Un B-24 Sandman bombardea la refinería Astra Romana
en Ploiești, Rumania, durante la Operación Tidal Wave, en 1943
Fecha: Desde el 1 de septiembre de 1939 al 2 de
septiembre de 1945
Lugar: Todo el Mundo. Destacan Europa y el Pacífico
Resultado: Victoria aliada
Beligerantes
- 1935–1945 Alemania nazi
- Imperio de Japón
- Reino de Rumanía
- Reino de Hungría
- 1861-1946 Reino de Italia; Reino Unido
- 1912-1959 Estados Unidos
- Unión Soviética
- Francia
- 1940-1944 Francia libre
- Polonia
- República de China
- Países
Bajos
- Australia
- Canadá
Comandantes
- Alemania
nazi 1935–1945 Hermann Göring, Albert Kesselring, Hugo Sperrle
- Japón
Naruhiko Higashikuni, Masakazu Kawabe
- Reino Unido Charles Portal, Richard Peirse, Arthur
Harris
- Estados Unidos 1912-1959 Hap Arnold, Carl Spaatz, Curtis
LeMay
- Union
Soviética Serguéi Judyakóv, Alexander Novikov
- Canadá
Clifford McEwen
Bajas
Entre 305000 y 600000 civiles alemanes y graves
daños a su industria
Entre 241000 y 900000 civiles japoneses - 103900
militares japoneses muertos y graves daños a su industria
Entre 50000 y 100000 civiles y militares italianos
por los bombardeos aliados
Total: 800000-1700000
- Aliados, Unión Soviética y China
60595 bajas civiles británicas
160.000 aviadores en Europa
2691 aviadores en Japón
~500.000 civiles soviéticos
67078 civiles franceses por los bombardeos de RU y
EE.UU.
~260.000 civiles chinos
Total: ~1.000.000
Teatros de operaciones de la II Guerra Mundial
1939-1945
Europa y norte de África - África y Oriente Medio -
Asia y Pacífico - Atlántico - América y el Caribe
Los bombardeos estratégicos durante la II Guerra Mundial incluyeron el bombardeo aéreo de fuerzas militares,
ferrocarriles, puertos, ciudades, y cualquier zona civil, y áreas industriales.
El 1 de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia
y la Luftwaffe, las Fuerzas Aéreas Alemanas, comenzó a prestar apoyo táctico a
la Wehrmacht, bombardeando los principales objetivos estratégicos, incluyendo
la capital, Varsovia. Dos días después, Francia y el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte declararon la guerra a Alemania; la Real Fuerza
Aérea británica comenzó a atacar a los buques de guerra alemanes a lo largo de
las costas alemanas del mar del Norte. Mientras, el bombardeo alemán de Polonia
se convirtió en la primera de las indiscriminadas y sin restricciones campañas
de bombardeos aéreos que se dieron durante la II Guerra Mundial.
Mientras la guerra se expandía por el continente
europeo y otras partes del mundo, los bombardeos por parte de las potencias del
eje y los aliados se recrudecieron. Tanto ejércitos como instalaciones
militares fueron atacados a lo que había que sumar las ciudades y la población
civil. El bombardeo masivo de la población civil se consideraba una importante
arma psicológica para romper la voluntad del enemigo a combatir. Entre 1940 y
1941, Alemania utilizó esta táctica en su Blitz contra el Reino Unido en la
llamada Batalla de Inglaterra.
A partir de 1940 la intensidad de los bombardeos
británicos sobre territorio alemán aumentaron y se hicieron menos restrictivos,
siendo cada vez más, dirigidos a zonas industriales y finalmente a la población
civil.
Desde 1943 los Estados Unidos también reforzó esta
política, basada en el bombardeo estratégico de las ciudades enemigas para
mermar su moral y capacidad industrial. Esta política fue llevada a su extremo
en los controvertidos bombardeos de Hamburgo (1943) y Dresde (1945), cuando bombas
incendiarias dejaron las ciudades completamente destruidas y dejando decenas de
miles de muertos civiles.
El efecto del bombardeo estratégico puede variar en
sus efectos y resultados dependiendo de su duración e intensidad. Así, tanto la
Luftwaffe como la RAF no fueron capaces de dar el golpe de gracia y acabar con
la moral del enemigo; sin embargo, sus respectivos bombardeos mermaron
considerablemente la capacidad industrial y productiva del enemigo.
En Asia y el Pacífico, los japoneses bombardearon
Chongqing en numerosas ocasiones hasta finales de 1943. Los bombardeos
estratégicos estadounidenses contra el Imperio Japonés comenzaron en octubre de
1944. Anteriormente los Estados Unidos ya había efectuado bombardeos a pequeña
escala en las costas chinas, pero por razones de suministro se habían mostrado
muy ineficaces e irregulares. Los bombarderos estadounidenses que habrían de
bombardear Japón partían de la isla de Saipan, bombardeos que finalizaron con
los ataques nucleares contra Hiroshima y Nagasaki, seis días antes de la
rendición japonesa.
Bombardeos en Europa
Situación previa al inicio de la II Guerra Mundial
Franklin Roosevelt, presidente de los EEUU durante
la guerra.
Hermann Goering, Mariscal del aire y jefe supremo
de la Luftwaffe
Antes de la II Guerra Mundial, durante el periodo
de entreguerras, los avances en la aviación llegaron a un punto en que un único
ataque por parte de un conjunto de aeronaves podía llegar a devastar una ciudad
entera. En 1932 Stanley Baldwin, primer ministro británico advirtió:
“La evolución del bombardeo aéreo siempre deberá
estar presente en nuestras mentes”.
El 1 de septiembre de 1939, Roosevelt, presidente
del neutral Estados Unidos, hizo un llamamiento a los beligerantes para limitar
sus ataques aéreos. Francia y el Reino Unido acordaron acatar una resolución
que establecía la escrupulosa observación de todos los bombardeos aéreos
realizados por estas potencias. Alemania también accedió a cumplir la petición
de Franklin Roosevelt, explicando que el violento bombardeo sobre Varsovia se
había debido a su condición de ciudad fortificada y que en ningún caso Alemania
había orientado sus bombardeos contra la población civil. El Reino Unido
definió su estrategia aérea en una eventual guerra con Alemania el 31 de agosto
de 1939 cuando dijo que sus principales objetivos serían la flota de superficie
alemana del Mar del Norte y las industrias que contribuían decisivamente al
esfuerzo de guerra alemana, centrándose en sus industrias de procesamiento y
refinado de petróleo. Esta política fue comunicada a Francia, acentuando la
necesidad de no provocar un elevado número de bajas civiles.
Si bien se reconoció que los ataques podrían causar
víctimas civiles, el gobierno británico anunció que en ningún caso atacaría
deliberadamente a la población civil fuera de las zonas de combate. Los
británicos cambiaron su política el 15 de mayo de 1940, un día después del
bombardeo alemán de Róterdam, cuando la RAF recibió la orden de atacar la
cuenca del Ruhr, incluyendo las plantas de petróleo y altos hornos. La primera
incursión en territorio alemán se produjo en la noche del 15 al 16 de mayo de
1940, mientras se desarrollaba la Batalla de Francia.
Primeros bombardeos en Europa
Campaña de Polonia
Vista aérea durante un bombardeo sobre Varsovia en
1939
Varsovia en ruinas tras los bombardeos.
Después de la invasión de Polonia, la Luftwaffe
realizó un bombardeo sistemático de la mayoría de las principales ciudades,
hospitales, escuelas, comunicaciones e infraestructuras polacas. La población
civil también fue atacada, los principales bombardeos se realizaron sobre
Varsovia, Wieluń y Frampol. Las órdenes de la Luftwaffe en la campaña de
Polonia eran impedir el ataque de la Fuerza Aérea de Polonia a territorio
alemán y a las columnas que invadían el territorio polaco. También tenían la
misión de apoyar a las fuerzas terrestres con bombardeos tácticos sobre rutas
estratégicas, áreas militares y zonas industriales.
Se hicieron los preparativos para un gran ataque
aéreo, Operación Wasserkante, contra Varsovia. No se sabe con certeza, pero se
puede advertir que la declaración de Roosevelt para evitar víctimas civiles
influyera en la decisión de Goering de cancelar la operación y prohibir el
bombardeo de los barrios residenciales. Un informe fechado el 4 de septiembre
por el embajador francés en Varsovia advertía que los alemanes sólo habían
atacado objetivos militares y económicos. Varsovia fue atacada por las fuerzas
terrestres alemanas el 9 de septiembre, declarándola en estado de sitio el día
13. Los defensores se negaron a rendir la ciudad, siendo fuertemente
bombardeada hasta su rendición el día 28 de septiembre.
El bombardeo de la red ferroviaria, cruces
estratégicos y áreas militares causaron estragos en los intentos de Polonia de
defenderse de la invasión alemana. Desde el primer día de la invasión, la
anticuada red de comunicaciones polaca fue destruida y la superioridad numérica
y técnica de la Luftwaffe no dejó la mínima oportunidad de reacción a la Fuerza
Aérea de Polonia.
El 13 de septiembre, siguiendo las órdenes de la
ObdL, la Luftwaffe bombardeó el Barrio Judío de la ciudad de Varsovia. El
bombardeo fue justificado argumentando una serie de delitos, no especificados, perpetrados
por habitantes de este barrio contra soldados alemanes. 183 incursiones aéreas
dejaron caer miles de bombas incendiarias que incendiaron y destruyeron el
Barrio Judío. Además, Hitler ordenó que no se permitiera a los civiles salir de
la ciudad, lo cual pensó que alentaría la rendición de Polonia. En los tres
días posteriores al bombardeo, los bombardeos sobre sinagogas y lugares judíos
continuaron. La Wehrmacht rodeó la ciudad y miles de panfletos fueron lanzados
sobre la ciudad, intimidando a los ciudadanos con nuevos bombardeos si no
aceptaban la rendición. El 25 de septiembre la Luftwaffe totalizó 1150 salidas,
dejando caer sobre Varsovia 560 toneladas de bombas de alto explosivo y otras
72 toneladas de bombas incendiarias.
Para conservar en buen estado sus mejores
bombarderos, los modernos Heinkel He 111, para su utilización en próximas
batallas en el frente occidental, estos fueron sustituidos en el frente polaco
por los aviones de transporte Ju 52. La menor precisión de estos aviones causó
muchas bajas alemanas por sus propias bombas. Al finalizar el sitio de Varsovia
y la campaña polaca, el 10% de la capital polaca había sido destruida y más de
30000 civiles habían muerto por los bombardeos aéreos.
Frente occidental de 1939 a junio de 1940
Sólo 2 días después de la invasión alemana de
Polonia, el Reino Unido y Francia declararon la guerra a Alemania, dando
comienzo la guerra en el oeste y abriéndose el frente occidental. El Reino
Unido empezó atacando buques alemanes y bases navales del norte de Alemania el
3 y 4 de septiembre como Cuxhaven y Wilhelmshaven, muriendo en estos ataques un
total de 8 hombres de la Kriegsmarine. Las primeras incursiones en territorio
británico por parte de los alemanes no se llevarían a cabo hasta octubre,
cuando fueron atacadas las bases navales de Rosyth y Scapa Flow los días 16 y
17. A partir de la llegada del invierno comenzó la denominada guerra falsa o
guerra en broma en la que los combatientes se dedicaron a la propaganda de
guerra y pequeñas escaramuzas sin mayores consecuencias.
Aviones de reconocimiento de la RAF sobre Dunkerque
El gobierno británico prohibió los ataques a
objetivos en tierra y buques de guerra enemigos que se encontraran en puertos
con el fin de evitar bajas civiles; por su parte los mandos alemanes
prohibieron a la Luftwaffe realizar incursiones en el mar y atacar fuerzas
enemigas a menos que estas hubieran atacado previamente territorio alemán.
Después del incidente de Altmark, la Luftwaffe lanzó un ataque contra la marina
británica en su base de Scapa Flow el 16 de marzo de 1940, que provocó las
primeras bajas civiles británicas. Este ataque fue seguido de uno británico
contra la base aérea alemana de Hörnum, en la que se bombardeó un hospital,
aunque no hubo víctimas.
El 10 de mayo de 1940, Alemania lanzó su
Blitzkrieg, invadiendo Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo con objeto de
llevar a cabo la conquista de Francia. Para esta operación se movilizaron,
entre otros, más de 4000 aviones repartidos en dos flotas aéreas. Al iniciarse
la operación, 3 bombarderos alemanes bombardearon por error la ciudad alemana
de Friburgo en lugar de su objetivo, la base aérea francesa Dole-Taveux. Los
bombardeos alemanes sobre Francia comenzaron en la noche del 9 al 10 de mayo.
El 11 de mayo ya habían sido bombardeadas Henin-Lietard, Bruay, Lens, La Fere,
Loan, Nancy, Colmar, Pontoise, Lambersart, Lyons, Bouai, Hasebrouck, Doullens y
Abbeville con al menos 40 civiles muertos. Con el fin de retrasar el ataque
alemán sobre el oeste, el 12 de mayo los británicos bombardearon el valle del
Ruhr, uno de los principales centros industriales de Alemania. También se
produjeron incursiones aéreas británicas en la frontera con Holanda, donde
fueron atacados nudos de comunicaciones, carreteras y vías férreas; el día 15
fue bombardeada la ciudad alemana de Gelsenkirchen.
Bombardeo de Róterdam
Róterdam tras el bombardeo
Vista de la ciudad totalmente destruida, entre los
edificios destruidos se observan una estación de tren y una iglesia
Durante la invasión de los Países Bajos, los
alemanes amenazaron al gobierno holandés con bombardear Róterdam con el fin de
acelerar la rendición del país. Las negociaciones fracasaron y el ultimátum
alemán fue rechazado de tal forma que el día 14 de mayo la Luftwaffe recibió la
orden de bombardearla en un esfuerzo por hacer capitular a la ciudad, en aquel
momento sitiada. En el último momento los neerlandeses accedieron a negociar,
de modo que se dio la orden de cancelar el bombardeo, pero la orden no fue
recibida por los aviones que ya se dirigían hacia Róterdam, que bombardearon la
parte oriental de la ciudad, aunque el combate se estaba desarrollando en el
noroeste.
Participaron 100 aviones en su mayoría Heinkel He
111, de ellos, 57 arrojaron todas las bombas que llevaban; en total se lanzaron
sobre Róterdam 97 toneladas de bombas. Se produjo un incendio que arrasó 2,8
km² devastando 21 iglesias y 4 hospitales. En el ataque fallecieron entre 800 y
1000 civiles, otros 1000 resultaron heridos y 78000 se quedaron sin hogar.
Cerca de 25000 casas, 2300 tiendas, 775 almacenes y 62 escuelas fueron
destruidas. La propaganda británica multiplicó las víctimas mortales por 30.
Las agencias de noticias exageraron sobremanera los acontecimientos, llegando a
informar de que 30000 personas yacían entre los escombros.
Tras el bombardeo, los alemanes amenazaron con
atacar Utrecht, ante tal situación los Países Bajos capitularon.
Respuesta británica
Tras el ataque a Róterdam, los bombarderos de la
RAF recibieron autorización para atacar objetivos alemanes al este del Rin. El
15 de mayo de 1940, el Ministerio del aire ordenó al Mariscal Charles Portal
atacar objetivos en el Ruhr, sin excluir cualquier objetivo que contribuyera al
esfuerzo de guerra alemán. El motivo de estos ataques se encontraba en la
necesidad de desviar parte de la fuerza aérea alemana para evitar nuevos bombardeos
sobre Francia. Churchill explicó los motivos de su decisión a su homólogo
francés en una carta fechada el 16 de mayo:
“He estudiado hoy junto al gabinete de guerra y
nuestros expertos su solicitud de anoche y estamos de acuerdo en que es mejor colaborar
y atraer al enemigo con el fin de hacer causa común”.
En la noche del 15 al 16 de mayo, 96 bombarderos
británicos atacaron. De ellos, 78 bombarderos tenían por objetivo la
destrucción de refinerías y centros de procesamiento y almacenamiento de
petróleo. Un nuevo bombardeo nocturno tuvo lugar 2 días después, cuando la RAF
bombardeo instalaciones petroleras en Hamburgo y Bremen, muriendo 47 personas y
resultando heridas 127. Colonia también fue atacada, aunque con escasa o nula
repercusión. A finales de mayo, Essen, Duisburgo, Düsseldorf y Hannover fueron
atacados de una forma similar. En junio continuaron las ataques sobre ciudades
como Mannheim, Fráncfort del Meno y Bochum. Al carecer los británicos del
equipo necesario para guiarse sobre territorio alemán, la precisión y
efectividad de los ataques era muy escasa; por lo general las bombas quedaban
diseminadas por un amplio radio.
El 8 de junio, una escuadra francesa bombardeo
Berlín como respuesta al bombardeo sobre París pocos días atrás. A pesar de los
ataques aliados sobre Alemania, la Luftwaffe no comenzó los bombardeos sobre
Reino Unido hasta 6 semanas después de la capitulación francesa.
La Batalla de Inglaterra y el Blitz
Un soldado británico observa el cielo londinense.
Bomberos londinenses se esfuerzan en apagar
incendios provocados por los ataques
Escuadrón de la RAF preparándose para despegar en
Bristol
Un Supermarine Spitfire intenta abatir un Dornier
Do 17 alemán
El 22 de junio de 1940, Francia se rinde ante
Alemania, pero el Reino Unido decide seguir luchando. A mediados de julio, los
británicos bombardean los buques de guerra alemanes Scharnhorst y Prinz Eugen
atracados en Kiel; al día siguiente la RAF, con 16 bombarderos, ataca
instalaciones ferroviarias en Hamm. El comienzo de la batalla de Inglaterra
puede fijarse el 10 de julio, cuando se dan las primeras escaramuzas sobre el
Canal de la Mancha. Hitler, cuyos objetivos se encuentran en el este de Europa,
intenta negociar una paz con el Reino Unido; prohíbe los bombardeos sobre
Londres, pero su oferta es rechazada.
El 1 de agosto, Hitler emite la Directiva N° 17 en
la que se establecen las condiciones que sus pilotos deben acatar en la guerra
contra el Reino Unido. Se establecen como objetivos principales aeródromos e
industrias de armamento y construcción de aviones, así como defensas
antiaéreas. Los ataques indiscriminados contra la población civil sólo se
debían realizar como medio de represalia.
El 8 de agosto comenzaron los ataques contra las
bases aéreas de la RAF en el marco de la operación Día del Águila, cuyo
objetivo era multiplicar los ataques contra la aviación británica en suelo
británico. Para reducir la pérdidas, la Luftwaffe comenzó a incrementar las
operaciones nocturnas. En la última semana de agosto más de la mitad de las
operaciones se realizaban al amparo de la oscuridad. A pesar de las órdenes
recibidas, Londres sufrió su primer bombardeo el 15 de agosto, muriendo 60
personas. Los alemanes pidieron disculpas por este hecho, pues aún no eran
tiempos de guerra total y se seguían ciertas normas de cortesía. Ese mismo mes
Londres fue bombardeada en 5 ocasiones más, noches del 18 al 19, 22 al 23, 25
al 25, 25 al 26 y 28 al 29. El ataque del día 22 fue el primer bombardeo al
centro londinense. El día 24, debido a un error fueron bombardeadas varias
zonas residenciales de la periferia de Londres. Al día siguiente y como
represalia la RAF bombardeó por primera vez Berlín, coincidiendo con la llegada
a la ciudad de Molotov, Ministro de Asuntos Exteriores soviético; sus objetivos
eran el aeródromo Tempelhof y la fábrica de Siemens en Siemenstadt. La imprecisión
de los bombardeos provocó que algunos ataques se produjeran sobre la población,
lo que enfureció a Hitler, que veía en ellos bombardeos indiscriminados contra
la población alemana. Se ordenó un gran bombardeo para la noche siguiente,
concentrado los esfuerzos sobre Londres. Hitler, en un discurso en Berlín el 4
de septiembre anunció que:
“La noche anterior los británicos bombardearon
Berlín. Que así sea. Pero en este juego de dos, llegará un momento en el que
uno caerá y no va a ser la Alemania nacionalsocialista. Por cada 3000 o 4000 kg
de bombas arrojadas por la fuerza aérea británica, nosotros haremos caer 300000
o 400000 kg. Cuando ataquen nuestras ciudades, nosotros destruiremos las suyas.
A la Luftwaffe se le ordenó bombardear las principales
ciudades británicas, Londres debía ser la más castigada. El 7 de septiembre,
318 bombarderos atacaron de manera casi continua Londres durante todo el día.
El puerto fue atacado y sus llamas no pudieron extinguirse hasta 24 horas
después. El ataque del 7 de septiembre tenía un doble objetivo: por un lado la
destrucción del puerto londinense y por otro sumir en el terror a la población
civil. Otros 250 bombarderos atacaron por la noche; al día siguiente ya se
habían contabilizado 430 muertos. La Luftwaffe emitió un comunicado en el que
anunciaba que más de un millón de kilos de bombas se habían lanzado sobre
Londres en 24 horas. En semanas posteriores muchas otras ciudades británicas
fueron bombardeadas, como Birmingham, Liverpool, Southampton, Mánchester,
Bristol, Belfast, Cardiff, Clydebank, Kingston o Coventry. Durante el otoño,
los alemanes se centraron en el bombardeo de puntos estratégicos como muelles o
fábricas; aunque entre los objetivos se encontraban el bombardeo de ciudades,
destacando Londres y el barrio gubernamental de Whitehall, la ofensiva de otoño
se centró principalmente en objetivo militares y no en aterrorizar a la
población.
Durante el Blitz, el metro servía a la población de
refugio antiaéreo
Durante esta intensiva ofensiva aérea que se
prolongó hasta el invierno, los alemanes mejoraron considerablemente
tecnologías como la navegación aérea, que les permitía atacar con suma
precisión en sus incursiones nocturnas o en días nublados. Los británicos por
su parte se apresuraron en encontrar soluciones a su situación. Fue entonces
cuando generalizó el uso del radar, que permitía a los aviones británicos
anticiparse a los bombardeos alemanes haciendo que estos perdieran el factor
sorpresa. Este nuevo invento, desarrollado en los años 30 por el físico Robert
Watson-Watt podía incluso precisar el número de atacantes y en consecuencia
permitía elegir la mejor estrategia a la hora de defenderse. El radar y otros
como la aparición del maniobrable Supermarine Spitfire, superior en muchos
sentidos al principal caza alemán, el Bf 109, contribuyeron a decantar la
balanza a favor del Reino Unido, a pesar de la gran superioridad numérica y
material de Alemania.
Con el paso del tiempo y a pesar de los graves
daños sufridos, las defensas antiaéreas crecieron, aumentando las pérdidas de
Alemania, que poco a poco fue perdiendo interés en la conquista de las islas.
Sus nuevos objetivos se centraban ahora en la invasión de la Unión Soviética y
el resto de países del este. Los británicos rápidamente se recuperaron y el 16
de diciembre de 1940 se bombardeó la ciudad alemana de Mannheim, bombardeo que
fue considerado el primer ataque masivo contra una ciudad situada en Alemania.
Este ataque se ejecutó, según los británicos, como represalia a la casi
completa destrucción de Conventry y Southampton. Con este ataque, el Reino
Unido dio comienzo a los ataques contra zonas industriales y civiles en el
interior de Alemania.
Bombardeos británicos sobre Alemania
Estimaciones de la RAF de la destrucción de los
núcleos urbanos alemanes con más de 500 000 habitantes
La estrategia a seguir por los británicos en las
operaciones de bombardeos fue presentada el 23 de septiembre de 1941. En él se
aseguraba que el objetivo de los ataques aéreos sería "Atacar con el fin
de romper la moral de la población haciendo las ciudades físicamente
inhabitables y sumir a la población en una sensación de peligro
constante".
Dresde tras el bombardeo de febrero de 1945 vista
desde lo alto de la torre del ayuntamiento. Famosa foto de Richard Peter.
Durante los primeros meses de campaña se generó un
debate interno en el seno del gobierno británico sobre dotar de los limitados
recursos del país a la Royal Air Force o bien a la Royal Navy. Uno de los
asesores científicos del gobierno, Frederick Lindemann presentó un influyente
artículo apoyando el bombardeo masivo sobre las industrias alemanas. Finalmente,
en 1942 se decidió el uso del bombardeo masivo, siendo el Comando de Bombardeos
uno de las principales armas del esfuerzo de guerra británico hasta el final de
la II Guerra Mundial. Una gran proporción de la producción industrial británica
fue destinada a la dotación y construcción de una gran flota de bombardeos
pesados que redujo considerablemente los recursos para otras áreas. Hasta 1944
los bombardeos sobre Alemania apenas surtieron efecto. En 1942 el Mariscal del
Aire Arthur Harris fue designado para comenzar los bombardeos masivos sobre las
principales ciudades alemanas, el comienzo de estos ataques supuso el inicio de
una guerra de carácter total entre Alemania y el Imperio Británico.108 Con el
objetivo de reducir la capacidad de mano de obra y producción en Alemania se
pusieron como objetivos prioritarios el ataque a hogares, fábricas y centros
históricos mediante el uso de bombas incendiarias para que el daño fuera mucho
mayor. Este nuevo enfoque fue obra de Blackett quien calculó que los ataques de
la RAF podrían destruir en pocos meses las ciudades alemanas. El plan fue muy polémico,
pero fue aceptado debido a que era la única manera de atacar Alemania de una
manera directa.
A principios de 1942 los soviéticos exigían a sus
aliados occidentales la apertura de un segundo frente para aliviar su
situación. El 14 de febrero de 1942 fue emitida la Directiva Nº 22 en la que se
autorizaban, sin restricciones, el bombardeo de las ciudades de Essen,
Duisburg, Düsseldorf y Colonia seguidos de Brunswick, Lübeck, Rostock, Bremen,
Kiel, Hannover, Fráncfort del Meno, Mannheim, Stuttgart, y Schweinfurt. Para
evitar confusiones Charles Portal escribió a Norman Bottomley:
“Supongo que está claro el objetivo de los ataques,
la población civil enemiga y no las fábricas y astilleros”.
El primer ataque de este tipo se realizó en la
noche del 28 al 29 de marzo de 1942 cuando 234 aviones bombardearon Lübeck,
destruyendo la mayor parte del centro de la ciudad.
Hamburgo tras un bombardeo en 1943
El centro de Wesel tras ser bombardeado, el 97% del
centro fue destruido
El primer bombardeo de carácter masivo se efectuó
sobre la ciudad medieval de Colonia, una de las mayores zonas industriales del
país. En la noche del 30 al 31 de mayo de 1942, 1046 bombarderos arrojaron más
de 2000 toneladas de explosivos y bombas incendiarias, provocando centenas de
incendios individuales. La devastación fue total, destruyéndose más de 3300
casas y 36 fábricas, entre otros. Las víctimas mortales no superaron las 500
pero el ataque dejó a más de 45000 sin un lugar donde vivir o trabajar. Los
británicos perdieron 40 aeronaves. En los días posteriores también fueron
atacadas Essen y Bremen.
Los ejemplos más extremos de los ataques masivos
sobre la población fueron causados por la llamada Operación Gomorra donde
Hamburgo fue destruida con un saldo de más de 34000 muertos y 900000
desplazados. El ataque a Kassel se saldó con 10000 muertos, el de Darmstadt con
12500 muertos, el ataque a Pforzheim dejó 21200 muertos, en Swinemünde 23000
muertos y el Bombardeo de Dresde a su ciudad medieval al final de la guerra,
del 13 al 15 de febrero de 1945, dejó entre 18000 y 35000 muertos, siendo aún
uno de los episodios más polémicos de la II Guerra Mundial.
Colonia en 1945
En los dos primeros años de campaña los efectos de
los bombardeos estratégicos británicos estaban muy sobrevalorados a pesar de la
prácticamente nula eficacia que habían tenido. Los alemanes eran capaces de
sustituir y minimizar los daños causados, en parte gracias a las lecciones
aprendidas durante los bombardeos sobre Inglaterra. Estos problemas intentaron
ser solventados con una mejora en la precisión y concentración de los ataques
en una zona determinada. Estas mejoras fueron acompañadas por una mejor
formación de la tripulación, ayudas electrónicas y nuevas tácticas diseñadas
por el Mariscal del aire británico, Arthur Harris.
Según el historiador económico Tooze Adán, el punto
de inflexión en la economía alemana se produjo entre marzo de 1943 y marzo de
1944. Entre otros, los bombardeos consiguieron hacer retroceder la producción
de las principales armas de guerra alemanas como los tanques Tiger o los
cañones de 88 mm, la pieza de artillería más potente, eficaz y multipropósito
de la Wehrmacht. Estas industrias se vieron principalmente afectadas a raíz del
bombardeo de Hamburgo. En marzo de 1943 tuvo lugar una larga campaña de la RAF
sobre la cuenca del Ruhr, el principal centro industrial metalúrgico y minero
del país. Entre marzo y julio fueron arrojadas 34000 toneladas de bombas
reduciendo la producción de acero en 200000 toneladas, lastrando toda la
economía alemana que arrastraba un déficit de producción de 400000 toneladas.
El ministro de armamento alemán, Albert Speer, llegó a reconocer la eficacia
británica y los trastornos que los ataques habían producido en sus planes de
expansión de la producción.
En octubre de 1943, Harris instó al gobierno a que
diera toda la información posible a la población sobre los ataques sobre
Alemania. Los objetivos británicos eran, además de fábricas y objetivos
militares, la población civil. Los medios de transporte, servicios públicos,
carreteras, vías férreas, viviendas y todo lo que ayudara a minar moral alemana
eran objetivos. A partir del 23 de septiembre empezaron a bombardearse puertos
fluviales y canales, con los ataques sobre el canal Dortmund-Ems y el canal
Central de los que dependía sobremanera la economía alemana. Los ataques sobre
el Dortmund-Ems produjeron enormes retrasos en el tráfico hacia el río Rin que
provocaron un impacto inmediato sobre el transporte de mercancías, destacando
el transporte de carbón, pieza fundamental de la economía alemana. A comienzos
de 1945, los envíos se habían reducido a la mitad y excepto en zonas limitadas,
el suministro de carbón y mercancías de carácter básico habían sido eliminados.
Bombardeos estadounidenses sobre Europa
Un Boeing B-17 volando sobre Francia en 1942
Pila de cadáveres en Dresde tras los ataques
aliados de febrero de 1945
Toneladas de bombas lanzadas sobre Alemania
Comparación del estado de la ciudad de Múnich en
1945 y en 1989
A mediados de 1942 la USAAF desembarcó en el Reino
Unido realizando algunas incursiones sobre el Canal de la Mancha con la llegada
de la Octava Fuerza Aérea compuesta fundamentalmente por los bombarderos B-17 o
"Fortalezas Volantes", llamadas así por su blindaje y las diez a doce
ametralladoras que montaba, lo que eliminaba los ángulos muertos. Al contrario
que los británicos cuyas bombas eran de pequeño tamaño, la USAAF empleaba
bombas incendiarias que se lanzaban a gran altura en incursiones sobre Francia,
Alemania y Austria. A comienzos de 1943 Washington y Londres adoptaron una
estrategia común en los ataques sobre Alemania, centrándose en "bombardeos
de precisión" sobre fábricas, bases navales, astilleros, ferrocarriles,
nudos de comunicaciones, canales, aeropuertos, fábricas de acero, refinerías y
centrales eléctricas. En la Conferencia de Casablanca se aprobó un plan
combinado de operaciones aéreas entre la RAF y la USAF.
A lo largo de la guerra los ataques de mayor
importancia se realizarían en oleadas, interviniendo aviones de ambos países,
los estadounidenses se especializaron en los ataques de precisión a gran altura
durante el día, mientras los británicos destacaron en los ataques nocturnos.
Como ya se había especificado en más ocasiones los ataques tenían por objetivo
la "destrucción progresiva del sistema militar, industrial y económico
alemán". En marzo de 1943 estaban disponibles 669 bombarderos de la RAF y
303 de la USAAF. Durante 1943 los ataques se efectuaban sin escolta alguna por
lo que los cazas alemanes hacían un significativo número de blancos, causando
muchas bajas a los aliados; no fue hasta 1944 con la llegada del P-51 Mustang
cuando la balanza en esta materia se inclinó a favor de los Estados Unidos y del
Reino Unido. Pronto se comprobó que los bombardeos de precisión eran poco o
nada precisos, calculándose que sólo el 7% de las bombas caían a 300 metros o
menos de su objetivo. En cambio, los ataques con bombas incendiarias resultaron
ser muy eficaces, como en la destrucción de Hamburgo en junio de 1943 donde
dejaron 34000 muertos y 125000 heridos. Los cada vez más violentos ataques
obligaron a Alemania a desviar una parte importante de sus recursos para
combatirlos.
En 1944 la USAAF estableció a la XV Fuerza Aérea en
Italia con el fin de alcanzar el sur de Alemania y Austria. En los primeros
meses de ese mismo año los ataques sobre ciudades, industrias y comunicaciones
fueron continuos, marcando un punto de inflexión en la economía alemana. En
verano, con el desarrollo de la Operación Overlord, el desembarco aliado en
Normandía, los ataques se relajaron, pues las fuerzas aéreas se centraron en
dar cobertura y apoyo a las unidades que se internaban en Francia. 1944 terminó
con una indiscutible superioridad aérea aliada sobre Europa. En 1945 los
ataques combinados se centraron en el ataque a las grandes ciudades y la cuenca
del Ruhr, destacando el bombardeo de Dresde, uno de los episodios más polémicos
de la II Guerra Mundial.
Efectividad
Durante y después de la guerra los bombardeos
estratégicos fueron en muchas ocasiones severamente criticados. Su en ocasiones
escasa precisión, efectividad o efectos contraproducentes le hizo ganar un gran
número de detractores. Uno de los principales argumentos era el hecho de que
durante la guerra y hasta principios de 1945, momento en el que Alemania ya
estaba prácticamente derrotada, la producción industrial del país no había
hecho sino aumentar. Antes de la guerra y en sus comienzos la industria alemana
sólo trabajaba en un único turno de 8 horas diarias, al ampliar estos turnos
hasta las 24 horas la producción alemana rápidamente se triplicó. En cambio,
los bombardeos si supusieron un problema en los transportes y la producción de
petróleo, hecho que contribuyó a la caída de Alemania como llegó a reconocer
Albert Speer cuando dijo que los ataques sobre las refinerías eran el mayor de
sus problemas. En los compases finales de la guerra, tanques y aviones no
podían siquiera desplazarse al combate por la falta de combustible, lo que
también allanó el camino a los bombarderos aliados y acortó significativamente
la guerra en Europa. La falta de petróleo también fue un impedimento para la
producción en masa del revolucionario submarino del Tipo XXI, el cual, en
palabras tanto del Almirante alemán Karl Dönitz como del primer ministro
Winston Churchill podría haber alterado el curso de la crucial batalla del
Atlántico. Según las estadísticas manejadas por los Estados Unidos, los ataques
a puertos y astilleros entre diciembre de 1942 y junio de 1943 no eran lo
suficientemente pesados como para provocar daños irreparables. Habría que
esperar para esto hasta aproximadamente noviembre de 1944 cuando los
principales astilleros como los de Kiel, Hamburgo o Blohm se detuvieron
completamente.
Bombardeos soviéticos estratégicos
Puesto antiaéreo en Helsinki, Finlandia durante un
bombardeo soviético en noviembre de 1942
La primera campaña de bombardeos soviética fue
contra los campos petroleros de Rumanía, país aliado de la Alemania nazi, en el
verano de 1941, poco después del comienzo de la invasión de la Unión Soviética.
En respuesta a una incursión de la Luftwaffe sobre Moscú en la noche del 21 al
22 de julio, la Aviación Naval Soviética lanzó una serie de siete bombardeos en
Alemania, principalmente sobre Berlín, entre el 8 de agosto y la noche del 4 de
septiembre. Los ataques los realizaban escuadrones de entre cuatro y quince
aviones, el 11 de agosto tuvo su bautismo de fuego el nuevo Petliakov Pe-8,
desde la isla de Saaremaa, base del Primer Regimiento Aéreo, aunque una de las
incursiones la protagonizó la 81ª División Aérea con base en Pushkin. Además de
treinta toneladas de bombas, también se lanzaron panfletos con un desafiante
discurso de Stalin pronunciado el 3 de julio. Los soviéticos enviaron un total
de 549 bombarderos de largo alcance sobre territorio alemán en 1941.
Aviones soviéticos sobrevolando posiciones alemanas
durante la batalla de Moscú en diciembre de 1941
En marzo de 1942 las fuerzas de bombardeo
estratégico de la Unión Soviética se reorganizaron y formaron la Fuerza Aérea
de Largo Alcance. Se atacó Berlín en sucesivas incursiones entre el 26 y el 29
de agosto de ese 1942 y de nuevo en la noche del 9 al 10 de septiembre con 212
aviones. Se bombardeó Helsinki por primera vez el 24 de agosto y en las noches
del 4 al 5 y del 9 al 10 de septiembre se atacó Budapest. Tres días después, en
la noche del 13 de septiembre le tocó el turno a Bucarest. Las ciudades polacas
bajo control alemán, como Cracovia y Varsovia, no estuvieron exentas, pero en
estos casos los soviéticos se centraron en objetivos militares. En total en
1942 se realizaron 1114 incursiones sobre territorio alemán. En marzo de 1943
se dio un giro a la estrategia y en medio de los preparativos de la decisiva
batalla de Kursk se atacaron los ferrocarriles de la retaguardia del Eje. En
abril la Fuerza Aérea de Largo Alcance ya contaba con ocho cuerpos y once
divisiones independientes, reuniendo un total de 700 aviones. Desde abril se
volvió la vista a objetivos administrativos y militares, centrándose los
bombardeos en Prusia Oriental, donde cayeron 700 toneladas de 920 aviones. La
bomba soviética más grande de la guerra, un arma de 5000 kilogramos de peso,
fue arrojada sobre Königsberg en este periodo.
A lo largo de 1943 la URSS trató de dar la
impresión de que cooperaba estrechamente con los bombardeos sobre Alemania de los
Estados Unidos y el Reino Unido. En febrero de 1944 cambió una vez más su
estrategia, esta vez con bombardeos de terror sobre Finlandia y Hungría, con el
fin de que estos países se retirasen de la guerra y rompieran su alianza con
Alemania. Helsinki fue golpeada con 733 bombardeos en la noche del 6 al 7 de
febrero y nuevamente entre el día 15 y el 16 con 367 aviones y los días 25 y 26
con 850. En total se arrojaron sobre ella 2386 toneladas de bombas. Budapest
fue bombardeada cuatro veces entre el 13 y el 20 de septiembre con 8000
toneladas de bombas y 1129 aviones. Los soviéticos realizaron 4466 incursiones
aéreas en territorio enemigo en 1944. En diciembre, la Fuerza Aérea de Largo
Alcance se reorganizó como el 18º ejército del Aire.
Sistema de defensa aérea de hormigón en Berlín en
abril de 1942
La principal tarea del 18º ejército del Aire fue
apoyar la ofensiva final del Ejército Rojo sobre Alemania, realizando
incursiones sobre Berlín, Breslavia, Danzig y Königsberg. En total, 7158
aviones soviéticos dejaron caer 6700 toneladas de bombas sobre el Reich durante
la guerra, un modesto 3,1% de las salidas aéreas totales de aviones soviéticos;
los bombardeos soviéticos sobre Alemania representaron apenas un 0,5% de los
ataques aliados aéreos y un 0,2% de las bombas arrojadas. Después de la
guerra, los historiadores marxistas de la URSS y la RDA afirmaban que la
campaña de bombardeos soviética se limitó por los escrúpulos morales de la
nación a bombardear zonas civiles. El
teórico militar soviético, Vasili Chripin, cuyos postulados influyeron en las
directrices sobre bombardeo estratégico de la URSS (1936) y los reglamentos
para su administración del 26 de enero de 1940, se desmarcó de los “bombardeos
de terror” defendidos como método por los teóricos occidentales.128 La Guerra
Civil Española convenció a los planificadores soviéticos de que el arma aérea
sería más eficaz combinada con fuerzas terrestres. Sin embargo, después de la
guerra el Mariscal Vasili Sokolovski diría que “los soviéticos hubieran lanzado
con gusto una gran ofensiva aérea si hubieran tenido la capacidad de hacerlo”.
En realidad, los soviéticos nunca orientaron sus esfuerzos en producir aviones
pesado de largo alcance, por lo que no dispusieron de los medios para
embarcarse en una campaña de ese calibre. La naturaleza terrestre del Frente
Oriental requirió de una cooperación estrecha entre las fuerzas aéreas y las
tropas terrestres, para lo que se precisaban aviones más pequeños.
Ataques con V-1 y V-2
Lanzamiento de un V-2 en Peenemünde
Caída de un V-1 sobre Londres en 1944
El periodo de calma en los cielo alemanes llegó a
su fin en abril de 1942, cuando un poderoso ataque de la RAF destruyó la ciudad
de Lübeck, una hermosa ciudad medieval; Como medida de represalia, Hitler
ordenó a la Luftwaffe iniciar la llamada Baedeker Blitz, una operación dirigida
a bombardear los objetivos británicos que más impacto tuvieran sobre la
población civil y la industria de guerra británica. En enero de 1944, Alemania
intentó dar un golpe a la moral británica con una campaña de bombardeos sobre
la población civil en la llamada Operación Steinbock. Tras casi cinco años de
guerra la escasez de aviones y la situación de la guerra no permitieron a los
bombarderos volar de manera segura hasta Gran Bretaña, por lo que la operación
no tuvo los efectos deseados. Debido a esta situación se presentaron unas
nuevas armas desarrolladas por los científicos alemanes: las bombas volantes
V-1 o Fieseler Fi 103 y el V-2 (Vergeltungswaffe 2), el primer misil balístico
de la historia e imposible de interceptar. Desarrollados en Peenemünde, estos
artefactos fueron utilizados para el bombardeo de Londres y las ciudades del
sur de Inglaterra. La falta de recursos para su producción y el bajo número de
unidades ayudó a que no causaran graves daños, pero aun así fueron también
fueron lanzados sobre Francia, el oeste de Alemania y Bélgica, siendo Amberes
la principal ciudad afectada por estos ataques, mayores a los de Londres. Los
aliados dirigieron parte de sus bombardeos estratégicos al ataque de las
instalaciones de estas armas; los ataques más importantes son conocidos como
Operación Crossbow. Ya en agosto de 1943 en la Operación Hydra los británicos
habían bombardeado como medida de prevención las fábricas de Peenemünde.
Víctimas
Después de la guerra, los Estados Unidos decidió
revisar los registros que se tenían sobre el impacto de los bombardeos sobre
Alemania, llegando a la conclusión de que las estadísticas oficiales alemanas
diferían mucho de la realidad. Se estimaron en 305000 las vidas perdidas como
mínimo en los ataques a las ciudades y no menos de 780000 heridos. Además,
alrededor de 7500000 de civiles se quedaron sin hogar. Por lo tanto, la cifra
de muertos en suelo alemán por acción de los bombardeos aliados se estima en
350000. En el Reino Unido se contabilizaron 60595 fallecidos por los ataques
alemanes. En Francia fallecieron 67078 franceses por los bombardeos británicos
y estadounidenses. El 6 de abril de 1941, los alemanes, durante la invasión de
Yugoslavia, bombardearon Belgrado, dejando más de 17000 muertos. Los ataques
aliados sobre el norte de Italia entre 1943 y 1945 dejaron otros 50000 civiles
muertos. 160000 aviadores aliados perdieron la vida a lo largo de todos los
años de operaciones aéreas.
Bombardeos sobre Asia
Aeronaves ardiendo en Pearl Harbor el 7 de
diciembre de 1941
En el continente asiático la práctica totalidad de
los bombardeos estratégicos fueron ejecutados por el Imperio Japonés y los
Estados Unidos de América. La Commonwealth británica tenía planeado enviar una
fuerza de 1000 bombarderos pesados al Lejano Oriente una vez concluyeran las
operaciones en el continente europeo. Esto nunca se realizó, pues las
hostilidades en la llamada Guerra del Pacífico finalizaron sólo 4 meses después
de haberse cerrado el teatro de operaciones europeo.
Bombardeos japoneses
Los bombardeos estratégicos japoneses eran
efectuados por la Armada Imperial Japonesa, desde aviones embarcados en
portaaviones y el Servicio Aéreo del Ejército Imperial Japonés; al contrario
que en el resto de ejércitos de las principales potencias, cada brazo del
ejército actuaba de manera independiente y no en coordinación. Los bombardeos
aéreos se concentraron y estuvieron dirigidos a las grandes ciudades chinas
como Shanghái, Wuhan o Chongqing, con alrededor de 5000 incursiones aéreas
entre febrero de 1938 y agosto de 1943, dejando decenas de miles de muertos.
Bombardeo japonés de Darwin, Australia (en 1ª
persona el HMSA Deloraine)
El USS California hundiéndose en Pearl Harbor tras
el ataque japonés
Los bombardeos de Nankín y Cantón, que se
desarrollaron entre el 22 y el 23 de septiembre de 1937, antes del comienzo de
la II Guerra Mundial, en el marco de la Segunda guerra sino-japonesa fueron
unos de los primeros bombardeos contra la población en la historia, lo cual
tuvo una gran repercusión internacional, horrorizando a la población de
Occidente; incluso la Sociedad de Naciones abrió un expediente a Japón. Algunas
de las voces que más resonaron en repulsa a los bombardeos fue la del
sub-secretario de Estado de Asuntos Exteriores británico Lord Cranborne, que
denunció que el verdadero objetivo de los bombardeos no había sido militar,
sino que su único objetivo había sido la población civil con el único objetivo
de sembrar el terror.
Durante la II Guerra Mundial fueron bombardeados
por los japoneses las Filipinas y el norte de Australia, bombardeo de Darwin
del 19 de febrero de 1942. La Armada japonesa realizó durante toda la guerra
una serie de bombardeos tácticos sobre las posiciones militares de
estadounidenses y británicos (Pearl Harbor, Guadalcanal o Midway). Otros
objetivos comunes fueron columnas de soldados, buques enemigos, aeródromos o
instalaciones militares.
Bombardeos estadounidenses sobre Japón
Foto de 1946 de cazas Ki-84 y Ki-43 en una base
aérea que tenía el Ejército Imperial Japonés en Corea.
Los bombardeos estratégicos estadounidenses sobre
Japón tuvieron lugar entre 1942 y 1945. En los últimos siete meses de campaña,
en los bombardeos convencionales se empezaron a utilizar bombas incendiarias,
cambio que resultó en la destrucción de 67 ciudades japonesas. Los bombardeos
estadounidenses dejaron un saldo de unos 500000 muertos y 5 millones de
personas sin hogar. Más tarde dirían algunas personas cercanas al emperador
Hirohito sobre estos ataques:
Su visión de la destrucción de Tokio el 3 marzo de
1945 fue el comienzo de su convicción de que debíamos entablar un proceso de
paz.
Durante estos ataques se realizaron los dos únicos
ataques nucleares en la historia; las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron
destruidas, dejando un saldo total, sólo en esos dos ataques, de unos 220000 muertos.
Bombardeos convencionales
La primera incursión de los Estados Unidos en suelo
japonés fue el 18 de abril de 1942 (Incursión Doolittle), cuando 16 B-25
Mitchell despegaron del USS Hornet (CV-8) para atacar objetivos en Yokohama,
Tokio y campos de aviación en China. Este primer ataque se hizo en respuesta al
ataque japonés a Pearl Harbor, sirviendo como propaganda de guerra para
levantar el ánimo estadounidense. Sin embargo ninguno de los aviones atacantes
alcanzaron sus objetivos, siendo varios aviones derribados. Fueron capturados
dos estadounidenses y uno de los aviones acabó aterrizando en la Unión
Soviética. Si algo determinó el destino de los bombardeos fue el desarrollo de
los bombarderos B-29, pues poseía un radio de acción de casi 2500 kilómetros y
podía transportar 20 toneladas de bombas. Casi el 90% de las bombas lanzadas
fueron desde este tipo de aeronaves, 147000 toneladas. La primera incursión de
bombarderos B-29 sobre Japón tuvo lugar el 15 de junio de 1944 desde bases
situadas en Chengdu, China, a unos 1500 kilómetros de sus objetivos. Esta
primera incursión no fue apenas perjudicial para Japón; sólo 47 de los 68
bombardeos alcanzaron sus objetivos, 4 se estrellaron y 6 no pudieron lanzar
sus bombas por problemas mecánicos. Sólo un avión fue derribado bajo fuego
enemigo. El primer ataque desde el este ocurrió el 24 de noviembre de 1944
cuando 88 aviones bombardearon Tokio a gran altura, unos 10000 metros. Se
estima que alrededor del 10% de las bombas alcanzaron los objetivos marcados.
Zona residencial de Tokio tras ser bombardeada en
marzo de 1945
Bombardeo de Tokio en mayo de 1945
Los ataques iniciales empezaron desde la China
continental en el marco de la Operación Matterhorn por la XX Fuerza Aérea.
Inicialmente la XX Fuerza estaba bajo el mando de Hap Arnold, más tarde
sustituido por Curtis LeMay. En los primeros momentos había numerosos problemas
logísticos y de suministro, pues los B-29 debían descargar parte de las bombas
para llevar un extra de combustible que les permitiera hacer la ruta hacia
Japón. No fue hasta 1944 cuando con la captura de las Islas Marianas
(destacando Guam y Tinian), la XX Fuerza Aérea pudo trasladarse a los nuevos
aeródromos bajo la dirección del Comando XXI que había organizado una campaña
de bombardeos mucho más eficaz. Ahora los B-29 eran capaces de volar sobre
Japón a carga completa de bombas.
En marzo de 1945, las Fuerzas Aéreas Estratégicas
del Pacífico comandadas por el general Carl Spaatz iniciaron los bombardeos de
precisión. Sin embargo, los resultados fueron pírricos por la deficiente cadena
de mando y las condiciones meteorológicas en torno a Japón; en un buen mes el
bombardeo visual solo era posible una media de siete días. Además, a menudo las
bombas eran desviadas por los fuertes vientos. El General LeMay dio entonces
orden de lanzar bombas incendiarias sobre las grandes aglomeraciones urbanas
japonesas durante la noche y a gran altura, unos 7000 pies o 2100 metros; los
objetivos prioritarios serían Tokio, Nagoya, Osaka y Kobe. A pesar del éxito
sólo parcial en los primeros compases de este "nuevo modelo" de
ataque, que se había dirigido principalmente a Nagoya, LeMay estaba decidido a
continuar con este tipo de tácticas contra las grandes ciudades japonesas, muy
vulnerables. Los ataques diurnos contra objetivos estratégicos de importancia
menor también continuaron.
La táctica de bombardeo nocturno tuvo su primer
"gran" éxito el 3 de febrero de 1945 durante el bombardeo de Kobe que
alentó de manera definitiva a la USAAF a continuar con esta estrategia. Casi la
mitad de las principales fábricas de la ciudad fueron alcanzadas y la
producción se redujo a menos de la mitad en uno de los dos astilleros. Ante la
ausencia de una gran resistencia por parte de la aviación japonesa, muchos
armamentos defensivos y blindajes fueron retirados de los aviones
estadounidenses para permitir mayores cargas de bombas. El primer bombardeo de
importancia sobre Tokio, en la noche del 23 al 24 de febrero de 1945, fue un
éxito, cuando 174 B-29 destruyeron con casi total impunidad una gran superficie
de la ciudad. Nuevas operaciones sobre Tokio se repitieron el 10 de marzo,
cuando 334 B-29 dejaron caer sobre la ciudad 1700 toneladas de bombas, en el
que sería el mayor bombardeo convencional de la Guerra del Pacífico. Unos 25
kilómetros cuadrados de ciudad fueron bombardeados y se calcula que no menos de
100000 personas fallecieron por el bombardeo y la tormenta de fuego que
provocó, constituyendo el bombardeo convencional aéreo más mortífero de la
historia militar. La ciudad, cuyos edificios residenciales estaban construidos
principalmente de madera y papel sufrió un incendio incontrolable alimentado
por las bombas incendiarias. La devastación de la ciudad por los bombardeos,
confirmó los peores temores expresados por el almirante Yamamoto en 1939:
“Las ciudades japonesas están fabricadas de madera
y papel y pueden ser quemadas fácilmente (...) Ante una escalada de los ataques
aéreos, no sé lo que podría llegar a suceder”.
Ataque kamikaze japonés sobre el USS Bunker Hill.
Los últimos aviones operativos eran a menudo estrellados por los pilotos
japoneses
En las dos semanas posteriores, hubo 1600 nuevas
incursiones contra las cuatro mayores ciudades japonesas, perdiéndose sólo 22
aviones del lado estadounidense. En junio, aproximadamente el 40% de la zona
urbana de las principales ciudades, Tokio, Nagoya, Osaka, Kobe, Yokohama y
Kawasaki ya habían sido devastadas. LeMay, que contaba con una flota de cerca
de 600 bombardeos, atacó decenas de pequeñas ciudades japonesas y centros de
producción en los últimos meses de guerra. El elemento psicológico (la guerra
psicológica) también fue utilizado por los Estados Unidos; miles de folletos de
propaganda eran lanzados sobre las ciudades, advirtiendo a la gente e
instándolos a escapar de la ciudad. Al tiempo que se realizaban estas tácticas,
crecía la incertidumbre y el escepticismo dentro de las fronteras
estadounidenses acerca de la magnitud de los ataques sobre la isla.
En 1946, salieron a la luz numerosos datos de las
Fuerzas Aéreas estadounidenses. Se informó que los Estados Unidos había
subestimado el potencial del bombardeo estratégico combinando el eficaz bloqueo
naval a Japón. En julio de 1945 sólo una fracción de los bombardeos
estratégicos se habían desplegado. Según los informes, el 60% de los
hundimientos de mercantes japoneses se habían debido a minas lanzadas desde
B-29; se llegó a la conclusión de que el despegue de las aeronaves desde bases
en tierra con el soporte de los portaaviones y demás unidades navales hubiera
arrojado mejores resultados, acelerando la rendición japonesa.
Bombardeos nucleares
Nube de hongo sobre Hiroshima después de haber
soltado la bomba Little Boy.
La nube de hongo creada por la bomba Fat Man sobre
Nagasaki.
Hiroshima tras el bombardeo del 6 de agosto
Después de seis meses de intenso bombardeo aéreo
convencional sobre 67 ciudades japonesas por parte de los Estados Unidos, el
recién nombrado presidente Harry Truman (Roosevelt había fallecido en abril)
ordenó los ataques nucleares sobre el Imperio del Japón. Estos ataques se
convertirían en los primeros y hasta ese momento únicos bombardeos nucleares de
la historia. El objetivo preferente para la caída de la primera bomba era la
ciudad de Hiroshima, seguida de Nakasaki y Kokura como objetivos alternativos.
El llamado Proyecto Manhattan fue quien logró
producir estas mortíferas bombas, con la colaboración de destacados científicos
de la época como Einstein o su director, Robert Oppenheimer, considerados
padres de la bomba atómica. Tras varios años de investigación y una inversión
de 2000 millones de dólares los integrantes del proyecto produjeron 3 bombas: Trinity,
Little Boy y Fat Man. La bomba Trinity se convirtió en el primer dispositivo
atómico detonado en la historia, cuando fue activada el 16 de julio de 1945
dentro de las pruebas de la nueva arma nuclear.
El 6 de agosto de 1945, Little Boy, una bomba
nuclear de uranio enriquecido fue transportada en el célebre avión Enola Gay
(un B-29 modificado) y arrojada sobre Hiroshima a las 8:15 de la mañana. La
explosión y destrucción casi instantánea de gran parte de la ciudad (el 90%) y
el posterior envenenamiento de miles de personas por la radiación liberada dejó
no menos de 140000 muertos. Durante décadas se pensó y propagó que el copiloto
del Enola Gay, Robert Lewis, había exclamado momentos después de contemplar la
explosión:
“¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?”
A principios de la década del 2000, en 2004, se
descubrió que esas no fueron realmente sus palabras, sino unas más
políticamente incorrectas que serían ocultadas y reescritas tras el vuelo:
“¡Dios mío, mira ese puto bombazo!”
Tres días después, el día 9, fue arrojada sobre
Nagasaki la bomba atómica Fat Man, cuyo material radiactivo era el plutonio.
Debido a las dificultades visuales, fue detonada por radar, desviándose
notablemente de su objetivo. El 45% de la ciudad fue destruida y fueron
asesinadas unas 80000 personas, una cantidad notablemente menor que en
Hiroshima, a pesar de la mayor potencia de Fat Man.
El 15 de agosto de 1945 Japón anunció su rendición
incondicional a los Aliados; las capitulaciones se firmaron el 2 de septiembre
a bordo del acorazado Missouri, poniendo fin de manera oficial a la II Guerra
Mundial. Japón fue ocupado y se le prohibió, al igual que sucedería con
Alemania, la fabricación y posesión de armamento nuclear.
Víctimas
El número de víctimas es difícil de calcular por
multitud de factores. Las estimaciones y los estudios realizados son muy
variables en cuanto al número de muertos, especialmente en los bombardeos sobre
Japón, cuyo gran abanico abarca según los estudios de entre 240000 y 900000 muertos.
Atendiendo a las cifras habitualmente utilizadas los japoneses habrían sufrido
por causa de los bombardeos cerca de medio millón de muertos, 473000 heridos y
unos 4200 aviones destruidos. Del lado aliado las cifras de civiles chinos
muertos por los ataques aéreos ascenderían a 260000; los estadounidenses
sufrirían unos 5400 muertos entre su personal militar, 614 bombarderos
derribados y 92 civiles muertos, esto últimos por el ataque a Pearl Harbor.
Fuente: https://es.wikipedia.org