12 de julio de 2020
EL DÍA QUE CAYERON PIANOS DEL CIELO EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Por Beatriz Esquivel
Los pianos que caen súbitamente
del cielo suelen ocurrir en las caricaturas, sin embargo, en la Segunda Guerra
Mundial esto fue una ocurrencia que con el tiempo se olvidó.
Durante la Segunda Guerra Mundial
mantener la moral de los soldados elevada era una problemática a resolver,
incontables tratados de guerra mencionan lo importante que ésta es para que un
ejército sea poderoso, a pesar de que se encuentre en desventaja en número o
armas... y en una guerra tan larga como ésta, darles una entretención a los
soldados era vital, en particular por el horror que los rodeaba.
Para ello fueron comunes los
shows en los que compañías de teatro y algunos músicos eran enviados a las
zonas cercanas al frente para realizar actos que les dieran a los soldados un
mínimo sentido de normalidad y un espacio para liberar el estrés y tensión del
conflicto armado. No obstante, los shows no fueron la única táctica utilizada.
Entre 1941 y 1953 la compañía
Steinway & Sons obtuvo un contrato que le permitió construir pianos especiales
que pesaban considerablemente menos que un piano de metal regular, ya que en su
momento existían restricciones fuertes en cuanto al uso de hierro, cobre, latón
y otros metales utilizados para la fabricación de armamento.
De tal forma, la empresa logró
construir un piano que en lugar de pesar los usuales 136 kilos, pesaba tan sólo
14 kg y era considerablemente más pequeño. En total Steinway produjo 3 mil
pianos “Victory Vertical” —Victoria Vertical— que solían ser de color olivo,
azul y gris, similares a los colores de los uniformes de los militares.
Los pianos que cayeron del cielo
proviene de la primera entrega de estos pianos, la cual fue realizada lanzando
el piano en un paracaídas, además del equipo para afinarlo y una serie de
composiciones para que los soldados pudieran tocar canciones populares, así
como himnos patrióticos, entre otros géneros de la época.
Irving Berlin cantando abordo del
USS Arkansas en 1944. Foto: Wikimedia Commons.
Además de lanzarlos por el aire,
la mayoría de los pianos eran llevados al frente mediante camiones y en el caso
de los submarinos los instalaban durante su construcción para que no pudieran
retirarlos. De esa forma, permitieron que los propios soldados crearan su
propia entretención, en particular cuando entre las filas existían aquellos que
eran músicos dado que en el caso de la Segunda Guerra Mundial el reclutamiento
fue a través del llamado forzoso al servicio militar.
“Siempre había alguien que
pudiera sentarse y descifrar esos boogie-woogies, y los soldados aparentemente
lo disfrutaban mucho”. Garik Pedersen, pianista y profesor en la Eastern
Michigan University en la Escuela de Música y Danza.
Fuente: https://culturacolectiva.com