte de los sistemas antiaéreos de Irak, hasta tal punto que la aviación multinacional realiza operaciones de reabastecimiento en vuelo sobre Bagdad.

Hay dos formas de alcanzar el dominio del aire: una es como cuando se ataca a un ave, en su nido, fuera de su medio protector, en el aire que se mueve. La otra es intentar cazarla en vuelo, forma más cara y difícil, pues dependerá en gran medida de la técnica, la habilidad y las armas disponibles.

La HeyL Ha'Avir o Fuerza Aérea de Israel demostró, durante la Guerra de los Seis Días, cómo se debe destruir el poder aéreo enemigo, en el suelo, y de tal forma fue asimilada la lección que desde entonces todas las fuerzas aéreas que se precien han construido refugios reforzados no sólo para sus aviones de combate, sino también para las áreas de mantenimiento y abastecimiento.

En este sentido, Irak ha seguido este camino, y, como ya es conocido, esta decisión ha hecho que poco más de una docena de sus cazas fuesen destruidos en las pistas, aparcamientos o hangares. Sin embargo, la tecnología occidental ha desarrollado armamento inteligente capaz de destruir los refugios y bombas y contenedores de submunición diversa que pueden saturar superficies de grandes dimensiones, como son las bases aéreas y que, al ser alcanzadas, quedan temporalmente neutralizadas.

Nuevas tecnologías

Estas operaciones han corrido a cargo de los caza-bombarderos de la coalición de mayor capacidad de penetración y no dependientes de la oscuridad, visibilidad o condiciones meteorológicas, como han sido los F- 111, F15E, Tornado y los F- 117 de baja detectabilidad, pues la tecnología presenta hoy día soluciones a los problemas derivados de las circunstancias anteriores. Sistemas de infrarrojos y electroópticos y resistentes a las contramedidas electromagnéticas, radares de mejores características, conjuntos de proyección de mapas y radar, equipos de seguimiento del terreno, medios láser y de fibras ópticas son puestos a disposición de las fuerzas aéreas. A su vez, los pilotos pueden usar sensores junto a cámaras de televisión de baja luminosidad, gafas de visión nocturna, Iluminadores láser, intensificadores de luz y bengalas.

La ocultación y permanencia en sus refugios reforzados y la huida a Irán de más de un centenar de aviones iraquíes han evitado la total destrucción física de la aviación de Sadam Husein, es cierto, pero esta puesta a salvo no le está permitiendo hacer frente a la fuerza aérea de la coalición. Irak no sólo ha perdido así la superioridad aérea, tampoco podrá utilizar sus aviones, ni lanzar, por tanto, su armamento aéreo con cargas químicas o bacteriológicas, como hizo contra el ejército iraní o contra los kurdos. Ello habría decidido de antemano el desenlace de la batalla terrestre que se avecina.

En la búsqueda de la destrucción de la aviación de Sadam, la fuerza multinacional abatió cierto número de cazas que se encontraban en el aire. Entre esta treintena de aviones iraquíes derribados en combate aéreo, más de la mitad han sido Fulcrum, Flogger y Mirage, el material más moderno de la aviación de Sadam Husein, mientras que los 32 caza-bombarderos aliados destruidos lo fueron por la defensa antiaérea y por accidentes, pero ninguno lo fue por cazas enemigos.

A pesar de los escasos enfrentamientos aéreos habidos se pueden ya obtener las siguientes conclusiones: 
  • La doctrina militar iraquí carece del concepto ofensivo del poder aéreo, por lo que desde el principio renunció a la obtención del dominio del aire.
  • No ha existido por parte de Irak un conocimiento de su enemigo aéreo, principio fundamental de la guerra, por lo que sus fuerzas armadas han sufrido la sorpresa intelectual, táctica y tecnológica. Sadam Husein ha cometido el error de preparar esta guerra según la mayoría de los preceptos y principios empleados en sus enfrentamientos con Irán, pero las conclusiones que pudo obtener entonces son inaplicables a la fuerza multinacional.
  •  La superioridad tecnológica occidental ha vuelto a imponerse sobre la soviética, aunque hay que reconocer que la URSS dispone de mejor material aéreo que el suministrado a Irak. Es de suponer que idéntico caso habrá sucedido en relación con los Mirage F-1 vendidos por Francia a Sadam Husein. La dependencia tecnológica del exterior de cualquier nación debe ser reducida en lo posible, por lo que la participación en programas internacionales de coproducción puede ser la solución más apropiada.
  • Los más reconocidos especialistas han expresado que "la victoria pasa forzosamente por la superioridad electromagnética". Sin este requisito hoy día es inimaginable la batalla aérea. La moderna guerra aérea, incluida la batalla contra superficie, exige que todos los aviones, no sólo los de combate, deben llevar medios de autoprotección pasiva, los llamados receptores de aviso de amenazas (radar, de infrarrojos, o láser), interceptores y perturbadores electromagnéticos, mecánicos (chaff) y caloríficos (bengalas). 

En Irak, las contramedidas de la fuerza aérea aliada neutralizaron con toda facilidad la acción de los misiles tierra-aire y aire-aire de Irak.

Armas superiores

Los cazas de la aviación multinacional poseen un armamento para el combate aéreo muy superior al de Irak, capaces de ser lanzados desde cualquier ángulo y dirección de ataque. Los misiles aire-aire AIM9L/M Sidewinder, AIM-7F Sparrow, AMRAAM o el de largo alcance Phoenix, que responden al concepto fire and forget (una vez disparados, el piloto puede buscar otro blanco aéreo sin preocuparse del misil lanzado, que prácticamente con toda seguridad derribará a su objetivo) son imposibles de ser neutralizados por las contramedidas iraquíes y mucho más efectivos que los que están en servicio en el inventario de Sadam Husein. La guerra ha alcanzado una dimensión con los avances de la tecnología. El armamento aire-aire para la guerra moderna debe basarse en misiles guiados por infrarrojos o por radar, capaces de ser disparados sin restricciones en la dirección de ataque que se desee y conservar el cañón por si fuese necesario para los combates próximos o dog figth. Poseer el armamento aire-aire y aire-suelo más avanzado es condición para alcanzar la victoria.

Una aviónica avanzada, equipos de búsqueda, detección, seguimiento y control de fuego contra cualquier blanco aéreo que vuele más alto o próximo al terreno son requisitos indispensables para imponerse al adversario.

Desde el mismo instante en que los cazas iraquíes inician su maniobra de rodaje y despegue, los potentes radares de los AWACS E3-A Sentry detectan sus movimientos. Los cazas aliados de patrulla aérea de combate, o bien en situación de alerta en el suelo, reciben inmediatamente la orden de interceptación. Mientras tanto, otros aviones aparentemente más discretos, pero tremendamente eficaces, como los EC135 de guerra electrónica, perturban las comunicaciones tierra-aire, aire-aire y aire-tierra iraquíes, dejando sin órdenes de conducción ni información a los cazas iraquíes, a la vez que sus radares de a bordo y medios de autoprotección pasivos son neutralizados por las ECM de la aviación multinacional. De esta forma quedan totalmente inermes para afrontar el combate, sólo les quedan dos posibilidades, ser derribados o huir cuanto antes. La presencia de los AWACS E3-A Sentry ha impedido que Irak pudiera lanzar un ataque aéreo por sorpresa, proporcionando al mismo tiempo a la fuerza aérea multinacional la posibilidad de realizar una defensa aérea adelantada de vigilancia y detección, así como aumentar la profundidad de la acción aérea ofensiva.

Finalmente, queda una condición esencial que debe reunir todo piloto de combate, conocer las características del avión enemigo y sus vulnerabilidades, así como las tácticas aéreas de su adversario. Es por ello que los planes de adiestramiento deben estar basados en un completo estudio de la aviación potencialmente enemiga.

Cuando la guerra de Vietnam, la USAF se vio sorprendida hasta el punto de que los verdaderos ases fueron dos pilotos norvietnamitas, que obtuvieron 15 derribos cada uno.

Así nacieron los agressors, un grupo selecto de instructores, especialistas que entrenan a los pilotos de los EEUU en las técnicas de la aviación militar soviética. Como es frecuente oír en las escuelas de cazas occidentales: “así te entrenes, así combatirás”.

(*) General de aviación. Miembro del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres.
(**) Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de febrero de 1991

Fuente: https://elpais.com