La
Batalla de Inglaterra cambió la guerra y el mundo para siempre.
Por Vivian Mccall
El 10
de julio de 1940, un piloto alemán avistó un convoy de cazas británicos y llamó
por radio a la base. El comandante de la Luftwaffe, el Coronel Johannes Fink,
respondió con una sola palabra: "¡Destruye!".
Pronto
llegaron 70 aviones alemanes. La Royal Air Force movilizó cuatro escuadrones de
cazas Spitfire y Hurricane.
La
Batalla de Inglaterra había comenzado.
La
batalla no fue un solo combate. Fue una campaña de cuatro meses contra el Reino
Unido librada por la Fuerza Aérea Alemana, o Luftwaffe. Fue la primera gran
campaña librada sólo por fuerzas aéreas. Y fue la primera gran derrota de
Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
Las
bajas ascendieron a 500 aviadores británicos, 2600 pilotos alemanes y 60.000
civiles. Pero la victoria británica impidió la Operación León Marino, una
planeada invasión aérea y anfibia alemana de Gran Bretaña.
El
comienzo de la guerra aérea moderna
El
autor James Holland, autor de La Batalla de Gran Bretaña: Cinco meses que
cambiaron la historia, afirma que algunas personas pasan por alto la
importancia de la batalla porque la libraron relativamente pocas personas y,
por tanto, ambos bandos sufrieron relativamente pocas bajas. Pero además del
valor estratégico, la batalla también impulsó una nueva tecnología que fue
clave para la victoria de la Royal Air Force (RAF) británica... el radar.
El jefe
de la Luftwaffe, Hermann Göring, no creía que las estaciones de radar
británicas fueran objetivos importantes, y según el citado libro, sólo una de
las estaciones fue completamente destruida durante la batalla.
Algunos
alemanes llegaron a especular con que los británicos eran telepáticos y, en
cierto modo, lo eran. Además de su avanzada red de radares, los británicos
habían descifrado el código de radio secreto de Alemania y podían entender sus
mensajes.
En la
batalla, sólo participaron 3000 pilotos británicos. El primer ministro
británico Winston Churchill dijo más tarde: "Nunca en el campo de los
conflictos humanos tantos debieron tanto a tan pocos".
Los
pilotos también tenían apoyo en tierra que los alemanes no podían igualar. La
batalla se ganó en gran parte porque Gran Bretaña producía al menos el doble de
aviones que Alemania. En julio de 1940, Gran Bretaña produjo 496 nuevos cazas.
No sólo eso, sino que muchos pilotos ingleses cuyos aviones eran derribados se lanzaban
en paracaídas para ponerse a salvo, y volvían a volar 24 horas después. Los
pilotos alemanes se ahogaban en el canal. La RAF se hizo más fuerte, mientras
que la Luftwaffe se debilitaba.
La
batalla que salvó a Gran Bretaña también salvó a Churchill
Dos
semanas antes de que comenzaran los combates, el ataque alemán parecía
inminente. Churchill se dirigió a la Cámara de los Comunes.
"Preparémonos,
pues, para nuestros deberes y aguantemos de tal modo que, si el Imperio
Británico y su Commonwealth duran 1000 años, los hombres sigan diciendo: 'Éste
fue su mejor momento", dijo.
El
historiador Stephen Bungay, autor de “El enemigo más peligroso: la historia
definitiva de la Batalla de Inglaterra”, afirma que Churchill podría haber sido
apartado del poder si Gran Bretaña no hubiera ganado la batalla.
"Había
un fuerte lobby pacifista", afirma. "Si la Luftwaffe hubiera
conseguido establecer un dominio suficiente del aire sobre el sureste de
Inglaterra para amenazar a Londres las 24 horas del día sin oposición, la
amenaza de invasión, real o no, se haría por tanto creíble. Era bastante
probable que Churchill hubiera perdido el control del poder y hubiera sido
sustituido por otra persona, que habría dicho: 'Seamos sensatos, dejémoslo
estar'".
Hitler
llegó a ofrecer un acuerdo de paz a Gran Bretaña al menos hasta el 19 de julio,
un mes después del discurso de Churchill.
La
marea cambia
"La
Batalla de Inglaterra es sin duda uno de los puntos de inflexión clave",
afirma Holland. "Limita a Alemania a una guerra larga y de desgaste en
múltiples frentes que, en última instancia, no podía ganar".
En
1941, menos de un año después de abandonar la invasión de Gran Bretaña, Hitler
rompió el pacto de no agresión firmado con Joseph Stalin en 1939, abriendo el
desastroso frente oriental.
Fuente:
https://www.nationalgeographic.es