4 de mayo de 2019
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE GUNTHER PLUSCHOW
Por Roberto Litvachkes
Dentro de pocas semanas se cumplen 75 años del accidente que le costara la vida al aviador alemán y Pionero de la Aviación Patagónica, Gunther Pluschow y a su copiloto Ernst Dreblow. Gracias a la lectura de antiguos documentos y a poder confrontarlos con algunos testimonios orales es posible por primera vez tener una idea más precisa de cómo fueron estos sucesos.
Es también opinión de muchos que, en el caso de Pluschow, su vida tiene tanta relevancia como sus escritos por lo que creo que esta investigación es importante para muchos de sus seguidores y fans entre los cuales, desde luego, me incluyo.
Este trabajo es un intento de esclarecer los hechos relacionando y ordenando los distintos documentos y testimonios que hemos hallado sobre los mismos. El lector encontrará también datos no muy conocidos de las semanas previas al accidente para analizar otros aspectos que hayan influido en el mismo.
En líneas generales, un accidente es la resultante de un encadenamiento de hechos, en el caso de Pluschow esto es absolutamente cierto y a la vez da una dimensión especial al esfuerzo que estaba realizando junto a su acompañante, Ernst Dreblow, para llevar adelante sus objetivos, finalmente nos daremos cuenta también de su generosidad ya que, hasta los últimos momentos y cuando la tragedia se hacía inexorable, realizó un particular esfuerzo para que su testimonio pudiera ser aprovechado por otros y por la "posteridad".
El accidente en sí.
El día 29 de enero de 1931 dos telegramas procedentes del Servicio Telegráfico Transradio Buenos Aires enviados por Rodolfo Paarmann, Vice cónsul de Alemania en Río Gallegos, Provincia de Santa Cruz, llegan a los periódicos y a los consulados de Alemania en Buenos Aires y en Chile:
El primero de ellos dice:
"Río Gallegos, URGENTE
Esta noche llegó comisario de Lago Argentino trayendo noticias que murieron los dos aviadores Plüschow y Dreblow. Avión se quebró en el aire y los aviadores saltaron sin estar amarrados con los paracaídas. Un paracaídas se encontró a trescientos metros de Pluschow. El avión cayó al agua."
El texto del segundo es:
"Capitán Gunther Pluschow y acompañante se precipitaron sobre un brazo lateral del Lago Argentino, parte occidental de la cordillera patagónica inmediatamente antes del acuatizaje. Muriendo ambos. Stop. Pastores de una estancia cercana observaron como el avión en una altura de seiscientos metros se estremeció deslizándose sobre el ala izquierda, dando varias volteretas para caer enseguida en el lago. Stop. Del avión en barrena saltó una persona que se sujetó con las manos en el paracaídas que se estaba abriendo, sin embargo, se soltó, probablemente por cederle las fuerzas. Stop. Posteriormente se constató que fue el acompañante Dreblow. Stop. Después de una búsqueda de tres horas, Pluschow fue encontrado destrozado entre las rocas”.
El accidente fue investigado desde de la Fuerza Aérea Argentina por el Piloto Luro Cambaceres quien aparece en una fotografía junto a la tumba temporaria de Pluschow en Santa Cruz.
En un primer momento, cuando todavía no se conocían todos los detalles del hecho el mismo Cambaceres propuso formar un equipo de rescate para auxiliar a Pluschow y Dreblow.
Por el lado de la justicia civil se instruye el expediente N° 56 Folio 233 del 28 de Enero de 1931 a cargo de los Jueces Letrados Dr. German Vidal y Dr. Julio Pietranera, el Secretario Juan C. Beherán y el Comisario Mario Igartúa de Lago Argentino, a quien hace referencia el primero de los telegramas mencionado.
El comisario Igartúa elevó el mismo día un informe al Dr. Germán Vidal informándole que: "el día 28 de enero a las 3 hs. ocurrió un accidente de aviación en el paraje denominado Lago Rico, documentos encontrados en el mismo permiten identificar a Pluschow y Dreblow como los fallecidos, aparentemente se habría roto en vuelo un ala del avión y los tripulantes se lanzaron al aire, se tomaron de los paracaídas, pero luego se soltaron cayendo Pluschow a tierra y Dreblow en la orilla del Lago.
Debido a las condiciones de tiempo reinante no pudimos acercarnos al Lago a inspeccionar los restos del hidroavión."
Los primeros días de febrero se cumplimentan los envíos de distintas comunicaciones para comenzar la instrucción. En ellos se autorizan a funcionarios suplentes (ya que son varios los titulares de las reparticiones que se encuentran de licencia quizás por ser época de vacaciones en la Argentina).
El 19 de febrero el vicecónsul de Alemania solicita por pedido del consulado de Buenos Aires que se trasladen los restos de los pilotos a Buenos Aires en el Vapor Asturiano.
En el lado chileno, inmediatamente de enterados de la noticia, tanto el Intendente Chaparro, el Director del Círculo Alemán, señor José Bohr y Herman Koch, Cónsul Alemán de Punta Arenas, habían hecho gestiones para que los cuerpos de Pluschow y Dreblow quedaran en esa ciudad, pero enterados de que las viudas, Paula Dreblow e Isot Pluschow, insistían en repatriarlos desisten de su intento así que sin oposición sobre el particular el mismo día 19 de febrero el Juez accede a ese pedido.
Volviendo al accidente en sí, y de acuerdo a los expedientes, el comisario Igartúa sale a las 15:30 horas desde Lago Argentino haciéndose acompañar por el Dr. Gerónimo Blumenfield y los testigos Alejandro Macdonald y Don Gerónimo Berberena a fin de realizar una inspección ocular y prestar ayuda a los accidentados si esto fuera posible.
En esta parte del expediente se especifica el lugar como la costa noroeste del Lago Roca.
Llegan al sitio a las 16:30 horas, lo que hace pensar que fueron en un vehículo, quizás en el de Berberena que era uno de los pocos habitantes de Calafate en esos momentos con automóvil. Ahí observan un cuerpo sin vida boca abajo a unos 60 metros de la costa del Roca, el mismo presenta numerosas heridas producto de la caída y tiene un saco de cuero, impermeable, trench a cuadros, chaleco de lana y botines curvados.
En sus ropas encuentran una cartera con ciento tres pesos argentinos, diez pesos moneda chilena y 50 marcos alemanes, una pistola "Walter", papeles con anotaciones diversas, correspondencia y documentos que lo identifican como Gunther Pluschow nacido en Berlín (Pluschow nació en Munich) con la fecha correcta de nacimiento 8 de febrero de 1886, lleva también su patente Argentina de piloto civil con fecha del 12 de septiembre de 1930 de Buenos Aires, documento personal de Berlín con fecha del 16 de septiembre de 1927 y patente alemana N° 90 de piloto civil y también se encuentran permisos expedidos por autoridad chilena de sobrevuelo de ese territorio.
A 60 metros de él, certifican que hay otro cuerpo sin vida que es el de Ernst Dreblow, lleva 30 pesos chilenos, cartas, papeles y libretitas con anotaciones en alemán, unas tijeritas y que se halla vestido también con saco de cuero, impermeable, chaleco de lana y botines.
Dejan constancia también de que visualizan en el Lago los restos del avión y que en el mismo se lee "Tsingtau" y los números D –1313.
Se realiza un croquis del lugar y se sacan numerosas fotografías (Probablemente también gracias a Berberena quien era aficionado a la fotografía), las mismas son tan impactantes que la Editorial Ullstein, la empresa para la cual Pluschow escribía, cuando las recibe en Alemania evita mostrárselas a las viudas de ambos pilotos.
Los testigos firman el acta y también se hace constar que se citará a declarar a Luis Riestra y Antonio Ograzum, ambos testigos del accidente. En los días siguientes ambos prestarían sus testimonios con declaraciones similares: "Aproximadamente a las 13 horas, del día 28 de Enero ambos escucharon ruidos de un avión e hicieron una pausa en sus tareas para mirar y ver si era el avión de Pluschow, de donde se desprende que ya sabían de los vuelos del mismo y que lo habían visto en varias oportunidades, certifican la dirección noroeste del vuelo, hacia el Cerro Buenos Aires, y que mientras observaban el aparato que se encontraba a unos 350 metros de altura, el mismo se ladea fuertemente y luego da un giro repentino sobre una de las alas empezando a dar tumbos y tomando casi una dirección contraria a la que llevaba, luego ven dos formas blancas que salen del avión y que caen mientras el avión continúa su caída en forma vertical y se estrella en el Lago".
En los días posteriores el Secretario sumariante, Oficial Ángel Etcheverry, profundiza la investigación tomando declaración a Juan Bautista Astorga, José Maichil y Epifanio Aguilar. "Todos ellos se encontraban cortando leña en la orilla Sur del Lago Rico, sitúan el accidente aproximadamente a las 14 horas y el avión a unos 400 metros de altura sobrevolando la orilla norte del lago y que en ese momento sucede el accidente que describen en forma similar a los otros testimonios, ellos se encontraban aproximadamente a cuatro mil metros del lugar del accidente y también llegan a ver dos formas blancas que caen del avión que creen que eran los paracaídas sueltos, agregan que escucharon una explosión luego de la caída. Aguilar dice que inicialmente uno de los paracaídas llevaba un peso debajo y que luego flameaba como un trapo de donde deduce que inicialmente sostenía un hombre y que luego este se soltó. Luego de haber sido testigos del hecho y muy impresionados se dirigen prontamente al Hotel Río Mitre de Cecilio Freire a dar cuenta de los sucedido a las autoridades."
Echeverry va a realizar otra búsqueda que tiene una particular importancia histórica, a partir de las manifestaciones de los vecinos quienes le informan que el avión fue visto en varias oportunidades sobrevolando la zona y los cerros cercanos y que luego de estos vuelos se lo veía descender en las proximidades del " llamado Ventisquero Moreno " deduce que debe existir un campamento y decide recorrer las costas del Lago buscándolo.
Encuentra un pequeño puesto abandonado denominado "De la Sombra" (texto poco claro en el original) donde hay “evidentes pruebas de que Pluschow y Dreblow estuvieron desde el día 21 de enero hasta el 28 de enero, día del accidente".
Entre lo hallado menciona; latas que habían contenido combustible y ahora contienen restos de víveres tapados ex profeso con un papel que a modo de dedicatoria lleva escrito: "Con saludos del aviador alemán Gunther Pluschow y su Ingeniero Ernst Dreblow. 21-28-1931".
Encuentra también restos de películas cinematográficas veladas, botellas de bebidas vacías con etiquetas en alemán, diarios en alemán de septiembre de 1930 (fecha en la que Pluschow había estado en Buenos Aires presentando su Libro en Castellano y su película).
Observa también junto a la costa del lago rastros que indicaban que ahí estuvo atado el hidroavión o un bote y en el marco de la puerta un calendario manuscrito en alemán con fecha del 24 de enero al 28 de enero, de acuerdo al calendario da la impresión de que se querían quedar hasta el 8 de febrero y quizás adelantaron su partida para el 28 de enero.
Por indicio de los vecinos Echeverry piensa que, quizás en la Estancia María Antonia, propiedad de los Sres. Biggeni Hermanos, hay máquinas fotográficas y otros objetos pertenecientes a Pluschow.
También deduce que el hidroavión no puede haber estado cerca del Canal de los Témpanos por el peligro que esto hubiera significado y también llega a la conclusión que en el avión debe haber restos de películas y equipamiento.
Así como años después haría Hans Rhoers y Gunther Julich en Punta Arenas buscando y encontrando el Campamento de Pluschow en el Paine, Echeverry realiza una verdadera tarea arqueológica descubriendo el campamento de Pluschow en Calafate y certificando que el mismo estaba ya hacía un tiempo realizando una importante cantidad de vuelos en la región.
De esa manera Echeverry localiza y entrega en el juzgado once cajas con fotografías y películas cinematográficas, diez paquetes Filmpack y dos tambores de rollos cinematográficos.
Finalmente se hace entrega al letrado de la causa los elementos pertenecientes a Pluschow y Dreblow encontrados hasta el momento: toallas, mochila de lona, siete camisetas, calzoncillos, ropa, una funda de goma, dos corbatas, cinco pares de medias usados, un chaleco de lana, pañuelos, zapatillas, un pantalón y un saco azul cruzado, seguramente el que aparece en varias de sus fotos, botas, repasador, telas, una máquina de escribir Remington en la cual se lee la palabra Pluschow y otras similar con las iniciales P. L., un chaleco salvavidas, un fuelle inflador del bote, un barómetro de caja, cajones, estuches y frascos varios, una lupa, un paquete de pastillas "Togal", una venda elástica, cajitas de pastillas, caja de latón con diez rollos de película usada, un caja con diez rollos de películas nueva, tres cajas con cinco Filmspack, un llavero con 14 llaves, una linterna, herramientas del avión, termómetros, relojes, elementos para pintar, un asta de huemul, una escopeta de tres caños rota, una cámaras fotográfica "Agfa Minimax y Goerz", considerada por muchos como la mejor cámara de vistas panorámicas de esa época, lentes de fotografía, municiones, planillas, un ejemplar de su libro "Silvercondor", repuestos de su avión, una bandera alemana, una valija para revelar fotos en exteriores, altímetro, cepillo, trípode, equipos "Bosch", mameluco y pantalones de goma, cubre piernas de cuero de oveja y un bote neumático.
Luego de esto deben pensar que hacer con el hidroavión para lo cual se designa al español Juan Sarrazúa, de 36 años de edad, para que actúe como perito e informe sobre el estado de los restos del avión, el valor y la forma de extracción, a este requerimiento Sarrazúa dictamina que lo único de valor es el motor y la hélice, el resto se encuentra totalmente destrozado y a su entender se debe desarmar el motor para poder extraerlo.
En los días posteriores se agregan varias fojas con otros elementos encontrados entre los que merecen destacarse: la patente del avión clase B D1313, documentos de identidad y el pasaporte de Pluschow, legajos con cuatrocientas hojas en alemán y cuadernos completos con anotaciones, tarjetas de permisos de vuelo y circulación en Chile, facturas, papeles y documentos de todo tipo, carta de Manuel Chaparro, Intendente de Magallanes, dirigida al Gobernador Víctor Larenas Carmona recomendando a Dreblow, mapas de América, de Europa y de África, de la zona de los Lagos Argentinos, Viedma, San Martín y Ensenada Rico.
Chequeras del Banco Transatlántico Alemán de Valparaíso y de Buenos Aires, y varias fotos familiares y de paisajes.
De todos los objetos se hace depositario al Sr. Rodolfo Paarman, Vicecónsul Alemán en Río Gallegos quien envía los elementos a Alemania en el Vapor Buenos Aires.
En octubre de 1931 se cierra la causa ya que la investigación certifica que la misma fue un accidente.
El 12 de Noviembre, por pedido de la embajada, se gira el dinero encontrado de Pluschow y Dreblow a Buenos Aires .
El 20 de noviembre de 1931 autorizan la compra de la hélice por un particular, el 18 de agosto el vicecónsul Paarman solicita le hagan entrega de la hélice y el 31 de diciembre de 1932, año nuevo y prácticamente a un año del accidente le hacen entrega de la hélice.
Pocos meses antes del accidente
Retrocedamos ahora en el tiempo y veamos ahora que sucedía aproximadamente 45 días antes del accidente en la expedición conformada por Pluschow y Dreblow.
Para comprender la situación digamos que Pluschow había regresado de Alemania un tiempo antes reencontrándose con Dreblow y ahí se entera que el avión, fundamentalmente el larguero del ala izquierda, ha sido atacado por las ratas, probablemente esto se debió a que el pegamento de la tela de lino de las alas, en esa época se realizaba con "cola de pescado", era de gran atracción para los roedores.
En un principio piensa que la única solución es solicitar a Alemania unas alas nuevas, pero finalmente logran reparar los destrozos por ellos mismos con la ayuda solidaria de algunos de sus amigos.
El 16 de noviembre de 1930 Pluschow envía una carta a su mujer y su pequeño hijo Guntolf donde expresa su preocupación por el estado del avión y sus dudas por los arreglos efectuados, pero es evidente que el costo de los repuestos desde Alemania y el tiempo que eso hubiera demandado hacían que esa fuera la única alternativa para continuar con los planes de exploración previstos.
Se acerca el Fin del Año y en el texto se adivina cierta melancolía y añoranza de su familia, tiene tiempo suficiente para pensar ya que se encuentra en su Campamento del Lago Sarmiento, en la zona del Paine y una terrible tempestad lo obliga a permanecer 14 días inactivo.
En los primeros días de diciembre es visitado por un Capitán del Ejército de Chile, están preocupados pues ha habido rumores acerca de que los vuelos de Pluschow puedan ser aprovechados con fines de espionaje. Pluschow desmiente estos rumores en los diarios de la época y la prensa se hace eco de esta desmentida, pero en la visita también le expresan la preocupación por las autoridades acerca del estado del avión, "el mismo luce con su pintura descascarada y el óxido y la corrosión comenzaron su destructiva labor en las partes metálicas".
En esos tiempos cuando el estado del avión no era el adecuado para volar los inspectores solían destruirlo para evitar que el piloto siguiera arriesgando su vida, así que es posible que Pluschow empezara a vivir su estadía en Chile con preocupación.
Ha mediados de Enero, el Teniente Leitao, autoridad aeronáutica de Magallanes, le hace saber por intermedio de los carabineros que desea revisar su avión para ver si cumple con los requisitos de las reglamentaciones internacionales vigentes, pero una repentina enfermedad demora la llegada de Leitao y Pluschow, probablemente alertado por los vecinos de Cerro Guido que periódicamente le acercaban víveres y noticias, decide dejar territorio Chileno para armar un nuevo campamento en la Ensenada Rico, cerca de la Estancia Alta Vista.
Ha reiniciado sus vuelos e irónicamente habla de él y de Dreblow como "Piratas del Aire". Las adversas condiciones meteorológicas y el estado del avión hacen que cada vuelo se transforme en una pesadilla, debe superar picos de 3000 metros de altitud volando a 160 kms. por hora sin visibilidad y enfrentando violentas ráfagas de viento descendente, debe realizar imprevistos cambios de ruta sobre un auténtico mar de glaciares desconocidos vigilando el tacómetro de su motor y el altímetro, por momentos debe trepar a 4500 metros de altitud.
A pesar de todo trata de organizar su nuevo campamento en la zona del Calafate y también realiza exploraciones a pie, en las mismas encuentra minerales que le hacen pensar en la posibilidad de haber descubierto oro y en otros casos serán piedras fósiles y la posibilidad de que indiquen la presencia de petróleo, prepara su hallazgo para enviarlo a Buenos Aires a fin de analizarlo y le pide a Dreblow discreción sobre estos temas, pero se hace evidente que las dificultades económicas son un nuevo factor de presión sobre el grupo.
En síntesis, ahora deben enfrentar diariamente el rigor de los hielos eternos, glaciares gigantescos y un frío inimaginable. Mientras tanto aparecen problemas con la refrigeración del motor del avión y Dreblow realiza continuas reparaciones que lo hacen sentirse tenso y cansado por lo que hay momentos que la convivencia se torna difícil y solo el respeto y confianza mutua les permite superar los inconvenientes.
En Calafate
En el mes de diciembre de 1930 sus vuelos sobre la zona de Calafate y zonas cercanas se hacen continuos y los pobladores se acostumbran a ver pasar la figura del avión.
Acuatiza sobre el Lago Viedma, sobrevuela el Cerro Fitz Roy sobrepasando los 3000 metros de altura y se acerca a la orilla norte del Lago Argentino en donde acuatiza y crea el Campamento II con un nuevo depósito de combustible.
Las condiciones de tiempo de diciembre no son buenas y debe permanecer varios días sin volar los que aprovecha para embalar y proteger sus pertenencias, cuando vuela trata de aprovechar al máximo el tiempo y eso lo obliga a extenuantes jornadas de despegues y acuatizajes, a veces más de 12 horas seguidas sin descanso.
Cuando llega la Navidad siente que gran parte de la región sur ya ha sido explorada y que ahora es el turno de dirigirse hacia el oeste y hacia el Norte, entre sus planes y proyectos se encuentra terminar de confirmar la expedición por la cordillera hasta América del Norte junto a la American Scientific Society of Washington, las discusiones con ellos se refieren a quien conducirá la expedición y Pluschow se niega a aceptar la posibilidad de que esa responsabilidad recaiga en los norteamericanos y no en él.
Se permiten solo una pausa y será para celebrar la Navidad junto a Dreblow, luego de meses sin descanso se visten para esa noche con ropas "civilizadas" y se ríen de ellos mismos al verse con la barba crecida y desaliñada en ropas tan elegantes.
Luego del año nuevo retoma los vuelos, ahora debe llevar al avión y a ellos mismos al límite sobrepasando altitudes de más de 4500 metros y reparando la máquina diariamente, el esfuerzo de Dreblow es sobrehumano y así y todo no está seguro de que los resultados garanticen la seguridad de los vuelos.
Sobre mediados de enero se encuentra descendiendo en pequeños lagos desconocidos, muchos de ellos entre las montañas y a alrededor de 500 o 600 metros de altura, también intensifica las exploraciones en el terreno y a veces en su bote entrando a oscuras grutas buscando minerales y piedras preciosas. Definitivamente quiere encontrar una manera de poder financiar sus operaciones del siguiente año sin sobresaltos económicos.
La zona de los vuelos
Gracias al aporte del Dr. Hugo Corbella podemos trazar una ruta probable de los vuelos de Pluschow e identificar dos cordones paralelos que Pluschow llama "cerrojos de hielo" y que cruza repetidas veces, sin duda alguna Pluschow estaba volando sobre los hielos continentales asumiendo riesgos impensables para esa época y quizás también para esta.
Pluschow debe haber explorado en principio la zona Sur de Lago Argentino donde las condiciones de las aguas del Lago la hacían absolutamente inapropiadas para los acuatizajes así que se debe haber dirigido hacia lagunas más reparadas al norte, desde allí volaba ampliando círculos para realizar sus filmaciones, cuando sus vuelos eran sobre el este de la cordillera al acercarse a las laderas de las montañas se encontraba con feroces corrientes de aire descendente, estas eran provocadas porque luego del dificultoso cruce de la cordillera las masas de aire se elevan para sobrepasar las cadenas de montaña, luego se enfrían por la altura y descienden a gran velocidad buscando calor, estas masas de aire sorprendían y empujaban el avión de Pluschow reiteradamente en sus vuelos y también lo exponían a las peligrosas "cortantes de viento" y a severas turbulencias.
Estas eran las condiciones que enfrentaban una y otra vez Pluschow y Dreblow y de alguna manera presagiaban el final de sus expediciones, ambos conocían de meteorología ya que aún se conservan los estudios de vientos y condiciones climáticas que habían realizado en Punta Arenas, pero la necesidad de cumplir con los objetivos que se habían propuesto los hacen asumir más riesgos.
La semana previa al accidente
El día 20 de enero de 1931, a medianoche, los sorprende un terrible temporal que les hace volar la carpa con sus pertenencias y que les voltea el avión sobre la orilla del lago, la desazón es tremenda pero no puede darse el lujo de lamentarse y contagiar a Dreblow con la amargura. Horas enteras, empapados hasta los huesos, excavan junto a los flotadores del hidroavión para liberarlo de su posición y luego del extenuante trabajo recorren la playa cercana al campamento recogiendo lo que pueden salvar de sus enseres e improvisando una carpa con la lona del motor del avión y de la hélice.
El día 24 de enero tienen un vuelo accidentado, en momentos en que debía superar una serie de cumbres de la cordillera la máquina se niega a obedecer los intentos de Pluschow para elevarse 100 metros sobre ellas, son las corrientes de aire cuyos efectos ya hemos mencionado, y sobrepasar las montañas, acelera el motor pero el mismo no le responde y solo unos vientos inesperados logran impulsarlo hacia arriba y salvar el escollo y sus vidas, sin embargo vuela en medio de una feroz tormenta y su relato es escalofriante: " ...el avión era tomado como por un puño y lanzado hacia abajo más de 500 metros... alrededor nuestro ,solo hielo y amenazantes paredes rocosas...el motor dice basta y alcanzo a descender planeando con el indicador de combustible marcando cero".
"He vencido el último cerrojo siniestro de este mundo de la Edad del Hielo."
"Lo que he vivido y visto nadie me lo podrá quitar"
Las dos frases están registradas en su diario el día Domingo 25 de enero, el día posterior, el lunes 26, los vuelos se tornan aún más peligrosos, " ...hemos volado apenas dos horas sobre esta caldera del Diablo...un siniestro torbellino de aire arroja al avión sobre un lago...".
El resultado es un descenso de manera inesperado en un pequeño lago desconocido de no más de 300 metros de ancho, el resultado del accidente es el flotador izquierdo perforado por una roca y una perforación de casi 30 centímetros de diámetro bajo la línea de flotación. La desolada laguna tiene menos de un kilómetro de largo y paredes de roca de 800 metros de altura que la transforman en una verdadera prisión de agua.
La situación es crítica y Pluschow lo sabe, solo así se entiende que se haya tomado pequeños respiros para escribir y dejar un abrumador testimonio de lo que estaba sucediendo, el mismo dice que quizás solo esté escribiendo para la posteridad.
El larguero izquierdo del ala también ha sido golpeado por el agua debido a la abrupta inclinación de ese lado del avión cuando acuatizaron y la roca chocó con el flotador, pero confía en que no se hayan producido daños. Buscan con que afirmar el avión para enderezarlo e intentar una reparación. Luego de dos horas de búsqueda a su alrededor no encuentran ni ramas ni árboles para lograr su cometido, también descubren que el agua que ha entrado en el flotador ha destruido las latas de combustible y los alimentos que llevaban.
Durante seis horas trabajan en el agua helada medio desnudos para evitar el hundimiento de la máquina y logran reparar provisoriamente el flotador.
Para el martes 27 de enero, a las 05:00 de la mañana soportando un intenso frio que apenas le permite sostener el lápiz, continúa sus anotaciones. En las mismas expresa su preocupación por el ánimo de Dreblow, quien piensa que muy pronto sus familiares cobrarán el seguro en Alemania. A las 09:00 de la mañana continúan trabajando en el avión y evaluando las corrientes de aire para poder salir de ese encierro. Dreblow trabaja especialmente en los largueros del hidroavión. Sobre el mediodía Pluschow ha terminado de explorar la zona tomando nota de grandes olas provocadas por masas de hielo que se desprenden del glaciar cercano.
Un rato después del mediodía realiza varios intentos de vuelo para salir del lago, pero no logra ganar altura y los fuertes vientos lo impulsan hacia abajo. Tres son los intentos de ese día. En el segundo, los fuertes vientos a lo largo del lago no son suficientes para superar el empuje de los vientos descendentes y debe empezar a economizar combustible. Pasan una noche terrible, soportando el frio como pueden y tratando de encontrar algunos restos de comida que no hayan sido arruinados por la gasolina derramada.
La mañana del miércoles 28 de enero
El panorama que se presenta es preocupante. Gran cantidad de bloques de hielo se encuentran sobre el agua y Pluschow elabora su estrategia: piensa avanzar despacio por el lago para ir limpiando la "pista" separando los bloques de hielo. Espera contar con la ayuda del viento y anota que la mejor hora será a las 11:00 de la mañana. Calcula tener aproximadamente gasolina para 3 horas de vuelo y revisa también el ala izquierda inferior, la cual piensa que está en buen estado. Su rumbo será sud-sudeste a través de la planicie de los glaciares y luego hacia el campamento de Lago Argentino.
Seguramente, antes de emprender ese vuelo su mano haya rozado la medalla con el número 13 que Isot le regalara hace muchos años ya como amuleto de la suerte.
Sólo un par de horas más tarde los vecinos de Calafate, horrorizados, serían testigos del último vuelo del Condor de Plata.
Del expediente judicial:
"El 6 de febrero de 1931 a las 16:00 hs. comparece ante mí, comisario de policía de la localidad de El Calafate, el ciudadano norteamericano Johny D. Sonigsen, de 28 años de edad, soltero, viajante e instruido.
...refiere que habiendo concurrido a Lago Rico con motivos de curiosidad por el accidente de aviación en el que fallecieran dos aviadores alemanes, de uno de los cuales él ha sido amigo, recorrió el lugar y encontró en el suelo una cadenita cortada con un colgante que lleva el número 13 de oro. La deseaba conservar, pero al enseñársela a algunas personas de la localidad le indicaron lo conveniente de entregar la medalla a la autoridad, cosa que venía a hacer en este acto y por lo que se recibe este objeto por mí, Juan Piñero, Jefe de Policía. Calafate. Lago Argentino.
Epílogo
Hace más de 10 años que me dedico a investigar la vida y realizaciones de Gunther Pluschow. Es por eso que me ha tocado leer varios epitafios de sus admiradores. Pero hace apenas un año recibí uno del historiador francés Eric Jarry, que me pareció no sólo conmovedor sino peculiar ya que expresaba nuevamente una curiosa "vuelta del destino" como tantas otras circunstancias que han rodeado la vida y las posteriores investigaciones sobre Pluschow. Jarry se ocupa de estudiar la vida de Armand Guerra, anarquista español perseguido en su país de origen que en los finales del 30 se exilia en Berlín.
Allí toma contacto con Karl Ulstein, Director de la editorial para la cual Pluschow escribía y admirador del aviador, quien le ofrece a Guerra ocuparse de la traducción del libro de Pluschow "Silverkondor über Feuerland". Guerra, quien conocía la trayectoria de Pluschow, acepta inmediatamente y se convierte desde el inicio en un nuevo admirador del mismo. Juntos realizan la traducción del libro y, cuando la situación de Alemania y de la familia, Ulstein se torna más complicada, Guerra se dirige a Francia. Allí se entera del accidente y muerte de Pluschow y escribe este conmovedor epitafio para la revista Popular Film N°235 del 12 de febrero de 1931. Me pareció más que apropiado para el cierre de este trabajo:
"Una víctima de la cinematografía científica, el Capitán Gunther Plüschow ha perecido en la Patagonia.
El cable nos trae la fatal noticia. La Alemania, la América del Sur y la aviación están de luto. El valiente Capitán, arrojado aviador, guerrero aéreo sin tacha y sin miedo cuyas hazañas en la fortaleza de Tsing-Tau, en China, el principio de la guerra europea, llamaron la atención del mundo entero, escritor de renombre y excelente operador cinematográfico, ha perecido en la Patagonia. Con la muerte de Gunther Pluschow pierde la cinematografía científico-documentaria uno de sus más entusiastas colaboradores. Su grandiosa película impresionada durante su viaje de exploración a la Tierra del Fuego “El Cóndor de plata sobre la Tierra del Fuego”, que ha obtenido un clamoroso éxito no solo en Alemania, sino en casi todos los países europeos y, recientemente, en la América del Sur, es un documento repleto de emociones y de indescriptibles bellezas.
El film es de por si un programa completo, y el público se deleita durante dos horas ante esta cinta amena e interesantísima, que, empezando por el viaje del Capitán Plüschow y cuatro ayudantes, a bordo de un frágil barquichuelo, con el que atravesaron el Océano hasta la Tierra del Fuego, y mostrando luego, desde su aeroplano “el Cóndor de plata”, lugares desconocidos entre los montes de hielo del misterioso país, constituye un documento viviente de inapreciable valor artístico y científico.
Conocí a Gunther Plüschow a principios de mayo del pasado año. Me había citado en su casa de Berlín para encargarme de la versión española de su excelente libro, relato de su expedición a la Tierra del Fuego, y del rotulaje en español de su película. De nuestra primera entrevista surgió una amistad fraternal entre ambos, tal vez por la afinidad de ideas y por ser el gran Plüschow un hispanófilo entusiasta de la raza y la lengua iberas.
Durante los dos meses que siguieron, tiempo que duró mi trabajo de adaptación de su hermoso libro, nuestra amistad llegó a fortificarse de tal modo que, en vísperas de emprender su nuevo viaje de exploración hacia las montañas vírgenes de la Patagonia, me propuso acompañarle. De buena gana hubiese yo aceptado su proposición, pero mis ocupaciones en Berlín me lo impidieron. Y allá se fue el valiente Plüschow, primero a Buenos Aires, en donde estreno su película “Sobre la Tierra del Fuego” con un éxito indescriptible. Todavía conservo los distintos periódicos argentinos que me mandó hace un par de meses en donde se comentaba su cinta y su libro con un entusiasmo sin reservas y en los que se citaba mi modesto nombre como adaptador literario, detalle este que llenaba de orgullo a mi buen amigo.
Unas líneas de su propia mano acompañaban él envió, felicitándome y haciéndome participe de sus triunfos. ¡Pobre amigo mío, corazón de oro, víctima de la eterna tragedia de los aires! Cuán lejos estaba el buen Plüschow, al escribirme estas líneas repletas de optimismo en su futura hazaña, ¡de la trágica muerte que le acechaba! Acompañado de su excelente mecánico, el ingeniero alemán Dreblow, que hizo con él la excursión a la Tierra del Fuego, y provisto de sus buenos aparatos toma-vistas, el valiente Plüschow se elevó en los aires el 28 de enero, en las cercanías del lago Argentino, en la Tierra del Fuego.
A poco, volando con dirección hacia el rio Rico, observaron las pocas personas presentes que seguían el curso de los aviadores con la vista que el aparato empezaba a dar saltos. Sin duda una avería. Y, desde una altura de 600 metros, Plüschow y su acompañante se lanzaron al espacio, provistos de sus paracaídas. Pero, ¡ay ¡los paracaídas no se abrieron. Y cuando los presentes llegaron al lugar de la catástrofe, se encontraron los dos cuerpos destrozados en el reborde de una roca. A la hora en que escribo estas líneas todavía no se han hallado los restos del aeroplano, en cuyo interior se encuentran los aparatos toma-vistas y el rollo de película impresionada.
La prensa toda de Chile y de la Argentina dedica columnas enteras al valiente aviador alemán que, arriesgando su vida, trabajando en pro de los dos grandes países sudamericanos, llevó a la pantalla un sinnúmero de bellezas naturales desconocidas y hubiera ahora aportado otros nuevos y valiosos documentos a la cinematografía si la trágica muerte no hubiera sorprendido al generoso héroe. Descansa en paz, entrañable amigo ¡El mundo entero honrara tu obra!"
Comentario final...por ahora.
A pesar de los datos analizados es muy difícil tener certeza absoluta de lo ocurrido, incluso me llamó la atención que el Dr. H. Corbella, hasta conversar conmigo, tenía la versión de que el accidente había sido en un decolaje, versión que no tiene asidero alguno en la documentación analizada. Es muy difícil entender, si es que nos atenemos a la bitácora de vuelo, que Pluschow, luego de los dos días en que estuvo a punto de morir de frío y hambre junto a Dreblow, haya superado ese angustiante encierro en un pequeño lago y haya continuado mudando el campamento sin haberse tomado, aunque sea un par de días para recuperarse. Una interpretación más razonable sería pensar que el accidente ocurre luego del escape del lago cuando buscaban un lugar cercano a su campamento para acuatizar y reparar en forma segura los arreglos de emergencia. Lamentablemente un análisis de la rotura y reparación del flotador nos habría arrojado mayor claridad sobre esto pero el mismo terminó sus días como abrevadero en una chacra y luego desapareció.
También podría ser que las fechas no se ajusten a la verdad y hayan sido acomodadas para su publicación de esa manera, pero el Diario original de Pluschow se perdió en Alemania en un envío de la mujer de Pluschow a un amigo por lo que no podemos tener certeza sobre esto.
Como dije al comienzo de este trabajo la muerte de Gunther Pluschow tiene un final abierto porque el público se resiste a cerrar su historia, la vida de Pluschow representa la esperanza de mucha gente en que es posible tener un sueño y "volar" en la vida hacia él sin importar los riesgos y las consecuencias, representa la firmeza para sostener los principios en los que se cree como camino hacia los objetivos que alguien se ha trazado y también conocer la historia de Pluschow nos permite disfrutar de nuestra capacidad de asombro y de nuestro sentimiento de admiración cuando lo creíamos perdido.
Finalmente es esta serie de interrogantes, seguridades y certezas lo que nos permite mantener viva esta historia de alguien que grabó para siempre sus sueños en los eternos glaciares de la misteriosa Patagonia.
Fuente: https://agaetemipasion.blogspot.com