Lockheed
Martin, la reconocida fabricante estadounidense de equipos militares, también
ha tenido buenos antecedentes con productos civiles (desde el Constellation
hasta el Tristar, pasando por el Electra y el Lodestar, entre otros).
Y
durante varios años, incluso en la década de 1990, la empresa llegó a estudiar
la posibilidad de construir un avión comercial multipropósito, con la idea de
desafiar a los aviones de pasajeros de mayor tamaño, el Boeing 747 y el Airbus
A380.
El
proyecto, titulado “The future of very large subsonic transport”, analizaba la
posibilidad de producir una aeronave con capacidad para alojar hasta 950
pasajeros. El artículo, ahora bajo custodia de la NASA, fue producido por LMAS
(Lockheed Martin Aeronautical Systems).
El
objetivo era construir un avión un 50% más grande que el C-5 y el Boeing 747,
con capacidad para servicios comerciales de pasajeros, carga comercial y
militar. Además, la aeronave debía tener un alcance entre 7.000 y 10.000 millas
náuticas (13.000 a 18.500 km), una longitud de 262 pies (79,85 metros) y una
envergadura de 282 pies (85,95 metros).
Los
autores del documento observaron que el gran tamaño y costo del avión no
permitiría que fuera un proyecto exclusivamente militar, ya que el presupuesto
de defensa estaba en declive. Así, el desarrollo necesitaría atraer a varios
tipos de clientes.
Se
estimó que el costo para desarrollar la aeronave habría sido de entre 8 a 15
mil millones de dólares. Lockheed Martin señalaba en aquel momento que su avión
era “técnicamente posible”, pero que el interés de las aerolíneas había
disminuido debido a las dificultades financieras.
La
aeronave debía haber sido equipada con cuatro motores, entre ellos el GE90,
Rolls-Royce Trent o PW4000. Tendría capacidad para transportar 16 contenedores
de 40 pies, más de 400.000 libras (181 toneladas) de carga útil y 1,4 millones
de libras (635 toneladas) de Peso Máximo de Despegue (MTOW).
La
retrospectiva histórica indica que Lockheed Martin tomó la decisión correcta al
no seguir adelante con el proyecto. Con el lanzamiento del Airbus A380 en 2005,
este gigante probablemente habría perdido ante Airbus en el mercado. El costo
por unidad se estimó en 364-550 millones de dólares, lo que sería mayor que las
ganancias anuales de muchas aerolíneas. Por lo tanto, el interés comercial en
la aeronave no fue suficiente para que se convirtiera en realidad.
Además,
ya entrado el siglo XXI, la industria aerocomercial aceleró el proceso de dejar
de lado a los cuatrimotores en preferencia de bimotores más eficientes y
flexibles como el 777, 787 y A350.
Fuente:
https://www.aviacionline.com