El 5 de
noviembre de 1943, un avión lanzó 5 bombas sobre el Vaticano. Casi 50 años
después se supo quiénes eran los responsables.
El 5 de noviembre de 1943 a las 16.15 hora argentina, un avión lanzó 5 bombas sobre la Ciudad del Vaticano. Cuatro de ellas estallaron causando graves destrozos en el tanque de agua cerca de la estación ferroviaria, las oficinas del Governatorato y el taller de mosaicos del Vaticano.
Los
vitreaux de la parte trasera de la Basílica de San Pedro quedaron totalmente
destruidos.
Nadie
reivindicó el ataque, el único en la historia moderna del Estado Vaticano.
L’Osservatore Romano, los periódicos italianos y la prensa mundial hablaron
durante una semana del raid aéreo.
La
Secretaría de Estado del Vaticano pidió respuestas a los ministros de
Relaciones Exteriores de los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania. Los tres
gobiernos negaron cualquier responsabilidad.
Tres
posibles responsables
Benito
Mussolini acusó a los Estados Unidos, y durante largos años hubo tres posibles
responsables, según variadas teorías. Algunos sostenían que fueron los propios
fascistas. Otros que fueron los nazis. Y un tercer grupo que los responsables
fueron los aliados.
El libro que develó los autores del ataque (Prensa Vaticano).
Pero el
misterio fue aclarado apenas algunos años atrás, cuando salió a la luz un libro
del periodista Augusto Ferrara: "1943: bombas en el Vaticano".
Los
autores del ataque fueron los fascistas italianos. El avión utilizado para el
ataque fue un SIAI Marchetti S.M. 79, un bombardero italiano conocido como
Sparviero, que despegó de Viterbo, Italia.
El comedor de Pío XII destrozado (Prensa Vaticano).
Las
cinco bombas que llevaba la nave tenían como objetivo destruir la estación de
Radio Vaticana, ya que se creía que en sus transmisiones se enviaba mensajes
cifrados a los partisanos.
El jefe
del operativo era Roberto Farinacci, uno de los más altos dirigentes fascistas.
Era un anticlerical radical y un fanático racista. Perdió una mano por la
explosión de una granada en la Segunda Guerra de Abisinia, luchó en la Guerra
Civil Española y fue luego responsable de la Albania ocupada por los italianos.
En 1945 lo ejecutaron unos partisanos.
La
clave en unas fotos
La
clave para develar el misterio fueron unas fotos encontradas de casualidad:
“Dos amigos vaticanistas me dijeron que habían visto unas fotos extrañas del
Vaticano en un mercado de antigüedades de Verona. Como periodista fui a ver de
qué se trataba. Era un sobre con 40 fotos tomadas en 1943”, contó Augusto
Ferrara.
Una nota de a mano de L’Osservatore Romano informando del ataque (Prensa Vaticano).
Unas 30
fotos se habían tomado el 6 de noviembre de 1943, el día después del ataque, y
mostraban los efectos del ataque y sus destrozos y reforzaban la autoría
italiana. Una nota personal del fotógrafo se encontraba en el sobre, indicando
la hora del hecho.
Este
ataque no fue el único que sufrió la ciudad de Roma durante la Segunda Guerra
Mundial. El 19 de julio de 1943, la capital italiana fue el objetivo de un
ataque aéreo en el que participaron cientos de aviones aliados y que ocasionó
alrededor de tres mil muertos y miles de heridos.
El Papa
Pío XII, junto con Monseñor Giovanni Battista Montini (futuro Papa Pablo VI) no
quiso permanecer ajeno al sufrimiento del pueblo romano y, cuando las bombas
seguían explotando, salió a las calles de la Ciudad Eterna para consolar y
ayudar a los vecinos.
Autoridades vaticanas inspeccionan los daños (Prensa Vaticano).
Pío XII
repitió el mismo gesto durante un segundo bombardeo contra Roma el 13 de agosto
de 1943, fecha en que, precisamente, estaba prevista una Misa por los
fallecidos en el ataque anterior.
El
Vaticano pudo sufrir otro ataque a posteriori. Fue cuando la Italia pasó a
estar bajo control de los alemanes, En ese momento, Hitler dio la orden de ocupar
el pequeño estado vaticano, pero no se cumplió el objetivo.
El General
alemán KarI Wolff, comandante de las SS en Italia desde el 9 septiembre de 1943
hasta el final de la guerra, confirmó que existía una orden de Hitler para
capturar y deportar al Papa Pío XII.
Existía una orden de Hitler para capturar y deportar al Papa Pío XII (AP).
Hitler
mismo se lo pidió el 11 o 12 de septiembre de 1943: "Wolff, quiero que lo
más pronto posible ocupe con sus tropas el Vaticano y la Ciudad del Vaticano.
Ponga en un lugar seguro los archivos y objetos de arte del Vaticano y deporte
al Papa al norte, para que no pueda caer en manos de los aliados. Según la
marcha de los acontecimientos, haré que el Papa se instale en Alemania o en el
neutral Liechtenstein", le dijo Hitler al General.
Wolff fue esquivando el bulto y dando distintas excusas a Hitler hasta que en diciembre de 1943 lo convenció de que el asalto y saqueo del Vaticano no era una buena medida. El 5 de junio de 1944 las fuerzas aliadas liberaron Roma.
Fuente:
https://www.clarin.com