Por
Carina Judith Villafañe (*)
La
aeronáutica alemana había iniciado un desarrollo prolífico en los vuelos
comerciales, posteriores a la Primera Guerra Mundial. En virtud del Tratado de
Versailles del 28 de junio de 1919 (tratado de paz, dictado por las potencias
victoriosas, con graves consecuencias para los alemanes), Alemania no podía
desarrollar ningún tipo de construcciones aeronáuticas, por lo que, el ingenio
de dos grandes constructores, fue orientado a superar los obstáculos que dicho
tratado imponía al progreso de la aviación.
Las
rutas debían extenderse y los siguientes puntos fueron Oriente y Sudamérica,
por ello, el gobierno alemán decidió apoyar a esta propuesta del Prof. Hugo
Junkers y Claude Dornier con el fin que desarrollasen las líneas aéreas
alemanas o de origen alemán, donde fuese posible y de interés para el Estado.
Las
posibilidades eran atractivas, ya sea por la presencia de inmigrantes alemanes
en Sudamérica, o por intereses comerciales en cada país. Con la necesidad de
tener una presencia mundial, y en virtud que el Tratado de Versailles limitaba
el poderío alemán en lo referente al desarrollo de cualquier fuerza militar, el
gobierno alemán diagramó la forma de seguir con sus avances tecnológicos
aeronáuticos. La estrategia fue crear compañías subsidiarias locales dotadas de
aeronaves y personal alemán.
El
primer país con ese sistema fue Colombia a través de la creación de la SCADTA.
El 5 de diciembre de 1919, se firmó en la ciudad de Barranquilla el acta
constitutiva de la Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos, que años más
tarde se verá transformada en la de Aerovías Nacionales de Colombia S.A.
(AVIANCA). En 1920 llegaron a este puerto los dos primeros aviones adquiridos
por la compañía; se trataba de dos hidroaviones alemanes Junkers F-13,
monoplanos de ala baja y de construcción metálica, cuyos motores debieron
modificarse para poder operar eficientemente en las difíciles condiciones
climáticas del trópico. En el mes de septiembre llegaron Fritz Hammer,
destacado piloto alemán, Guillermo Schnurbusch como mecánico y Stuart Hosie
como pasajero. Se realizó el primer vuelo oficial entre las ciudades de
Barranquilla y Puerto Berrio.
Dos
años más tarde en uno de estos aviones el General Pedro Nel Espina, Presidente
electo de la República, voló entre Puerto Berrio y Girardot, convirtiéndose en
el primer Jefe de Estado en el mundo en utilizar el avión para una misión de
carácter oficial. Colombia se constituye en el motor de las líneas aéreas
alemanas para conquistar todos los países de América del Sur. SCADTA constituyó
la empresa de aviación más antigua del norte, centro y Sudamérica con sus
Junkers F-13. Con el desarrollo de Colombia, otros países se sumarían a esta
conquista aérea, primero la Argentina y Chile.
La
Misión Junkers llegó en junio de 1924 a Buenos Aires e inició una serie de
demostraciones por todo el país; un grupo de prestigiosos pilotos, ingenieros y
representantes comerciales dieron vida a una de las misiones extranjeras más
importantes en Sudamérica. En la Argentina la representación Junkers estaba a
cargo de la empresa Roberto Mertig-Berger y Cía. quienes realizaban todas las
exposiciones en la Capital Federal. Roberto Mertig tuvo la posibilidad de
conversar personalmente con Hugo Junkers, quien con visión de futuro colocó a
esta misión en Sudamérica bajo la representación de Mertig. Las oficinas
comerciales estaban ubicadas en la Av. Callao Nº 45-61, realizándose allí las
exhibiciones de los aviones A-50, F-13, K-16, G-24, aviones que marcarían a la
industria aeronáutica argentina y de toda América del Sur.
La
gran hazaña de estos pilotos alemanes quedó plasmada en los diferentes records
que establecieron tanto en Chile como en la Argentina, entre ellos Franz Kneer
quien logró establecer un record de distancia con pasajeros al unir con un
monoplano Junkers F-13 el Palomar con la provincia de Tucumán, recorriendo 1156
km en 8:05 horas. Tanto las provincias de Córdoba, Tucumán, Mendoza, Santa Fe y
Buenos Aires se convirtieron en el eje de dicha misión. Se inició por primera
vez la conquista de las rutas provinciales-nacionales, el inicio de los vuelos
de turismo, la aerofotografía, el correo postal, la diagramación de las
primeras líneas aerocomerciales que darían inicio a la aviación comercial
nacional.
La
misión Junkers hizo su aparición en tierras chilenas el 4 de diciembre de 1924,
cuando en la pista de la Escuela de Aeronáutica Militar de Lo Espejo
aterrizaron dos monoplanos Junkers, pertenecientes a la Misión Junkers, aviones
que provenían de la Argentina después de haber tenido un notable éxito
comercial. Esta escuadrilla estuvo integrada por un moderno monomotor metálico
F-13, piloteado por Franz Kneer y Christian Doxrud, quien estaba a cargo de la
comitiva oficial. Este avión por su capacidad estaba preparado para dos pilotos
y cuatro pasajeros, se había convertido en el avión fundacional de las
principales aerolíneas de Alemania y Europa Oriental. Había un segundo aparato,
era un monoplano biplaza A-20 desarrollado durante 1923 para entrenamiento y
transporte de correo, tripulado por el piloto Willy Neuenhofen y el mecánico
Fritz Reiche.
Las
demostraciones aéreas fueron realizadas en el Club Hípico y el Sporting Club
respectivamente. Quienes les habían dado el apoyo para viajar a Chile fueron la
firma Fölsch y Cía. en Santiago y Viña del Mar. El capitán de la misión,
Christian Doxrud, quien conocía la zona del Estrecho de Magallanes y
Valparaíso, ya que había realizado numerosas incursiones marítimas, pues era
capitán de la marina noruega. El aviador noruego sostenía que: “Chile necesita
tener rutas con aviones enteramente metálicos que puedan soportar tormentas a
5000 m de altura. En Colombia hace varios años que hay líneas aéreas que
utilizan hidroplanos y aeroplanos Junkers, conectando diferentes localidades en
la selva y costas. Si el gobierno o particulares se interesan y dan garantías, la
firma Junkers podría operar en Chile inmediatamente. Sólo se necesitan $
2.000.000 y tendrían 2 años de gracia”. Sus palabras fueron proféticas, ya que
el Teniente Coronel Marmaduque Grove Vallejo, Director General Interino de
Aeronáutica, el 31 de enero de 1925 se hizo eco de las palabras del Capitán
Doxrud, con el objetivo de fomentar la aviación civil. Fueron adquiridos los
dos aviones de la Misión Junkers, estos aparatos venían de tener una notable
fama en la relación de aerolíneas europeas y de la SCADTA en Colombia. Ambos
aparatos fueron alistados para ir a Mendoza con el fin de darle la bienvenida y
escoltar a Chile al ex presidente Arturo Alessandri Palma quien regresaba del
exilio.
Esa
aparición fue tenida en cuenta por el Presidente Alessandri, quien firmó el 18
de junio de 1925 el decreto Nº 1849, estableciendo que se autorizaba a la
Dirección de Aeronáutica para organizar un servicio de vuelo con pasajeros
señalando las siguientes condiciones: Se atenderá este servicio con aviones
Junkers: Junkers A de dos plazas – 1 pasajero y Junkers B de seis plazas – 4
pasajeros.
Teniendo
el honor de ser el germen de toda aviación sudamericana a nivel comercial,
Colombia fue el país elegido para la Misión Junkers al cumplirse en el año 2009
los 90 años de SCADTA y al mismo tiempo los 150 años de nacimiento de Hugo
Junkers. La persona de Hugo Junkers, considerado como uno de los grandes
hacedores en la historia mundial, traspasó sus fronteras alemanas para ver su
obra concluida en todo el mundo, beneficiando a tantos países que constituye
uno de los grandes hombres de la humanidad.
La
Misión Junkers estableció las bases de las líneas aerocomerciales de casi todos
los países sudamericanos, convirtiendo a estos destacados pilotos alemanes en
héroes en tierras extranjeras. Su pasión por la aviación y visión comercial
afirmaron las bases para centralizar Chile, Argentina, Uruguay, Colombia,
Brasil, Ecuador, Perú y Bolivia en un eje de construcción aeronáutica
sudamericana. Es justo reconocer que la historia de la aviación mundial le debe
un lugar de privilegio a la Misión Junkers, siendo ella la madre de las líneas
aéreas sudamericanas y quizás del mundo en el campo comercial.
(*) La autora es historiadora aeronáutica. Además, es miembro activo del Instituto de Investigaciones Histórico-Aeronáuticas de Chile, del Instituto de Historia Aeronáutica de Bolivia y de los historiadores aeronáuticos bávaros de Alemania.
Fuente: http://www.deutschinallerwelt.net