El 200º
Escuadrón Especial (Kampfgeschwader 200) fue una de las unidades más peculiares
de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) durante la Segunda Guerra Mundial. A
diferencia de otras escuadrillas de cazas o bombarderos, sus aparatos tuvieron
misiones tan poco convencionales como lanzar comandos en paracaídas sobre la
retaguardia, realizar vuelos de larga distancia sobre tierras inhóspitas,
acciones suicidas e incluso organizar un plan para matar a Iósif Stalin o
atravesar el Desierto del Sáhara para atacar Liberia.
Originalmente
la idea del 200º Escuadrón Especial se remontó a la República de Weimar cuando
tras la firma del Tratado de Versalles en 1919, un Coronel llamado Theodore
Rowehl que había sido piloto de reconocimiento durante la Primera Guerra Mundial,
tomó una avioneta con la que sobrevoló ilegalmente el territorio de Polonia
para anotar las posiciones fortificadas que el Ejército Polaco estaba
construyendo junto a la frontera con Prusia. Desde entonces hubo una serie de
aviadores que pilotando aparatos comerciales se dedicaron a atravesar los
países circundantes a Alemania hasta que una vez iniciada la Segunda Guerra
Mundial, el mismo Adolf Hitler autorizó la creación de una unidad aérea de
operaciones especiales llamada Escuadrón “Rowehl”. Esta escuadrilla que realizó
vuelos de alto riesgo sobre Europa Occidental, África y la Unión Soviética,
pronto fue absorbida por el Servicio de Inteligencia Alemán (Abwehr) y
reconvertida en el 200º Escuadrón Especial. Al mando del Capitán Adolf Koch y
bajo la supervisión del Capitán Karl Edmund Gartenfeld, el cuartel general del “Kampfgeschwader
200” fue ubicado en el Aeropuerto de Gatow de Berlín y sus bases distribuidas
del siguiente modo: el Aeródromo de Olga en Frankfurt, los Aeródromos de Klara
y Tosca en Europa Oriental y el Aeródromo del Carmen en Italia.
A
partir de 1943 fueron varias las acciones a las que tuvieron que hacer frente
los pilotos del 200º Escuadrón Especial entre las que se encontraron
entrenamientos con aviones a reacción, vuelos de prueba con misiles tripulados
V-1, manejo de bombas teledirigidas Fritz X y Henschel Hs 293, empleo de cazas
Focke Wulf Fw 190 como torpederos antibuque o el uso encubierto de bombarderos
capturados a los Aliados como B-17 “Flying Fortress” o B-24 “Liberator”.
Incluso en ocasiones se arrojaron cápsulas “Personenaubwurfgerät PAG”,
consistentes en un habitáculo de bases de goma que tras soltarse del avión
rebotaban contra el suelo hasta que una vez se detenían, su tripulación
compuesta por dos personas que se equipaban con armas de mano y cierto
avituallamiento salían al exterior para operar como comandos.
Curiosamente
aquel mismo año 1943, el 200º Escuadrón Especial lanzó una serie de
paracaidistas de la Legión “Turkestán” sobre el Asia Central para realizar sabotajes
sobre Kazakhistán y Uzbekistán, así como algunos hindús de la Legión India
Libre “Freies Indien” sobre Afganistán y Pakistán, además de volar varios
prototipos en un recorrido de larga distancia hasta la misma Manchuria ocupada
por Japón, donde se intercambiaron motores a reacción con el Ejército Imperial
Japonés a cambio de metales y caucho bruto.
La noche del 4 al 5 de Septiembre de 1944 tuvo lugar la misión más famosa del 200º Escuadrón Especial cuando un bombardero cuatrimotor Arado Ar 232B despegó de la capital de Letonia en Riga y se dirigió al centro de Rusia con la misión de asesinar al mismo Iósif Stalin (tenían previsto interceptarle a la altura del Kremlin en Moscú). Lamentablemente todo salió mal desde el principio porque las piezas de artillería antiaérea derribaron al avión, por lo que los dos únicos comandos, concretamente los anticomunistas rusos Piotr Ivanovich Shiloh y su esposa que hacía de operadora de radio, saltaron en paracaídas muy lejos de su objetivo. Afortunadamente ambos se hicieron con un sidecar y viajaron en dirección Moscú hasta que al llegar a las afueras de Smolenkso, un soldado del Ejército Rojo les ordenó detenerse en un control de carretera y les pidió los papales. Entonces Piotr, que se había identificado como un falso “Comandante Tavrin”, cometió el grave de error de comentar que estaba agotado después de haber conducido toda la noche, algo que al guardia le extrañó porque su motocicleta estaba seca tras haber llovido intensamente durante horas. Acto seguido los soldados soviéticos entendieron que probablemente se trataba de espías y detuvieron tanto a Piotr como a su mujer. A partir de entonces y para salvar la vida, el matrimonio trabajó con el Ejército Rojo haciendo creer a los alemanes que seguían siendo fieles al Tercer Reich mediante un canal de radio denominado “Niebla”, por lo menos hasta que al cabo de dos meses desde Berlín descubrieron el engaño y los propios soviéticos, juzgando que ya no eran necesarios, ejecutaron a Piotr y su esposa acusados de traición.
Bombardero B-17 alemán capturado a los Estados Unidos que ostenta las pinturas de la Luftwaffe.
Otra de
las funciones del 200º Escuadrón Especial fue el uso de 24 aviones apresados a
los Aliados que fueron agrupados en el Escuadrón “Zirkus Rosarious” y albergados
en el Aeródromo de Göttingen y Rechlin. Según el modelo y tipología, los
aparatos fueron los siguientes: seis bombarderos B-17 (Estados Unidos), cuatro
bombarderos B-24 Liberator (Estados Unidos), un bombardero Short Stirling
(Reino Unido), dos cazabombarderos P-38 Lightining (Estados Unidos), un
cazabombardero Mosquito (Reino Unido), dos cazas Spitfire (Reino Unido), dos
cazas P-51 Mustang (Estados Unidos), dos cazas P-47 Thunderbolt (Estados
Unidos), dos cazas Typhoon (Reino Unido), un caza Yak-3 (Unión Soviética) y un
caza La-5 (Unión Soviética).
Curiosamente
los bombarderos B-17 “Flying Fortress” fueron los aviones enemigos más
utilizados por el 200º Escuadrón Especial. Su captura se produjo del siguiente
modo: el B-17 “Wulf Hound” fue apresado en Leeuwarden sobre Holanda; el B-17 “Phyllis
Marie” en Werben sobre Alemania; el B-17 “Flak Dancer” en Laon sobre Francia;
el B-17 “Down and Go!” en Dinamarca; el B-17 “Miss Nonalee II” también en
Dinamarca; y B-17 “25-DL” en el Tercer Reich. Una vez reparados y puesto al
servicio de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe), los B-17 realizaron acciones
de reconocimiento y lanzamiento de paracaidistas sobre la Unión Soviética,
Francia, Grecia, África, Irak, Palestina e Irlanda, cosechándose únicamente una
sola pérdida después de que uno de los cuatrimotores tuviera que hacer un
aterrizaje forzoso en España y fuese internado por las autoridades del
Aeropuerto de Manises en Valencia hasta el final de la contienda (finalmente la
Fuerza Aérea Española se lo apropió después de varios intentos infructuosos de
los Estados Unidos por recuperarlo).
Los
paracaidistas fueron uno de los principales cometidos del 200º Escuadrón
Especial porque en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial sus aviones
arrojaron un gran número de agentes o nativos de las naciones ocupadas por los
Aliados y la Unión Soviética. Por ejemplo varios nacionalistas árabes y
oficiales alemanes fueron lanzados sobre Oriente Medio para organizar una
guerrilla musulmana que obtuvo un gran éxito en sus acciones porque incendiaron
oleoductos de petróleo, boicotearon centrales eléctricas y volaron vías férreas
en Irak, Siria y Palestina. Simultáneamente sobre Rumanía saltaron un total de
50 soldados de la Guardia de Hierro en grupos de ocho hombres que gracias a sus
acciones en la retaguardia mantuvieron distraídos a 615.000 efectivos del
Ejército Rojo. Menos suerte tuvieron los simpatizantes galos de la Francia de
Vichy porque tras ser depositados desde bombarderos B-24 Liberator en el
territorio de la Francia Libre, apenas pudieron operar porque 80 de los 95
agentes franceses fueron capturados o resultaron muertos.
Los
vuelos a larga distancia sobre el Desierto del Sáhara que partieron
habitualmente desde Atenas y otras zonas de Grecia fueron algunas de las
mayores proezas realizadas por el 200º Escuadrón Especial. En una ocasión un
bombardero Heinkel He 111 que remolcaba dos cazas Messerschmitt Bf 108 Taifun
cruzó la mitad de África hasta el Sahel para aterrizar en medio de una tierra
inhóspita situada entre los puertos de Freetown en Sierra Leona y Monrovia en
Liberia. Inmediatamente los técnicos que había a bordo del aparato,
descendieron y comenzaron a construir una pista de aterrizaje para atacar las
colonias del Imperio Británico, por lo menos hasta que la misión se fue al
traste después de que uno de los ingenieros cometiese el error de encender un
cigarrillo durante la noche que fue avistado por las patrullas anglo-africanas
y entonces todo el equipo fue capturado.
Bajo la
denominación de proyecto “Mistel”, también denominado “Beethoven-Gerät”
(Dispositivo de Beethoven) o “Vati und Sohn” (Padre e Hijo), el 200º Escuadrón
Especial fue artífice de una obra de ingeniería revolucionaria al combinar
cazas Messerschmitt Bf 109 o Focke Wulf Fw 190 con bombarderos Junkers Ju 88 o
planeadores DFS-230 unidos por una estructura de metal, cuyos pilotos a bordo
de los primeros desprenderían a los segundos hasta hacerlos chocar cargados de
explosivos contra objetivos enemigos. Así fue como desde el 24 de Junio de 1944
fueron arrojados un total de 250 Mistel contra la Flota Aliada durante la
campaña de Normandía en el Canal de la Mancha. Sorprendentemente, y salvo
porque uno de los Mistel se perdió debido a problemas técnicos, el resto
colisionó contra un gran número de buques y equipamiento militar en las playas,
logrando dañar al puerto artificial “mulberry” de Arromanches y dejar fuera de
combate al destructor británico HMS Nith que sufrió 9 muertos y 24 heridos.
También en el Frente Oriental algunos Mistel fueron empleados durante la
“Operación Martillo de Hierro” (Unternehmen Eisenhammer) que pretendía eliminar
la electricidad del 75% de la industria soviética, aunque los daños fueron muy
limitados con impactos en diversas centrales de energía de Moscú, Gorky, Tula,
Stalinogorsk y la Presa de Rybinsk.
Mistel compuesto por un caza Focke Wulf Fw 190 y un bombardero Junkers Ju 88 que estaba siendo revisado por soldados norteamericanos nada más ser capturado.
A
finales de la Segunda Guerra Mundial en la primavera de 1945, el 200º Escuadrón
Especial creó la “Escuadrilla Leónidas” compuesta por misiles V-1 tripulados
que tenían la misión de realizar acciones suicidas contra objetivos enemigos
imitando a los aviones kamikazes que Japón estaba empleando en la Guerra del Pacífico.
A bordo de bombas volantes bautizadas como Fieseler Fi 103 Reichenberg IV,
entre el 17 y 20 de Abril de 1945 un total de diecisiete kamikazes alemanes
procedentes del Aeródromo de Jüteborg se estrellaron y echaron abajo diecisiete
puentes construidos por el Ejército Rojo sobre los Ríos Oder y Spree (que en
esos momentos estaban cargados de tropas soviéticas) durante la Batalla de
Berlín.
Terminada
la Segunda Guerra Mundial sobre Europa en Mayo de 1945, el 200º Escuadrón
Especial fue disuelto junto a todo el resto de la Luftwaffe. A partir de
entonces los pilotos de esta peculiar escuadrilla se harían internacionalmente
populares tras la desclasificación de todos los documentos secretos encontrados
por los vencedores, lo que sin duda convirtió a la unidad en una de las
formaciones aéreas más elitistas del siglo XX.
Fuente: https://www.eurasia1945.com