El
14 de febrero de 1914, en plena Guerra del Rif, los Capitanes de Ingenieros
Herrera y Ortiz completaron, en su aeroplano, el cruce partiendo desde Larache,
en el norte de Marruecos, y aterrizando en el aeródromo de Tablada, en Sevilla
Por Emilio Herrera
El
viernes se cumple un siglo desde que por primera vez un vuelo tripulado español
completó la travesía aérea del Estrecho de Gibraltar. Los Capitanes de Ingenieros
Emilio Herrera Linares y José Ortiz Echagüe, en plena Guerra del Rif (segunda
Guerra de Marruecos), el 14 de febrero de 1914. El objetivo de los aviadores
era entregar una carta al rey, Alfonso XIII, de visita en Sevilla.
La
gesta aérea estuvo salpicada de tintes épicos, ya que le afectó la dificultad
planteada por el viento que suele azotar el Estrecho y el hecho de que Gran
Bretaña se opusiera a que sobrevolaran Gibraltar, lo que planteó más
dificultades en la planificación de la ruta. La travesía sentó un precedente y
desde 1921 y durante más de dos décadas se estableció una línea regular de servicio
postal entre Sevilla y Larache.
El
Coronel ingeniero aeronáutico José Warleta Carrillo describió la preparación y
ejecución del viaje en un número monográfico sobre Emilio Herrera de la revista
sobre la historia de la aviación española Aeroplano:
“Herrera había intentado incorporarse a Tetuán en su Newport (motor Gnome 80 cv), dotándolo de un depósito de gasolina suplementario, pero los periódicos revelaron el proyecto e Inglaterra expresó al Gobierno español su negativa a un sobrevuelo de Gibraltar. Prohibido el vuelo, el aviador hizo el viaje por vía ordinaria.
No obstante, Herrera no abandonó la idea y, ya en Tetuán, propuso a su compañero Ortiz Echagüe, que era uno de los pilotos de su escuadrilla, un plan que se le había ocurrido. El rey acababa de llegar a Sevilla y Ortiz era sobrino del Alto Comisario, general Marina. ¿No sería posible obtener del General un mensaje para S.M. que los aviadores llevarían en vuelo? Con fecha 7 de febrero de 1914, Marina firmó la misiva. Con Herrera de piloto y Ortiz de observador, el Newport fue el primer aeroplano que cruzó el Estrecho de Gibraltar. En premio a ese vuelo, el rey nombraría gentiles hombres de cámara a ambos.
Poco
después, Herrera fue nombrado jefe de una nueva escuadrilla africana (la
tercera cronológicamente), que debía establecerse en Tetuán, en cuya alcazaba
Herrera y Barbeta habían visitado al Roghi en 1905. Al mando del nuevo
aeródromo y de la escuadrilla permaneció Herrera hasta que estalló la I Guerra
Mundial”.
El
viaje
Los
periódicos de la época detallaron el viaje de manera detallada, narrada por sus
protagonistas. Partieron pasadas las 13:30 horas. Se dirigieron por la ribera
del río Martín hasta la desembocadura. Durante el curso del río el aparato sólo
se elevó 200 metros. Desde la desembocadura se adentraron un kilómetro mar
adentro, bordeando la costa hasta llegar al cabo Negrón y continuaron hasta dar
vista a Ceuta, donde se elevaron a 1.700 metros.
Desde
allí se internaron en el Estrecho de Gibraltar, atravesándolo a esa altura. La
travesía la realizaron con viento duro de Levante, que dificultaba algo el
manejo del aparato. Remontada la plaza de Gibraltar se internaron en la
península. Para salvar las montañas de la costa se elevaron a 2.000 metros.
Salvada la cordillera se pusieron a la vista de Jerez, desde donde comenzaron a
divisar Sevilla. Continuaron por la ribera del Guadalquivir hasta alcanzar el
aeródromo de Tablada, descartando la idea de rodear la capital hispalense.
El
diario El Heraldo de Madrid describe que “minutos después de las seis de la
tarde, seis socios del Tiro de Pichón, que se hallaban en Tablada, divisaron a
gran altura, por la ribera del Guadalquivir, un aeroplano que, por sus
evoluciones, se adivinaba que quería aterrizar en Tablada”.
A
su llegada, Alfonso XIII envió al ministro de la Guerra el siguiente telegrama:
“Acaban
de presentárseme los Capitanes Herrera y Ortiz, que llegaron de Tetuán, en
aeroplano, con un mensaje de salutación del alto comisario. Le saludo
afectuosamente al par que le muestro mi satisfacción por este primer viaje de
nuestros aviadores a través del Estrecho”.
Sentar
un precedente
La
travesía de Herrera y Ortiz sobre el Estrecho sentó el precedente para una
línea regular. Las primeras líneas aeropostales españolas vieron la luz a
partir del Decreto de 5 de julio de 1920, por el que se establecieron las
líneas Sevilla-Larache, Barcelona-Palma de Mallorca y Málaga-Melilla.
La
Compañía Española de Tráfico Aéreo (CETA) obtuvo la concesión de la explotación
de la línea Sevilla-Larache. En 1926, salió de nuevo a concurso la línea
Sevilla-Tetuán-Larache, que ganó Jorge Loring, como continuador de CETA,
iniciando sus vuelos el 1 de junio de 1927, unos meses después, el 15 de
noviembre, fue suprimida la escala de Tetuán.
La
línea Sevilla-Larache realizaba 300 vuelos anuales, casi uno al año. Dos
pilotos, Estequi y Vela, perdieron la vida en este trayecto. El primero chocó
contra un monte en Tetuán y el otro se hundió en el mar por falta de gasolina.
Fuente:
https://andaluciainformacion.es