8 de junio de 2020

EL PODERÍO AÉREO EN LA GUERRA MODERNA



Por Coronel Merrick E. Krause (*)

Los líderes estadounidenses y los gobiernos democráticos occidentales, en general, indiscutiblemente han usado el poderío aéreo como el medio “al cual acudir” para emplear el instrumento militar de poder nacional. La mayoría de las acciones militares desde 1991 han comenzado con, o consistían en su totalidad de, campañas de poderío aéreo —al menos en el lado de los aliados.

Contando con un ciclo de noticias de 24 horas y una cultura hambrienta de atrocidades alimentando las desgracias de la multimedia a un público ansioso, uno tiene que preguntarse si el poderío aéreo estadounidense aún es eficaz.

En este artículo se afirma que podemos utilizar el poderío aéreo hábilmente en conflictos de riesgo contemporáneo y reacio a las bajas pero que primero debemos comprender la evolución amplia y la maduración de la teoría del poderío aéreo al igual que el estado del entorno estratégico en el cual operamos hoy en día. Estados Unidos necesita una inversión razonable adicional tanto en personas como en equipo. Para poder crear estrategias exitosas para el mañana, necesitamos incorporar las lecciones aprendidas de los conflictos controversiales de hoy.

En este artículo se examinan la historia del poderío aéreo y las teorías de poderío aéreo predominantes desde el punto de vista del entorno estratégico contemporáneo caracterizado por un ciclo de 24 horas de los medios de comunicación y una sensibilidad elevada con respecto a las bajas. En virtud de los conflictos recientes, en el artículo se intenta contestar la pregunta “¿Y qué?” con respecto a nuestra posible estrategia versus la de nuestro adversario. En él se introduce un mecanismo llamado el “umbral de la atrocidad” para asistir en analizar una situación de conflicto para el desarrollo de la estrategia futura. Por último, en el artículo se ofrecen recomendaciones para las estrategias de poderío aéreo futuras.

Un siglo de reflexiones de poderío aéreo

Desde la publicación del libro de Giulio Douhet The Command of the Air (El comando del aire) los defensores del mismo han luchado por sostener la estrategia detrás de la explotación del medio del vuelo para lograr los intereses nacionales, y un cuadro élite de guerreros-eruditos ha promovido nuevos usos del poderío aéreo para llevar a cabo los fines nacionales[1].

Durante la Primera Guerra Mundial, el poderío aéreo demostró que tenía gran potencial para la guerra en el aire que tan solo divisar artillería. Douhet y Billy Mitchell alegaron que el poderío aéreo podría evitar guerras de desgaste —aniquilarse mutuamente uno por uno. Ellos opinaban que la guerra aérea podría reducir las bajas y liberar a las naciones de las guerras de aniquilación. La voluntad del enemigo se convirtió en el nuevo blanco; con ese fin, atacar directamente a los civiles parecía ser el mecanismo preferido. Por supuesto, la tecnología fue un factor clave que llevó a los teóricos a considerar bombardear las ciudades —las nuevas aeronaves, más pesadas que el aire, representaban una tecnología vanguardista; la selección de blancos y el bombardeo eran inventos recientes y apenas precisos. Los primeros teóricos coqueteaban con el uso de la guerra química y el bombardeo de ciudades, principalmente para afectar el estado de ánimo y la voluntad. Además, sugerían que “el comando del aire”, lo que ahora llamamos dominio del aire, no era tan solo posible sino necesario para disfrutar del éxito en los campos de batalla futuros[2].

Durante el periodo entre las dos guerras mundiales, la tecnología del poderío aéreo creció con discontinuidad. Las democracias occidentales experimentaron con estructuras organizacionales para controlar el poderío aéreo. Durante los últimos años entre las guerras, los grandes pensadores en Maxwell Field, Alabama, se basaron en las ideas de Mitchell, ideando un concepto nuevo y práctico de poderío aéreo: la teoría de la red industrial[3].

Si bien los debates entre los estudiantes y el cuerpo docente en la Escuela Táctica del Cuerpo Aéreo en Maxwell pueden ser tácticos en naturaleza, sus bases estratégicas difieren significativamente de la preocupación del Ejército de EUA con las pequeñas guerras[4].

La teoría de la red industrial fue un componente clave que hizo que los defensores del poderío aéreo en los años entre las guerras fuesen mucho más diferentes que sus homólogos del Ejército. El concepto de atacar la capacidad del enemigo para luchar fue más allá de la observación de cerca o el apoyo directo de las tropas terrestres. Esta idea verdaderamente nueva apoyaba usar la aviación para atacar los puntos críticos muy adentro del territorio del enemigo y por ende colapsar su resistencia. Esta teoría reemplazó atacar la voluntad de un adversario al apoyar una parálisis sistémica mediante la remoción pragmática de su capacidad para luchar.

El poderío aéreo estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial sirvió muchas funciones prácticas, inclusive la interdicción de las líneas de abasto y el apoyo aéreo a las fuerzas terrestres Aliadas al igual que superioridad aérea, escolta, inteligencia, reabastecimiento y entrega de tropas y abastos. Los métodos adoptados por las flotas de bombarderos británicos y estadounidenses en el teatro europeo demostraron la diferencia entre atacar el estado de ánimo de la población del enemigo y diezmar su capacidad para librar la guerra. Por una parte, los británicos escogieron el bombardeo de saturación nocturno, incendiando ciudades Nazis y los blancos militares urbanos en un intento de deteriorar la voluntad de los alemanes e influenciar su capacidad para luchar —aunque la precisión de sus técnicas de bombardeo hizo de la contrafuerza una racionalización. Los estadounidenses, por otra parte, optaron por el bombardeo de precisión diurno, aunque en ese entonces era una capacidad naciente y esos vuelos sobre fábricas e industrias Nazis sumamente vigiladas constituían una amenaza mucho mayor para las tripulaciones que el método nocturno de los británicos. El visor de bombardero Norden, los B-17 y los B-25 hicieron posible el bombardeo estratégico según la teoría de la red industrial. La precisión fue verdaderamente un término relativo en ese momento, e inclusive el método diurno estadounidense incluía castigar a las comunidades que rodeaban los sitios seleccionados como blancos.

El Cuerpo Aéreo experimentó con tácticas y tecnología en ambos teatros. En Europa el Cuerpo Aéreo aprendió que los tanques aerolanzables y la escolta de bombarderos por aviones caza de largo alcance durante la misión del bombardeo disminuyó las bajas de los cazas alemanes.

En el Este, después del ataque de Jimmy Dolittle en Japón, el Cuerpo Aéreo del Ejército intensificó el lanzamiento de bombas incendiarias en las ciudades japonesas. La campaña culminó con el lanzamiento de las bombas atómicas Little Boy y Fat Man, armas horribles que lograron que la invasión no fuese necesaria al destruir la voluntad japonesa y darle fin a la Segunda Guerra Mundial.

Aunque Hiroshima y Nagasaki incluyeron blancos militares-industriales, el mensaje que se les envió y los japoneses recibieron fue que los Estados Unidos podía aniquilarlos completamente.

El B-29 y las primeras bombas atómicas verificaron la anticipación profética de Mitchell de una guerra total y el uso del poderío aéreo para terminar con la misma.

El impacto del poderío aéreo durante la Segunda Guerra Mundial junto con el surgimiento de la amenaza soviética les dio peso a aquellos líderes que promovieron una Fuerza Aérea independiente a tiempo completo. De hecho, en 1947 la Fuerza Aérea logró su independencia. El nuevo servicio enfrentó su primera prueba sustancial durante la Guerra de Corea —la última vez que las fuerzas estadounidenses lucharon sin superioridad aérea, que libró a las fuerzas aliadas de atacar desde el aire controlando el espacio aéreo encima de ellas. La tecnología de los aviones a reacción y los sistemas de lanzamiento mejoraron la eficacia del poderío aéreo. En Corea, y más tarde en Vietnam, el poderío aéreo —aparte de la fuerza de bombarderos estratégicos— sustancialmente siguió la doctrina del Ejército: ofrecer interdicción y apoyo aéreo directamente en el campo de batalla a las fuerzas terrestres. A medida que la Guerra Fría se asentó, el bombardeo estratégico mutó al empleo de armas nucleares con los bombarderos en alerta y, más tarde, misiles para transportar esas bombas.

La Guerra de Corea vio nueva tecnología, inclusive el combate en aviones de reacción y una tasa de destrucción estadounidense sumamente elevada. Las batallas presupuestarias entre los jefes de los servicios se acaloraron durante este periodo, la Fuerza Aérea y su flota de bombarderos atómicos compitiendo con el Ejército y la Armada por dólares limitados. Los historiadores observaron que “aunque la aprobación del Presidente Truman fue solamente “provisional”, el Secretario de Defensa había decretado que un servicio —la Fuerza Aérea — debería recibir más de un tercio de los futuros presupuestos de defensa”[5].

A partir de 1956, el Comando Estratégico de la Fuerza Aérea mantuvo en alerta a aproximadamente un tercio de fuerza de bombarderos estratégicos, preparado para responder si la Unión Soviética lanzaba un “primer ataque”[6].

La Fuerza Aérea perfeccionó su tecnología de reaprovisionamiento de combustible en vuelo, extendiendo el alcance de los bombarderos y convirtiéndolos en disuasores nucleares formidables en la Guerra Fría global.

Durante la Guerra de Vietnam, aunque el uso principal diario del poderío aéreo se asemejaba a su empleo en Corea y durante la Segunda Guerra Mundial, la línea entre las fuerzas aéreas estratégicas y tácticas comenzó a borrarse. La edición de septiembre de 1970 del Manual de la Fuerza Aérea 11-1, United States Air Force Glossary of Standardized Terms (Glosario de términos estandarizados de la Fuerza Aérea de Estados Unidos), canalizó la Escuela Táctica del Cuerpo Aéreo entre las guerras en su definición de guerra aérea estratégica:

El combate aéreo y las operaciones de apoyo, concebidas para surtir efecto, mediante la aplicación sistemática de la fuerza a una serie de blancos importantes seleccionados, la destrucción progresiva y la desintegración de la capacidad del enemigo de librar la guerra a un punto en el que ya no puede retener ni la capacidad ni la voluntad para hacer la guerra[7].

Para fines de la Guerra Fría, la batalla aeroterrestre dominaba la estrategia del poderío aéreo. Esencialmente, el concepto sugería que el poderío aéreo suplementaba la lucha del Ejército contra los soviéticos en la Brecha de Fulda[8].

Según el Manual de Campaña 100-5 del Ejército de EUA, Operaciones, 1986, La intención del diseño es para que una fuerza numéricamente inferior pueda usar su visión superior del campo de batalla. . . . para dirigir una iniciativa de interdicción masiva. . . . Esos ataques complementarían la intención del comandante de la zona principal de la batalla de usar su poderío de fuego más concentrado y sincronizado en el lugar y el momento más crítico contra el enemigo limitando la ventaja cualitativa que ese enemigo disfrutaría[9].

Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, la Guerra Fría se desvaneció de la conciencia colectiva de los Estados Unidos y algunos miembros del Congreso opinaban que un “dividendo de paz” justificaba reducir las fuerzas armadas estadounidenses. Los Comandos Estratégico y Táctico de la Fuerza Aérea se unieron para formar el Comando de Combate de la Fuerza Aérea, aunque comprendieron lo que esa acción presagiaba. El primer plan estratégico de la Fuerza Aérea para un conflicto después de la Guerra Fría fue un resultado de los tiempos: evitar bajas, alimentar un ciclo de noticias de 24 horas y utilizar la coacción para lograr las metas nacionales.

Sin embargo, en este caso, el instrumento de poder nacional principal era el poderío aéreo conjunto apoyado por una fuerza de superficie combinada y conjunta grande. El plan reconocía la sinergia de la nueva tecnología, particularmente el armamento de precisión y la proyección de poderío aéreo de largo alcance, al igual que la capacidad de atacar blancos fugaces. Durante la Operación Tormenta en el Desierto, el poderío aéreo venció a la cuarta milicia más grande del mundo mediante una campaña de bombardeos de seis semanas de duración seguida por una campaña terrestre de limpieza de 100 horas de duración con una tasa de bajas asombrosamente baja entre los miembros de la coalición.

El poderío aéreo reconsideró las funciones familiares empleadas durante Tormenta del Desierto, pero se apartó de la dependencia del pasado de apoyar una fuerza terrestre. El bombardeo de algunos blancos estratégicos y en el campo de batalla durante la Operación Instant Thunder, la “búsqueda de Scuds” impulsada por motivos políticos y una interdicción aérea en el campo de batalla tremendamente eficaz conocida como “tank plinking” (ataques antitanques) establecieron las condiciones para una derrota rápida de la milicia iraquí. Además, culminaron en una exitosa ocupación aérea de Iraq de 12 años de duración —silenciosa en su mayor parte— que refrenó las aspiraciones agresivas de Saddam Hussein hasta la derrota de su régimen durante la Operación Libertad para Irak en el 2003[10]. Tormenta del Desierto demostró tecnología y razonamiento nuevo acerca del uso del poderío aéreo en la batalla en la que las fuerzas terrestres apoyaron las fuerzas aéreas en lugar de viceversa.

Entre la primera y la segunda guerra del Golfo, Estados Unidos empleó el poderío aéreo para ocupar territorio en cumplimiento de las sanciones de las Naciones Unidas contra Iraq. Cuando ocurrió una provocación, la Coalición —estadounidenses y británicos en su mayoría— respondieron con una demostración de fuerza simbólica o un contragolpe —a veces a través de misiles Crucero, otras mediante aeronaves de ala fija. En 1999, en respuesta a provocaciones iraquíes tales como lanzar artillería antiaérea contra los guerreros de la Coalición, la Operación Northern Watch de la Fuerza de Tarea Conjunta, al mando del entonces General de Brigada Dave Deptula, cambió la estrategia.

En lugar de contragolpes ojo por ojo limitados a los sitios de la ofensiva, sus planificadores diseñaron ataques aéreos contra cualquier elemento del sistema de defensa aérea iraquí cuando Iraq amenazó con cualquier acción hostil —no solamente la posición militar iraquí de ofensiva. Este procedimiento disminuyó las provocaciones de ojo por ojo aumentado la incertidumbre del enemigo. La Operación Southern Watch bajo el General Hal Hornburg adoptó una doctrina similar ejecutando una ocupación aérea con ataques de precisión y por ende aumentado el coste de la testarudez iraquí.

Los líderes adversarios de Northern y Southern Watch, en particular Slobodan Milošević, el presidente serbio que ocasionó una destrucción considerable y permitió atrocidades en masa nunca antes vistas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Simultáneamente con la ocupación aérea de Iraq en la década de los años 90, Milošević se convirtió en actor europeo clave responsable de las muertes esparcidas y distanciamiento al igual que la reacción y la intervención de poderío aéreo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En 1995, aliados de la OTAN respondieron a la provocación con la Operación Fuerza Deliberada[11].

Milošević y hombres poderosos locales bosnio-serbios utilizaron a los civiles como escudos humanos para proteger los blancos militares, una táctica que hasta cierto punto paralizó a los aliados. La situación final en Bosnia fue un cambio dramático en la población que separó al pueblo étnico que había vivido junto con conflictos mínimos para el gobierno de Josip Broz Tito cuando la zona se conocía como Yugoslavia. Tal como observara un investigador de Fuerza Deliberada, “La lección de ese conflicto es que. . . el éxito estratégico en las operaciones de cumplimiento de paz depende de la imposición de las restricciones humanitarias sobre las operaciones militares”[12].

En 1999, los Balcanes se prendieron nuevamente y la OTAN respondió con la Operación Fuerza Aliada, que comprobó que el poderío aéreo por sí solo podía ganar un conflicto internacional importante —haciéndolo decisivamente después de una campaña aérea a lo largo de Serbia y Kosovo. Aunque Tormenta del Desierto había demostrado la capacidad del poderío aéreo de aplastar a la milicia del enemigo y su capacidad para luchar, Fuerza Aliada debilitó la voluntad de poder continuar del presidente serbio Milošević[13].

Una operación aérea combinada similar a Tormenta del Desierto, aunque menos intensa, Fuerza Aliada tuvo menos misiones de ataque y empleó más furtividad y precisión en una campaña coercitiva para obligar a que Milošević se retirara de Kosovo. Lamentablemente, esta coacción ocurrió después de que la campaña de limpieza étnica serbia afectara significativamente a la población kosovar. Aún con el estreno exitoso del bombardero B-2, emplear poderío aéreo para coaccionar un adversario recalcitrante resultó un arte impreciso.

Durante este segundo periodo entre guerras de zonas de no vuelo en Iraq y la guerra aérea sobre los Balcanes, la teoría de poderío aéreo —ayudada por mejoras tecnológicas— dio un salto hacia adelante.

En su trascendental monografía, Effects-Based Operations: Change in the Nature of Warfare (Operaciones basadas en efectos: Cambio en la naturaleza de la guerra), Deptula sugirió que la precisión y la velocidad crean su propia masa. Ahora el poderío aéreo podía “controlar” a un adversario en lugar de tan solo destruir fuerzas en campaña o apoyar un ejército:

La primera noche de la campaña aérea de la Guerra del Golfo demostró que la conducción de la guerra había cambiado. Ciento cincuenta y dos blancos —más las fuerzas regulares del Ejército Iraquí y sitios de SAM (misiles de superficie a aire) —constituyeron el plan de ataque maestro para el inicio del periodo de 24 horas de la guerra aérea del Golfo. La Guerra del Golfo comenzó con más blancos en el plan de ataque de un día que la cantidad total de blancos atacados por toda la Octava Fuerza Aérea en 1942 y 1943 — más ataques aéreos separados a blancos en 24 horas que nunca antes en la historia de las guerras[14].

Deptula promovió el cambio más significativo en la conducción de la guerra aérea desde Billy Mitchell. Al igual que se habían opuesto a Mitchell, los tradicionalistas de la fuerza de superficie lucharon contra las nuevas ideas de Deptula. Sus operaciones basadas en efectos condujo a una selección de blancos en los que el tiempo era crucial —una forma de “persuasión” metódica y deliberada: “Mucho más allá de la actividad de destruir una fuerza opositora radica el motivo principal de la guerra— forzar un resultado político positivo”[15]. De hecho, la estrategia de Deptula influenció las campañas aéreas exitosas en las Operaciones Fuerza Aliada, Libertad para Irak y Paz Duradera. Hoy las células conjuntas de selección de blancos reflejan la teoría del poderío aéreo de Deptula y la naturaleza cambiante de la guerra.

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el poderío aéreo nuevamente fue el instrumento de opción nacional durante Libertad Duradera en Afganistán. Esa operación se basó en la importancia cada vez mayor que la Fuerza Aérea de EUA disfrutó después del esfuerzo. La operación en Afganistán buscó “derrotar al gobierno Talibán que era un refugio para al Qaeda y su líder, Osama bin Laden, y en el proceso, con suerte, eliminar al Qaeda en sí”[16].

Sobre Afganistán, el poderío aéreo resultó ser decisivo en combinación con los controladores en tierra. Esta guerra presenció la yuxtaposición improbable de controladores de combate de la Fuerza Aérea, incorporados en equipos terrestres de las fuerzas especiales del Ejército, montados a caballo y utilizando sistemas de posicionamiento global manuales y radios para solicitar ataques aéreos[17]

La destrucción de blancos críticos en materia de tiempo resultó ser devastadora para el Talibán, demostrando una vez más la confianza de EUA de llevar a cabo operaciones mientras tenía la certeza del dominio arrollador del aire.

En el 2003, la administración de George W. Bush abrió otro frente en la guerra global contra el terrorismo. Libertad para Iraq fue una aplicación relativamente convencional de poderío aéreo que apoyaba una maniobra de batalla de superficie. Sin embargo, cuando el Ejército se detuvo a causa de una severa tormenta de arena de tres días de duración, las aeronaves continuaron atacando día y noche blancos estratégicos y tácticos. El 25 de marzo, el Servicio Público de Difusión reportó que “a los cinco días de la invasión, el avance estadounidense en Bagdad se detiene. En Washington generales retirados han estado apareciendo en televisión comentando que la guerra no va tan bien como debe porque no hay suficientes fuerzas de combate en tierra[18]”.

Cuando el tiempo mejoró, la 173ª Brigada Aerotransportada del Ejército de EUA aterrizó al norte de Iraq para trabajar con las fuerzas kurdas, “solicitando ataques aéreos cuando las fuerzas iraquíes intentaron avanzar”[19]. Cuando las fuerzas norteamericanas entraron en Bagdad el 5 de abril de 2003, se “tropezaron con el tráfico matutino y muchos defensores iraquíes…vestidos en ropa civil”[20].

En particular, cuando se le preguntó acerca de las bajas de civiles durante la guerra, el historiador militar Frederick Kagan respondió que cuando uno habla de bajas de civiles en la guerra, es importante comprender que siempre habrá bajas de civiles en la guerra.

La milicia estadounidense hizo grandes esfuerzos por evitar bajas civiles en una campaña en la que cantidades increíbles de explosivos fueron lanzados a lo largo del todo un país, inclusive en zonas sumamente pobladas. En general, el éxito de Estados Unidos en evitar grandes cifras de bajas de civiles fue asombroso.

El problema es que vivimos en un mundo en que el índice de éxito esperado es de 100 por ciento. Contamos desde cero cuántas bajas hay de civiles y cada una es inaceptable. En la guerra, la realidad no funciona de esa manera[21].

A medida que las fuerzas estadounidenses fueron redesplegadas de Iraq y como parte de la desastrosa serie de la Primavera Árabe de los populistas árabes y a menudo las revoluciones fundamentalistas que ocurrieron en el 2011, la OTAN intervino en la guerra civil de Libia, empleando tan solo poder aéreo para proteger y apoyar en tierra a las fuerzas de oposición locales.

La intervención, la parte norteamericana de la misma conocida como Operación Odyssey Dawn, fue un éxito “en varios aspectos importantes”. Específicamente, ayudó a derrotar al régimen de Mu‘ammar Gadhafi sin necesidad del “despliegue de las fuerzas terrestres (aliadas), con niveles muy bajos de daños colaterales y ningunas bajas para la OTAN. El efecto del desgaste cumulativo del poderío aéreo de precisión permitió la victoria de los rebeldes en tierra”[22].

Aunque la campaña libia tuvo éxito en quitar a Gadhafi, ni la OTAN ni Estados Unidos promovieron eficazmente un gobierno de seguimiento que fuese factible. En el 2104, la guerra civil siria condujo a la creación del autoproclamado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), que se apoderó de franjas amplias de Siria e Iraq en un reino de terror nunca antes visto desde el genocidio en Ruanda o las atrocidades de Pol Pot y Hitler. Las condiciones inestables y la ausencia de un gobierno central fuerte le permitieron a ISIS establecer una franquicia en Libia[23].

Además, Boko Haram en Nigeria ahora se ha alineado con ISIS[24]. Mientras, al-Qaeda, al menos en parte, se ha unido con el Estado Islámico. En Yemen, al-Qaeda se apoderó del gobierno amigo. Irán está apoyando activamente a los grupos paramilitares chiitas además de Hezbollah y Hamas, organizaciones terroristas mundiales, a la vez que simultáneamente busca armas nucleares. Uno podría destacar que los Estados Unidos ganó sus batallas recientes de la pos Guerra Fría pero aún no ha logrado ganar la paz. La mesa continúa cambiando en terreno inestable.

La influencia del daño colateral y la percepción del riesgo en la estrategia En una democracia como la nuestra, la capacidad de luchar depende de la voluntad tanto del pueblo como de los líderes civiles. Fuerza Deliberada, Bosnia en 1995 y Paz Duradera, al igual que las operaciones israelíes en Gaza en el 2009 y el 2014, demostraron claramente que, en momentos determinados, la voluntad nacional puede equilibrarse en los daños colaterales —principalmente cuando se emplea el poder aéreo como la aplicación de riesgo más bajo del instrumento militar. Los enemigos han utilizado abiertamente a los civiles como escudos humanos, inclusive familias y niños, en un intento de afectar directamente la voluntad de la población y los líderes democráticos, disuadiéndolos de actuar. Gaza en el 2104 fue diferente a Bosnia en 1995 en términos de riesgo existencial. Estados Unidos no estaba fundamentalmente en riesgo durante Fuerza Deliberada, por lo tanto, los escudos humanos fueron un freno eficaz. En Gaza, utilizar escudos humanos, colocar cohetes en las escuelas de las Naciones Unidas y lanzar cohetes desde zonas residenciales sumamente pobladas no cohibió a los israelíes porque al colocar en riesgo a toda la población de Israel de más de 3.000 cohetes lanzados a los centros de la población, Hamas solo logró que el pueblo israelí estuviese más determinado en actuar[25].

Gaza ofrece un buen ejemplo del uso de la fuerza aérea o el poderío aéreo de un hombre moderno pobre. Los países tercermundistas o los grupos terroristas pueden emplear cohetes o misiles no guiados y quizás vehículos aéreos no tripulados económicos porque las aeronaves de combate o bombardero son demasiado complejas y costosas de operar. Con estas armas de terror imprecisas, ellos producen efectos similares a los de plataformas aerotransportadas tripuladas a una fracción del coste.

Cuando Tormenta del Desierto comenzó en 1991, el sistema de defensa aérea iraquí era formidable y sus misiles de superficie a aire y los Scuds proporcionaron el tipo de poderío aéreo guiado deficientemente y barato que los Estados Unidos está renuente a usar por temor a infligir daño colateral. El sistema de defensa de misiles Patriot estadounidense y el israelí Iron Dome, al igual que varios sistemas de misiles antibalísticos estratégicos financiados por la Agencia de Defensa contra Misiles, son medios estrictamente defensivos para contrarrestar amenazas similares.

Las democracias occidentales se rehúsan a usar misiles balísticos no guiados como poder aéreo de ofensiva al igual que hizo Alemania durante la Segunda Guerra Mundial e Iraq, Hamas y Hezbollah, armados por Irán, más recientemente.

El fenómeno del “umbral de la atrocidad”

Un mecanismo importante, referido aquí como el umbral de la atrocidad, afecta la conceptualización, planificación y conducción de las operaciones militares posmodernas. La voluntad del pueblo y de los líderes electos es influenciada por la cantidad y tipo de bajas, dependiendo de ciertos factores, inclusive si las bajas son o no civiles, niños o adultos, mujeres u hombres y si son documentados por los medios de comunicación. El lugar del conflicto y su relación con los intereses nacionales estadounidenses también son factores.

Enfrentados con una amenaza recalcitrante a los intereses nacionales, los líderes democráticos —con acuerdo tácito por parte de la población democrática— primero intentará utilizar el instrumento de poder nacional diplomático y luego el económico. Si esos no logran los resultados deseados —como sucedió con Hitler en los años treinta, los regímenes comunistas en Corea y Vietnam en los años cincuenta y los años sesenta a los setenta, respectivamente, Saddam en 1991 y el 2003, Milošević en 1999, el Talibán en el 2001, Libia en el 2011, y el Estado Islámico en el 2014— Estados Unidos puede recurrir al instrumento militar.

Típicamente, el primer paso es formar una coalición —a menudo el único paso— aunque puede ocurrir simultáneamente con el uso de sanciones diplomáticas y económicas. Con cierto grado de apoyo multinacional, nuestro siguiente paso es emplear poder aéreo, que puede ser basado en tierra o el mar. No obstante, para poder llevar a cabo operaciones repentinas por más de tres días, los Estados Unidos requiere una Fuerza Aérea a tiempo completo con poderío aéreo basado en tierra. Con o sin el despliegue de fuerzas terrestres, entramos en una fase de ablandamiento, que puede ser decisiva en derrotar el gobierno de un adversario, como en Serbia, Afganistán y Libia, o un preludio a una fase terrestre para estabilidad o transición a las operaciones de paz, como en Afganistán o Iraq.

Sin embargo, nuestro cálculo moderno tropieza, ya que tendemos a utilizar la misma fórmula repetidamente sin tomar en cuenta conscientemente el mecanismo en juego. Específicamente, cuando la cantidad y tipo de atrocidades alcanzan cierto nivel, la opinión popular puede obligar a los líderes elegidos democráticamente a tomar o descontinuar la acción militar. Durante la guerra civil en Libia, Estados Unidos y algunos socios europeos emplearon el poderío aéreo casi exclusivamente para inclinar el balance hacia el lado que deseaba eliminar a Gadhafi[26]

Las bajas ocurrieron principalmente en un país cerrado, y unos cuantos medios de comunicación estaban en tierra para cumplir con el ciclo de noticias de 24 horas. Pocas bajas occidentales, interés bajo y el uso de poderío aéreo solamente hizo que hubiesen medios de comunicación limitados, ningunas tropas en tierra, pocas atrocidades e interés democrático bajo por parte de la población.

En cambio, dos años de guerra civil en Siria, documentación de los medios de comunicación, pruebas contundentes del uso de armas químicas contra civiles, cientos de miles de civiles muertos y millones de personas desplazadas combinado con el agotamiento de la guerra y los problemas económicos internos para invocar escándalo —aunque resultó ser insuficiente para obligar a los Estados Unidos a comprometerse con fuerzas.

En Gaza, cuando los israelíes enfrentaron miles de cohetes lloviendo sobre sus ciudades, rápidamente pasaron de la coacción del poderío aéreo a la fuerza bruta de compeler fuerzas terrestres. Cabe destacar que las bajas en combate en Gaza fueron menos de 1 en 100 (aproximadamente 2000 muertos, según informes controversiales de fuentes palestinas)[27]. Las bajas en la guerra civil siria llegaron a más de 200,000 muertos (según informes de terceros)[28]. Sin embargo, durante la campaña en Gaza, los medios de comunicación se enfocaron desproporcionadamente en Israel.

La amenaza de los cohetes y los terroristas en túneles indiscriminadamente atacando a civiles israelíes influenció el umbral de atrocidad de Israel, evocativo de las fases iniciales de Paz Duradera cuando el Presidente Bush disfrutaba del apoyo popular por su campaña exitosa centrada en el poderío aéreo en Afganistán[29]. Las consideraciones humanitarias continuaron siendo importantes durante Paz Duradera. No obstante, más tarde, a medida que la operación se prolongaba, informes de bajas civiles ocasionadas por ataques aéreos en Afganistán le dio forma lentamente a la reducción en el uso de poderío aéreo por parte de la coalición a pesar del hecho que los daños colaterales fueron mínimos en comparación con los de campañas históricas[30].

Hoy enfrentamos la ocupación encabezada por terroristas, obligada por el terror de una franja significativa del Arco Fértil. Más despiadados que los miembros de Hamas, estos terroristas musulmanes suní se esparcieron desde Siria hacia Iraq. ISIS ha torturado y matado repetidamente a prisioneros militares sirios y peshmergan y ha asesinado y decapitado brutalmente a periodistas occidentales, trabajadores sociales y otros, subiendo en línea vídeos de los asesinatos producidos profesionalmente. Después de varios informes de atrocidades en masa por los terroristas islámicos, los Estados Unidos se comprometió a llevar a cabo una campaña aérea a pequeña escala —Operación Inherent Resolve— con el propósito principal de degradar o destruir al Estado Islámico[31]. Después de medio año de lanzar municiones sobre blancos ISIS, el régimen cumulativo de misiones es menos que las misiones que se volaron la primera semana durante Tormenta del Desierto[32].

Aunque puede que nuestra acción contra ISIS crezca, en el grueso de un año ha habido poca voluntad del público a comprometerse militarmente más allá del poderío aéreo y una fuerza de apoyo terrestre bastante limitada. Esta actitud no cambiará a menos que la participación sea o de bajo riesgo o que la administración haga valer que está en los mejores intereses de los Estados Unidos combatir al estado terrorista en su propio territorio en lugar del nuestro. ¿Y qué? ¿Presenciará los Estados Unidos tácticas de futuros adversarios similares a las que los israelíes vieron en Gaza o las del Estado Islámico (¿o sea, escudos humanos, manipulación manifiesta de los medios de comunicación y el asesinato de civiles? Es seguro dar por sentado que lo presenciaremos.

Más de dos décadas de guerra en y alrededor del mundo musulmán nos han mostrado que no hay fronteras, ni valores morales ni patrones de conducta internacional que repriman a nuestros enemigos.

Manipular los medios de comunicación internacionales utilizando desvergonzadamente el umbral de la atrocidad es un método sencillo y fácil para influenciar el poder político occidental.

Los estrategas deben reconocerlo por lo que es: Que Estados Unidos es particularmente susceptible, especialmente cuando no enfrentamos un caso claro de ningún actor estatal que aparente ser una amenaza bien definida o existencial. ISIS ha demostrado una aptitud para la propaganda sumamente elaborada, la aptitud de desvergonzadamente asesinar personas en vídeo y una afinidad por atraer a los psicópatas más desquiciados del mundo a que se unan a sus filas por decenas de miles. Cuando los enemigos no respetan la vida humana de la manera que la respetamos en las democracias occidentales, podemos esperar desinformación, propaganda y el uso del espacio cibernético más deliberado y penetrante como armas de guerra. Por lo tanto, la sensibilidad del daño colateral socavará el uso del poderío aéreo y puede que coloque a los líderes en una postura donde el poderío aéreo esposado dramáticamente será insuficiente como para considerarse decisivo.

En Fuerza Aliada, vimos que Milošević aprendió contemplando una década de la ocupación aérea en Iraq. Él sabía que Saddam se arrinconó y sobrevivió y que su capacidad para librar la guerra fue afectada mínimamente por ataques aéreos estadounidenses. En un final, el poderío aéreo debilitó el control del poder de Milošević y ganó la partida, pero otros adversarios aprendieron que el atrincheramiento (tunneling) y esperar que los medios de comunicación detuvieran la marcha de las operaciones de los aliados debilitando la voluntad de los Estados Unidos y del mundo occidental son tácticas viables. En Afganistán, Iraq y Gaza los posibles adversarios muestran una cura de aprendizaje muy sagaz, empleando técnicas de propaganda al estilo Goebbels para alcanzar a millones —en las cuales los enemigos de los Estados Unidos pueden depender para seguir prejuicios bien establecidos— mediante una multitud de sitios de comunicación modernos.

Relatos o rumores de las operaciones aéreas sobre Afganistán matando a civiles —o, al menos, “supuestamente” civiles— condujeron a restricciones en cuanto el uso del poderío aéreo. La tendencia es claramente exigir más precisión con menos daños colaterales. Sin embargo, en Afganistán, en Gaza y hoy en Iraq y Siria, inclusive una buena inteligencia no puede garantizar la seguridad de los civiles cerca de armas o tropas enemigas. De hecho, distinguir civiles de enemigos combatientes puede resultar imposible —nuestros enemigos se visten como civiles a propósito, indistintamente de las leyes de guerra internacionales[33]. Su meta es desaparecer, mezclarse entre la población civil y despiadadamente utilizarlos como camuflaje o escudos humanos.

Por lo tanto, nuestros enemigos claramente emplean el umbral de la atrocidad contra nosotros.

Los terroristas no son los únicos adversarios que enfrentamos en la actualidad. En la crisis ucraniana-rusa, vemos el poderío aéreo de los pobres en manos de los rebeldes separatistas apoyados por los rusos. Abastecidos por su anfitrión con artillería y misiles antiaéreos, los rebeldes no tienen necesidad de aeronaves complejas. El derribo del vuelo 17 de las Aerolíneas Malasia, en el que fallecieron 298 personas, fue probablemente el resultado de un tipo de misil de superficie a aire SA-11 provisto por Rusia, quizás hasta piloteado por rusos[34]. El temor al conflicto con una Rusia recién ultranacionalista ha dejado a la Unión Europea y a los Estados Unidos prácticamente desprevenidos. Los rebeldes ucranianos han destruido varias aeronaves militares ucranianas, pero la destrucción del vuelo civil de Malasia finalmente se aproximó al umbral de atrocidad europeo —al menos al punto en que la Unión Europea estuvo dispuesta a apoyar las sanciones económicas contra Rusia iniciadas por los Estados Unidos. Sin embargo, al igual que la guerra civil Siria, la guerra ucraniana —inclusive después de la pérdida del vuelo 17— no ha sido lo suficientemente provocadora para que los Estados Unidos haga algo más que abastecer material de apoyo no relacionado con armas.

Recomendaciones para la planificación estratégica

Manteniendo en mente esta discusión de la historia, factores modernos tales como los medios de comunicación, sensibilidad a los daños colaterales, un ciclo de noticias de 24 horas, la fuerza aérea del hombre pobre y el umbral de atrocidad, tenemos que tomar en cuenta algunos elementos más cuidadosamente a medida que planificamos futuras estrategias para ganar la guerra.

Éstas deben incluir el estado final, efectos que se puedan lograr, tecnología, inteligencia operacional, precisión y comunicación.

Si tenemos la intención de emplear el instrumento militar de poder, debemos saber por qué y con cuáles fines. Si no definimos el futuro perfecto que esperamos crear, entonces solamente la suerte nos hará llegar allí. Según la Publicación Conjunta 5-0, Planificación de la operación conjunta, “La planificación conjunta está orientada hacia el estado final”[35]. Esa publicación también presenta un diagrama relativamente sencillo para la planificación operacional que comienza con “donde estamos” y termina “¿hacia dónde queremos ir?”[36] Si no podemos responder esas dos preguntas sencillas, entonces estamos destinados a fracasar en cualquier empleo de cualquier instrumento de poder, especialmente el más implacable —el instrumento militar.

Si sabemos que queremos ponerle fin a una crisis y lo hacemos con pérdidas mínimas de vida y una inversión mínima de tesoro nacional, entonces comprendemos que los líderes emigrarán a los medios del poderío aéreo. La historia del poderío aéreo moderno ha comprobado esta tendencia. Debemos seleccionar nuestros efectos deseados con cuidado. Debemos poder producirlos con las herramientas permitidas —principalmente no nucleares, recursos de poderío aéreo de precisión y quizás una pizca de fuerzas especiales u operaciones de coalición con fuerzas nativas. Si el poderío aéreo no es suficiente para crear efectos deseados, entonces otra herramienta podría ser una mejor opción.

La tecnología desempeña un papel clave, pero se está convirtiendo en una ventaja asimétrica estadounidense cada vez más estrecha. La tecnología de los Estados Unidos ofrece una ventaja significativa, sin embargo, algunas de las aeronaves utilizadas por nuestros aliados en la coalición contra el Estado Islámico son más nuevas que las plataformas regulares de nuestra Fuerza Aérea y de la Armada. Solamente alrededor de una quinta parte del presupuesto del Departamento de Defensa está destinado a la Fuerza Aérea de planta, bajando de un tercio, y alguna parte va a las fuerzas aéreas provincianas de los demás servicios. Este índice ha disminuido desde las segundas fases centradas en tierra en Iraq y Afganistán (ver la figura a continuación).


Figura. Realidades del presupuesto de la Fuerza Aérea. (Adaptada de Douglas Birkley, “Realidades del presupuesto de la Fuerza Aérea”, gráfica no publicada del Estado Mayor, 9 de septiembre de 2014.)

El financiamiento de la Fuerza Aérea está a un récord mínimo dentro del presupuesto del Departamento de Defensa

Menos dólares son insuficientes sosteniendo equipo envejecido, cubriendo costes de personal mayores y expansión de la misión en áreas como la cibernética e ISR (Inteligencia, vigilancia y reconocimiento).

La recapitalización está marginada en medio de estas dinámicas.

A medida que los líderes tienden primero a acudir al poderío aéreo, debemos cerciorarnos que no sigamos el modelo de producción de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes tenían buena tecnología, pero inclusive con trabajo esclavo, sencillamente no había suficiente del mismo para competir con un rival de su misma fuerza con una producción más alta. Si se nos obliga a luchar contra un enemigo como China o Corea del Norte, inclusive si un F-22 puede derribar ocho aeronaves en un día perfecto, cuando el enemigo lanza 1000 MiG de la era de Vietnam, algunos indudablemente llegan y dañan o matan a defensores abrumados. Necesitamos la mejor tecnología, pero también necesitamos masa —más que un puñado de balas de plata.

La inteligencia ha demostrado ser una capacidad operacional. El General Deptula y subsiguientes jefes de Estado Mayor para inteligencia, vigilancia y reconocimiento dieron grandes pasos para poner en práctica la inteligencia. Las armas más precisas en el mundo son marginalmente útiles sin buenas coordenadas. Los enlaces de datos y las herramientas de decisión automatizadas son componentes importantes de la persecución de blancos fugaces. A medida que pasamos a la Combat Cloud (Nube de combate) y a medida que los tiradores se convierten en sensores —una capacidad hacia la cual nos hemos estado dirigiendo desde que las aeronaves sirvieron como vehículos de recopilación de inteligencia en la Primera Guerra Mundial— la inteligencia contemporánea se ha convertido en parte integral de las operaciones en tiempo real[37].

Nunca eliminaremos el fragor de la batalla —si se invierte correctamente, podremos ver a través de ella más claramente y tenemos que estar preparados para compartir esa información tan rápido y preciso como sea posible.

Para los guerreros modernos, la precisión cuenta con una plétora de significados: precisión en el empleo del instrumento militar, en información, en tecnología, en planificación, en el momento oportuno, en comunicación, en mensajes, en ubicación, en furtividad, en selección de blancos, en el empleo de armamento, en efectos del armamento y en ejecución. Además, necesitamos precisión para ganar la paz después de la guerra. Debemos invertir en precisión en múltiples ámbitos y enfocar la información más precisa y útil para permitir la probabilidad de éxito más alta y minimizar el riesgo lo más práctico posible.

Eventos del tiempo de Douhet, Mitchell, y la Escuela Táctica del Cuerpo Aéreo hasta las Operaciones Paz Duradera y Libertad para Iraq han demostrado que una información abierta y clara o una campaña de medios de comunicación antes, durante y después del uso del poderío aéreo son importantes para el éxito. En Iraq, Afganistán y Gaza hemos visto a los adversarios utilizar los medios de comunicación para proliferar ejemplos de daño colateral, para lanzar una voz de alerta para los seguidores extremistas, o para engañar o atraer a los espectadores de los medios de comunicación.

Los líderes de la democracia occidental no pueden darse el lujo de manipular los medios de comunicación para difundir la propaganda. Para poder combatir la concienciación del adversario del apetito del público de propaganda espantosa, los líderes administrativos y militares inteligentes necesitan pensar más allá de tan solo comunicados de relaciones públicas. Debemos ejecutar con planificación, precisión y persistencia un plan de comunicaciones a la medida, abierto y honesto, emitido simultáneamente con nuestro uso del instrumento militar.

Conclusión

Un siglo después de Douhet y Mitchell, vemos el poderío aéreo como el medio principal del mundo Occidental para utilizar el instrumento de poder militar nacional con riesgo y coste relativamente bajo. Los enemigos que probablemente enfrentaremos más allá de la segunda década del nuevo milenio han probado ser tan malos como los villanos contra los que los Estados Unidos luchó en el siglo diecinueve —implacables e inmorales. Ellos han influenciado cómo utilizamos el poderío aéreo y cómo lo debemos usar en el futuro. Indistintamente de la cara del adversario, podemos esperar que atraiga las masas lascivas con el empleo de los medios de comunicación más bajos y barbáricos para anunciar y reclutar seguidores y recursos —que ellos indudablemente recibirán. La manipulación del umbral de atrocidad como una fuente o medida de la voluntad nacional es una realidad moderna que afecta cualquier estrategia que decidamos emplear.

No podemos detener la evolución de la teoría o estrategias para emplear el poderío aéreo. ¿Se puede adaptar el poderío aéreo a conflictos de baja intensidad o bajo interés que probablemente caracterizan las próximas décadas? De hecho, sí se puede. Aunque el poderío aéreo, con las mejores armas de precisión de hoy, es un medio tremendo para ejercer la voluntad nacional, no puede compensar por una estrategia nacional indecisa o inútil.

(*) USAF-Retirado (USAFA; MAS, Embry-Riddle Aeronautical University; MA, School of Advanced Airpower Studies; MA, National War College) es el subdirector general adjunto de recursos para la Agencia Auditora de Contratos del Departamento de Defensa. Anteriormente se desempeñó como director de análisis y estrategia para la protección de infraestructura en la sede del Departamento de Seguridad Nacional. En la Fuerza Aérea fue asistente especial a dos jefes de Estado Mayor y editor del Joint Force Quarterly en la Universidad de Defensa Nacional, Fort McNair, Washington, DC. El Coronel Krause fue el becado militar de más antigüedad en el Instituto Nacional para Estudios Estratégicos, estuvo al frente de la oficina Checkmate del Estado Mayor del equipo del Comando Central de Estados Unidos, y fue oficial de armamento para la Fuerza de Tarea Conjunta Sudoeste de Asia, Arabia Saudí, durante la Operación Southern Watch. Un veterano de las Operaciones Tormenta en el Desierto, Escudo en el Desierto y Desert Resolve, al igual que un egresado de la Escuela de Armamento de Combate de la USAF, se desempeñó en calidad de instructor, evaluador y piloto de prueba operacional del F-15E Strike Eagle.



[1] Giulio Douhet, The Command of the Air, editado y traducido por Dino Ferrari (1942; repr., Washington, DC: Office of Air Force History, 1983).
[2] Julius A. Rigole, “The Strategic Bombing Campaign against Germany during World War II” (La campaña de bombardeo estratégico contra Alemania durante la Segunda Guerra Mundial) (tésis de maestría, Louisiana State University, 2002), 6–7, 12.
[3] Consultar al Mayor Howard D. Belote, “Warden and the Air Corps Tactical School: What Goes Around Comes Around” (Warden y la Escuela Táctica del Cuerpo Aéreo: Todo aquello que se da más tarde se recibe), Airpower Journal 13, núm. 3 (Otoño 1999): 39–47, http://www.airpower.maxwell.af.mil/airchronicles/apj/apj99/fal99/belote.pdf.
[4] Robert A. Pape, Bombing to Win: Air Power and Coercion in War (Bombardear para ganar: El poder aéreo y la coacción en la guerra) (Ithaca, NY: Cornell University Press, 1996), 62–64.
[5] Walton S. Moody, Building a Strategic Air Force (Formando una Fuerza Aérea estratégica) (Washington, DC: Air Force History and Museums Program, 1995), 391, http://www.afhso.af.mil/shared/media/afhistory/building_a_strategic_af.pdf.
[6] “Weapons of Mass Destruction (WMD): Bomber Alert Facilities” (Armas de destrucción en masa (WMD): Instalaciones de alerta de bombarderos), GlobalSecurity.org, consultado el 27 de julio de 2014, http://www.globalsecurity.org/wmd/facility/bomber_alert.htm.
[7] Manual de la Fuerza Aérea 11-1, United States Air Force Glossary of Standardized Terms (Glosario de términos estandarizados de la Fuerza Aérea de Estados Unidos), vol. 1, 1º de septiembre de 1970, 188.
[8] Mayor Thomas J. Gill, “The Air Land Battle —The Right Doctrine for the Next War?” (La batalla aeroterrestre—-¿Ladoctrina terrestre para la próxima guerra?) GlobalSecurity.org, 1990, http://www.globalsecurity.org/military/library/report/1990/GTJ.htm.
[9] Ibid.
[10] “Fog of War: Q&A with Lt. Gen Charles Horner” (El fragor de la guerra: Preguntas y respuestas con el Teniente General Charles Horner), Washington Post, 1998, http://www.washingtonpost.com/wp-srv/inatl/longterm/fogofwar/hornertext.htm.
[11] Consultar a Karl Mueller, “The Demise of Yugoslavia and the Destruction of Bosnia: Strategic Causes, Effects, and Responses” (La desaparición de Yugoslavia y la destrucción de Bosnia: Causas estratégicas, efectos y respuestas), en Deliberate Force: A Case Study in Effective Air Campaigning (Fuerza Deliberada: Estudio de un caso en hacer campañas aéreas eficaces), editor, Cnel Robert C. Owen (Maxwell AFB, AL: Air University Press, enero de 2000), 1–36, http://www.au.af.mil/au/awc/awcgate/au/owen.pdf.
[12] Robert C. Owen, “Operation Deliberate Force: A Case Study on Humanitarian Constraints in Aerospace Warfare” (Operación Fuerza Deliberada: Estudio de un caso sobre las restricciones humanitarias en la guerra aeroespacial), (Cambridge, MA: Harvard Kennedy School of Government, 2001), 60–67, http://carrcenter.hks.harvard.edu/files/carrcenter/files/owen2001.pdf.
[13] “Operation Allied Force” (Operación Fuerza Aliada), Departamento de Defensa de EE.UU., 21 de junio de 1999, http://www.defense.gov/specials/kosovo/.
[14] General de Brigada David A. Deptula, Effects-Based Operations: Change in the Nature of Warfare (Operaciones basadas en efectos: Cambio en la naturaleza de la guerra), Defense and Airpower Series (Arlington, VA: Aerospace Education Foundation, 2001), 2, http://www.ausairpower.net/PDF-A/AEF-AFA-Effect-Based-Operations-D.A.Deptula-2001.pdf.
[15] Ibid., 5.
[16] wight Jon Zimmerman, “21st Century Horse Soldiers —Special Operations Forces and Operation Enduring Freedom” (Los soldados a caballo del siglo XXI— las Fuerzas de Operaciones Especiales y la Operación Paz Duradera), Defense Media Network, 16 de septiembre de 2011, http://www.defensemedianetwork.com/stories/operation-enduring-freedom-thefirst-49-days-4/.
[17] “‘Angel of Death’ Leaves Legacy during ‘Enduring Freedom’ ” (El Angel de la Muerte deja un legado durante Paz Duradera), Alamogordo Daily News, 28 de marzo de 2013, http:/ /www.alamogordonews.com/ci_22886756/angel-death-leaves-legacy-during-enduring-freedom.
[18] “Operation Iraqi Freedom: A Chronology of the Six-Week Invasion of Iraq, Drawn from the FRONTLINE Documentary” (Operación Libertad para Iraq: Una cronología de la invasión de Iraq de seis semanas de duración, extraída de un documental de FRONTLINE), Frontline, Public Broadcasting Service, 26 de febrero de 2004, http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/invasion/cron/.
[19] Ibid.
[20] Ibid.
[21] “Interview: Frederick W. Kagan” (Entrevista: Frederick W. Kagan), Frontline, Public Broadcasting Service, 29 de enero de 2004, http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/invasion/interviews/kagan.html.
[22] Erica D. Borghard y Constantino Pischedda, “Allies and Airpower in Libya” (Los Aliados y el poderío aéreo en Libia), Parameters 42 (Primavera 2012): 63, 71, http://strategicstudiesinstitute.army.mil/pubs/parameters/Articles/2012spring/Borghard_Pischedda.pdf.
[23] Borzou Daragahi, “Misurata Fighters Take on Isis in Libya for First Time” (Guerreros de Misurata se enfrentan a Isis en Libia por primera vez), Financial Times, 15 de marzo de 2015,http://www.ft.com/intl/cms/s/0/0edf0a46-cb2e-11e4-bac3-00144feab7de.html#axzz3Uw89raTZ.
[24] Malia Zimmerman, “Boko Haram Gains New Power by Aligning with ISIS, Say Experts” (Boko Haram logra nuevo poder al alinearse con ISIS, según expertos), Fox News, 15 de marzo de 2015, http://www.foxnews.com/world/2015/03/15/boko-haram-gains-new-power-by-aligning-with-isis-say-experts/. 
[25] William Booth y Ruth Eglash, “Israelis Support Netanyahu and Gaza War, despite Rising Deaths on Both Sides” (Israelíes apoyan a Netanyahu y la Guerra en Gaza, a pesar del incremento de muertes en ambos lados), Washington Post, 29 de julio de 2014, http://www.washingtonpost.com/world/middle_east/israelis-support-netanyahu-and-gaza-war-despite-rising-deaths-on-both-sides/2014/07/29/0d562c44-1748-11e4-9349-84d4a85be981_story.html.
[26] “Libya Civil War (2011)” (La guerra civil en Libia (2011)), GlobalSecurity.org, consultado el 3 de agosto de 2014, http://www.globalsecurity.org/military/world/war/libya-civil-war.htm.
29. Sin embargo, hemos visto un incremento en la sensibilidad hacia el daño colateral y las muertes de civiles aunque el grupo terrorista Hamas provee las cifras de bajas civiles para los informes de la prensa internacional, por lo regular sin un pie de página mencionando a la fuente de poca confianza.
[27] Sharona Schwartz, “Two Major News Organizations Have Questioned the High Palestinian Casualty Figures —and It’s Probably Not Ones You’d Expect” (Dos organizaciones importantes de noticias dudan de las cifras de bajas elevadas palestinas —y probablemente no son las que ustedes esperaban), Blaze, 8 de agosto de 2014, http://www.theblaze.com/stories/2014/08/08/two-major-news-organizations-have-questioned-the-high-palestinian-casualty-figures-and-its-probablynot-ones-youd-expect/.
[28] Personal de Arutz Sheva, “More than 215,000 Dead As Syrian Civil War Enters Fifth Year” (Más de 215.000 muertos a medida que la Guerra Civil en Siria entra en su quinto año), Arutz Sheva, 15 de marzo de 2015, http://www.israelnationalnews.com/News/News.aspx/192629#.VQYtRptFDX4.
[29] Sin embargo, hemos visto un incremento en la sensibilidad hacia el daño colateral y las muertes de civiles aunque el grupo terrorista Hamas provee las cifras de bajas civiles para los informes de la prensa internacional, por lo regular sin un pie de página mencionando a la fuente de poca confianza.
[30] Las Naciones Unidas destacó que el poderío aéreo típicamente resultaba en solamente alrededor del dos por ciento de las bajas de civiles: “Entre el 1º de enero y el 30 de junio, los ataques aéreos ocasionaron el dos por ciento de todas las bajas de civiles”. Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán, Afghanistan Mid-Year Report, 2013: Protection of Civilians in Armed Conflict (Informe de medio año sobre Afganistán, 2013: La protección de civiles en el conflicto armado), (Kabul, Afghanistan: United Nations Assistance Mission in Afghanistan, julio de 2013), 38, http://www. protectingeducation.org/sites/default/files/documents/mid-year_report_2013_protection_of_civilians_in_armed_conflict_0.pdf.
menciona 65.000 misiones en aproximadamente seis semanas para la Operación Tormenta en el Desierto.
[31] Entre las pruebas hay fotografías y vídeos de la decapitación de niños cristianos y el asesinato de cristianos y otros, al igual que informes de refugiados cristianos bajo amenaza de ser aniquilados. Leonardo Blair, “ISIS ‘Systematically Beheading Children’ in Iraq; They Are ‘Killing Every Christian They See,’ Says Chaldean Leader” (ISIS decapitando sistemáticamente a niños en Iraq; están matando a todo cristiano que ven, alega líder caldeo), CP World, 10 de agosto de 2014,
http://www.christianpost.com/news/Islamic State-systematically-beheading-children-in-iraq-they-are-killing-every-christian-they-see-says-chaldean-leader-124594/.
[32] Brian Everstine, “Airstrikes Steady in Islamic State Fight” (Ataques aéreos constantes en la lucha del Estado Islámico), Air Force Times, 12 de marzo de 2015, http://www.airforcetimes.com/story/military/pentagon/2015/03/12/airstrikescontinue-against-islamic-state-february-2015/70200398/. En este artículo se destaca que la Coalición ha volado 1.421
El Poderío Aéreo en la Guerra Moderna 47 misiones durante la Operación Inherent Resolve. Consultar también “Air Force Performance in Operation Desert Storm” (Rendimiento de la Fuerza Aérea en la Operación Tormenta en el desierto), Frontline, Public Broadcast Service, consultado el
15 de marzo de 2015, http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/gulf/appendix/whitepaper.html. Esta página en Frontline menciona 65.000 misiones en aproximadamente seis semanas para la Operación Tormenta en el Desierto. 
[33] “Iraqi Forces Arrest 17 ISIS Terrorist [sic] in Women [sic] Clothes” (Fuerzas Iraquíes arrestan a terroristas ISIS vestidos con ropa de mujeres), Alalam English, 14 de marzo de 2015, http://en.alalam.ir/News/1685195.
[34] Marc Fisher et al., “After a Malaysian Plane Is Shot Down in Ukraine, Grief and Outrage Ripple Worldwide” (Después que un avión de Malasia es derribado en Ucrania, dolor e indignación se esparce por el mundo),Washington Post, 24 de julio de 2014,
http://www.washingtonpost.com/world/after-a-malaysian-plane-is-shot-down-in-ukraine-grief-and-outrage-ripple-worldwide/2014/07/24/b9bf99a2-11e9-11e4-98ee-daea85133bc9_story.html.
[35] Publicación Conjunta 5-0, Planificación de la Operación Conjunta, 11 de agosto de 2011, II-1, http://www.dtic.mil/doctrine/new_pubs/jp5_0.pdf.
[36] Ibid., III-3 (fig. III-2).
[37] Teniente General Gen David A. Deptula, “Combat Cloud”, Resumen de Reunión Combat Cloud (Washington, DC: Mitchell Institute for Aerospace Studies, 1o de abril de 2014), proyecto de documento no publicado.

Fuente: https://www.airuniversity.af.edu