Hazañas, hechos y anécdotas de la Aviación en el mundo
1 de febrero de 2020
EL HELICÓPTERO
Bell
206 del Departamento de Policía de Los Ángeles.
Un
helicóptero es una aeronave que es sustentada y propulsada por uno o más
rotores horizontales, cada uno formado por dos o más palas. Los helicópteros
están clasificados como aeronaves de alas giratorias, para distinguirlos de las
aeronaves de ala fija, porque los helicópteros crean sustentación con las palas
que rotan alrededor de un eje vertical.
La
palabra “helicóptero”
deriva del término francés hélicoptère,
acuñado por el pionero de la aviación
Gustave Ponton d'Amécourt en 1863 a partir de la palabra griega ελικόπτερος,
helix/helik- (hélice) y pteron (ala).
La
principal ventaja de los helicópteros viene dada por el rotor, que proporciona
sustentación sin que la aeronave se esté desplazando. Esto permite realizar
despegues y aterrizajes verticales sin necesidad de pista. Por esta razón, los
helicópteros se usan a menudo en zonas congestionadas o aisladas donde los
aviones no pueden despegar o aterrizar. La sustentación del rotor también hace
posible que el helicóptero pueda mantenerse volando en una zona de forma mucho
más eficiente de la que podría otra aeronave VTOL (de despegue y aterrizaje
verticales), y pudiendo realizar tareas que una aeronave de ala fija no podría.
El
primer despegue y aterrizaje vertical controlado es mérito del inventor
argentino Raúl Pateras de Pescara, quien, el 21 de febrero de 1920, patentó en
España su diseño de helicóptero con palas contrarrotativas. Fue el primer
autogiro capaz de ser controlado en vuelo, a diferencia de sus antecesores que
no tuvieron utilidad práctica por sufrir de vibraciones y giros descontrolados
a poco de despegar. Raúl Pateras de Pescara fue también pionero en el uso de la
autorrotación para aterrizajes seguros ante una avería del helicóptero.
Posteriormente
la primera aeronave capaz de despegar, con prelanzador y técnica de salto, casi
en vertical y desde un portaaviones fue el autogiro, inventado por el ingeniero
de caminos español Juan de la Cierva, por lo que el autogiro fue el embrión o
el eslabón necesario hasta llegar al helicóptero y la transmisión del motor y
control colectivo de palas ideado por Igor Sikorsky. Los primeros helicópteros
pagaron patente y derechos de utilización del rotor articulado, original del
ingeniero español. También se tomaron ideas del genio italiano Leonardo da
Vinci, pero el inventor del primer helicóptero pilotado y motorizado fue el
eslovaco Jan Bahyl. El primer aparato controlable totalmente en vuelo y
producido en cadena fue fabricado por Igor Sikorsky en 1942.
Comparado
con otros tipos de aeronave como el avión, el helicóptero es mucho más
complejo, tiene un mayor coste de fabricación, uso y mantenimiento, es
relativamente lento, tiene menos autonomía de vuelo y menor capacidad de carga.
No obstante, todas estas desventajas se ven compensadas por otras de sus
características, como su gran maniobrabilidad y la capacidad de mantenerse
estático en el aire, girar sobre sí mismo y despegar y aterrizar verticalmente.
Si no se consideran aspectos tales como la posibilidad de repostaje o las
limitaciones de carga y de altitud, un helicóptero puede viajar a cualquier
lugar y aterrizar en cualquier sitio que tenga la suficiente superficie (dos
veces la ocupada por el aparato).
Historia
Los
orígenes
Máquina
voladora de Leonardo da Vinci.
Cerca
del año 400 a. C., los chinos diseñaron un “trompo volador”, juguete que
consistía en una vara con una hélice acoplada a un extremo que se elevaba al
ser girada rápidamente entre las manos; sería el primer antecedente del
fundamento del helicóptero.
Hacia
el año 1490, Leonardo da Vinci fue la primera persona que diseñó y dibujó en
unos bocetos un artefacto volador con un rotor helicoidal, pero hasta la
invención del avión motorizado en el siglo XX no se iniciaron los esfuerzos
dirigidos a lograr una aeronave de este tipo. El primer vuelo de un helicóptero
medianamente controlable fue realizado por el argentino Raúl Pateras de Pescara
en 1916 en Buenos Aires, Argentina.
Personas
como Jan Bahyl, Enrico Forlanini, Oszkár Asbóth,
Etienne Oehmichen, Louis Breguet, Paul Cornu, Emile Berliner, Ogneslav
Kostovic, Federico Cantero, Ángel Luciano Contreras, Stepanovic e Igor Sikorsky
desarrollaron este tipo de aparato, a partir del autogiro de Juan de la Cierva,
inventado en 1923. En 1931 los ingenieros aeronáuticos soviéticos Boris Yuriev
y Alexei Cheremukhin comenzaron sus experimentos con el helicóptero TsAGI 1-EA,
el primer aparato conocido con un rotor simple
Primeros
tiempos
Helicóptero
experimental de Enrico Forlanini de 1877, exhibido en el Museo Nacional de la
Ciencia y la Tecnología Leonardo da Vinci de Milán.
Oehmichen N°2 1922.
Cine
mudo. Prueba en vuelo desde un helicóptero Pescara 2R de y para Raúl Pateras
Pescara en el aeropuerto Issy-les-Moulineaux, París, 1922. EYE Film Institute
Netherlands.
Flettner
FL 282 Kolibri.
La
Alemania nazi usó el helicóptero a pequeña escala durante la Segunda Guerra
Mundial. Modelos como el Flettner FL 282 Kolibri fueron usados en el Mar
Mediterráneo. La producción en masa del Sikorsky XR-4 comenzó en mayo de 1942
gracias a la Armada de los Estados Unidos. El aparato fue usado para
operaciones de rescate en Birmania. También fue utilizado por la Royal Air
Force. La primera unidad británica en ser equipada con helicópteros fue la
escuela de entrenamiento para Helicópteros (Helicopter Training School, en
inglés) constituida en enero de 1945 en Andover, con nueve helicópteros
Sikorsky R-4B Hoverfly I.
El
Bell 47, diseñado por Arthur Young, se convirtió en el primer helicóptero en
ser autorizado para uso civil (mayo de 1946) en los Estados Unidos y veinte
años más tarde el Bell 206 llegó a ser el más exitoso helicóptero comercial
fabricado y el que más récords industriales estableció y rompió.
Los
helicópteros capaces de realizar un planeo estable de forma fiable fueron
desarrollados décadas más tarde que el avión de alas fijas. Esto se debió en
gran parte a la mayor necesidad de potencia en el motor de los primeros respecto
a los segundos (Sikorsky, por ejemplo, retrasó sus investigaciones en los
helicópteros a la espera de que hubiera mejores motores disponibles en el
mercado). Las mejoras en combustibles y motores durante la primera mitad del
siglo XX fueron un factor decisivo en el desarrollo de los helicópteros. La
aparición de los motores de turboeje en la segunda mitad del siglo XX condujo
al desarrollo de helicópteros más rápidos, mayores y capaces de volar a mayor
altura. Estos motores se usan en la gran mayoría de los helicópteros excepto, a
veces, en modelos pequeños o con un coste de fabricación muy bajo.
Usos
Debido
a las características operativas del helicóptero, capacidad para despegar y
aterrizar verticalmente, mantenerse volando en un mismo sitio por largos
períodos de tiempo, así como las capacidades de manejo en condiciones a bajas
velocidades, ha sido elegido para llevar a cabo tareas que anteriormente no era
posible realizarlas con otras aeronaves, o que hacerlo desde tierra resultaba
muy lento, complicado y costoso. Hoy en día, los principales usos del
helicóptero incluyen transporte, construcción, lucha contra el fuego, búsqueda
y rescate, usos militares o vigilancia.
Bell
47.
Grúa
volante Sikorsky S-64 transportando una casa prefabricada.
Bell
205 de un departamento de incendios de California lanzando agua sobre un fuego.
Helicóptero
de ataque Westland WAH-64 Apache.
Helicóptero
HH-65 Dolphin haciendo una demostración de rescate.
Eurocopter
EC 145 de evacuación médica.
Algunos
de los otros usos de los helicópteros son:
Fotografía
aérea;
Videografía
aérea;
Captación
electrónica de noticias;
Sismología
de reflexión;
Turismo
o recreación.
Características
de diseño
Rotor
Ecureuil,
un helicóptero con la típica configuración rotor principal y rotor de cola.
CH-47
Chinook, un helicóptero con rotor en tándem.
Kamov
Ka-32, un helicóptero de rotor coaxial.
A
estos ingenios también se los conoce como aeronaves de alas giratorias, puesto
que las palas del rotor tienen una forma aerodinámica igual que las alas de un
avión, es decir, curvadas formando una elevación en la parte superior, y lisas
o incluso algo cóncavas en la parte inferior (perfil alar). Esta forma hace que
cuando el ala corta el aire se genere sustentación mediante la diferencia de
presión atmosférica, al provocar esa curvatura un vacío en la parte inferior.
El fluido se precipita sobre la parte inferior del ala giratoria y realiza fuerza
de empuje hacia arriba. Dicha fuerza se traslada por a lo largo del plano, la
cual eleva al helicóptero. La velocidad del rotor principal es constante,
normalmente ronda las 100 revoluciones por minuto en la mayoría de los modelos.
Lo que hace que un helicóptero ascienda o descienda es la variación en el
ángulo de ataque que se da a las palas del rotor: a mayor inclinación, mayor
sustentación y viceversa. Y lo que permite su movimiento lateral, modificar ese
ángulo de ataque en ciertos sectores del disco según vayan pasando las palas
por él.
Una
vez en el aire, el helicóptero tiende a dar vueltas sobre su eje vertical en
sentido contrario al giro del rotor principal gracias al efecto par motor. Por
el principio de acción-reacción, dado que el rotor gira hacia un determinado
sentido, provocará que el fuselaje gire en dirección opuesta en cuando deje de
tocar el suelo. Ese es el motivo por el que muchas aeronaves de alas giratorias
llevan en su parte posterior un pequeño rotor, denominado rotor de cola o rotor
antipar. Esta pequeña hélice se dispone de forma vertical, es propulsada
mediante transmisión mecánica por los motores, y compensa con su empuje la
tendencia a girar del fuselaje en dirección contraria a su rotor, manteniéndolo
estable. Dicho rotor de cola se sitúa en el extremo de un larguero de varios
metros de longitud, para compensar su pequeño tamaño con el efecto "brazo
de palanca", que aumenta la fuerza que ejerce sobre el fuselaje al alejar
el punto de fuerza (rotor antipar) y el fulcro (raíz del botalón o larguero de
cola).
Otro
sistema de última generación para estas aeronaves se denomina NOTAR, acrónimo
del inglés NO TAil Rotor, o sin rotor de cola. Este sistema fue ideado tras
observar la peligrosa delicadeza del rotor antipar, puesto que cualquier daño
que recibiese causaría la pérdida de la aeronave. Por ejemplo, el rotor
principal de un helicóptero de ataque puede soportar grandes cantidades de
daño, talar árboles pequeños, o incluso cables, pero el rotor de cola es muy
delicado. También han ocurrido numerosos accidentes al golpearlo con
estructuras en maniobras en lugares cerrados.
Con
esto en mente, para eliminar el rotor convencional de cola y su delicado pero
esencial funcionamiento, se ideó el sistema NOTAR. Los motores hacen girar de
forma mecánica una turbina o compresor, que absorbe aire por unas ranuras
dispuestas en la raíz del larguero de cola. Dicho aire es expulsado a presión
por unas ranuras laterales del botalón de cola, que aprovechan mediante el
efecto Coanda la corriente descendiente que proviene del rotor principal para
generar cierta fuerza antipar, y por el mismo extremo del larguero, por un
difusor de aire a presión. Al igual que antes, este difusor aprovecha también
el efecto brazo de palanca para multiplicar su fuerza impulsora antipar.
No
todos siguen esta configuración, puesto que hay helicópteros que no tienen
rotor de cola. Estos tienen dos rotores principales, dispuestos de forma
coaxial, en tándem o entrelazados. En este caso, ambos rotores giran en
direcciones opuestas, de forma que la fuerza de par generada por cada uno se
contrarresta, obviando el rotor de cola.
Movimiento
El
rotor principal no solo sirve para mantener el helicóptero en el aire
(estacionario), así como para elevarlo o descender, sino también para
impulsarlo adelante o hacia atrás, hacia los lados o en cualquier otra
dirección. Esto se consigue mediante un mecanismo complejo que hace variar el
ángulo de incidencia (inclinación) de las palas del rotor principal dependiendo
de su posición.
Imaginemos
un rotor, que gira a la derecha con velocidad constante. Si todas las palas
tienen el mismo ángulo de incidencia (30º por ejemplo), el helicóptero empieza
a subir hasta que se queda en estacionario. Las palas tienen durante todo el
recorrido de los 360º, el mismo ángulo y el helicóptero se mantiene en el mismo
sitio.
Si
hacemos que las palas, únicamente al pasar por el sector 0º a 180º aumenten
ligeramente su ángulo de incidencia y luego vuelvan a su inclinación original,
el empuje del rotor será mayor en el sector de 0º a 180º y el helicóptero en
vez de mantenerse parado, tiende a inclinarse adelante, ya que por efecto
giroscópico la resultante aparece aplicada 90° hacia el sentido de rotación
produciendo así que el empuje total se realice de manera inclinada pudiendo
desplazar en aparato en función del coseno del ángulo del vector de la tracción
de las palas del helicóptero. Si las palas aumentan el ángulo de incidencia en
el sector de 270º a 90º, el empuje será mayor por la parte trasera y el helicóptero
tiende a inclinarse hacia la derecha, al igual que en el caso anterior por
efecto giroscópico.
En
estas aeronaves, el piloto tiene control sobre tres mandos principales, o
cuatro en las más antiguas, que son:
Mando
Colectivo: es una palanca con forma de freno de mano de automóvil, situada a la
izquierda del piloto y manejada con esa mano. Este control aumenta el ángulo de
ataque de las alas, todas al mismo tiempo, haciendo que la sustentación
aumente, permitiendo al helicóptero desplazarse en el plano vertical.
Mando
Cíclico: es una palanca de aviación que el piloto maneja con su mano derecha, y
como se explica posteriormente con más detalle, cambia de forma cíclica el
ángulo de ataque de las palas según en la zona de paso del rotor en el que se
encuentren, permitiendo a la aeronave desplazarse en todas direcciones del
plano horizontal.
Pedales:
los pedales controlan el rotor de cola, permitiendo a la aeronave girar 360º
cuando está estático. Este pequeño rotor contrarresta el efecto antipar del
rotor principal, manteniendo estable la máquina.
Palanca
de gases: es un mando situado en la palanca del cíclico cuya función es
acelerar los motores, para aumentar la potencia cuando es necesaria, como
cuando se aumenta el colectivo (incide más aire, y al haber más rozamiento se
requiere más potencia para mantener las revoluciones en el disco). En los
helicópteros actuales esta función se ajusta automáticamente, manteniendo el
rotor a unas 100 revoluciones por minuto de forma constante.
Pilotar
estos ingenios puede resultar se agotador, debido a que todos los controles se
hallan relacionados, requiriendo constante concentración en maniobras
difíciles. Este hecho es la causa de que las aeronaves de combate lleven dos
personas de tripulación, piloto y artillero, debido a que sería imposible para
el primero realizar todas las tareas de forma simultánea.
Un
ejemplo: para despegar, el piloto aumenta el colectivo, debiendo meter pedal
para que cuando la nave se eleve no gire descontrolada por el efecto antipar.
Una vez en vuelo estático, para desplazarse mueve el cíclico allá donde quiera
ir. Si lo inclina adelante, el morro baja debido al menor paso cíclico del
rotor en esa parte, perdiendo sustentación. La nave avanza y pierde altura,
debiendo ser compensado con más colectivo, para no perder altura, y más pedal
para no girar. Y así de forma constante, resultando estresante para los pilotos
en condiciones difíciles.
Palanca
de control cíclico de un helicóptero.
Los
helicópteros no varían la velocidad de las palas ni inclinan el eje del rotor
para desplazarse. Lo que hacen es variar ligeramente y de forma cíclica el paso
(inclinación) de las palas con respecto al que ya tienen todas (el colectivo de
las palas). Ese aumento cíclico en un sector, hace que el helicóptero se desplace
hacia el lado opuesto. Ahora se entenderá mejor por qué el mando de dirección
de un helicóptero se llama cíclico y el mando de potencia se llama colectivo.
Para, por ejemplo, desplazarse adelante, el piloto inclina el cíclico adelante.
Entonces, de forma mecánica se disminuye el ángulo de paso de las palas cuando
giran sobre la parte frontal del aparato, disminuyendo ahí la sustentación. La
mayor sustentación de la parte posterior hace que el ingenio vaya acelerando en
dicha dirección, pero perdiendo altura a cambio, puesto que el vector de empuje
ya no es vertical, si no diagonal.
Cuando
el ángulo de ataque de las palas aumenta para generar sustentación, el aire
cada vez hace más resistencia, debiendo acelerar los motores para evitar que el
rotor pierda velocidad. En las aeronaves más antiguas esto se hacía mediante un
botón situado sobre la palanca del cíclico, que el piloto accionaba con su
pulgar cuando aumentaba el colectivo (aumentaba el ángulo de ataque), debiendo
controlar un cuarto mando, y ajustarlo ante cualquier cambio en los demás. En cambio,
en las aeronaves modernas esta labor la realizan la electrónica de la aeronave,
acelerando o decelerando los motores según la configuración del resto de
controles, y otras variables.
Además
de estos controles de vuelo, el helicóptero usa los pedales para girar cuando
está en estacionario. Esto se logra aumentando o disminuyendo el paso de las
palas del rotor de cola, con lo que se consigue que el rotor de cola tenga más
o menos empuje y haga girar al helicóptero hacia un lado u otro. El rotor de
cola se sitúa en un larguero, de varios metros de longitud, que mediante el
efecto "brazo de palanca" compensa su pequeño tamaño para mantener
estable la aeronave.
Una
de las principales desventajas de los helicópteros es su poca velocidad máxima
(no suelen pasar de 300 km/h). Esto se debe a la disimetría de la sustentación,
denominada comúnmente "pérdida del rotor en retroceso". Este efecto
se produce cuando la aeronave se desplaza a gran velocidad. Si tenemos en cuenta
que, por ejemplo, el rotor gira en sentido antihorario, cuando el helicóptero
se desplaza adelante, la mitad derecha del disco del rotor que se enfrenta al
aire que viene de cara, y esa velocidad traslacional aumenta la efectividad del
ángulo de ataque, generando mayor fuerza sustentadora, pero solo en ese lado
del disco. En cambio, la mitad izquierda del rotor se encuentra con la
corriente de aire traslacional pero mientras retrocede en su giro, lo que causa
que esa mitad genere menor fuerza sustentadora, al hacerse menos efectivo el
ángulo de ataque (el borde de ataque de la pala debe cortar el aire que
"retrocede" al desplazarse por él.
Este
curioso efecto aerodinámico traslacional provoca que la mitad del rotor que
avanza genere mayor sustentación y viceversa, produciendo una peligrosa
inestabilidad a grandes velocidades, que en casos extremos causaría la colisión
del helicóptero, fractura de las alas giratorias, o averías mecánicas.
Este
efecto puede combatirse con mejores materiales para las palas, controles
electrónicos y estudiada aerodinámica, pero la aparición de este efecto es
inevitable mientras se requiera el ala giratoria para volar.
Los
helicópteros también pueden planear, en caso de necesidad para aterrizar en
caso de emergencia. Las palas del rotor se sitúan en ángulos muy bajos y el
rotor se comporta como una cometa: el helicóptero se transforma en un autogiro.
Para ello, al acontecer una supuesta avería en la propulsión mecánica, el
piloto debe disminuir de inmediato el ángulo de ataque de las palas, para
permitir que durante el descenso el flujo de aire haga girar a las palas como
si de un molino se tratara, acumulando energía cinética en el disco, aunque no
debe disminuirlo de forma drástica y perder el control aerodinámico corriendo el
riesgo de estrellarse, ni tampoco el caso contrario, mantener demasiado alto
dicho ángulo de ataque, pues el disco del rotor dejaría de girar debido a la
resistencia aerodinámica (ya que no hay empuje mecánico) y la aeronave caería a
plomo.
Una
vez a cierta distancia del suelo el piloto debe aprovechar esa energía
acumulada en el disco para generar un último momento de sustentación y así
disminuir la velocidad de descenso. A este fenómeno se le llama autorrotación.
Al llegar cerca del suelo el piloto vuelve a aumentar el paso de las palas, las
cuales tienen energía aprovechada por el flujo de aire ascendente durante la
caída, y disminuyendo la velocidad de descenso para permitir un aterrizaje
suave y controlado. Obviamente es vital conocer la distancia máxima a la que se
puede "recoger" (tirar del cíclico para frenar); una distancia muy
grande causará que la máquina se desplome desde esa altura, al perder toda la
energía de forma prematura. En cambio, una distancia demasiado corta provocaría
que no diese tiempo a transferir toda esa energía para frenar lo suficiente y
golpease el suelo a más velocidad de la adecuada.
Los
pilotos suelen entrenar con frecuencia este efecto para simular las condiciones
de una avería de los motores en pleno vuelo, adquiriendo la experiencia para
poder realizarlo en caso de ser una avería real. Obviamente no apagan los
motores para simularlo, si no que usan la función de desconexión de la
transmisión, cuya finalidad es desengranar el rotor principal del eje
secundario proveniente del propulsor, equivalente a poner neutro en un
automóvil. Ello permite que el motor siga funcionando, pero no arrastre al
disco, permitiendo la simulación en condiciones de seguridad.
Vuelo
Hay
dos condiciones básicas de vuelo para un helicóptero: el vuelo estacionario, y
el vuelo traslacional.
Estacionario:
El vuelo estacionario (hovering en inglés) es la parte más desafiante de volar
un helicóptero. Al contrario de lo que pudiera parecer, es realmente difícil
aprender a realizar un vuelo estático.
El
vuelo estático requiere más energía de los motores para poder mantenerlo, ya
que no hay ningún otro tipo de fuerza de sustentación, que sí hay cuando se
traslada. El piloto debe realizar muchas correcciones para mantener el aparato
estable, y recordemos que un ajuste en un mando requerirá del ajuste en los
otros tres. A pesar de esto, los controles en vuelo estacionario son
teóricamente simples: el cíclico se utiliza para eliminar el movimiento en el
plano horizontal y quedarse en un punto fijo sin moverse, el colectivo se usa
para mantener la altitud, y los pedales para controlar la dirección del
aparato. La interacción de estos controles hace difícil el vuelo estacionario,
ya que un ajuste en cualquier control requiere un ajuste de los otros dos,
creando un ciclo de corrección constante y que requiere gran destreza.
Vuelo
de traslación o vuelo traslacional: A medida que el helicóptero empieza a
moverse horizontalmente, en un principio requiere más potencia y colectivo para
no perder altura. Sin embargo, a cierta velocidad que varía con el diseño de
cada aeronave, se va requiriendo cada vez menos potencia y colectivo, debido al
efecto aerodinámico de la "sustentación traslacional". El propio fuselaje
puede proporcionar cierta fuerza sustentadora al desplazarse por el fluido,
aunque se considera marginal. La mayor parte de esta fuerza la causa el flujo
del aire que va atravesando el propio rotor principal, que proporcionará
sustentación extra sin necesidad de más potencia. En cierta forma, el disco
entero se comporta como una sola ala. Es por esto que en vuelo con velocidad un
helicóptero tiende a ser más estable y por lo tanto más fácil de manejar, y los
controles se comportan como los de una aeronave de ala fija. El desplazamiento
adelante del cíclico hará que el morro baje, con consiguiente aumento en
velocidad y pérdida de altitud. Tirando del cíclico hará que el morro cabecee
hacia arriba, disminuyendo la velocidad del helicóptero y haciendo que
ascienda. Al empujar el cíclico hacia la izquierda o derecha hará que el
helicóptero ladee hacia el respectivo lado. El aumento de colectivo mientras se
mantiene una velocidad constante provocará un ascenso mientras que su
disminución provocará el descenso.
La
coordinación de estos dos movimientos, subir el colectivo y empujar el cíclico
o bajar el colectivo y tirar del cíclico, provocará que se aumente la velocidad
o se reduzca respectivamente, pero manteniendo una altura constante. Los
pedales tienen la misma función, tanto en un helicóptero que, en un avión de
ala fija, para mantener el vuelo equilibrado. Esto se realiza mediante la
aplicación de una entrada de pedal en la dirección que es necesaria para
centrar el indicador de viraje.
Una
fuerza a considerar en estas aeronaves de alas giratorias es el efecto suelo,
causado por la corriente de aire descendente proyectada por el rotor principal.
Esta fuerza la provoca el remolino de aire que, a cierta distancia del suelo
(normalmente similar al diámetro del disco del rotor, rebota sobre la
superficie y se eleva de nuevo hacia el fuselaje y las alas, formando un
colchón de aire bajo la aeronave.
Esto
afecta al vuelo estacionario en que, a esa altura, se requerirá menos potencia
y colectivo que a más altura, debiendo tenerlo en cuenta al aterrizar, pues al
principio de la maniobra la máquina tendrá cierta resistencia a descender,
debiendo vencer esta fuerza con cuidado si no se desea un aterrizaje brusco.
En
vuelo traslacional, peligroso a poca altura, pero posible, es necesaria menos
potencia y colectivo que a más altura dando mayor seguridad al piloto. Sin
embargo, los accidentes del terreno, cambios en la superficie, viento y otras
variables hacen que el efecto suelo disminuya, por lo que un piloto prudente
solo se valdrá del efecto suelo en determinadas maniobras.
Los
helicópteros pueden desplazarse lateralmente, pero a una velocidad muy inferior
a la de crucero que alcanzan adelante. Esto es debido a la estructura de la
cola y el propio fuselaje, cuya resistencia aerodinámica causa que, en un vuelo
lateral a gran velocidad, la cola comience a hacer girar la aeronave causando
una inestabilidad peligrosa si no se corrige frenando. Del mismo modo, el
desplazamiento hacia atrás es posible, pero a velocidades menores que la máxima
velocidad de desplazamiento lateral, debido a que la aerodinámica de la cola
fuerza a girar a la máquina, con mayor fuerza cuanto mayor sea la velocidad,
pudiendo llegar a causar un giro incontrolado y peligroso del fuselaje.
Motores
Un
motor turboeje en un helicóptero Alouette III.
El
tipo, potencia y número de motores que se usan en un helicóptero determina el
tamaño, función y capacidad del diseño de ese helicóptero.
Los
motores de los helicópteros más primitivos eran dispositivos mecánicos simples,
como bandas de goma o ejes, que limitaban el tamaño de los helicópteros a
pequeño modelos y juguetes. Durante medio siglo antes de que volara el primer
aeroplano, se usaban las máquinas de vapor para estudiar y desarrollar la
aerodinámica del helicóptero, pero la baja potencia de estos motores no
permitía el vuelo tripulado. La aparición del motor de combustión interna al
finalizar el siglo XIX supuso un hito para el desarrollo del helicóptero, se
comenzaron a desarrollar y producir motores con potencia suficiente como para
hacer posible la creación de helicópteros capaces de transportar personas.
Los
primeros helicópteros utilizaron motores hechos de encargo o motores rotativos
originalmente diseñados para aeroplanos, pronto fueron reemplazados por motores
de automóvil más potentes y motores radiales. La gran limitación en el
desarrollo de los helicópteros durante la primera mitad del siglo XX era que no
existían motores cuya cantidad de potencia producida fuera capaz de superar
ampliamente el peso de la propia aeronave en vuelo vertical. Este factor era
vencido en los primeros helicópteros que volaron con éxito usando motores del
menor tamaño posible. Con el compacto motor bóxer, la industria del helicóptero
encontró un motor ligero fácilmente adaptable a los helicópteros pequeños,
aunque los motores radiales continuaron siendo usados en los helicópteros de
mayor tamaño.
La
llegada de los motores de turbina revolucionó la industria de la aviación, y
con la aparición a principios de los años 1950 del turboeje por fin fue posible
proporcionar a los helicópteros un motor con una gran potencia y poco peso. El
26 de marzo de 1954 voló por primera vez un helicóptero de turbina, fue el
Kaman HTK-1 de rotores entrelazados. Sin embargo, el primer modelo producido
con turbina fue el Aérospatiale Alouette II. El motor turboeje permitió
aumentar el tamaño de los helicópteros que estaban siendo diseñados. Hoy en día
todos los helicópteros, menos los más ligeros, son propulsados por motores de
turbina.
Algunos
helicópteros radiocontrolados (juguetes) y los vehículos aéreos no tripulados
(UAV) más pequeños de tipo helicóptero, como el Rotomotion SR20, usan motores
eléctricos. Los helicópteros radiocontrolados también
pueden tener pequeños motores de explosión que funcionan con
combustibles distintos de la gasolina, como el nitrometano.
Tren
de aterrizaje
Dado
que los helicópteros aterrizan verticalmente, la mayoría de ellos suelen poseer
un tren de aterrizaje tipo patín (similares a esquíes). Si bien algunos pueden
emplear flotadores (principalmente para uso anfibio) y otros pueden emplear
ruedas. En efecto, de estos últimos algunos modelos son capaces de carretear
brevemente en pistas aeronáuticas.
Modelos
Bell
212.
Existen
numerosos modelos de helicópteros, de tamaño pequeño, mediano y grande, para
unos 25 pasajeros. También existen versiones para carga y otras funciones
especiales como sanitarios o vigilancia, en diferentes tamaños, así como para
la policía y militares. Estos últimos están actualmente equipados con la más
moderna tecnología y armamento.
Mil
Mi-26, el helicóptero de producción en serie más grande del mundo.
Cabe
señalar que la fábrica de helicópteros de Rusia, Mil ha creado el helicóptero
más grande y potente de este tipo del mundo, conocido como el Mi-26. Asimismo,
la empresa rusa Kamov, creó el eficiente helicóptero de ataque Ka-50, conocido
como Tiburón Negro, el cual cuenta con un sistema de protección para el o los
tripulantes, que consiste en un moderno asiento eyectable siendo único en el
mundo; cabe hacer mención, que este helicóptero aventaja a sus similares en
maniobrabilidad, debido a sus dos rotores del tipo contrarrotativo coaxial con
palas realizadas en polímeros. Esta solución le posibilita realizar varias
maniobras prácticamente imposibles para aparatos tradicionales, destacando el
viraje al plano con grandes ángulos de resbalamiento (hasta ±180°) a cualquier
velocidad del vuelo, hecho que agiliza la puntería de armas de a bordo fijas.
Un viraje al plano permite despegar y aterrizar en pistas muy reducidas,
independientemente de la dirección y la fuerza del viento. Un helicóptero
coaxial es capaz de arrancar en vuelo estacionario con una mayor aceleración.
Puede realizar, además, maniobra curvilínea horizontal llamada (viraje
lateral), durante la cual el helicóptero gira alrededor del objetivo a
velocidades 100-180 km/h y a una altura invariable.
Fabricantes
Las
principales empresas dedicadas a la producción de helicópteros, tanto civiles
como militares, son las estadounidenses Sikorsky, Boeing, Bell y MD
Helicopters; las europeas Eurocopter y AgustaWestland; las rusas Mil y Kamov.
También puede destacarse la Robinson, la brasileña Helibrás y la argentina
Cicaré.
Hemos pensado que este blog representa una manera de aproximarnos a temas relacionados a la actividad aérea. Los artículos y escritos que se publican son extraídos de diferentes fuentes, las que son debidamente aclaradas.
Algunos nos han consultado cual es la finalidad de mantener este sitio, en el que se publican artículos ya existentes en otros sitios. A manera de contestación, nos gustaría explicarles a quienes tienen esa inquietud que, en nuestra constante búsqueda, hemos encontrado una infinidad de temas, muchas veces escondidos en lugares que casi nunca se visitan y sus autores son, a menudo, ilustres desconocidos. Utilizamos mucho tiempo en realizar la búsqueda de temas, aumentamos nuestros conocimientos leyendo historias casi desconocidas producto de relatos de quienes fueron sus actores o conocieron su ocurrencia. Extraemos las que nos parecen más interesantes y les damos un lugar en Historias de la Aviación, de esa manera aumentamos las posibilidades que más lectores tengan acceso a ellas y, por otro lado, rendirles un simple homenaje a sus autores.
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