Bombardeo
del Mercado Central de Alicante
Mercado central de Alicante en 2006
Parte de: Guerra Civil Española
Fecha:
25 de mayo de 1938
Lugar:
Alicante, España
Resultado:
Daños
sobre el Mercado Central y otros edificios del centro de la ciudad
Gran
número de muertos y heridos
Beligerantes
República
Española
Reino
de Italia
Fuerzas
en combate
Aviación
Legionaria
7
Savoia-Marchetti S.M.79
Bajas
311
muertos; +220 heridos
El
bombardeo del 25 de mayo, ocurrido en la ciudad española de Alicante en el año
1938, fue uno de los ataques aéreos más sangrientos e indiscriminados ocurridos
durante la guerra civil española (1936-1939).
Con
un balance de víctimas mortales inexacto, se cifra dicha cantidad en más de 300
muertos. Estudios realizados barajan los 275 (aprox.) que figuran en el
registro del Cementerio Municipal (100 hombres, 56 mujeres, más de 10 niños y
más de 100 personas no identificadas), un número indeterminado de enterrados en
localidades próximas de la Provincia de Alicante y más de 1000 heridos.
Entre
los documentos conservados en el Archivo Municipal de Alicante se encuentra un
documento realizado por las autoridades franquistas bajo el título
"Relación numérica de los muertos habidos a consecuencia de los bombardeos
aéreos que sufrió la ciudad" en el que se da la cifra de 393 muertos tras
el bombardeo del 25 de mayo. En la placa colocada por el Ayuntamiento en la
plaza 25 de mayo se habla de 311 muertos.
Según
estudios y entrevistas posteriores a los supervivientes, las escenas
ocasionadas por tanta destrucción fueron dantescas, con muchas bajas por
decapitación. También hubo muertos en otros lugares de la ciudad, como la plaza
de Gabriel Miró, la calle Vicente Inglada, las cercanías del Club de Regatas y
la calle Gerona. Otros de los edificios afectados fueron la sede central de la
actual Caja de Ahorros del Mediterráneo en la calle de García Hernández (hoy
llamada de "San Fernando") y la sede del diario republicano El
Luchador en la calle de Ángel Pestaña (hoy denominada de "San
Francisco").
El
bombardeo
El
bombardeo del 25 de mayo formaba parte de la campaña de terror ordenada por las
autoridades nacionales, cuando las tropas rebeldes alcanzaron
el Mediterráneo y comenzaron el consiguiente avance sobre Valencia. Por esas
mismas fechas, hubo bombardeos sobre otras poblaciones civiles en toda la costa
mediterránea, a cargo de los aviones italianos de Mallorca, que no cesaron
hasta que se inició la Batalla del Ebro.
En
Alicante, a las 11:18 horas del miércoles 25 de mayo de 1938, entre 7 y 9
aviones, Savoia S-79 “Sparviero” italianos del bando sublevado, que habían
despegado de Mallorca a las 8:10 de la mañana, lanzaron sobre el centro de la
ciudad alrededor de 90 bombas (56 de 100 kg, 8 de 20 kg y 20 de 15 kg), algunas
de las cuales dieron en el Mercado Central, repleto de gente dada la hora de la
mañana que era (y que no habían sonado las sirenas), por lo que la mortandad
fue espantosa. La tripulación de los bombarderos
era italiana en su totalidad, y los jefes de las dos escuadrillas que llevaron
a cabo el ataque, con 4 minutos de intervalo, fueron los Capitanes De Prato y
Zigiotti.
Lo
cierto es que los aviones no entraron por el mar, como venía siendo habitual,
sino que lo hicieron desde el interior, escapando de las escuchas antiaéreas
situadas en la playa del Postiguet y en el Puerto, orientadas hacia el
Mediterráneo”, según explica Roque Moreno, catedrático de Historia
Contemporánea de la Universidad de Alicante. La ciudad, que sufrió más de
setenta bombardeos durante la contienda, contaba con refugios antiaéreos con
capacidad para más de 30000 personas, pero esa mañana nadie pudo alcanzarlos
por la maniobra de la escuadra dirigida por los Capitanes fascistas italianos
De Prato y Zigiotti.
El
parte de guerra republicano habló de que "la criminal aviación extranjera
al servicio de los facciosos" había causado "doscientos cincuenta
muertos en su mayor parte niños y mujeres" y un número de heridos
"muy elevado" (y más de cincuenta edificios habían quedado
destruidos). Algunos supervivientes dejaron relatos terroríficos
sobre el alcance del bombardeo:
“Vi
cadáveres destrozados y miembros esparcidos por todas partes. Era un
espectáculo dantesco. (...) Estaba en Correos cuando comenzó la pesadilla. Me
desplacé al mercado, para ayudar en lo que pudiera y me quedé paralizado de
horror. Entre varios, trasladamos algunos heridos a la Casa de Socorro, pero ya
no había sitio para más. Hasta las aceras próximas se hacinaban los moribundos,
entre gritos de dolor y de espanto... De aquella terrorífica visión, nunca
podré borrar de mi memoria la expresión de un niño que recogimos, con su carita
ensangrentada, que no quería morir. Lo llevamos a la Casa de Socorro y un
médico se hizo cargo de él. Ya nunca más supe de aquel niño. Las últimas horas
de tan aciago día las pasé mordiéndome los puños de impotencia y sollozando
ante tanta desolación y muerte”
El
cuerpo diplomático acreditado en Alicante hizo público un comunicado en el que
mostraba su pésame por las "numerosas víctimas producidas pertenecientes
al elemento civil" y denunciaba que "el ataque haya sido recibido en
el casco céntrico de la población, alejado de objetivos militares".
Repercusiones
internacionales
El
bombardeo tuvo gran repercusión internacional. El día 27 el gobierno español
presentó una nota de protesta a los gobiernos de Francia y el Reino Unido y los
británicos formaron una comisión para que investigara los efectos y las
circunstancias del ataque. La comisión llegó a Alicante el 22 de agosto y
dictaminó que había sido un "ataque deliberado a una zona civil".
Las
víctimas, en su mayoría, fueron enterradas en fosas comunes del cuadro N° 12
del Cementerio Municipal de Alicante y permanecieron sin lápida ni recordatorio
alguno hasta el año 1995.
Contrasta
cómo el bombardeo de Guernica ha sido recordado gracias al cuadro de Picasso,
mientras que el del 25 de mayo en Alicante ha permanecido en la ignorancia y el
olvido por causa del miedo y la represión ejercida durante muchos años sobre la
población alicantina. En la actualidad, tan sólo una modestísima placa de
cerámica en la pared del Mercado Central recuerda este hecho doloroso.
Las
consecuencias del bombardeo del 25 de mayo, y de los que le antecedieron y
siguieron (desde el inicio de la guerra hasta el 22 de agosto de 1938 había
sufrido 50 bombardeos con un resultado de 400 muertos) fueron que la ciudad
presentara un aspecto lamentable, con las calles llenas de escombros. Además,
una parte de la población abandonó la ciudad (la llamada "columna del
miedo") e incluso las autoridades tuvieron que tomar medidas muy severas
para que los obreros continuaran trabajando, especialmente en el puerto.
“El bombardeo de las poblaciones civiles por nuestros aviones (lo afirmo rotundamente) no existe. Se bombardean tan sólo objetivos de carácter militar. Es cierto que se producen bajas entre la población civil. Y son muy de lamentar. Pero el Gobierno rojo, lejos de evitarlas, las sitúa cerca de los objetivos militares. Después de todo, el ejército rojo necesita y desea esas víctimas para su propaganda”.
Francisco
Franco en una entrevista al periódico británico The Times el 28 de junio, un
mes después del bombardeo.
Elementos
conmemorativos
Placa en recuerdo de las víctimas del bombardeo.
Como
ya se ha dicho, existe una pequeña placa que recuerda a las víctimas del
bombardeo en la plaza del 25 de mayo. Si entramos en el interior del mercado
observaremos también la sirena antiaérea, que no llegó a sonar, junto al reloj
que marca la hora del bombardeo.
Tras
varios años, la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica
convocó un concurso para la colocación de un monumento conmemorativo en la Plaza
del 25 de mayo ganado por la arquitecta Elena Albajar.
El
25 de mayo de 2013 se instaló a la entrada del Mercado Central, por la plaza,
en el pavimento del suelo nueve placas de aluminio que representan los nueve
aviones que bombardearon la ciudad, con 90 puntos negros por cada una de las
bombas que cayeron sobre la ciudad.
Asimismo,
las placas cuentan con unos 300 agujeros rellenados con terminales de fibra
óptica, que cada mediodía (12:00) se iluminan de color rojo durante 10 minutos
para conmemorar a los fallecidos en la masacre.
El
29 de marzo de 2010 la Comisión de gobierno aprobó el cambio de denominación de
la Plaza del Mercado que desde ese día pasaba a llamarse Plaza del 25 de mayo
tal y como solicitó la Asociación Cultural Alicante Vivo en reiteradas
ocasiones. El descubrimiento de la placa tuvo lugar el 25 de mayo de 2010 tras
un emotivo acto, no exento de polémica, al que no acudió la Comisión Cívica
para la Recuperación de la Memoria Histórica. Durante el acto alcaldesa de
Alicante Sonia Castedo no dudó en calificar en reiteradas ocasiones a los
autores de la masacre como "fascistas".
Bombardeo
de Granollers
Destrucciones causadas por el bombardeo italiano en Granollers. La fotografía fue tomada por Winifred Bates, miembro de la misión médica británica en la zona republicana.
Parte de: Guerra Civil Española
Fecha:
31 de mayo de 1938
Lugar:
Granollers (Barcelona), España
Resultado:
Graves
daños en la ciudad
Numerosas
bajas civiles
Beligerantes
República
Española
Reino
de Italia
Bando sublevado
Fuerzas
en combate
Aviación
legionaria
5
bombarderos Savoia-Marchetti S.M.79
Bajas
209-224
muertos; 161 heridos
En
el contexto de la Guerra civil española, el bombardeo de Granollers fue un
ataque aéreo que tuvo lugar el 31 de mayo de 1938 contra la localidad
barcelonesa de Granollers. A pesar de que este ataque no es de los más
conocidos, dado el elevado número de bajas constituyó uno de los más duros de
toda la contienda.
Contexto
general
Desde
principios de 1938 los bombardeos estratégicos sobre la retaguardia republicana
venían aumentando vertiginosamente, alcanzando su punto culminante durante los
bombardeos de Barcelona en marzo, que provocaron una elevada mortandad. Todos estos
bombardeos se enmarcaban en una campaña de bombardeos
estratégicos contra las poblaciones del levante español
que se mantenía fiel a la II República Española.
Estos ataques eran emprendidos por bombarderos de la Aviación
Legionaria italiana, que apoyaban la ofensiva franquista que por estas fechas
estaba teniendo lugar en el Levante. En total, de enero a junio de 1938, la
aviación legionaria italiana realizó 782 ataques aéreos en la costa
mediterránea española controlada por los republicanos, lanzando 16558 bombas.
El
bombardeo
La
localidad de Granollers hasta la fecha no había sido atacada por la aviación ni
se había visto especialmente afectada por la guerra. El bombardeo, que fue
efectuado por 5 bombarderos Savoia-Marchetti S. 79 procedentes de los
aeródromos italianos en Mallorca, comenzó a las 9:05 de la mañana y no superó
el minuto de duración.
En
una sola pasada de los Savoia, fueron lanzadas unas 60 bombas, la mayor parte
de ellas de 100 kg, junto una importante cantidad de explosivos incendiarios.
A
pesar de que Granollers no constituía un objetivo
prioritario en el conjunto de la guerra, resultó ser uno de los
bombardeos más duros de la guerra con un elevado número
de muertos y heridos.
El
número final de víctimas varía según las fuentes que se consulten, entre los
209 y 224 muertos además de 161 heridos, siendo uno de los ataques de más
dureza de la guerra.
Finalizada
la guerra el Ayuntamiento de Granollers envió un informe a las
autoridades militares en el que dio la cifra de 209 muertos, de los cuales 84
eran mujeres y 41 niños o adolescentes, y 161 heridos, 106 mujeres y 55
hombres. Todas las víctimas eran civiles excepto dos o tres soldados.
La
mayor parte de las víctimas fueron mujeres y niños que se dirigían a la escuela
o se encontraban en el centro de la localidad, ya que el bombardeo se producía
a primera hora de la mañana. También influyó
en el elevado número de víctimas el que la
localidad no hubiera sido bombardeada hasta ese momento, por lo que la gente
estaba realizando con toda normalidad sus actividades cotidianas a esa hora:
llevar los niños al colegio, hacer la cola en el mercado para comprar
alimentos, etc.
Como
relató un testigo: "las bombas han caído
en el centro, sobre todo en la plaza del mercado.... el ataque ha alcanzado de
lleno las colas de gente que iba a comprar comida".
Al
parecer el objetivo de los aviones italianos era la central eléctrica de
Granollers, que en realidad eran dos centrales convertidoras poco importantes,
pero que suministraban fluido eléctrico al ferrocarril de Puigcerdá, por lo que
parece que los aviones erraron el objetivo, aunque algunos historiadores
piensan que el objetivo pudo ser también la población civil de Granollers
porque el volumen de bombas que lanzaron los cinco Savoia S-79 (cuarenta de 100
kg, diez de 20 kg y diez de 15 kg) era desproporcionado con respecto a los
objetivos e implicaba necesariamente daños considerables en las poblaciones
circundantes.
Las
reacciones
Inmediatamente
después de producirse el bombardeo varios miembros del gobierno de Juan Negrín
y representantes diplomáticos visitaron la ciudad. El elevado número
de muertos provocó un escándalo internacional.
Se recibieron telegramas de pésame del extranjero y
en París el Partido Comunista Francés
realizó un acto de condena en el Velódromo
de Invierno.
Este
bombardeo tuvo lugar pocos días después del bombardeo de Alicante (ocurrido el
25 de mayo), que también había producido un elevado número de muertos. Dado el
escándalo internacional (especialmente en Francia y Reino Unido) ante esta
agresiva campaña de bombardeos, en junio el embajador republicano en Londres,
Pablo de Azcárate, elevó una queja ante el Foreign Office.
El
Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Vizconde Halifax, le tranquilizó
diciéndole que enviaría una carta de
protesta al gobierno de Burgos.
Por su parte el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bonnet, también envió
una nota de protesta al gobierno de Franco en Burgos en la que después de
expresarle la profunda indignación de la opinión pública francesa le señalaba
que Granollers no tenía ocupaciones militares y le recordaba el compromiso de
Franco tras los bombardeos aéreos de Barcelona en marzo de 1938 de que ya no
habría más ataques a poblaciones civiles. También el Vaticano, como ya lo hizo
tras el bombardeo del mercado central de Alicante del 25 de mayo, presentó a
través del diario oficioso Osservatore Romano una nota de protesta que decía lo
siguiente:
“Mientras
la guerra española está entrando en su tercer año de vida, la atención europea
es atraída en este momento por los bombardeos de poblaciones civiles,
bombardeos que han suscitado protestas e indignación. Tales protestas son
justificadas por el hecho de que los centros bombardeados no tienen ningún
interés militar, ni se hallan en la proximidad de centros militares o de edificios
públicos que de cualquier modo sean de interés para la guerra. La inútil
matanza de la población civil ha replanteado una vez más el grave y difícil
problema de la "humanización" de la guerra, que de suyo es
destructora e inhumana. Este hecho no dispensa de intentar lo intentable para
eliminar las consecuencias desastrosas de la guerra y sobre todo para salvar
vidas inocentes”
El
comentario del diario oficioso fue acompañado de una nota verbal que el
delegado papal ante el gobierno de Franco presentó al ministro de Asuntos
Exteriores del gobierno de Burgos en la que llegó a amenazar con que el nuevo
nuncio Gaetano Cicognani no presentaría sus cartas credenciales ante Franco si
se producían "bombardeos que causaran víctimas inocentes entre la población
civil".
Ambas
notas causaron una gran indignación en el gobierno franquista de Burgos que
llegó a afirmar que el Vaticano se había dejado llevar por la "propaganda
roja". Lo cierto fue que, a partir de septiembre de 1938, aunque los
bombardeos "nacionales" sobre civiles continuaron, ya no apareció
ninguna noticia crítica sobre los ataques aéreos en L'Osservatore Romano ni el
Vaticano hizo ninguna otra gestión sobre el tema.
A
diferencia del siempre recordado bombardeo de Guernica, los ataques de Alicante
y Granollers apenas si son conocidos en la actualidad.
Fuente: https://es.wikipedia.org