9 de septiembre de 2021

MUERTOS Y CASAS DESTROZADAS: EL PUEBLO ESPAÑOL QUE MUSSOLINI BOMBARDEÓ POR ERROR EN LA II GM

 


 

En julio de 1941, un bombardero italiano que pretendía atacar Gibraltar soltó su carga sobre las playas y viviendas de La Línea de la Concepción cuando el pueblo preparaba sus fiestas. Vecinos y soldados sacaron juntos a las víctimas de entre los escombros

 

Por Israel Viana

 

España había salido muy tocada de la Guerra Civil y se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de los intentos de Hitler de que el Caudillo se uniera a las potencias del Eje. Eso no significó que centenares de miles de españoles no sintieran el conflicto más devastador de la historia muy cerca de sus casas. De hecho, muchos vecinos de las poblaciones cercanas a Gibraltar cuentan que, cuando escuchaban las sirenas de las defensas antiaéreas y se encendían los reflectores, salían corriendo a sus balcones para ver el espectáculo de los aviones de reconocimiento de Mussolini sobrevolar la bahía.

 

Los gaditanos, a pesar de ello, se sentían seguros en el resguardo de sus hogares o en los montes más cercanos, a donde acudían a ver las luces sobre el cielo como si de fuegos artificiales se tratara. La guerra no iba con ellos, era solo un mal recuerdo que ya les había tocado sufrir poco antes en el conflicto español. Ahora la vivían como meros espectadores. De hecho, a finales de septiembre de 1940, un corresponsal de ABC se trasladó hasta Algeciras, a menos de nueve kilómetros de donde se producían los bombardeos de Philippe Pétain sobre los británicos en la colonia, para contarlo de primera mano.

 

“El ataque lleva ya dos horas de duración. Sobre esta localidad española caen con frecuencia trozos de metralla, aunque hasta ahora no se ha producido ninguna desgracia”, señalaba el día 24 de ese mes, para añadir en la jornada siguiente:

 

“Continúan llegando aparatos sobre Gibraltar que arrojan constantemente un gran número de bombas de manera incesante. Los aviones llegan en escuadrillas de cinco y, sin haber terminado su descarga, llegan nuevas formaciones que mantienen el bombardeo continuo. En la plaza se han originado muchos incendios. Uno de ellos, a juzgar por la gran columna de humo, era de extraordinaria importancia”.

 

El periodista, junto a decenas de miles de españoles en suelo español, estaba siendo testigo de la venganza del Mariscal francés, tras el ataque a traición ordenado por Winston Churchill sobre el puerto argelino de Mers el-Kebir en junio de ese mismo año. Aquella ofensiva, en la que murieron 1.300 personas, supuso el fin de la neutralidad de la Francia de Vichy y su entrada “indirecta” en la guerra del lado de la Alemania Nazi. Pero los gaditanos, seguros de que nada podía pasarles en territorio nacional, no se imaginaban que aquello fue una especie de primer aviso de que no estaban a salvo del todo.

 

Gibraltar, iluminado durante los bombarderos de 1940

 

La Velada

 

Menos de un año después, durante las dos primeras semanas de julio de 1941, los vecinos de La Línea de la Concepción se preparaban tranquilamente para la fiesta de la Velada, con la que conmemoran el nacimiento de su localidad. Esta llevaba cinco años sin poder celebrarse a causa de la Guerra Civil y las penurias del año posterior. Estaban todos contentos, sin imaginarse que Mussolini les iba a borrar la sonrisa y convertirlos en una víctima colateral más de la Segunda Guerra Mundial.

 

Durante la noche del 11 al 12 de julio de 1941, un Savoia-Marchetti SM 82 Marsupiale despegaba de Cerdeña con tres bombas hacia la bahía de Algeciras, para soltarlas sobre alguno de los mercantes o buques británicos anclados en la rada. El objetivo de las potencias del Eje, a pesar de la neutralidad de España, seguía siendo la conquista del estrecho de Gibraltar para convertir el Mediterráneo en un gigantesco bastión contra los aliados. Pero algo salió mal en aquella incursión, cuando los sistemas de detección acústica descubrieron al bombardeo acercarse y comenzaron a sonar las sirenas.

 

“Poco después soltaba las tres enormes bombas. Tal vez fue a causa del fuerte viento de poniente o un trágico error de puntería, pero lo cierto es que ninguna cayó sobre los mercantes ingleses, sino en La Línea de la Concepción. Dos de ellas no hicieron explosión, quedando medio enterradas en las dunas de la playa de Poniente, pero la tercera haría blanco en la esquina que forman las calles Duque de Tetuán y López de Ayala, a la altura de los números 10 y 3, respectivamente, según la numeración de entonces. La explosión afectó a tres viviendas ocupadas por la familia Caballero, la familia Ruiz-Sánchez y la viuda de Valdés y sus hijos”, detalla Juan José Molina en un artículo publicado originalmente en “Andalucía ADN” y rescatado por Archive.org.

 

Muertos y heridos

 

Todo el pueblo sintió la sacudida y los tres edificios quedaron reducidos a escombros. Además, la explosión destrozó el tendido eléctrico y La Línea se quedó sin luz. El Ejército español envió lo más pronto que pudo una serie de camiones para alumbrar la zona y comenzar rápidamente las labores de rescate de las víctimas. Soldados, policías y vecinos, algunos de ellos familiares de los que permanecían enterrados, estuvieron trabajando juntos a toda velocidad.

 

Poco a poco fueron apareciendo las víctimas. En total, cinco muertos: Joaquina Morilla, José Luis Valdés, Julia Rojas, Tomás Caballero y María Caballero. También los numerosos heridos, algunos de ellos de gravedad, que tuvieron que ser ingresados de urgencia en el Hospital Municipal. El resto fueron atendidos allí mismo. La tragedia, sin embargo, pudo haber sido mucho mayor, puesto que esa tercera bomba cayó dentro de un pozo que había en la intersección de las calles.

 

Ningún periódico español informó del suceso y ABC lo dio de una forma un tanto confusa, seguramente por la acción de la censura. “Dos artilleros ingleses huyen de Gibraltar y llegan a nado a la playa de la Línea”, podía leerse el 15 de julio de 1941, para luego dar cuenta de un bombardeo cercano a la localidad gaditana, sin especificar el lugar exacto donde cayeron las bombas ni las consecuencias: “A las 22:55 se sintieron motores de aparatos extraños en Gibraltar. Los reflectores de la plaza inglesa entraron en acción, buscándolos en todas direcciones, pero sin descubrirlos. Al mismo tiempo, las baterías antiaéreas de la colonia y de los buques situados en el puerto y en la bahía hicieron una verdadera barrera de metralla. Poco después se percibieron desde la Línea cuatro grandes explosiones, al parecer de cuatro bombas que debieron caer en la bahía, ignorándose de momento si han causado daños”.

 

Indemnización de Mussolini


En la localidad gaditana se decretó un día de luto y se aplazaron todos los actos programados con motivo de la Velada. A la mañana siguiente se celebró el sepelio de las víctimas en el cementerio de San José, con la presencia del gobernador civil de Cádiz y todas las autoridades municipales. La comitiva fúnebre fue acompañada por miles de vecinos aún consternados por lo sucedido.

 

Eso no impidió que, durante las siguientes tres madrugadas, otros bombarderos italianos siguieran realizando incursiones sobre la bahía. De hecho, en la noche del martes al miércoles, los reflectores británicos localizaron de nuevo al Savoia-Marchetti SM 82 y comenzaron a disparar contra él con las baterías. El piloto reaccionó a tiempo y viró hacia la localidad de Campamento, actualmente perteneciente al municipio gaditano de San Roque, y se deshizo allí de su carga. En total, dos bombas que estallaron cerca de unas instalaciones de polo y una tercera que se cayó en la ribera del río Cachó, esta vez sin causar víctimas.

 

Días después de estos sucesos, miembros del Ejército localizaron las dos bombas que habían caído en la playa de Poniente y las identificaron como italianas. Las autoridades españolas elevaron una protesta oficial ante los representantes de Mussolini, pero no sirvió de mucho, puesto que estos alegaron que las incursiones de sus bombardeos sobre la colonia británica habían sido contestadas por fuego antiaéreo procedente de nuestro territorio.

 

Aun así, con la derrota de las potencias del Eje, el gobierno italiano se vio obligado a pagar una indemnización de 250 mil dólares por los daños causados durante el conflicto a los vecinos de La Línea de la Concepción, así como a otros vecinos de localidades cercanas. El Gobierno franquista sería el encargado de hacer efectivo el pago, tanto a las familias de los fallecidos y de las víctimas por los gastos médicos, como a todas aquellas personas que hubieran perdido bienes. Sin embargo, nunca quedó muy claro si al final recibieron el dinero, pues España aún debía amortizar parte de la deuda contraída con Mussolini por la ayuda que este le prestó al bando nacional durante la Guerra Civil.

 

Fuente: https://www.abc.es