La
Planta Nº 2 de Boeing, ubicada en Seattle, fue una instalación de producción
fundamental durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente responsable de la
fabricación de los bombarderos y componentes B-17 Flying Fortress y B-29
Superfortress.
Reconociendo
su importancia estratégica, se diseñó un elaborado camuflaje en su techo,
convirtiendo la apariencia de la fábrica en un sereno paisaje suburbano para
engañar a posibles atacantes aéreos.
Esta
medida de protección única combinó la estrategia militar con el diseño
artístico, asegurando que la planta permaneciera ilesa durante toda la guerra.
Planta Nº
2 Boeing y Segunda Guerra Mundial
La
Planta Nº 2 de Boeing, conocida coloquialmente como "Planta 2", era
una instalación de producción primaria situada a lo largo del río Duwamish en
Seattle, Washington. Como lugar de nacimiento de los bombarderos B-17 Flying
Fortress y B-29 Superfortress, esta instalación jugó un papel crucial en el
arsenal de la aviación estadounidense.
La
Planta Nº 2 de Boeing era una instalación grande y moderna que cubría 165.000
metros cuadrados (750.000 pies cuadrados). Con 30.000 empleados, era capaz de
construir 300 bombarderos B-17 al mes casi en su totalidad internamente y tenía
acceso cercano a un aeródromo desde donde despegaron los aviones terminados.
Se construyeron poco menos de 7.000 B-17 en la Planta 2 de Boeing.
Dada su
importancia para el esfuerzo bélico, la planta naturalmente se convirtió en un
objetivo potencial para la acción enemiga. Con los avances en la guerra aérea,
la estrategia de guerra de los Estados Unidos tuvo que incluir la protección de
esos activos vitales. Esto resultó en un esfuerzo increíble para camuflar la
planta.
Es
esencial comprender la magnitud de la amenaza que enfrentan sitios estratégicos
como la Planta Nº 2. Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, el
noroeste del Pacífico enfrentó amenazas potenciales de submarinos y aviones de
reconocimiento japoneses.
Dada la
enorme producción en la Planta Nº 2 de Boeing, incluso un solo ataque aéreo
exitoso podría paralizar el esfuerzo bélico de los Estados Unidos, retrasar la
producción en meses y afectar las operaciones en todo el mundo. Proteger dicha
instalación de los ataques aéreos se volvió primordial.
Planta Nº 2 de Boeing antes de ser ampliada y antes de ser camuflada.
La
operación camuflaje
No
bastaba con ocultar la fábrica; era imprescindible hacerla desaparecer.
El
Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EEUU, junto con escenógrafos, artistas
y pintores de Hollywood, asumieron la gigantesca tarea de hacer que la enorme
fábrica de Boeing fuera invisible desde el aire. La solución a la que llegaron
fue extraordinaria: transformar el tejado de la fábrica en un sereno paisaje
suburbano.
Esta “ciudad”
situada encima de la Planta Nº 2 no era sólo un mosaico de colores y patrones;
Era una ilusión tridimensional detallada y convincente. Se fabricaron árboles,
casas, césped, carreteras e incluso automóviles. No se trataba de árboles o
coches reales, sino de representaciones artísticas que, vistas desde una
altura, se mezclaban perfectamente con el terreno circundante.
Se agregaron casas falsas, pasto y arbustos para que pareciera lo más real posible desde arriba.
Los
empleados de la planta trabajarían debajo de esta capa engañosa, produciendo
aviones que cambiarían el rumbo de la guerra, mientras que encima de ellos, la
ilusión de un distrito residencial pacífico permanecía imperturbable.
El
objetivo era hacer que cualquier piloto enemigo cuestionara sus coordenadas o
creyera que estaba mirando un suburbio inofensivo, desviando así cualquier
amenaza potencial.
Los
edificios se construyeron con madera, mientras que el suelo se hizo con lonas y
redes de camuflaje. Según los informes, los árboles estaban hechos de plumas de
pollo. El “suelo” tenía diferentes colores para indicar diferentes áreas de uso
o desgaste, y algunos jardines tenían un tono marrón como si no hubieran sido
regados.
Alambre de gallinero, recubierto de alquitrán y luego bañado en plumas de pollo formaron los árboles de la zona.
También
se colocaron carteles, algunos de los cuales decían “Synthetic St.” y
"Brlap Blvd." Las calles y barrios se dispusieron de tal manera que
encajaran con los reales cercanos.
Incluso
las zonas exteriores, como los aparcamientos, estaban cubiertas por redes de
camuflaje.
Como el
camuflaje estaba destinado a funcionar sólo cuando se veía desde arriba, las
estructuras eran mucho más cortas que sus contrapartes de la vida real. Las
casas, por ejemplo, eran poco más altas que una persona.
El camuflaje visto desde el aire. Sin conocimiento previo, sería difícil distinguir esto como algo más que calles de casas.
Pero
visto desde arriba o en fotografías aéreas bidimensionales, habría sido
extremadamente difícil concluir que las calles sobre la Planta Nº 2 de Boeing
eran falsas.
Si bien
es un desafío medir el impacto directo del camuflaje en el esfuerzo bélico,
algunas cosas están claras. En primer lugar, la Planta Nº 2 de Boeing nunca fue
atacada directamente durante la guerra, lo que le permitió producir miles de
aviones que tuvieron un impacto significativo en las campañas aéreas de los
Aliados.
En
segundo lugar, el impacto psicológico sobre los trabajadores de abajo, al saber
que existían medidas para protegerlos a ellos y a su trabajo, también fue
significativo. En esencia, esta técnica de camuflaje sirvió como escudo tanto
físico como psicológico.
Sin
embargo, la táctica de engaño no duraría mucho, ya que no se completó hasta
1944.
Planta Nº
2 Boeing después de la guerra
Después
de la guerra, la necesidad de aviones militares disminuyó drásticamente, lo que
llevó a una reducción de las operaciones en la Planta Nº 2. La cubierta de
camuflaje se eliminó en 1946.
Sin
embargo, la Planta Nº 2 de Boeing continuó prestando servicios a Boeing en
diversas capacidades. La planta se adaptó para atender a las nuevas
generaciones de aviones y contribuyó a diferentes segmentos de los esfuerzos
aeroespaciales en expansión de Boeing.
Sin
embargo, a principios del siglo XXI, la envejecida infraestructura de la Planta
Nº 2 de Boeing se estaba volviendo cada vez más inadecuada para los requisitos
de fabricación aeroespacial moderna. Con el paso de los años, Boeing comenzó a
trasladar sus operaciones principales de fabricación y ensamblaje a otras
instalaciones más modernas.
A pesar del enorme esfuerzo, el convincente camuflaje desaparecería en 2 años.
En
2010, Boeing decidió cerrar la Planta Nº 2. Reconociendo su importancia
histórica, Boeing conservó ciertos artefactos y elementos para la posteridad.
Después
del cierre, hubo un impulso significativo para la restauración ambiental,
especialmente dada la ubicación de la planta a lo largo del río Duwamish.
Boeing llevó a cabo un proyecto integral de limpieza y restauración ambiental
para abordar los impactos industriales históricos del sitio y mejorar la salud
ecológica del río.
Fuente:
https://planehistoria.com