8 de septiembre de 2021

EL HELICÓPTERO, ARMA LETAL EN VIETNAM

 



 

Por Adolfo Roldán Villén

 

Probablemente, cuando Juan de la Cierva creó el autogiro, no pensó que con su proyecto iba a resolver uno de los problemas que durante tantos años llevaban intentando solucionar otros inventores. El hombre siempre ha sentido deseos de volar. Leonardo da Vinci creó artefactos inspirados en el vuelo de los pájaros. Es el caso de un rudimentario ingenio formado por una superficie helicoidal con espiral continua, apto para efectuar el vuelo vertical y que puede ser considerado como el primer proyecto de helicóptero. Pero no fue hasta principios del siglo XX cuando, coincidiendo con la aparición del avión, hubo ensayos concretos. Los hermanos Wright, creadores del aeroplano con motor, dedicaron su atención al helicóptero y en 1905 el ingeniero francés Louis Breguet consiguió por primera vez en la Historia elevar a un hombre del suelo con un helicóptero. Pero no fue una realidad práctica hasta 1940.

 

En el desarrollo del helicóptero podemos destacar tres fases. Una primera generación (1945-1955), la de su nacimiento e infancia, en la cual se crea la industria que lo produce. Al producto fabricado no se le puede exigir aún demasiado en cuanto a características y seguridad se refiere. En ella el predominio es americano; es el decenio en el que los helicópteros están equipados con motor de explosión y prácticamente todos los usuarios son militares.

 

Un salto vertiginoso

 

Una segunda generación (1955-1970) corresponde al periodo donde las características y la fiabilidad del helicóptero dan un salto vertiginoso: se utilizan turbinas para su propulsión. La tercera generación (a partir de 1970) es el periodo en el que los constructores, al ser los productos suficientemente seguros, crean tecnología específica para este tipo de aeronaves. Más que de aumentar los rendimientos, se preocupan de la simplificación de los helicópteros, la reducción de costes de producción y la extensión de sus capacidades operativas (mayor confort, vuelos sin visibilidad...)

 

Al poco tiempo de aparecer los primeros modelos prácticos de helicópteros, pasaban de ser simple curiosidad a ser vehículos indispensables. Esta máquina voladora empezó a ocupar un lugar muy importante dentro del mundo de la aviación tanto civil como militar. Por sus características y posibilidades, ocupa un espacio bien definido en la aeronáutica contemporánea. Recordemos cómo el primer rescate en el mar a través de un helicóptero se realizó en noviembre de 1945 frente al estrecho de Long Island (Nueva York) y que el primer salvamento desde la azotea de un edificio en llamas tuvo lugar en 1958, al quedar atrapados dos obreros cuando se construía la torre del Aeropuerto de Bruselas.

 

El ala giratoria

 

El ala giratoria debutó como instrumento militar en las postrimerías de la II Guerra Mundial, donde, en servicios auxiliares, desempeñó un papel de poca importancia: transporte de enfermos y heridos, colaboración en la lucha antisubmarina y otras funciones. Es lógico que así fuera, porque el desarrollo de este ingenio llegó demasiado tarde para intervenir de forma más eficaz.

 

Finalizada dicha contienda, los estrategas militares se preguntan cuál puede ser el rol que podría jugar el helicóptero en una futura batalla. Los norteamericanos deciden organizar escuadrones de helicópteros para dedicarlos a tareas de salvamento y enlace y a desembarcos de tropas helitransportadas. Al estallar las hostilidades en Corea, estos aparatos fueron utilizados al principio para reconocer el terreno, pero a las pocas semanas fueron requeridos para efectuar otra tarea más urgente: la evacuación de heridos hacia los hospitales de campaña. En este conflicto se utilizó el helicóptero muy intensamente, operando en la retaguardia y realizando bajo el fuego enemigo misiones diversas entre las que podemos citar las de enlace, vuelos de apoyo al mando, tendido de líneas telegráficas, localización de la artillería enemiga, operaciones de salvamento, etc.

 

En sus comienzos se temió que el helicóptero fuera muy vulnerable a los ataques terrestres y aéreos del enemigo, pero la experiencia demostró que no era así, pues quedaba protegido por el terreno montañoso contra el tiro de morteros y de la artillería enemiga. Durante los tres años que duró la guerra se evacuaron con helicópteros 30.000 heridos del campo de batalla, reduciéndose considerablemente la tasa de mortalidad de los combatientes.

 

EEUU y el Vietcong

 

En el conflicto entre los norteamericanos y el Vietcong en Vietnam durante los diez años que duró, el helicóptero se reveló como un arma nueva insustituible para hacer frente y bloquear repentinamente las iniciativas de los guerrilleros en la jungla y para dar golpes de mano en zonas inalcanzables por medios terrestres. La adopción del concepto de movilidad aérea del ejército fue decisiva en este conflicto. Además de la evacuación médica, los helicópteros rescataban regularmente a pilotos de aviones derribados, transportaban aviones dañados a las bases para su reparación, suplementaban a los transportes blindados y los helicópteros armados daban apoyo a las tropas en los combates.

 

Esta máquina voladora ha participado, con un papel importante, en la Guerra de los Seis Días entre Egipto e Israel, así como en la Guerra del Golfo. También en los conflictos de Afganistán, primero, con la Unión Soviética y, posteriormente, con Estados Unidos. Ha participado en la mayoría de los destacamentos humanitarios organizados en países del mundo, donde siempre se ha mostrado imprescindible, tanto para evacuaciones, como para transporte logístico en los países donde las infraestructuras terrestres no eran, o no son, muy buenas.

 

El helicóptero, en el estado actual de las doctrinas y técnicas militares, es un instrumento indispensable para la movilidad. Este instrumento, además de cumplir cierto número de condiciones (mantenimiento fácil, operar sin infraestructura terrestre, etc.), deberá poder realizar misiones de apoyo, de reconocimiento y vigilancia, de ataque y de transporte. La defensa contra submarinos en las fuerzas navales será una de las principales misiones de estos medios. Asimismo, en el ataque de costas para el desembarco de tropas, en el dragado de minas y en el salvamento en el mar, especialmente en la recuperación de tripulaciones siniestradas en los portaviones, el helicóptero es un medio que da inmejorables resultados.

 

Teniendo en cuenta las misiones que desarrollan en otros ejércitos, al helicóptero «aire» no le queda más que el transporte logístico. En este aspecto es irreemplazable, sobre todo en la protección y defensa de bases al poder helitransportar equipos de seguridad, en el abastecimiento de puntos aislados. Además, participa en otras misiones de carácter general, como el transporte de personalidades, el salvamento terrestre y las evacuaciones sanitarias. También podemos destacar en el campo militar una de las más importantes misiones asignadas a este tipo de aeronaves: el Salvamento de Combate (CSAR). Este salvamento consiste en recuperar, rescatar y proporcionar ayuda a las tripulaciones de aviones propios o aliados derribados en territorio no amigo.

 

Misiones de seguridad

 

Por último, no quisiera finalizar sin mencionar las misiones que los helicópteros realizan en las fuerzas de seguridad: acciones de policía, de vigilancia de fronteras y de costas, de tráfico de drogas, operaciones de seguridad ciudadana y de orden público y tantas otras a favor de la sociedad. Respecto a la utilidad del helicóptero en el campo civil, nunca podremos elogiar suficientemente los servicios prestados por este sector aeronáutico. Las misiones de aeroambulancias, de vigilancia y control de las carreteras, de extinción de incendios, de transporte de ejecutivos, de vuelos turísticos, de fumigación de grandes extensiones de tierras, donde al avión le es difícil acceder, y tantas otras que sería prolijo sólo enumerarlas.

 

Por estas acciones, en épocas pasadas, a los helicópteros se les llamaba “ángeles de la guarda” y todavía hoy lo son por su participación en misiones humanitarias salvando vidas tanto en tiempo de paz como en conflictos. En velocidad y radio de acción, el helicóptero está muy a la zaga de sus hermanos de ala fija. Pero el vuelo vertical le da a esta máquina una cualidad única y, con ello, un poder singular. El vuelo vertical, además, satisface el antiguo anhelo del hombre de “volar como los pájaros”.

 

Fuente: https://www.abc.es