Apenas
un año de la desaparición del primer piloto paraguayo, el 24 de Agosto de 1917
recibía su brevet de piloto el joven Arturo Escario. El mismo era un joven
oriundo de la cuidad de Villarrica que había visto a Pettirossi en sus
presentaciones de Asunción y se decidió a emularlo. Sus padres eran Luís
Escario y Margarita Tami, su padre era hijo del Marques de Villasanti Alfredo
Escario Y Herrera Dávila. Gracias al linaje de su abuelo consiguió el viaje a
la madre patria y el ser admitido como alumno en el Aeródromo de “Cuatro
Vientos”, donde después de un año de estudio egresaría de dicha escuela.
Escario era el segundo piloto paraguayo en remontar vuelo, regreso a la patria
en el año 1918 donde fue incorporado al Ejercito Nacional con el grado de
Teniente 2° y adscripto al Ministerio de Guerra y Marina, en carácter de Asesor
Aeronáutico.
Lastimosamente
no se pudo aprovechar la habilidad de Escario debido que a su vuelta no
contábamos en Paraguay con aparato alguno donde le pueda proseguir con sus
actividades aéreas. No obstante, se dedicó a la realización de conferencias
sobre la utilidad de la aviación como elemento de enlace e integración entre
las regiones del país.
A
mediados del año 1919 se había establecido en la Argentina una Misión Militar
Aeronáutica Italiana. Ellos decidieron hacer un raid de confraternidad a
nuestra capital. Para ello se destacó al Teniente 1º de Marina Barón Luís de
Riseis. El 8 de agosto del mismo año decolaba del Apostadero Naval de San
Fernando, sobre el río Lujan en un hidroavión NIEUPORT MACCHI M-T-1. La idea de
llegar ese mismo día nuestra capital se truncó por fallas en el motor por lo
que el piloto debió acuatizar y permanecer en Paraná.
El
15 del mismo mes levantaba de nuevo vuelo en otro avión traído hasta allí por
otro miembro de la misión, este era un hidroavión MACCHI LORNER R-3, llegando a
la bahía esa misma tarde. El piloto italiano permaneció en nuestro país por 8
días donde realizó varios vuelos, que volvieron a agitar en el alma de nuestra
gente las ansias de conquistar nuestro cielo. El 23 de Agosto partía de nuevo a
Buenos Aires y con él fue el Comendador Adolfo Rossi, quién ejercía la
representación diplomática con Italia. El mismo al llegar a la capital
argentina, tras una conferencia con el Comandante de la Misión Italiana,
consiguió con previa autorización del gobierno italiano la donación del aparato
con el que el Barón de Riseis había llegado al Paraguay.
Tras
la noticia de la donación hecha, el Ministro de Guerra y Marina el Coronel
Adolfo Chirife, destacó al Teniente Escario a hacerse cargo de la maquina
donada. El 4 de septiembre del mismo año se embarcaba a la capital argentina.
Cuando llegó le pusieron de manifiesto los miembros de la Misión Italiana que
debería pasar por un curso de aclimatación en el hidroavión debido primero a
que él aprendió a volar en aviones comunes y segundo su largo periodo de
inactividad en vuelo. Escario empezó las lecciones en doble comando en el
LORNER R-3 teniendo como instructor al Sargento Mario Confortti. Tras dos
semanas de entrenamiento e instado por las autoridades de Asunción a que trajera
la máquina, su instructor le advirtió que el aún no estaba listo para salir
solo y realizar el raid.
Después
de otra semana de practica nuestro piloto aún no estaba listo, impaciente ante
la lentitud de su aprendizaje y las ganas de llegar a Asunción con la maquina
decide el 1 de octubre de 1919, salir sólo contra la expresa instrucción de su
maestro de no hacerlo. Aprovechando su ausencia en el Apostadero de San
Fernando, mando sacar al LORNER de su cobertizo. Tomando los mandos y tras un
dificultoso decolaje, al apenas alcanzar los 300 metros de altura, se precipito
sobre las aguas. El aparato quedo destrozado, Escario sufrió graves heridas en
la cabeza y un fuerte golpe en el torso. A las 7 de la tarde de ese mismo día
fallecía otra esperanza de conquistar el cielo patrio. Nuevamente la fundación
de la Escuela quedaba sin poder realizarse.
Fuente:
https://www.facebook.com/asociacion.manduara