El 21
de febrero de 1995, el aventurero aterrizó su globo en un pequeño pueblo
canadiense para batir otra marca, la de un vuelo aerostático transpacífico. Durante
su vida pulverizó 89 marcas, entre ellos los de circunnavegar el planeta en
avión, globo y velero. Desapareció sin dejar rastros cuando volaba en su
avioneta. Buscaba un lugar para otro desafío: un lago seco donde poder correr
con un vehículo a 1.300 kilómetros por hora
Por Daniel
Cecchini
James Stephen “Steve” Fossett nació en Jackson, Tennessee, el 22 de abril de 1944, pero creció en la cálida California, donde a los 9 años se incorporó a los Boy Scouts y poco después escaló su primera montaña, la de San Jacinto (Photo by Chip Somodevilla/Getty Images)
A
mediados de los ‘90 Leader, un pequeño pueblo perteneciente al municipio rural
de Happyland, cerca de la frontera entre Saskatchewan y Alberta, en Canadá,
tenía menos de ochocientos habitantes cuyas rutinas rara vez sufrían algún
cambio y donde las noticias más importantes eran los nacimientos o decesos por
muerte natural de los miembros de la comunidad.
A la
entrada del pueblo, el mensaje de bienvenida para los escasos visitantes o los
camioneros de paso estaba en un viejo árbol seco cuyas ramas superiores
sostenían la talla colorida de un pájaro carpintero que señalaba con su pico un
cartel sobre el cual descansaba una lechuza. “Welcome to Leader”, rezaba
inevitablemente el cartel.
La
mañana invernal del 21 de febrero de 1995 la calma de Leader se vio sacudida
por un fenómeno nunca visto por sus pobladores.
Sin
previo aviso, comenzaron a llegar algunos autos cuyos tripulantes se
identificaron como fotógrafos y periodistas en el ayuntamiento rural y en el
café de la calle principal. Más tarde llegó, incluso, la camioneta de una
cadena de televisión.
Los pobladores de Leader no sabían quién era ese tal Fossett, pero la llegada de un globo con un aventurero millonarios sería todo un acontecimiento y nadie se lo quiso perder (Photo by Trevor Collens-Pool/Getty Images)
Llegaron
como caídos del cielo, pero en realidad, como les dijeron a los parroquianos
del café y al comisario, estaban esperando algo que bajaría del cielo. Porque
las coordenadas de Leader eran el lugar previsto para el descenso del globo
aerostático de un aventurero millonario llamado Steve Fossett.
Los
pobladores de Leader no sabían quién era ese tal Fossett, pero la llegada de un
globo con un aventurero millonarios sería todo un acontecimiento y nadie se lo
quiso perder. No sabía tampoco que el navegante solitario del globo era un
hombre cuya meta en la vida era batir récords.
En ese
caso se trataba de convertirse en la primera persona en hacer un vuelo en globo
a través del Océano Pacífico. Había elegido al pueblo de Leader para llegar no
sólo por su ubicación geográfica, sino porque su nombre (“líder”, en español)
lo representaba.
Los
vecinos de Leader tampoco podían imaginar que Fossett moriría 12 años después
tratando de batir uno más que los 89 que ya había logrado, ya fuera nadando, navegando
o volando en globo o en avión.
A lo largo de su vida, Steve Fossett logró 89 récords, algunos de los cuales todavía hoy no han sido superados (Photo by Mark Wilson/Getty Images)
Fue una
muerte que, además, estuvo rodeada de misterio, porque su cuerpo demoró un año
en ser recuperado, y se lo encontró por casualidad.
El niño
aventurero
James
Stephen “Steve” Fossett nació en Jackson, Tennessee, el 22 de abril de 1944,
pero creció en la cálida California, donde a los 9 años se incorporó a los Boy
Scouts y poco después escaló su primera montaña, la de San Jacinto.
Fue el
primer paso de una vida dedicada a desafiarse: “Cuando tenía 12 años escalé mi
primera montaña, y seguí adelante, emprendiendo proyectos más diversos y
grandiosos”, contó años después en una entrevista.
Desde
entonces le gustaban los desafíos solitarios. Nunca integró un equipo de fútbol
ni de hockey, sentía que los deportes colectivos no eran para él.
A la
edad de 13 años, el pequeño Fossett obtuvo el rango más alto de Eagle Scout de
los Boy Scouts. Fue miembro de Honor de Vigilia de la Orden de la Flecha, la
sociedad de honor de los Boy Scouts, donde se desempeñó como jefe de la logia.
Después,
siempre en la vena de buscar desafíos, trabajó como guardabosques en Philmont
Scout Ranch en Nuevo México durante el verano de 1961.
En 2006 a bordo de un avión experimental de ala fija bautizado como “Virgin Atlantic GlobalFlyer”, voló alrededor del planeta durante 3 días, 4 horas y 45 minutos. Recorrió una distancia total de 42.4679 kilómetros sin ninguna escala (Photo by Matt Stroshane/Getty Images)
Multimillonario
en la bolsa
Dinero
no le faltaba, era hijo de un ingeniero eléctrico que tenía una fábrica de
jabón, pero la industria no era lo suyo, prefirió jugar en la bolsa como una
aventura más.
Combinaba
las dos cosas. Mientras compraba y vendía acciones y estudiaba Economía en la
Universidad de Stanford, cruzó nadando el canal del Golden Gate, en San
Francisco. Años después hizo lo mismo en el Canal de la Mancha.
Como
operador de bolsa hizo fortuna. Más de una vez dijo que, para un aventurero, el
riesgo de las inversiones bursátiles era totalmente compatible con el riesgo
controlado de sus hazañas deportivas. Dos maneras diferentes de superar
límites.
Pero
entre los dos juegos, el del dinero y el del deporte, terminó eligiendo uno
cuando se cansó del otro. Apenas cumplió 45 años dejó el mundo de las finanzas
y decidió dedicar todo su tiempo a algo que ya venía haciendo: batir récords,
como el de vuelo en globo transpacífico a cuyo final habían asistido los sorprendidos
pobladores de Leader el 21 de febrero de 1995.
En
cuanto al dinero, ya tenía más que suficiente para que se reprodujera solo. No
había necesidad de pensar en él.
Para
entonces ya estaba casado con Peggy, su novia de toda la vida, con quien no
tuvo hijos.
En sus intentos, rompió tres de los siete récords mundiales absolutos para aviones de ala fija reconocidos por la Fédération Aéronautique Internationale, todos en su Virgin Atlantic GlobalFlyer (Photo byThierry Boccon-Gibod-Pool/Getty Images)
El
hombre récord
A lo
largo de su vida, Steve Fossett logró 89 récords, algunos de los cuales todavía
hoy no han sido superados.
El más
importante de todos data de 2006, cuando a bordo de un avión experimental de
ala fija bautizado como “Virgin Atlantic GlobalFlyer”, voló alrededor del
planeta durante 3 días, 4 horas y 45 minutos. Recorrió una distancia total de
42.4679 kilómetros sin ninguna escala.
Cuatro años
antes había dado otra vuelta al mundo por el aire, esa vez en globo, en
solitario y sin escalas, en un vuelo que duró casi dos semanas. Era su sexto
intento, después de fracasar en los cinco anteriores. Partió de Northam,
Australia, el 19 de junio de 2002 y regresó el 2 de julio de ese mismo año.
Cuando
aterrizó había pasado más de 12 días en una cabina de 2,15 metros de largo,
1,65 metros de ancho y 1,65 metros de alto, alimentándose con raciones de tipo
militar y ayudándose de oxígeno almacenado en botellas para respirar.
No son
sus únicas vueltas al mundo. En 2004 circunnavegó el planeta a bordo de su
velero Cheyenne.
Había volado, navegado y nadado, pero le faltaba batir alguna marca en tierra firme. Se propuso romper el récord de velocidad sobre tierra con un vehículo propulsado por un motor que alcanzara cerca de los 1.300 kilómetros por hora (Photo by Matt Stroshane/Getty Images)
En sus
intentos, rompió tres de los siete récords mundiales absolutos para aviones de
ala fija reconocidos por la Fédération Aéronautique Internationale, todos en su
Virgin Atlantic GlobalFlyer. En 2002, recibió la Medalla de Oro del Royal Aero
Club del Reino Unido y fue incluido en el Salón de la Fama de la Aviación
Nacional en 2007.
También
lo nombraron miembro de la Royal Geographical Society y del Explorers Club.
Para
2007, parecía que a Steve Fossett no le faltaba romper ningún récord. Pero él
no pensaba lo mismo. Quiso ir por más. Tenía 63 años y estaba en perfecto
estado de salud, no tenía motivos para parar.
La
desaparición
Había
volado, navegado y nadado, pero le faltaba batir alguna marca en tierra firme.
Se propuso romper el récord de velocidad sobre tierra con un vehículo
propulsado por un motor que alcanzara cerca de los 1.300 kilómetros por hora.
No sólo
necesitaba un “auto” – si se lo puede llamar así – capaz de alcanzar la
velocidad sino un lugar para poder hacerlo. Después de mucho pensarlo, pensó
que el sitio ideal era algún lago seco donde poder construir la pista para
hacerlo correr. Y, fiel a su personalidad, se propuso encontrarlo él mismo.
Steve Fossett en su pequeña cabina del avión con el que dio la vuelta al mundo (AP)
El 3 de
septiembre de 2007 despegó en una avioneta desde su rancho Conrad Hilton para
recorrer desde las alturas el Gran Desierto de Cuenca, entre Nevada y
California. Jugador en soledad siempre, ni siquiera se ocupó de informar su
plan de vuelo a las autoridades aéreas.
Desde
que despegó no mantuvo ninguna comunicación radial. Desapareció sin dejar
rastros y sin dar ninguna señal de auxilio.
Lo
empezaron a buscar el día siguiente, pero los intentos de rescate por aire y
por tierra se hicieron casi a ciegas, porque al no dar un plan de vuelo, nadie
sabía hacía dónde se había dirigido con su avioneta.
Lo
buscaron durante casi un mes y después abandonaron la búsqueda. En octubre de
2007, se llegó a la conclusión de que había sufrido un accidente con el avión
en un sitio imposible de determinar.
En
febrero de 2008, después de una presentación judicial de su mujer, un juez del
Estado de Illinois declaró que Steve Fossett estaba legalmente muerto. Poco
antes, la propia Peggy había anunciado que no tenía “más planes para búsquedas
adicionales” de su marido desaparecido.
El
avión y los huesos
En
octubre de 2008, 13 meses después de la desaparición de Fossett, una pareja de
excursionistas que caminaba por Mammoth Lakes, una zona desértica entre
California y Nevada, encontraron por casualidad ropa y algunos otros objetos.
Uno de
ellos era una remera que después Peggy reconoció como perteneciente a su marido
pero sin estar segura de si la llevaba puesta o no cuando se subió a la
avioneta. Otro de los objetos encontrados no dejó dudas: era una tarjeta de
identificación con el nombre de Fossett.
Las
autoridades de California ordenaron reabrir la búsqueda por aire y tierra y
poco después, uno de los equipos terrestres encontró restos de la avioneta
Bellanca 8KCAB monomotor en la que había despegado Fossett, a tres mil metros
de altura, en una zona montañosa.
Las
pericias establecieron que la avioneta chocó de forma frontal contra la ladera
de la montaña. “El avión fue hacia arriba unos treinta metros, tratando de
superarla, pero chocó y se desintegró. El daño fue tan severo que dudo que
alguien hubiera podido sobrevivir”, informó a los periodistas el sheriff John
Anderson, del condado de Madera, que coordinaba los equipos de búsqueda.
Pasaron varios meses sin novedades, hasta que se encontraron unos pocos huesos a varios kilómetros de donde había caído el avión. Las pruebas de ADN demostraron que los restos pertenecía a Fossett (Photo by Mono County Sheriff's Search & Rescue via Getty Images)
Lo
llamativo fue que no se encontró ningún cuerpo entre los restos del avión, lo
que dio esperanzas de que Fossett hubiera escapado vivo del accidente. “Estoy
esperanzada de que esta búsqueda localizará los restos de mi marido”, dijo
entonces Peggy Fossett, la viuda del multimillonario.
La
declaración dejaba en claro que ella no tenía esperanzas de encontrarlo vivo,
sino que buscaba su cadáver.
Pasaron
varios meses sin novedades, hasta que se encontraron unos pocos huesos a varios
kilómetros de donde había caído el avión. Las pruebas de ADN demostraron que
los restos pertenecía a Fossett.
Pero, ¿Cómo habían llegado hasta ahí? La hipótesis de los investigadores fue que el
cuerpo del aventurero había sido despedazado por animales salvajes que
esparcieron sus partes en una amplia zona alrededor del avión.
Steve
Fossett había muerto en su ley: corriendo riesgos para superar otro récord.
Poco antes de desaparecer, un periodista de la CNN le preguntó cómo imaginaba
su futuro.
“Me
imagino que hasta los 80 años y cuando esté en una silla de ruedas, seguiré
intentando quebrar algunas marcas. Probablemente maneje un avión a control
remoto para dar la vuelta al mundo. Pienso establecer y romper récords de forma
indefinida”, respondió.
Fuente:
https://www.infobae.com