5 de septiembre de 2023

CÓMO DOS JÓVENES SOVIÉTICAS SE CONVIRTIERON EN ASES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

 


 

Los hombres no fueron los únicos héroes que derribaron aviones nazis durante la última conflagración mundial. Dos jóvenes soviéticas fueron los ases femeninos más formidables en toda la guerra, así como en toda la historia de la aviación

 

Los primeros meses de la Gran Guerra Patria, como se conoce a la Segunda Guerra Mundial en Rusia, fueron un desastre para la Fuerza Aérea Soviética. Muchos aviones de combate fueron sorprendidos en sus aeródromos como señuelos para prácticas de tiro y destruidos ​​por el ataque Nazi.

 

Aquellos inexpertos pilotos soviéticos que tuvieron la suerte de despegar se encontraron con endurecidos pilotos alemanes que habían pasado por enfrentamientos importantes, incluida la Batalla de Inglaterra. Además, los pilotos soviéticos no tuvieron tiempo suficiente para dominar cazas nuevos como los Yak-1, MiG-1 y MiG-3 que acababan de unirse al ejército, y todo esto llevó a un índice de bajas muy alto.

 

En una situación tan crítica, la dirección soviética decidió reclutar féminas en la Fuerza Aérea y crear unidades especiales de pilotos mujeres. Por esto se creó el famoso 588° Regimiento de Bombarderos Nocturnos, apodado como "Brujas de la Noche".

 

Esta es la historia de cómo dos jóvenes soviéticas, Lidia Litviak y Ekaterina Budánova, comenzaron su glorioso ascenso a la inmortalidad.

 

Lidia Litviak, el "Lirio blanco"

 

Desde la infancia, Litviak tuvo una pasión ardiente por la aviación. A los 14 años comenzó a entrenar en un club de vuelo, y a los 15 años voló por primera vez

 

Cuatro años más tarde, cuando estalló la Gran Guerra Patria, Litviak supo lo que tenía que hacer y se unió a la Fuerza Aérea.

 

Lídia Litviak.

 

En 1942, vio por primera vez el combate como miembro del Regimiento Aéreo Nº 586, que fue una de las tres unidades de aviación femenina formadas después de las grandes pérdidas entre los pilotos masculinos. Allí, rápidamente se convirtió en una de las mejores pilotos y pronto fue transferida a un regimiento que llevaba a cabo  misiones más importantes y peligrosas.

 

Entre las presas de Litviak se encontraron bombarderos Ju-88 y Do-217, cazas Me-109 e incluso un globo aerostático. Tras volar 168 misiones de combate, se le atribuyó el derribo de 12 aviones enemigos en solitario y cuatro victorias compartidas, lo que la convierte en la as femenina más exitosa de todos los tiempos.

 

Además de las estrellas obtenidas por sus derribos, el fuselaje de su Yak-1 estaba decorado con un lirio blanco, un símbolo del "cazador libre", una especie de guerrero aéreo que tiene la libertad de cazar y destruir aviones enemigos a voluntad.

 

Según otro as soviético de la Segunda Guerra Mundial, Alexander Pokryshkin, "el piloto de caza es la forma más alta de combate para un guerrero aéreo". Litviak merecía este honor, y su distintivo de llamada era "Lirio" o "Lirio blanco, 44",  por número de su avión.

 

Último vuelo

 

En 1943, la tragedia comenzó a acechar a Litviak. Primero, su esposo, Alexéi Solomatin, piloto de combate y Héroe de la Unión Soviética, murió en un accidente el 21 de mayo. Luego, en julio, su mejor amiga, Ekaterina Budánova, murió en acción.

 

Todo esto fue un mal presagio para nuestra heroína de hoy. El 1 de agosto, durante la batalla por la cuenca del Donéts, su avión cayó durante una misión. Ella solo tenía 21 años.

 

Litviak, Budánova and Kuznetsova junto al avión Yak-1.

 

Tras desaparecer en acción, Litviak no fue honrada como Héroe de la Unión Soviética, el más alto honor militar de la nación, porque la dirigentes del país temían que hubiese sido tomada prisionera.

 

En 1979, unos investigadores identificaron sus restos en una fosa común, y en 1990, gracias a un decreto especial del líder soviético Mijaíl Gorbachov, Lidia Litviak recibió póstumamente el título de Héroe de la Unión Soviética.

 

As №2

 

Ekaterina Budánova fue la mejor amiga de Litviak y el segundo as femenino de la Unión Soviética, con 266 misiones de combate y 11 aviones enemigos derribados.

 

Ekaterina Budánova.

 

Al igual que Litviak, Budánova comenzó su carrera de combate en el 586°. Poco después de conocerse, las dos jóvenes se convirtieron rápidamente en mejores amigas y no se separaron hasta el final de sus vidas. Sus destinos fueron similares en muchos sentidos.

 

El as soviético Vladímir Lavrinenko recordó: "Katia (Ekaterina) era divertida y alegre, mientras que Lidia Litviak era lo opuesto: meditabunda y silenciosa. Las chicas eran grandes amigas, pero Katia era la más fuerte".

 

Una vez, durante una misión de caza libre, Budánova derribó un avión de reconocimiento alemán, un Focke-Wulf 189, que los pilotos soviéticos consideraban una presa difícil.

 

El último combate de Budánova tuvo lugar el 19 de julio de 1943, cerca de la ciudad de Antratsit en la región del Donéts. Budánova y Litviak escoltaban aviones Il-2 cuando fueron atacadas por Me-109 alemanes.

 

Aunque había recibido impactos del enemigo, Budánova consiguió hacer aterrizar su avión. Sin embargo, murió a causa de las heridas recibidas y fue enterrada cerca de la aldea de Novokrasnovka. Ella tenía 26 años.

 

Al igual que Litviak, no fue condecorada como Héroe de la Unión Soviética por la misma razón: su estatus era el de desaparecida en acción. En 1993, Ekaterina Budánova recibió póstumamente el título de Héroe de la Federación Rusa.                                     

 

Fuente: https://es.rbth.com