16 de mayo de 2019

¡ACHTUNG LA RAF SOBRE DIEPPE!


 

El 19 de agosto de 1942 se lanza la Operación Jubilee, el desembarco aliado en la ciudad portuaria de Dieppe. La Royal Air Force entre sus variadas misiones, debería atraer a la Luftwaffe al combate para causarle el mayor número de bajas posible. Teniendo en cuenta los efectivos implicados y el número de aviones derribados, los combates en los cielos de Dieppe constituyen la mayor batalla aérea ocurrida en un solo día en el frente occidental, el Focke Wolf Fw 190 demostraría estar en su mejor hora…


El despliegue de la RAF con ocasión de la batalla fue impresionante, el Mando de cazas, destinaría a la operación dos tercios de sus fuerzas, en total, cuarenta y ocho escuadrones, cuarenta y dos equipados con Spitfire Mk V, dos con Spitfire Mk VI y cuatro con Spitfire Mk IX. Partirían desde veinticinco aeródromos ubicados en el sur de Inglaterra.

Para las misiones de ataque a tierra se destinaron ocho escuadrones de Hurricane, cinco de bombarderos medianos Boston, dos de Blenheim y uno de Beaufighter. Dos escuadrones de bimotores Wirlwind permanecerían como reserva.

Además, se contó con la ayuda estadounidense, que presentó en la batalla tres escuadrones de cazas y llevó a cabo el bombardeo del aeródromo de Abbeville con veinticuatro B-17 Fortalezas Volantes.

La Luftwaffe, por su parte, disponía de unos 300 cazas en Francia. El 19 de agosto sólo se podía contar en la zona con dos Alas de caza, la JG 2 y la JG 26, ambos encuadrados en la Luftflotte 3, al mando del General Hugo Sperrle.


El geschwaderkommodore de la JG 2 era Walter Oesau, uno de los mejores pilotos en el frente occidental, con más de 100 victorias en su lista. El I Grupo se encontraba bajo las órdenes de Erich Leie; el II Grupo fue comandado por Helmut Félix Bolz, la agrupación contaba además con dos líderes de escuadrilla titulares de la Cruz de Caballero: Erich Rudorffer, 6° escuadrilla, y Kart Buhligen, 4° escuadrilla; el III Grupo era conducido por Hans “Assi” Hahn, quien derribó 108 aviones aliados antes de ser capturado por el Ejército Rojo en febrero de 1943, dicho grupo contaba con pilotos de mucha experiencia, como Egon Mayer, Bruno Stolle y Siegfried Schnell, todos ellos líderes de escuadrilla.

Por otra parte, la JG 26 se encontraba bajo las órdenes del Comandante Gerhard Schopfel, quien para la fecha contaba ya con 40 victorias. Entre sus filas contaba con líderes como Johannes Seifert, al mando del I Grupo; el II Grupo era guiado por Conny Meyer y el III por Josef “Pips” Priller, este grupo contaba con tres líderes de escuadrilla experimentados: Klaus Mietusch, 7° Escuadrilla, Kart Borris, 8° Escuadrilla, y Kart Ruppert, 9° Escuadrilla. El IV Grupo se encontraba bajo el mando de Kart Ebersberger y el V fue conducido por Wilhelm Ferdinand Galland.

La Luftwaffe también disponía en el sector de elementos de las Alas de combate, nombre aplicado a las unidades de bombarderos, 2 y 40, aunque no hay cifras exactas, probablemente se encontraban operativos unos 140 Dornier DO 217 E, 100 Junkers JU- 88 A- 4 y unos 70 Heinkel HE 111, 310 aviones en total.

La superioridad numérica de los aliados era avasallante, los cazas alemanes eran superados en una proporción de tres a uno, sin embargo, los británicos se encontrarían con los mismos problemas que enfrentaron los alemanes durante la Batalla de Inglaterra: la escasa autonomía de los cazas. Dependiendo de sus bases de origen, algunos aparatos británicos no podían permanecer más de cinco minutos sobre Dieppe. La RAF carecía en el momento de auténticos caza-bombarderos, los nuevos Typhoon aún no eran fiables y para el ataque a tierra se dependió de los Hurricane, a los que se armó de bombas de 250 y 500 kg. Además, la mayoría de los escuadrones de caza se encontraban equipadas con el Spitfire Mk V, muy inferior al moderno caza Fw 190.

Los alemanes disponían en el sector de las instalaciones de radar, con un equipo Freya, en Pourville, éste era capaz de detectar aviones a más de 100 km y se encontraba conectado directamente con los mandos de caza y marina. Como suplemento al Freya, también se contaba con dos radares Wurzburg que, aunque de menor alcance, era más preciso, sobre todo en lo que respecta a datos de altura, para dirigir el fuego antiaéreo.

Con todo esto, la Fuerza Aérea británica debería cumplir con tres misiones, una de ellas consistía en la protección de los convoyes, tanto en la aproximación a la zona de la operación, como durante el desembarque y reembarque, uno de los recursos para ello sería la utilización de cortinas de humo, que tendrían que ser atendidas por tres escuadrones de Boston y Beaufighter.


Los cuarenta y ocho escuadrones de caza se desplegarían formando un verdadero paraguas aéreo sobre la flota, los pilotos tenían órdenes expresas de no acercarse al convoy por debajo de los mil metros, pues los artilleros antiaéreos de la flota se habían ganado la reputación de disparar primero y preguntar después. La táctica británica consistía en permanecer agrupados, protegiendo el convoy, y evitando el enfrentamiento individual con los aparatos de la Luftwaffe, si bien esta acción proporcionaba una adecuada cobertura a los barcos, cedía totalmente la iniciativa a los pilotos alemanes, quienes atacaban a gusto a los aviones de la RAF, cuando las condiciones les eran favorables.

Otra misión consistía en el ataque a tierra, ante la escasez de apoyo naval se hacía imprescindible que la RAF neutralizase las baterías costeras. Estos ataques fueron planificados de forma muy deficiente, los jefes de escuadrón conocieron sus objetivos instantes antes de despegar. Las baterías antiaéreas apostadas en los flancos con cañones de 88 mm eran bien conocidas, pero apenas se recolectaron datos sobre los emplazamientos de las baterías antiaéreas livianas, organizadas con cañones de 20 mm, ubicados en pozos y torretas. Tampoco se contaba con información concerniente a la ubicación de los puestos de mando, abrigos de personal y depósitos de municiones. La misión, que era vital para el éxito de la operación, parecía más que optimista, atacarían al amanecer, con poca luz, y en medio de una tremenda, certera y furiosa cortina antiaérea creada por las numerosas piezas de 20 mm.

Por último, y no menos importante, la RAF debería atraer a la Luftwaffe a una gran batalla e infligirle grandes pérdidas.

La actuación de la aviación británica es una de las más controvertidas de Jubilee, el apoyo a las fuerzas terrestres fue totalmente ineficaz. Los Hurricane mostraron un notorio fracaso en su papel como caza-bombarderos, las más de quinientas bombas lanzadas sobre las baterías costeras no lograron causar el menor daño.

Los Mustang P- 51 utilizados como aviones de reconocimiento, a lo largo de la mañana, no lograron proporcionar información sobre las fuerzas alemanas, además, perdieron diez aparatos en un total de setenta y dos salidas.

Los pilotos de la RAF no solo debieron enfrentarse a la Luftwaffe, también tuvieron que vérselas con las dotaciones de la Royal Navy, que disparaban a todo lo que se acercaba y no reconocían claramente como propio, varios pilotos fueron derribados por el fuego amigo. Hubo ocasiones en que los Spitfire llegaron a disparar sus ametralladoras sobre sus propios barcos tras ser recibidos por un nutrido fuego antiaéreo de ellos.

Los cielos estaban listos para ser testigos de una gran batalla, la JG 26 fue la primera en entrar en acción, poco después de las 05:40 horas, Heinz Bierwirth, perteneciente al primer grupo, reclamó la victoria sobre un Spitfire a las 06:43 horas aproximadamente. Minutos más tarde hizo su presencia sobre los cielos de Dieppe la JG 2. El Capitán Bolz, veterano de la guerra civil española, logró derribar un par de Mustang en su ruta de aproximación a Dieppe, entre las 06:55 horas y las 07:05 horas.

Otro piloto, Gunther Seeger, se vió involucrado en un duro combate a baja altura, luego observó cómo su contrincante se estrellaba en el mar a unos cinco kilómetros al norte de Dieppe. Éstas fueron las primeras escaramuzas y los primeros derribos de más de cien que reclamarían los alemanes durante el día. Un observador escribió: 

“Mientras hablábamos, el aire sobre nuestras cabezas, casi a la altura de los acantilados, de pronto se vio lleno de cazas retorciéndose en una feroz pelea de perros… Pude ver las cabezas de los pilotos alemanes en sus Focke Wolf 190, y la de los pilotos de la RAF en sus Spitfire”.

Alrededor de las 07:00 horas, los alemanes comenzaron a agruparse para atacar de forma más organizada, los derribos se generalizaron. A las 08:10 horas, el Teniente Buhligen, comandante del cuarto grupo de las JG 2, consiguió derribar un Spitfire. Minutos más tarde, otro piloto miembro de su escuadra, Kurt Goltzch consiguió otra victoria, y alrededor de las 08:37 horas, pilotando su Fw 190, Brychy también consigue la destrucción de un Spitfire.

Por otro lado, cumpliendo con su parte, el cuarto grupo de la JG 26 afirmó dos victorias entre las 08:17 horas y las 08:37 horas, reclamadas por Roland Prim. Y Wilhelm Phillip respectivamente. Durante estas primeras horas, el número de cazas alemanes sobre Dieppe nunca superó los 50 aparatos.

Aproximadamente a las 09:00 horas, el I Grupo de la JG 2 ofrecía su presencia en la zona de batalla, y la acción volvió con intensidad. En quince minutos la unidad conseguía siete derribos, seis Spitfire y un Blenheim. Tres de dichas victorias fueron reclamadas por Josef Wurmheller.

Con la finalidad de llamar la atención de la Luftwaffe y apaciguar la presión sobre Dieppe, ante la situación que se vivía en la ciudad portuaria, los aliados se dispusieron a bombardear el aeródromo de Abbeville. La misión se encargó a la 8ª Fuerza Aérea, se enviarían veinticuatro B- 17 hacia el objetivo. Los bombarderos emprendieron el camino, escoltados por cuatro escuadrones de Spitfire Mk IX. Poco después de la 10:00 horas alcanzaban el blanco, lanzaron sus bombas desde 7000 metros de altura y regresaron a sus bases sin daños. Los cazas de escolta, sin embargo, no corrieron la misma suerte que sus compañeros de misión, ya que sufrieron varios derribos a manos de los FW 190.

Un piloto canadiense, en su vuelo de regreso, se encontró a unos 10000 pies de altura sobre Dieppe, él recuerda: 

“Un vistazo rápido demostró que había una actividad extraordinaria sobre la tierra, el agua, y en el aire. Pude ver un Fw 190 a 1500 pies aproximadamente, debajo de mí. Hice un tonel para perder altura, me estabilicé a unos 150 metros detrás de él y abrí fuego… Las piezas del Fw 190 volaron alrededor del capó. Tanto yo como el alemán, entramos en una nube, y su avión estalló en un destello de llamas y humo negro. El parabrisas y la capucha de mi avión fueron sofocados por el aceite, se sentía un ruido estremecedor cuando los pedazos del aparato enemigo me golpearon. Logré separarme de la explosión, casi sin poder ver por mi parabrisas.
No me di cuenta en ese momento de que los restos de la aeronave habían hecho graves daños en mi Spitfire. Cuando giraba para volver a mi base, volando a unos 300 metros de altura, mi motor comenzó a toser y el avión se estremeció violentamente. Me percaté de que probablemente tendría que saltar, por lo que comencé a subir, llegué a unos 600 metros de altura aproximadamente, cuando el motor se detuvo completamente. Me quité el casco, me deshice de mis correas y abrí la capucha. Entonces me agaché en el asiento y empujé el stick hacia adelante, pero de alguna manera mi paracaídas quedó atrapado, se abrió cuando la aeronave cayó al agua, tuve que accionar el mecanismo para liberarme rápidamente. Logré inflar mi bote y subí en él sin dificultad. Dos Spitfire dieron vueltas sobre mí, mientras un tercero fue a buscar un barco de salvamento que no se encontraba muy lejos.
Me rescataron a los 15 minutos, el capitán de la lancha de rescate estimó mi posición a 17 millas de Dieppe.”

La batalla proseguía, los alemanes no sólo enviaron a sus cazas a la lucha, también los elementos pertenecientes al KG 2 Y KG 40 tomaron acción. Comenzaron a llegar sobre la zona de combate a las 10:00 horas aproximadamente. Los bombarderos contaban siempre con una escolta de Fw 190, su objetivo era neutralizar la flota invasora. Los pilotos fueron testigos de furiosos combates entre los Spitfire, que intentaban interceptar a los bombarderos, y los Fw 190 de escolta.

Veinte minutos más tarde se unieron al ataque contra la flota británica los caza- bombarderos Fw 190. El piloto de la RAF recogido por una lancha de rescate, fue testigo de los combates: “… Hemos visto el ataque de un bombardero pesado sobre nuestra flota que fue rechazado por el fuego AA. Luego presenciamos la explosión de dos aviones que chocaron de frente... Dos Fw 190 pasaron sobre nosotros a 300 metros, atacaron y prendieron fuego a una lancha de rescate… De repente, cuatro Fw 190 atacaron a una segunda lancha, cuando llegaron los Spitfire les señalamos donde se encontraban los aparatos alemanes y éstos van a su encuentro. Apenas nos dejan, cuando seis aviones enemigos más se acercan y se zambullen sobre nosotros. Me temo que nuestras armas no tienen mucho efecto sobre ellos… Sólo cuando se quedan sin municiones se retiran…”

Más tarde, un gran número de aviones hace su aparición sobre las cabezas de playa, aproximadamente a las 11:30 horas, esta presencia trajo consigo los combates más duros del día. En un caso de identificación errónea, Rolf Hermichen, del III Grupo de la JG 26 reclamó la destrucción de un P-38 a las 11:38 horas. Su compañero de grupo, Kart Willies logró un derribo anteriormente, a las 11:33 horas.

Mientras la JG 26 cumplía con lo suyo, el III Grupo de la JG 2 también se entregaba a cumplir su misión. En una maratón de cacerías, Gunther Seeger, Josef Heinzeller, Gunther Brietz y Georg Keil reclamaron el derribo de Spitfire entre las 11:33 horas y las 11:40 horas.

En la zona también se encontraba el Grupo IX de la JG 2, en treinta minutos la escuadra alegó siete derribos.

Hasta las 12:45 horas prosiguieron los feroces combates, la Luftwaffe siguió cobrando víctimas y en el curso de los combates dos pilotos alemanes resultaron muertos.

A las 13:20 horas llegó el IV Grupo de la JG 2, los cielos de Dieppe llevaban alrededor de media hora sin lucha, y esta agrupación llenó el aire de terror, logrando el derribo de cuatro Spitfire.

Treinta minutos más tarde, el I Grupo de la JG 26 salía en misión de escolta a los Do 217 del III Grupo de la KG 40. Las aeronaves se acercaban a la Royal Navy cuando fueron interceptados por unos Spitfire, prosiguió un duro combate, un feroz carrusel entre los Fw 190 y los aviones de la RAF, en el curso de esta escaramuza, los artilleros de un Do 217 destruyeron un Spitfire, mientras Johannes Seifert, comandante de la escolta, derribó otro a las 14:00 horas. El combate continuaba y la lista de victorias obtenidas subía en ambos bandos, aunque más rápidamente en el lado alemán.

De parte de los aliados, durante toda la jornada, la mayoría de sus objetivos ofrecían resultados nulos. En las misiones de ataque a las baterías costeras no se logró nada.

Uno de los ataques fue realizado por los bombarderos Boston del 418° Escuadrón y los Hurricane II B del 174° Escuadrón, estos últimos despegaron de sus bases a las 04:40 horas, armados con bombas de 250 kg. Su objetivo eran las piezas de 88 mm emplazadas en pozos de hormigón, éstas tenían el nombre clave “Hitler”. Su ataque comenzó a las 05:15 horas y terminó a las 05:20 horas. El objetivo no sufrió el más mínimo daño, el mismo resultado produjeron otros bombardeos durante el día. El escuadrón perdió cuatro pilotos durante la jornada.

Los ataques a las baterías resultaban muy costosos, principalmente debido a la creciente eficacia con la que apuntaban los artilleros a los alemanes sus piezas de 20 mm. En un ataque a la batería antiaérea “Hindemburg”, el 245° Escuadrón, dotado de Hurricane, perdió tres aparatos.

Una de las bajas sufridas por el 174° Escuadrón fue la de su jefe, Fayolle. Tras bombardear la batería “Hitler”, ametralló el aeródromo de St Aulin, se le perdió de vista y no se supo más nada de él, hasta que en 1998 se localizó su tumba en un cementerio cercano.

Una de las pocas misiones que la RAF llevó a cabo con eficacia fue la creación de cortinas de humo. Ésta tarea era muy peligrosa, ya que los bombarderos debían volar a muy baja altura, a unos 50 metros del suelo, y a poca velocidad, totalmente expuestos al fuego antiaéreo. La más eficaz de éstas cortinas duró desde las 05:10 horas hasta las 06:00 horas y sirvió para cubrir la aproximación a la playa de las primeras oleadas que desembarcaron en Dieppe.

Los combates en las playas terminaron a las 13:10 horas. Poco después de las 14:00 horas, la última lancha ya se encontraba a 5 km de la costa francesa. El viaje de regreso de la Royal Navy se realizó en medio de un tremendo hostigamiento por parte de la Luftwaffe. El HMS Berkeley fue hundido y se produjeron derribos de aviones aliados por el fuego amigo.

Después de las 19:30 horas, las operaciones aéreas habían terminado en ambas partes, excepto por vuelos esporádicos de reconocimiento y de rescate de pilotos en el mar.

El Fw 190 resultó ser un avión extraordinario, y su rendimiento sorprendió a los alemanes. En el informe de la Luftflotte 3 se podía leer: “El Fw 190 es un caza-bombardero muy adecuado. Se ven las necesidades de dotarlo con blindaje adicional, pero sin reducir su maniobrabilidad y velocidad… El caza-bombardero ha probado ser tan eficaz, que su radio de acción debe ser mayor a 400 km, tan pronto como sea posible.”

Las cifras finales de la batalla demostraron que la RAF no fue capaz de asestarle un duro golpe a la Luftwaffe, todo lo contrario. La fuerza aérea británica reclamaba haber destruido entre 150 y 200 aparatos alemanes. La estimación oficial era de 91 derribos seguros y 44 probables. Las cifras reales eran de 48 aviones destruidos, incluidos aquellos en tierra, los alemanes perdieron 23 cazas y 25 bombarderos. Catorce pilotos resultaron muertos, ocho de la JG 2 y seis de la JG 26.

La Luftwaffe reclamaba la destrucción de 112 aparatos, pero la RAF sólo admitió 106 pérdidas: 88 cazas, 8 aviones de reconocimiento y 8 bombarderos; 67 pilotos muertos.

Otras 14 aeronaves quedaron fuera de combate por diversas causas. Algunos recuentos han elevado el número de pérdidas de la RAF a 118 aparatos: 101 derribados en combate aéreo y el resto por la Flak. De acuerdo a los tipos de aviones, la RAF perdió 70 Spitfire y 40 quedaron gravemente averiados; 27 Hurricane y 14 con graves daños; 11 Mustang; 2 Typhoon; 7 Boston y 1 Beaufighter.

Luego de la batalla sobre los cielos de Dieppe, los alemanes perderían la posición dominante que mantenían sobre el mar entre Inglaterra y Francia. La operación Jubilee representó la última galopada victoriosa de la Luftwaffe para doblegar a sus enemigos y mantener el control sobre el Canal.