1 de diciembre de 2019
MECANISMO SINCRONIZADOR DE AMETRALLADORA PARA DISPARAR A TRAVÉS DE LA HÉLICE
Ajustando
el mecanismo sincronizador de un Messerschmitt Bf 109 E - se utiliza un disco
de madera acoplado a la hélice para indicar la trayectoria de las balas, enero
de 1941.
País
de origen: Imperio alemán/Francia
En
servicio: 1915–1953
Guerras:
Primera
Guerra Mundial
Guerra
Civil Española
Segunda
Guerra Mundial
Guerra
de Corea
Diseñada:
1913-1914
Un
mecanismo sincronizador o sincronizador de ametralladora, a veces llamado
imprecisamente interruptor, está acoplado al armamento de un avión monomotor
con configuración tractora, de tal modo que pueda disparar a través del arco de
la hélice en movimiento sin que las balas impacten en sus palas. La idea
presupone un armamento fijo que es apuntado al dirigir el avión hacia el
blanco, en lugar de apuntar el arma de forma independiente.
Hay
muchos problemas prácticos, la mayoría de ellos surgiendo de la inherente
imprecisión del disparo de un arma automática, la gran, y variable, velocidad
de las palas de una hélice en movimiento y la altísima velocidad a la que
cualquier mecanismo debe operar para sincronizar las dos.
El
diseño y experimentación con sincronización de ametralladoras se llevó a cabo
en Francia y Alemania en 1913-1914, siguiendo las ideas de August Euler, quien
por lo visto fue el primero en sugerir la instalación de armamento fijo que
disparase en la dirección del vuelo en 1910. El primer mecanismo sincronizador
práctico (aunque lejos de ser fiable) que entró en servicio fue instalado en
los cazas monoplanos Fokker Eindecker que entraron en servicio con los
escuadrones de la Luftstreitkräfte a mediados de 1915. El éxito del Eindecker
condujo al desarrollo de numerosos mecanismos sincronizadores, culminando en el razonablemente fiable
mecanismo hidráulico Constantinescu británico de 1917. Hacia el final de la
guerra, los ingenieros alemanes estaban a punto de perfeccionar un mecanismo
que empleaba una conexión eléctrica en lugar de mecánica o hidráulica entre el
motor y la ametralladora, esta última siendo disparada por un solenoide en
lugar de un "gatillo motorizado" mecánico.
Desde
1918 hasta mediados de la década de 1930, el armamento estándar de un caza fueron
dos ametralladoras sincronizadas que disparaban a través del arco de la hélice.
Sin embargo, a finales de la década de 1930 el principal papel del caza fue
crecientemente reconsiderado como destructor de grandes bombarderos con
estructura metálica, para lo cual el "tradicional" armamento ligero
era inadecuado.
Como
no era práctico tratar de instalar más de una o dos ametralladoras adicionales
en el restringido espacio disponible en la parte frontal del fuselaje de un
avión monomotor, esto condujo a montar el armamento en las alas de forma
creciente, disparando fuera del arco de la hélice. De hecho, había algunas
ventajas en descartar las ametralladoras montadas en el fuselaje. Sin embargo,
la concluyente redundancia de los mecanismos sincronizadores no surgió hasta la
introducción del motor de reacción y la falta de una hélice para sincronizar
ametralladoras con ésta.
Trasfondo
Desde
el inicio de los primeros vuelos efectivos se tomaron en consideración las
posibles aplicaciones militares del avión, aunque no todos los escritores
llegaron a conclusiones positivas sobre este tema. Hacia 1913, maniobras militares
en el Reino Unido, Alemania y Francia confirmaron la posible utilidad del avión
para reconocimiento y observación, por lo cual oficiales visionarios implicaron
la necesidad de detener o destruir los aviones de reconocimiento enemigos. De
este modo el combate aéreo no era algo totalmente imprevisto, por lo cual la
ametralladora fue vista como el arma más probable para su empleo en aviones.
"Es
probable que un avión capaz de disparar contra un avión enemigo tenga la
ventaja. El arma más adecuada es una ametralladora ligera, enfriada por aire".
(de un reporte del Mayor Siegert, Cuartel General alemán, 1 de enero de 1914.)
Lo
que no tenía un consenso general era la superioridad, por lo menos para un
avión atacante, de las ametralladoras fijas disparando al frente y apuntadas al
dirigir el avión hacia su blanco, en lugar de ametralladoras sobre afustes
flexibles apuntadas por un artillero.
Dibujo
de una patente de Euler de 1910 para una ametralladora fija disparando al
frente.
"La
idea de unir el mecanismo de disparo a la rotación de la hélice es un capricho.
La objeción es la misma que a cualquier posición de ametralladora fijada
paralelamente al eje longitudinal del avión: el piloto es forzado a volar
directamente hacia el enemigo para poder disparar. Bajo ciertas circunstancias,
esto es altamente indeseable". (del mismo reporte del Mayor Siegert)
En
una fecha tan tardía como 1916, los pilotos del caza con configuración
propulsora Airco DH.2 tenían problemas en convencer a sus oficiales de que el armamento
frontal de sus aviones era más efectivo estando fijo, que montado sobre un
afuste flexible. Por otra parte,
August Euler había patentado la idea de una ametralladora fija en una
fecha tan temprana como 1910, mucho antes de que los aviones con configuración
tractora fuesen comunes, ilustrando su patente con un diagrama de un caza
propulsor armado con una ametralladora.
Ajustando
un mecanismo sincronizador Fokker para pruebas de disparo en tierra. El disco
de madera registra el punto del arco de la hélice por donde pasó cada bala. El
diagrama de la derecha muestra el probable resultado de un mecanismo
sincronizador funcionando correctamente. Las imprecisiones inherentes tanto en
el mecanismo sincronizador como en el disparo de la ametralladora, pequeñas
fallas en la munición e incluso las diferentes tasas de revoluciones/minuto del
motor, todas juntas producen una "dispersión" de disparos en lugar de
que cada bala impacte el disco precisamente en el mismo lugar.
Definiciones
y problemas básicos
Un
mecanismo que le permite a un arma automática disparar entre las palas de una
hélice en movimiento es usualmente llamado interruptor o mecanismo
sincronizador. Ambos términos son más o menos confusos, por lo cual se
explicará lo que ocurre cuando el mecanismo funciona.
El
término "interruptor" implica que el mecanismo pausa, o
"interrumpe" el disparo de la ametralladora cuando una de las palas
de la hélice pasa delante de su cañón. La dificultad era que incluso las
relativamente lentas hélices de los aviones de la Primera Guerra Mundial
típicamente giraban dos o tres veces por cada disparo que hacía una
ametralladora contemporánea. Por lo tanto, una hélice bipala obstruiría la
ametralladora seis veces por cada disparo y una cuatripala doce veces. Dicho de
otra forma, una ametralladora "interrumpida" estaría
"bloqueada" más de cuarenta veces por segundo, mientras que
dispararía con una cadencia de siete balas por segundo. No fue una
sorpresa que los diseñadores de los llamados mecanismos interruptores notaran
que esto era demasiado problemático para ser puesto en práctica, porque los
espacios entre "interrupciones" habrían sido muy cortos para
permitirle disparar a la ametralladora.
Mecanismo
sincronizador funcionando correctamente. Todas las balas pasaron por la
"zona segura".
Por
otra parte, "sincronización", en el sentido usual de la palabra,
entre la cadencia de disparo de una ametralladora (disparando tal cual, de
forma totalmente automática) y las revoluciones por minuto de la hélice de un
avión, también es una imposibilidad conceptual. Normalmente, una ametralladora
dispara un número constante de balas por minuto; aunque se puede
aumentar, por ejemplo, reforzando e incrementando la tensión de un muelle
recuperador o redirigiendo los gases del disparo, no puede variarse mientras se
dispara el arma. Por otra parte, la hélice de un avión gira con tasas variables
de revoluciones por minuto, según el ajuste del acelerador y de si el avión
está elevándose, vuela a nivel o entra en picado. Incluso si fuese factible
elegir un punto en particular en el tacómetro del motor de un avión donde la
cadencia de una ametralladora le permitiese disparar a través del círculo de la
hélice, esto sería muy limitante.
En
la práctica, se descubrió que era necesario disparar la ametralladora en modo
semiautomático. Con cada revolución de la hélice
se transmitía un impulso de disparo a la ametralladora, que
efectivamente "jalaba el gatillo" para disparar una sola bala. La
mayoría de estos impulsos de disparo llegarían al arma durante su ciclo de
disparo, o sea cuando estaba eyectando un casquillo o insertando un cartucho en
la recámara, por lo que no tendrían efecto alguno; pero eventualmente, el ciclo
de disparo era completado y la ametralladora estaba lista para disparar.
Entonces debía "esperar" al próximo impulso del mecanismo y, al
momento de recibirlo, dispararía. Esta demora entre estar lista para disparar y
el disparo, inevitablemente reducía la cadencia de disparo en comparación con
una ametralladora desincronizada, que dispara en el momento en que está lista;
pero si el mecanismo sincronizador funcionaba correctamente, la ametralladora
podía disparar con bastante rapidez entre las palas de la hélice sin
impactarlas.
Ya
se ha notado que cualquier mecanismo que logre este objetivo puede ser descrito
como "interruptor" del disparo de la ametralladora (al punto que ya
no funciona más como tal), además de "sincronizador" o
"temporizador" para que su disparo coincida con las revoluciones de
la hélice.
Un
mecanismo sincronizador típico tiene tres componentes básicos.
En
la hélice
Hélice
de un Albatros C.III – una pala fue cortada debido a un sincronizador mal
ajustado o defectuoso.
Primeramente,
se necesitaba un método para determinar la posición de la hélice en un instante
dado. Típicamente, una leva, impulsada directamente por el eje de la hélice u
otra pieza del motor que giraba a la misma velocidad que la hélice, generaba
una serie de impulsos con la misma tasa de las revoluciones de la hélice. Había
algunas excepciones, como algunos mecanismos que situaban la leva en el
conjunto del gatillo de la ametralladora, con los impulsos fijados a dos o tres
revoluciones de la hélice o, especialmente en los mecanismos hidráulicos o
eléctricos, a la tasa de dos o más por cada revolución. Por motivos de
sencillez, los diagramas de esta sección se hicieron según una cadencia de un
impulso por revolución, así que todas las balas sincronizadas fueron "apuntadas"
a un solo punto del círculo de la hélice.
Ametralladora
sincronizada disparando "a destiempo". La mayoría de balas impactaron
la pala de la hélice, destruyéndola.
La
temporización real de estos impulsos debía ajustarse para coincidir con un período
"seguro" cuando las palas de la hélice no estuviesen delante del
cañón, teniendo que revisar a intervalos este ajuste, especialmente si se
cambiaba o reinstalaba la hélice, así como después de una revisión del motor.
Los fallos en este ajuste (una leva desviándose 1 o 2 mm, o una varilla
flexionándose) podían hacer que cada bala disparada impactase la hélice,
un resultado peor que si la ametralladora fuese disparada a través
del círculo de la hélice sin ningún
tipo de control. La otra falla principal era una interrupción en la transmisión
de impulsos de disparo, usualmente a causa del bloqueo o rotura (incluso
desintegración) del generador de impulsos. Esto significaba que la
ametralladora simplemente no dispararía, siendo una causa común del "atasco"
de las ametralladoras sincronizadas.
La
velocidad de la hélice, y por lo tanto la distancia que recorría entre el
disparo de la ametralladora y la llegada de la bala al arco de la hélice,
variaba según las revoluciones del motor. Cuando la velocidad de boca era muy
alta y las ametralladoras estaban situadas muy adelante, con las balas
recorriendo una distancia muy corta antes de alcanzar el arco de la hélice,
esta diferencia podía ser ignorada. Pero en el caso de ametralladoras con una
velocidad de boca relativamente baja, esto era un asunto crítico y en algunos
casos el piloto debía consultar su tacómetro, fijándose
que las revoluciones del motor estuviesen dentro de un margen
"seguro" antes de disparar, arriesgándose de lo contrario
a destruir rápidamente la hélice de su avión.
En
la ametralladora
Los
resultados de intentar sincronizar una ametralladora inadecuada o emplear
munición defectuosa.
El
segundo requisito era una ametralladora que pudiese disparar (o
"interrumpir" su disparo) exactamente cuando el mecanismo lo
"ordenase". No todas las ametralladoras eran aptas para
sincronizarse. Cuando estaba lista para disparar, una ametralladora
sincronizada en teoría debía tener un cartucho en la recámara, el cerrojo
cerrado y estar amartillada (posición llamada cerrojo cerrado). La dificultad
era que varias ametralladoras ampliamente utilizadas (principalmente la Lewis y
la Revelli) disparaban a cerrojo abierto, por lo que habitualmente había
un pequeño y variable intervalo entre la presión del gatillo y el
disparo. Esto significaba que no podían ser sincronizadas
sin amplias modificaciones. Otras ametralladoras, como la Schwarzlose MG
M.07/12 austrohúngara y la Marlin estadounidense, demostraron ser poco
aptas para ser sincronizadas, aunque eventualmente se logró dispararlas en modo
semiautomático. La mayoría de ametralladoras que fueron exitosamente
sincronizadas (al menos en la Primera Guerra Mundial) estaban basadas en la
ametralladora Maxim original de 1884 (como las Parabellum MG 14 y
"Spandau" alemanas y la Vickers británica), un arma que disparaba a
cerrojo cerrado y era accionada por el retroceso del cañón. Se desperdició
mucho tiempo tratando de sincronizar ametralladoras inadecuadas antes de
comprender totalmente este hecho.
Incluso
una ametralladora que dispara a cerrojo cerrado necesitaba munición fiable. Si
el fulminante de un cartucho falla al punto de demorar el disparo de la
ametralladora por una pequeña fracción
de segundo (un caso muy común en munición
producida en masa), esto no tiene grandes repercusiones en una ametralladora
empleada por la Infantería, pero en el caso de una ametralladora sincronizada,
tal demora puede producir un disparo "a destiempo" con el riesgo de
impactar la pala de la hélice.
En
teoría, el "gatillo motorizado" podía tener dos formas. La primera
patente (Schneider 1913) asumía que el mecanismo sincronizador periódicamente
"evitaría que la ametralladora dispare", literalmente operando como
un "interruptor". En la práctica, todos los mecanismos
sincronizadores de los cuales se tienen detalles técnicos confiables
simplemente disparaban la ametralladora en modo semiautomático en lugar de
automático.
La
conexión entre la hélice y la ametralladora
El
tercer requisito es una conexión entre las "máquinas" (motor y
ametralladora) que serán sincronizadas. Muchos de los primeros mecanismos
empleaban una complicada e inherentemente frágil manivela acodada conectada
mediante una varilla que podía bloquearse o fallar, especialmente cuando debía
trabajar a mayores velocidades que aquellas para las cuales fue diseñado. Como
se verá, hubo varios métodos alternativos, inclusive una varilla oscilante, una
transmisión flexible, una columna de fluido oleohidráulico, o una conexión
eléctrica.
Por
lo general, los sistemas mecánicos eran inferiores a los hidráulicos o
eléctricos, aunque ninguno era totalmente a prueba de fallos y los mecanismos
sincronizadores podían fallar ocasionalmente. Adolf Galland, el as de la
Luftwaffe, describe en sus memorias de la guerra "El Primero y el
Último" un serio incidente de sincronización defectuosa.
Aumento
del poder de fuego
Usualmente
un piloto solamente tendría al blanco en su mira por un brevísimo momento, por
lo que era vital una concentración de balas a fin de lograr un
"derribo". Incluso los frágiles aviones de la
Primera Guerra Mundial frecuentemente necesitaban una gran cantidad de impactos
para ser derribados: los posteriores aviones más grandes fueron más
difíciles de derribar. Había dos soluciones obvias:
incrementar la cadencia de disparo de las ametralladoras e incrementar su
cantidad a bordo. Ambas soluciones impulsaron el tema de la sincronización.
El
armamento original de tres "Spandau" del prototipo del Fokker E.IV,
antes del retiro de la ametralladora de babor. Los modelos de serie tienen dos
ametralladoras, dispuestas simétricamente.
Las
primeras ametralladoras sincronizadas del período de 1915-1917, tenían una
cadencia de disparo de unas 400 balas por minuto; un mecanismo sincronizador
puede ser bastante fiable con esta cadencia de disparo comparativamente baja.
Para controlar una ametralladora más rápida, con una cadencia de disparo de 800
o 1.000 balas por minuto, un mecanismo sincronizador debe trabajar más rápido y
es más proclive a fallar. La complejidad de un mecanismo sincronizador
mecánico, especialmente los del tipo "varilla de empuje", hacía que
se desarme cuando funcionaba a tales velocidades.
La
versión final del Fokker Eindecker, el Fokker E.IV, iba armado con dos
ametralladoras "Spandau" y este armamento se volvió
estándar para todos los cazas alemanes Tipo D a partir del
Albatros D.I. Desde la aparición
del Sopwith Camel y el SPAD S.XIII a mediados de 1917 hasta el final de los
mecanismos sincronizadores en la década de 1950, la
instalación de dos ametralladoras fue una norma internacional. Si las dos
ametralladoras disparaban al mismo tiempo, no habría sido un montaje eficiente;
las ametralladoras debían disparar al mismo punto del arco de la hélice, lo
cual significaba que una dispararía una pequeña fracción de segundo después de
la otra. Este fue el motivo por el cual los primeros mecanismos sincronizadores
diseñados para una sola ametralladora tuvieron que ser modificados para poder
controlar eficazmente dos ametralladoras.
Historia
Dibujo
de la primera patente conocida para un mecanismo que permitía a una
ametralladora disparar entre las palas de la hélice de un avión mientras
giraba.
La
patente de Franz Schneider (1913-1914)
Directamente
inspirado por la patente original de Euler o no, el primer inventor en patentar
un método para disparar hacia adelante a través del arco de una hélice tractora
fue el ingeniero suizo Franz Schneider, que anteriormente trabajó en la
Nieuport y en ese entonces trabajaba para la empresa LVG en Alemania.
La
patente fue publicada en la revista de aviación alemana Flugsport en 1914, por
lo que desde un inicio fue efectivamente "propiedad pública". Lo
interesante era que la conexión entre la hélice
y la ametralladora se hacía mediante un eje giratorio en lugar de una varilla. Los
impulsos necesarios para accionar el gatillo, o en este caso, evitar su
funcionamiento, eran producidos por una rueda con dos resaltes a 180º situada
en la misma ametralladora, ya que ésta era obstruida por ambas palas de la
hélice. No se intentó (hasta donde se tiene conocimiento) construir o probar un
mecanismo sincronizador basado en esta patente, que causó poco o ningún interés
militar en la época. Se desconoce la forma precisa del mecanismo sincronizador
que equipaba al LVG E.I de Schneider de 1915, así como su relación con esta
patente, ya que sus planos no se han conservado.
La
patente de Raymond Saulnier (1914)
Bosquejo
de los dibujos del diseño de Morane-Saulnier, basados en una patente francesa
original de 1914.
Al
contrario del diseño de la patente de Schneider, el mecanismo de Saulnier fue
construido y puede ser considerado el primer mecanismo sincronizador práctico
en ser probado. Por primera vez, la rueda que produce el movimiento transmisor
de los impulsos de disparo está situada en el motor (en este caso impulsada por
el mismo eje que acciona la bomba de aceite y el tacómetro) y los impulsos son
transmitidos por una varilla reciprocante en lugar del eje giratorio de
Schneider. La idea de literalmente "interrumpir" el disparo de la
ametralladora dio origen (probablemente como resultado de la experiencia) al
principio de jalar el gatillo para cada disparo, como en un arma
semiautomática.
Se
ha resaltado que este era un diseño práctico que podía haber funcionado, pero
no fue así. Además de posibles inconsistencias en la munición
suministrada, el verdadero problema fue que la ametralladora empleada, una
Hotchkiss de 8 mm accionada por gas y prestada del Ejército francés,
básicamente no era apta para disparar en "modo semiautomático".
Después de las fallidas pruebas iniciales, se devolvió la ametralladora y
cesaron los experimentos.
Ametralladoras
desincronizadas y el concepto de "cuña deflectora"
Hélice
dañada de un Sopwith Baby hacia 1916-1917, con evidencias de agujeros de bala
producidos por disparar una ametralladora sin mecanismo sincronizador.
Cuando
los pilotos del Real Cuerpo Aéreo y el Real Servicio Aéreo Naval llegaron a
Francia en 1914, estaban equipados con aviones de configuración propulsora muy
poco potentes para transportar ametralladoras y tener una oportunidad de
aventajar al enemigo, mientras que, los aviones de configuración tractora, eran
difíciles de armar para dar caza a los aviones enemigos debido a la ubicación
de la hélice. Entre los intentos por solucionar este problema (como disparar
oblicuamente fuera del círculo de la hélice e incluso intentos condenados al
fracaso de sincronizar la ametralladora Lewis, que entonces era la
ametralladora "estándar" de los aviones británicos) estaba el disparar
directamente a través del arco de la hélice y "esperar
que no pase nada". Una alta proporción de las balas pasarían
sin impactar las palas de la hélice, mientras que
usualmente cada pala recibiría varios impactos antes que hubiese demasiado
peligro de caerse, especialmente si había sido unida con cinta para evitar la
formación de astillas (véase el diagrama de abajo y la imagen de la izquierda).
Ametralladora
desincronizada. Sus disparos tienen una dispersión más o menos aleatoria
alrededor del arco de la hélice - la mayoría de balas pasan, pero unas cuantas
impactan las palas de la hélice.
Un
riesgo preocupante debe haber sido la aparición de una momentánea "sincronización
aleatoria", con la hélice girando por uno o dos segundos
"exactamente" a la misma cadencia de disparo de la ametralladora (o
mejor dicho, exactamente dos o tres veces más rápido). Esto habría concentrado
la dispersión de los disparos en el arco de la hélice por lo menos para unas
cuantas balas, con el riesgo de cortarle instantáneamente una pala.
Tras
sus primeros experimentos de sincronización fallidos, Saulnier buscó un método
menos basado en estadísticas y más en el azar, desarrollando hélices con palas
blindadas que resistieran los impactos de balas. Hacia marzo de 1915, cuando el
piloto Roland Garros buscó a Saulnier para la instalación de este aparato en su
Morane-Saulnier L, éstas habían tomado la forma de cuñas de acero que "deflectaban"
las balas que habrían dañado la hélice, o rebotado peligrosamente. A veces se
le atribuyen a Garros y a Jules Hue, su mecánico personal, la
prueba y el perfeccionamiento de los "deflectores". Este tosco
sistema funcionaba según una moda, aunque las cuñas disminuían la eficiencia de
la hélice y la nada despreciable fuerza de los impactos de bala en los filos de
las cuñas ejercía una tensión indeseable sobre el eje del motor.
La
hélice con deflectores rescatada del Morane-Saulnier L de Roland Garros por los
alemanes.
El
1 de abril de 1915, Garros derribó su primer avión alemán y murieron sus dos
tripulantes. El 18 de abril de 1915, luego de dos victorias más, Garros fue
forzado a aterrizar (por disparos desde tierra) tras las líneas alemanes. Aunque
pudo quemar su avión, Garros fue capturado y su hélice especial estaba lo
suficientemente intacta para ser enviada y evaluada en el Inspektion der
Fliegertruppen de Döberitz, cerca de Berlín.
El
sincronizador de Fokker y otros mecanismos alemanes
La
inspección de la hélice del avión de Garros impulsó al Idflieg a tratar de
copiarla. Las pruebas iniciales indicaron que las cuñas deflectoras no serían
lo suficientemente fuertes para resistir las balas alemanas estándar con camisa
de acero y los representantes de Fokker y Pfalz, dos compañías que ya estaban
construyendo copias del Morane (pero extrañamente, no la empresa LVG de
Schneider) fueron invitadas a Döberitz para inspeccionar el mecanismo y sugerir
formas de duplicarlo.
Fokker
fue capaz de persuadir al Idflieg para que le preste una ametralladora
Parabellum MG 14 y municiones a fin de probar su mecanismo, transportándolos a
la Fokker Flugzeugwerke GmbH de Schwerin (aunque probablemente no en el
compartimiento del vagón de ferrocarril o "bajo su brazo", como
afirmaba después de la guerra).
La
historia sobre la concepción, desarrollo e instalación del mecanismo
sincronizador de Fokker en apenas 48 horas (mencionada por vez primera en una
biografía oficial de Fokker escrita en 1929), actualmente no es considerada
factible. Otra explicación posible es que el avión de Garros,
parcialmente destruido por el fuego, tenía suficientes restos
del mecanismo sincronizador original y Fokker solamente tuvo que deducir cómo
funcionaba. Esto también parece improbable por varias razones, mientras que el
consenso histórico actual apunta a que un mecanismo sincronizador estaba siendo
desarrollado por el equipo de Fokker (incluyendo al ingeniero Heinrich Lübbe)
antes de la captura del avión de Garros.
El
mecanismo Fokker Stangensteuerung
Detalle
del primigenio Fokker Eindecker - la cubierta del motor ha sido retirada,
mostrando el mecanismo original Stangensteuerung de Fokker conectado
directamente a la transmisión de la bomba de aceite en la parte posterior del
motor.
Cualquiera
sea su fuente de inspiración, la versión inicial del mecanismo sincronizador
Fokker (véase la imagen) era muy parecida a la patente de Saulnier, más no a la
de Schneider como muchos afirmaron (incluso el mismo Schneider).Nota 5 Como en la patente
de Saulnier, el mecanismo de Fokker fue diseñado para disparar la
ametralladora en lugar de interrumpir su disparo y seguía
la idea de Saulnier en tomar como principal fuente de transmisión
mecánica la bomba de aceite de un motor rotativo (como en el
posterior mecanismo Vickers-Challenger desarrollado para el Real Cuerpo Aéreo).
La "transmisión" entre el motor y la ametralladora se hacía mediante
una versión de la varilla de empuje recíproco de Saulnier. La principal
diferencia era que la varilla en lugar de pasar directamente del motor a la
ametralladora, lo que hubiese necesitado un túnel a través del tabique
cortafuegos y el tanque de combustible (como se observa en los dibujos de la
patente de Saulnier), estaba accionada por un eje que unía la bomba de aceite a
una pequeña leva en la parte superior del fuselaje. Eventualmente esto demostró
ser ineficaz, ya que el eje de transmisión de la bomba de aceite no era lo
suficientemente robusto para tomar la carga adicional.
Antes
que los fallos de este primer mecanismo sincronizador quedasen al descubierto,
el equipo de Fokker había adaptado el nuevo sistema a la nueva ametralladora
Parabellum MG 14 y lo había instalado en un Fokker M.5K, un modelo que entonces
se hallaba en servicio en pequeñas cantidades con la Fliegertruppen como A.III.
Este avión, llevando el número de serie IdFlieg A.16/15, fue el predecesor
directo de los cinco prototipos de pre-producción construidos y efectivamente
fue el prototipo del Fokker E.I - el primer caza monoplaza producido en serie y
armado con una ametralladora sincronizada.
El
propio Fokker hizo una demostración de este prototipo ante el IdFlieg el 19-20
de mayo de 1915 en el terreno de pruebas de Döberitz, cerca de Berlín. El
Teniente Otto Parschau hizo el vuelo de prueba de este avión el 30 de mayo de
1915. Los cinco prototipos de serie (denominados M.5K/MG y con números de serie
E.1/15 - E.5/1535) fueron sometidos a
pruebas militares al poco tiempo. Todos estaban armados con la ametralladora
Parabellum, sincronizada con la primera versión del mecanismo Fokker. Este
prototipo del mecanismo tenía una vida tan corta, que fue necesario rediseñarlo
- dando origen al más familiar segundo modelo de serie del mecanismo.
Diagrama
del mecanismo sincronizador Fokker Stangensteuerung de serie. La manija verde
es empleada para bajar la guía de la leva roja sobre la rueda de levas acoplada
al eje de la hélice. Cuando el resalte de la rueda eleva la guía, la varilla
azul es bajada contra el resorte, permitiendo que la plancha del gatillo
amarilla sea alcanzada cuando se aprieta el botón de disparo morado.
Una
ametralladora sincronizada con el mecanismo Stangensteuerung, montada muy
adelante en un Albatros C.III.
El
mecanismo empleado en los cazas Fokker Eindecker de serie (véase el diagrama)
reemplazó el eje transmisor conectado a la bomba de aceite con una gran rueda
de levas, casi un volante ligero, impulsada directamente por el cárter del
motor rotativo. La varilla de empuje ahora efectuaba su movimiento recíproco
directamente desde una "guía" situada sobre la rueda de levas. Al
mismo tiempo, también se cambió la ametralladora empleada: Una LMG 08 (la
llamada "Spandau") reemplazaba a la Parabellum MG 14 empleada en el
prototipo del mecanismo sincronizador. Igualmente, la Parabellum estaba
disponible en cantidades muy limitadas y todas las unidades disponibles fueron
empleadas como ametralladoras para observadores, ya que su ligereza y
maniobrabilidad la hacían muy superior en este papel.
La
primera victoria empleando un caza equipado con ametralladoras sincronizadas,
se cree que tuvo lugar el 1 de julio de 1915 cuando el Teniente Kurt Wintgens
del Feldflieger Abteilung 6b, piloteando el Fokker M.5K/MG con número de serie
"E.5/15" y armado con una ametralladora Parabellum, obligó a
aterrizar a un Morane-Saulnier L francés al este de Lunéville.
La
exclusiva posesión de un mecanismo sincronizador funcional permitió un período
de superioridad aérea alemana en el Frente Occidental, conocido como Plaga
Fokker. El Alto Mando alemán cuidaba celosamente el mecanismo sincronizador,
entrenando a sus pilotos para no dirigirse hacia territorio enemigo en caso que
se vean obligados a aterrizar y revelen el secreto, pero los principios básicos
involucrados ya casi eran de conocimiento común, y para mediados de 1916 ya
estaban disponibles en cantidad varios mecanismos sincronizadores Aliados.
Para
ese entonces, el mecanismo Fokker Stangensteuerung, que había funcionado
razonablemente bien para sincronizar una sola ametralladora, disparando con una
modesta cadencia a través del arco de una hélice bipala impulsada por un motor
rotativo, se estaba volviendo obsoleto.
Los
mecanismos Stangensteuerung para motores "estacionarios" (en línea),
funcionaban mediante una pequeña leva situada detrás de la misma hélice (véase
la imagen). Esto causaba un dilema básico: una varilla de empuje corta y
bastante robusta significaba que la ametralladora debía montarse muy adelante,
dejando su cajón de mecanismos fuera del alcance del piloto en caso que se
produjera un atasco. Si la ametralladora era montada en la posición ideal, al
alcance del piloto, se necesitaba una varilla de empuje más larga, que solía
doblarse y romperse.
El
otro problema era que el mecanismo Stangensteuerung nunca funcionó bien con más
de una ametralladora. Dos (o hasta tres) ametralladoras, montadas en paralelo y
disparando simultáneamente, habrían producido una amplia dispersión de disparos
que sería imposible de igualar con la "zona segura" del arco de la
hélice. La respuesta inicial de Fokker fue equipar "guías"
adicionales a la gran rueda de levas del Stangensteuerung, para (teóricamente)
producir la ráfaga necesaria para asegurarse que las ametralladoras estaban
apuntadas al mismo punto del arco de la hélice. Esto demostró ser un arreglo
desastrosamente inestable en el caso de tres ametralladoras, siendo mucho menos
eficaz incluso con dos. La mayoría de los primeros
cazas biplanos Fokker y Halberstadt estaban limitados a una sola ametralladora por
este motivo.
De
hecho, los constructores de los nuevos cazas Albatros de finales de 1916 con
motores estacionarios y dos ametralladoras, introdujeron su propio mecanismo
sincronizador, conocido como el mecanismo Hedtke o Hedtkesteuerung, siendo
evidente que Fokker iba a tener que inventar algo radicalmente nuevo.
El
mecanismo Fokker Zentralsteuerung
Dos
ametralladoras sincronizadas mediante el sistema Zentralsteuerung en un caza
Fokker D.VIII. Los "tubos" que conectan las ametralladoras al motor
son transmisiones flexibles.
Fue
diseñado a fines de 1916 y tomó la forma de un mecanismo sincronizador sin
ningún tipo de varillas. La leva que generaba los impulsos de disparo fue
mudada del motor a la misma ametralladora; en efecto, el gatillo motorizado
ahora generaba sus propios impulsos de disparo. La conexión entre la hélice y
el motor ahora consistía en un eje de transmisión flexible directamente
conectado del extremo del eje de levas del motor al gatillo de la
ametralladora. El botón de disparo de la ametralladora simplemente accionaba un
embrague en el motor que ponía en marcha la transmisión flexible (y también el
gatillo motorizado). En cierta forma, esto acercó el nuevo mecanismo a la
patente original de Schneider (q.v.).
Una
mayor ventaja era que el ajuste (para situar el punto de impacto de cada bala
en el arco de la hélice) estaba ahora en la misma ametralladora. Esto
significaba que cada ametralladora era ajustada individualmente, una importante
característica, ya que dos ametralladoras sincronizadas no estaban ajustadas
para disparar al unísono, sino que debían apuntar al mismo punto del arco de la
hélice. Cada ametralladora podía dispararse de forma independiente, ya que
tenían sus propias transmisiones flexibles, conectadas al eje de levas del
motor por una caja de transferencia y su propio embrague. Esta disposición de
conjuntos de piezas muy separados para cada ametralladora también significaba que,
si el mecanismo de una fallaba, el de la otra seguiría funcionando.
Este
mecanismo estuvo disponible en grandes cantidades a mediados de 1917, a tiempo
para su instalación en el triplano Fokker Dr.I y todos los cazas alemanes
posteriores. De hecho, se volvió el sincronizador estándar de la
Luftstreitkräfte por el resto de la guerra, aunque los experimentos para
encontrar un mecanismo más fiable continuaron.
Otros
mecanismos sincronizadores alemanes
Un
LVG E.I, con anillo Schneider y ametralladora frontal sincronizada,
probablemente con un mecanismo diseñado por Schneider del cual no se tiene
información.
El
mecanismo Schneider 1915
En
junio de 1915, un avión monoplano biplaza diseñado por Schneider para la
compañía LVG fue enviado al frente para su evaluación. Su observador iba armado
con el nuevo anillo Schneider para ametralladoras, que se estaba estandarizando
en todos los biplazas alemanes: el piloto aparentemente iba armado con una
ametralladora fija sincronizada. El avión se estrelló
cuando volaba hacia el frente y no se supo nada más de éste
o de su mecanismo sincronizador, aunque se presume que estaba basado en la
patente de Schneider.
Los
mecanismos Albatros
Los
nuevos cazas Albatros de finales de 1916 fueron equipados con dos
ametralladoras sincronizadas mediante el mecanismo Albatros-Hedtke steuerung,
que había sido diseñado por el Werkmeister Hedtke de Albatros. El mecanismo
específicamente intentaba resolver los problemas derivados de
aplicar el mecanismo Fokker Stangensteuerung a motores en línea
y dos ametralladoras, siendo una variante del sistema de varillas de empuje
rígidas, impulsado desde el extremo posterior del eje de levas del motor
Mercedes D.III.
El
Albatros D.V empleaba un nuevo mecanismo: el Albatros-Semmler steuerung,
diseñado por el Werkmeister Semmler. Era básicamente una versión mejorada del
mecanismo Hedtke.
Una
orden oficial firmada el 24 de julio de 1917, estandarizaba el superior
mecanismo Fokker Zentralsteuerung en todos los aviones alemanes, posiblemente
incluyendo a los Albatros.
Mecanismos
eléctricos
Los
cazas alemanes del período de entreguerras fueron equipados con sincronizadores
eléctricos. En tales mecanismos, un contacto o conjunto de contactos tanto en
el eje de la hélice como en alguna otra parte del tren de transmisión, giran al
mismo número de revoluciones por minuto, generando una serie de pulsos
eléctricos que son transmitidos a un gatillo accionado por solenoide en la
ametralladora. Se estaban llevando a cabo experimentos con este tipo de
mecanismos antes del fin de la guerra, con la compañía
LVG involucrada nuevamente: un reporte británico de Inteligencia del 25 de
junio de 1918 menciona un avión biplaza LVG equipado con este mecanismo, que
fue obligado a aterrizar tras las líneas británicas. Se sabe que LVG construyó
40 aviones biplaza C.IV equipados con un mecanismo sincronizador eléctrico
Siemens.
Además,
la compañía Aviatik recibió instrucciones para instalar 50 de sus mecanismos
sincronizadores eléctricos en los DFW C.V (Av).
Mecanismos
austrohúngaros
La
ametralladora estándar de las Fuerzas Armadas austrohúngaras en 1914 era la
Schwarzlose, que funcionaba mediante un sistema de "retroceso
retardado" y no era apta para ser sincronizada. Al contrario de los
franceses e italianos, que eventualmente podían comprar
ametralladoras Vickers, los austrohúngaros no eran capaces de obtener
suficientes cantidades de ametralladoras "Spandau" de su aliado
alemán y fueron obligados a emplear la Schwarzlose en un papel para el cual no
era realmente apta. Aunque el problema de sincronizar la Schwarzlose
eventualmente se resolvió de forma parcial, no fue sino hasta fines de 1916 que
estuvieron disponibles mecanismos sincronizadores. Incluso así, los mecanismos
sincronizadores austrohúngaros solían comportarse de forma errática con altas
revoluciones del motor. Los cazas austrohúngaros fueron equipados con grandes
tacómetros para asegurarse que el piloto pueda revisar que las revoluciones del
motor estén dentro del límite necesario antes de disparar sus ametralladoras,
mientras que las palas de la hélice fueron equipadas con un sistema de
advertencia eléctrico que alertaba al piloto si ésta era impactada.43 Debido a una crónica
escasez de herramientas de precisión, nunca hubo
suficientes mecanismos sincronizadores disponibles; por lo cual los cazas,
incluso las excelentes versiones austrohúngaras del Albatros D.III,
frecuentemente eran enviados al frente sin armamento, para que los armeros del
escuadrón les instalen ametralladoras y cualquier mecanismo sincronizador que
pudiese ser canibalizado, recuperado o improvisado.
En
lugar de estandarizar un solo mecanismo sincronizador, diferentes fabricantes
austrohúngaros produjeron sus propios mecanismos. La investigación de Harry
Woodman (1989) ha identificado los siguientes tipos:
Zahnrad-Steuerung
(engranaje-control)
El
eje de levas de un motor Austro-Daimler impulsaba un tornillo sin fin. La
primera ametralladora Schwarzlose sincronizada con este mecanismo tenía una
cadencia de 360 disparos/minuto, que más tarde fue aumentada a 380
disparos/minuto en el modelo MG16.
Bernatzik-Steuerung
El
brazo pivotante de una válvula de escape impulsaba una palanca fijada al cuerpo
de la válvula, que transmitía los impulsos de disparo a la ametralladora
mediante una varilla. Diseñado por el Teniente Otto Bernatzik, fue limitado a
transmitir un impulso de disparo a cada dos revoluciones de la hélice y
disparaba con una cadencia de 380 a 400 disparos/minuto por ametralladora. Al
igual que otros mecanismos que sincronizaban a la Schwarzlose, los disparos
eran erráticos a altas velocidades del motor.
Priesel-Steuerung
Además
de un control que accionaba la guía de la leva y disparaba la ametralladora en
un solo movimiento, este mecanismo estaba muy basado en el mecanismo Fokker
Stangensteuerung original. Fue diseñado por el
Oberleutnant Guido Priesel, pasando a ser estándar en los cazas Oeffag Albatros
en 1918.
Zap-Steuerung
(Zaparka control)
Este
mecanismo fue diseñado por el Oberleutnant Eduard Zaparka. Era impulsado por el
extremo posterior del eje de levas de un motor Hiero mediante un eje de
transmisión con uniones Cardan. La cadencia de disparo, con el modelo más
reciente de la ametralladora Schwarzlose, era de hasta 500 disparos/minuto. La
ametralladora debía situarse muy adelante, por lo que era inaccesible para el
piloto y no se podía desatascar en vuelo.
Kralische
Zentralsteuerung
Estaba
basado en el principio del mecanismo Fokker Zentralsteuerung, con transmisiones
flexibles conectadas al eje de levas y los impulsos de disparo generados por el
gatillo motorizado de cada ametralladora. Con revoluciones limitadas para
operar de modo más fiable con la difícil ametralladora Schwarzlose, su cadencia
de disparo fue limitada a 360-380 disparos/minuto.
Mecanismos
británicos
La
sincronización de ametralladoras en el Reino Unido tuvo un rápido, aunque
tambaleante inicio. Los primeros mecanismos sincronizadores demostraron ser
ineficaces y poco fiables, mientras que la total estandarización del muy
satisfactorio mecanismo hidráulico "C.C." no se alcanzó hasta
noviembre de 1917. Como resultado, las ametralladoras sincronizadas parecen
haber sido bastante impopulares entre los pilotos de caza británicos hasta bien
entrado 1917; quedando la ametralladora Lewis montada en el ala superior sobre
el afuste Foster como el armamento de elección para los biplanos Nieuport en
servicio británico, además siendo inicialmente considerada como el arma principal
del S.E.5. Cabe resaltar que para el Escuadrón No. 56, ajustar sus
ametralladoras sincronizadas era considerado uno de los temas menos importantes
en marzo de 1917, estando ocupado en preparar sus nuevos cazas S.E.5 para
combate antes de ser enviados a Francia, ya que las ametralladoras Lewis
montadas sobre el ala superior debían poder bajarse para su recarga.49 Para ahorrar peso,
Albert Ball retiró de su avión las ametralladoras Vickers sincronizadas por un
tiempo.
El
mecanismo Vickers-Challenger
Montaje
de ametralladoras Vickers sincronizadas con el mecanismo Vickers-Challenger, en
un Bristol Scout: obsérvese la larga varilla de empuje en un ángulo inusual.
El
primer mecanismo sincronizador británico fue construido por el fabricante de la
ametralladora para la cual fue diseñado: entró en producción en diciembre de
1915. George Challenger, su diseñador, era en aquel entonces un ingeniero que trabajaba
para la Vickers. Su principio de funcionamiento se parecía mucho a la primera
forma del mecanismo Fokker, aunque esto no era por ser una copia (como a veces
se indica): no fue sino hasta abril de 1916 que un caza Fokker capturado estuvo
disponible para un análisis técnico. El hecho es que ambos mecanismos estaban
muy basados en la patente de Saulnier. La primera versión estaba impulsada por
un engranaje reductor acoplado al eje de la bomba de aceite del motor rotativo,
como en el diseño de Saulnier; la leva generadora de impulsos era pequeña e iba
montada externamente, a babor de la parte delantera del fuselaje, donde era
fácilmente accesible para su ajuste.
Una
aplicación mucho más sencilla y práctica del mecanismo Vickers-Challenger, en
una ametralladora Vickers sincronizada de un R.E.8.
Desafortunadamente,
cuando el mecanismo era equipado en aviones tales como el Bristol Scout y el
Sopwith 1½ Strutter, que tenían motores rotativos y la ametralladora montada
delante de la cabina, la larga varilla de empuje que conectaba el mecanismo a
la ametralladora debía montarse en un ángulo inusual, donde era susceptible a
torcerse y deformarse (sin mencionar la expansión y contracción debido a
cambios de temperatura). Por este motivo el B.E.12 y el R.E.8, por no mencionar
el F.B.19 de la misma Vickers, montaban sus ametralladoras frontales a babor
del fuselaje para que una versión relativamente corta de la varilla de empuje
pueda conectarse directamente a la ametralladora.
Esto
funcionó razonablemente bien, aunque la "inusual" posición de la
ametralladora, que evitaba el apuntamiento directo, inicialmente fue muy
criticada. Demostró no ser un problema como se suponía al inicio, al darse
cuenta que el avión era lo que se apuntaba antes que la ametralladora. El
último avión en ser equipado con el mecanismo Vickers-Challenger, el R.E.8,
conservó la ametralladora montada a babor incluso después que la mayoría de
R.E.8 fueron reequipados con el mecanismo C.C. desde mediados de 1917.
Rueda
de levas del mecanismo Scarff-Dibovski.
El
mecanismo Scarff-Dibovski
El
Teniente Victor Dibovski, un oficial de la Armada Imperial Rusa, sugirió la
introducción del mecanismo sincronizador que había diseñado mientras formaba
parte de una misión militar en Inglaterra para observar y reportar los métodos
de producción de aviones británicos. Según fuentes rusas, este mecanismo ya
había sido probado en Rusia, con resultados variables, aunque es posible que el
primer mecanismo Dibovski fuese en realidad un sistema deflector antes que un
verdadero sincronizador.
En
cualquier caso, el Warrant Officer F. W. Scarff trabajó con Dibovski para
desarrollar y crear el mecanismo, que funcionaba con el familiar principio de
rueda de levas y guía, estando conectado a la ametralladora por la habitual
varilla de empuje y una compleja serie de palancas. Estaba limitado a reducir
la cadencia de los impulsos de disparo que eran transmitidos al gatillo de la
ametralladora (por lo tanto, mejoraba la fiabilidad, pero no la cadencia de
disparo).
El
mecanismo fue ordenado para el Real Servicio Aéreo Naval y en cuestión de
semanas entró en producción después del mecanismo Vickers-Challenger. Era más
adaptable a motores rotativos que el Vickers-Challenger, pero aparte de los
primeros Sopwith 1½ Strutter construidos según las órdenes del RSAN en 1916, y
posiblemente algunos de los primeros Sopwith Pup, parece ser que no se
registraron otras aplicaciones ni tampoco su patente.
El
Ross y otros mecanismos "misceláneos"
El
Ross fue un mecanismo interimario construido en el frente, específicamente
diseñado en 1916 para reemplazar los inadecuados mecanismos Vickers-Challenger
en los Sopwith 1½ Strutter del Escuadrón No. 70 del Real Cuerpo Aéreo.
Oficialmente fue diseñado por el Capitán Ross del Escuadrón
No. 70, aunque se ha sugerido que en gran parte fue obra de un Sargento bajo su
mando. El mecanismo fue aparentemente empleado solamente en los Sopwith 1½
Strutter, pero el Escuadrón No. 45 empleó algunas unidades del mecanismo al
igual que el No. 70. Fue reemplazado por el mecanismo Sopwith-Kauper tan pronto
como éste estuvo disponible.
Norman
McMillan, escribiendo algunos años después de la guerra, afirmaba que el
mecanismo Ross tenía una muy baja cadencia de disparo, pero que dejaba el
gatillo de la ametralladora intacto y por lo tanto era posible en
"situaciones realmente desesperadas", "disparar la ametralladora
sin el mecanismo y tener la cadencia de disparo habitual de una ametralladora
terrestre". McMillan también afirmaba que las hélices con hasta veinte impactos
de bala podían traer al avión de vuelta a su base. Algunos aspectos de esta
información son difíciles de reconciliar
con la forma en que una ametralladora sincronizada funcionaba, pudiendo
tratarse perfectamente de lapsos en la memoria de McMillan.
Otro
mecanismo sincronizador "de campaña" fue el ARSIAD, producido por el
Aeroplane Repair Section of the No.1 Aircraft Depot en 1916. Se sabe muy poco
sobre éste, aunque parece haber sido instalado en algunos de los primeros R.E.8
para los cuales no se pudo hallar mecanismos Vickers-Challenger.
Airco
y Armstrong Whitworth Aircraft diseñaron sus propios mecanismos específicamente
para sus aviones. La estandarización del mecanismo hidráulico C.C. (descrito
más abajo) ocurrió antes que cualquiera de ellos fuese producido en cantidades.
Solamente el mecanismo Sopwith (en la siguiente sección)
entró en producción.
El
mecanismo Sopwith-Kauper
Los
primeros mecanismos sincronizadores mecánicos instalados en los primeros cazas
Sopwith fueron tan insatisfactorios, que a mediados de 1916 éstos tenían un
mecanismo mejorado que fue diseñado por el supervisor Harry Kauper, amigo y
colega del australiano Harry Hawker. Este mecanismo específicamente
intentaba resolver las fallas de los primeros mecanismos. Las patentes relacionadas
con las versiones sumamente modificadas Mk.II y Mk.III fueron enviadas para su
registro en enero y junio de 1917.
Diagrama
del manual de mantenimiento para la instalación del mecanismo sincronizador
Sopwith-Kauper (Mk.III) en los primeros Sopwith Camel de serie, 1917.
Se
mejoró la eficiencia mecánica al revertir la acción de la varilla de empuje. El
impulso de disparo era generado en el punto bajo de la rueda de levas en lugar
de su resalte como en la patente de Saulnier. Por lo tanto, la fuerza sobre la
varilla era ejercida por tensión antes que compresión (o en términos menos
técnicos, el gatillo motorizado funcionaba al ser "jalado" en lugar
de ser "empujado"), lo que permitía que la varilla fuese más ligera,
minimizando su inercia y pudiendo operar más rápido (al menos en las primeras
versiones del mecanismo, cada revolución de la rueda de levas producía dos
impulsos de disparo en lugar de uno). Una sola palanca de disparo activaba el
mecanismo y disparaba la ametralladora en un solo movimiento, en lugar de tener
que "encender" el mecanismo y luego disparar, como en algunos de los
primeros mecanismos.
Se
instalaron 2.750 unidades del mecanismo Sopwith-Kauper en los aviones en
servicio: fue igualmente el mecanismo estándar del Sopwith Pup y el Sopwith
Triplane, siendo instalado en varios de los primeros Sopwith Camel y reemplazó
a los primeros mecanismos de los Sopwith 1½ Strutter y otros modelos de
Sopwith. Sin embargo, para noviembre de 1917, a pesar de varias modificaciones,
estaba siendo evidente que el mecanismo Sopwith-Kauper padecía de las
inherentes limitaciones de los mecanismos mecánicos. Especialmente los
escuadrones equipados con Sopwith Camel, reportaban que las hélices eran
frecuentemente "perforadas" y que los mecanismos tenían una tendencia
a "desbocarse". El desgaste, al igual que la incrementada cadencia de
disparo de la ametralladora Vickers y las altas velocidades de los motores
fueron responsables por este declive en desempeño y fiabilidad. Para ese
entonces ya se habían resuelto los principales problemas del mecanismo
hidráulico C.C., siendo estandarizado en todos los aviones británicos,
inclusive los Sopwith.
El
mecanismo Constantinescu
El
Mayor Colley, Chief Experimental Officer y Asesor de Artillería en el
Departamento de Invención de Municiones del War Office, se interesó en la
teoría de transmisión de ondas de George Constantinescu y trabajó con él para
determinar de qué forma se le podía dar un uso práctico a su invento;
finalmente llegando a la idea de desarrollar un mecanismo sincronizador basado
en éste. El Mayor Colley usó sus contactos en el Real Cuerpo Aéreo y la Real
Artillería (su propia unidad), para obtener el préstamo de una ametralladora
Vickers y 1.000 balas.
Dibujo
de la Oficina de Patentes de los Estados Unidos para el mecanismo sincronizador
C.C. El componente similar a una bomba es el depósito de aceite, que iba
situado en la cabina. Al levantar su manija se aseguraba que hubiese la
suficiente presión hidráulica para operar el mecanismo.
Constantinescu
se basó en su trabajo con taladros para rocas a fin de desarrollar un mecanismo
sincronizador que emplease su sistema de transmisión de ondas. En mayo de 1916,
él preparó el primer dibujo de
un modelo experimental de lo que sería conocido como
Mecanismo de Control de Disparo Constantinescu, o "mecanismo C.C."
(Constantinescu-Colley). La primera aplicación provisional de patente para el
mecanismo fue enviada el 14 de julio de 1916 (No. 512).
Al
inicio, el meticuloso Constantinescu no estuvo satisfecho con el ligeramente
inusual disparo aleatorio en su disco de prueba. Se halló que la cuidadosa
inspección de las balas remediaba esta falla (de hecho, común a todos los
mecanismos sincronizadores); con balas de buena calidad, el desempeño del
mecanismo agradó incluso a su creador. El primer mecanismo C.C. funcional fue
probado en vuelo a bordo de un B.E.2c en agosto de 1916.
El
nuevo mecanismo tenía varias ventajas sobre todos los mecanismos mecánicos: la
cadencia de disparo tuvo una gran mejora, la sincronización era mucho más
precisa y sobre todo se adaptaba fácilmente a cualquier tipo de motor y
fuselaje, en lugar de necesitar un generador de impulsos especialmente diseñado
para cada tipo de motor y conexiones especiales para cada tipo de avión. A
largo plazo, demostró ser más durable y menos
proclive a fallos (siendo correctamente mantenido y ajustado).
Los
Airco DH.4 del Escuadrón no. 55 arribaron a Francia el 6 de marzo de 1917
equipados con el nuevo mecanismo, seguidos al poco tiempo por los Bristol F.2
del Escuadrón No. 48 y los S.E.5 del Escuadrón
No. 56. Los primeros modelos de serie tuvieron algunos problemas en servicio,
mientras que el personal de tierra aprendía a mantener y ajustar
los nuevos mecanismos, y los pilotos a operarlos. Fue a fines de 1917 que una
versión del mecanismo capaz de operar dos ametralladoras estuvo
disponible, por lo cual los primeros Sopwith Camel fueron equipados con el
mecanismo Sopwith-Kauper.
Desde
noviembre de 1917 el mecanismo finalmente se volvió estándar; equipó a todos
los nuevos aviones británicos con ametralladoras sincronizadas desde aquella
fecha hasta el Gloster Gladiator de 1937.
Más
de 6.000 mecanismos fueron instalados en los aviones del Real Cuerpo Aéreo y el
Real Servicio Aéreo Naval entre marzo y diciembre de 1917. Veinte mil
mecanismos "Constantinescu-Colley" más fueron instalados en aviones
militares británicos entre enero y octubre de 1918, durante el período cuando
se formó la Royal Air Force a partir de los dos anteriores servicios aéreos el
1 de abril de 1918. Se fabricó un total de 50.000 mecanismos durante los veinte
años en los que fue equipo estándar.
Mecanismos
franceses
La
Aviation Militaire francesa fue afortunada, al ser capaz de estandarizar dos
mecanismos sincronizadores razonablemente satisfactorios - uno adaptado para
motores rotativos y el otro para motores "estacionarios" (en línea) -
casi desde el inicio.
Un
Nieuport 17 armado con una ametralladora sincronizada mediante el mecanismo
Alkan-Hamy. El gran rodillo detrás de la ametralladora es un carrete
recuperador para la cinta de balas vacía y no tiene relación alguna con el
mecanismo sincronizador. Obsérvese como la varilla de empuje se ha vuelto
efectivamente una parte de la ametralladora.
El
mecanismo Alkan-Hamy
El
primer mecanismo sincronizador francés fue desarrollado por el
Sergeant-Mecanicien Alkan y el Ingenieur du Maritime Hamy. Estaba muy basado en
la versión definitiva del mecanismo Fokker Stangensteuerung: la principal
diferencia era que la varilla de empuje estaba instalada dentro de la
ametralladora Vickers, empleando un tubo de vapor redundante en la camisa de
enfriamiento. Esto mitigaba una gran desventaja de otros mecanismos con
varillas de empuje, ya que al estar ésta apoyada en toda su longitud, era menos
proclive a distorsionarse o romperse. Las ametralladoras Vickers modificadas
para emplear este mecanismo pueden distinguirse por la ubicación del resorte de
la varilla de empuje, que sobresalía de la parte frontal de la camisa de
enfriamiento como un segundo cañón. Este mecanismo fue instalado y probado en
vuelo a bordo de un Nieuport 12, el 2 de mayo de 1916, mientras que otros
mecanismos de pre-producción fueron instalados en los cazas Morane-Saulnier y
Nieuport contemporáneos. El mecanismo Alkan-Hamy fue estandarizado como Systeme
de Synchronisation pour Vickers Type I (moteurs rotatifs), estando disponible
en cantidad a tiempo para la llegada al frente del Nieuport 17 a mediados de
1916, además de sincronizar las ametralladoras de todos los aviones franceses
con motores rotativos.61 La excepción
fue el Nieuport 28, que empleaba un mecanismo diferente - conocido ahora
gracias a documentación estadounidense, donde es descrito como el
"mecanismo sincronizador Nieuport" o el "mecanismo Gnome".
Los detalles exactos del mecanismo son desconocidos - aunque fue adaptado para
disparar las ametralladoras del N.28 de forma individual o juntas.
El
mecanismo Birkigt
El
SPAD S.VII fue diseñado alrededor del motor Hispano-Suiza 8 de Marc Birkigt,
entrando en servicio en setiembre de 1916 armado con una ametralladora Vickers
sincronizada mediante un nuevo mecanismo ofrecido por el propio Birkigt para su
empleo con el motor. Al contrario de otros mecanismos sincronizadores
mecánicos, el "mecanismo SPAD", como era frecuentemente llamado, no
utilizaba una varilla de empuje: los impulsos de disparo eran transmitidos a la
ametralladora torsionalmente a través de un eje móvil "oscilante", el
cual rotaba a casi un cuarto de revolución, alternado entre el sentido horario
y el sentido antihorario. Esta oscilación era mecánicamente más eficiente que
el movimiento recíproco de una varilla de empuje, permitiendo mayores
velocidades. Oficialmente conocido como el Systeme de Synchronisation pour
Vickers Type II (moteurs fixes), el mecanismo Birkigt quedó en servicio francés
hasta la Segunda Guerra Mundial.
Mecanismos
rusos
No
se produjo ningún mecanismo sincronizador ruso antes de la Revolución de Octubre,
aunque los experimentos de Victor Dibovski llevados a cabo en 1915
contribuyeron al desarrollo del posterior mecanismo británico Scarff-Dibovski
(descrito más arriba) y otro oficial naval, G. I. Lavrov, también diseñó un
mecanismo que fue instalado en el fallido Sikorsky S-16. Los aviones franceses
y británicos construidos bajo licencia en Rusia empleaban los mecanismos
Alkan-Hamy o Birkigt.
Los
cazas soviéticos emplearon ametralladoras sincronizadas hasta la Guerra de
Corea, cuando el Lavochkin La-11 y el Yakovlev Yak-9 fueron los últimos aviones
equipados con mecanismo sincronizador que entraron en combate.
Mecanismos
italianos
La
ametralladora italiana Fiat-Revelli Modelo 1914 demostró que no era
sincronizable, por lo cual la Vickers pasó a ser la ametralladora estándar,
sincronizada mediante mecanismos Alkan-Hamy o Birkigt.
Mecanismos
estadounidenses
Los
aviones de combate franceses y británicos ordenados en 1917-1918 para la Fuerza
Expedicionaria Estadounidense estaban equipados con sus mecanismos
sincronizadores "nativos", incluyendo el Alkan-Hamy en los Nieuport y
los Sopwith de fabricación francesa, el mecanismo Birkigt en los SPAD y el
mecanismo C.C. en los aviones británicos. El mecanismo C.C. también fue
adoptado para las dos ametralladoras Marlin montadas en el DH.4 de fabricación
estadounidense, siendo fabricado en los Estados Unidos hasta que el mecanismo
Nelson estuvo disponible en grandes cantidades.
El
mecanismo Nelson
Como
la Marlin era una ametralladora accionada por los gases del disparo, demostró
ser menos capaz de sincronizarse que la Vickers. Se halló que disparos
"aleatorios" ocasionalmente perforaban las palas de la hélice,
incluso con el mecanismo bien ajustado y funcionando correctamente. El problema
fue eventualmente resuelto con modificaciones al mecanismo del gatillo de la
Marlin, pero mientras tanto el ingeniero Adolph L. Nelson, en el Departamento
de Ingeniería de Aviones del Campo McCook, había desarrollado un nuevo
mecanismo sincronizador mecánico especialmente adaptado a la Marlin,
oficialmente conocido como el sincronizador monotiro Nelson. En lugar de la
varilla de empuje común a varios mecanismos sincronizadores mecánicos, o la
"varilla tractora" rígida del mecanismo Sopwith-Kauper, el mecanismo
Nelson empleaba un cable flexible mantenido en tensión para transmitir los
impulsos de disparo a la ametralladora.
Los
modelos de serie de éste mecanismo estuvieron listos demasiado tarde para su
empleo antes del final de la Primera Guerra Mundial, pero el mecanismo Nelson
fue el estándar estadounidense en el período de entreguerras, mientras que las
ametralladoras Vickers y Marlin eran retiradas de servicio a favor de la
Browning M1919.
Los
mecanismos E-4 y E-8
El
mecanismo Nelson demostró ser fiable y preciso, pero era costoso de producir y
la necesidad de su cable de mantenerse recto lo hacía inadaptable cuando debía
instalarse en un nuevo modelo de avión de caza. Para 1929, el último modelo (el
mecanismo E-4) tenía un nuevo y simplificado generador de impulsos de disparo,
un nuevo gatillo motorizado y el cable de impulsos estaba dentro de un tubo de
metal, que lo protegía y le permitía tomar curvas cerradas. Aunque el principio
básico del nuevo mecanismo seguía sin cambio alguno: virtualmente todos sus
componentes fueron rediseñados y oficialmente ya no fue mencionado como
"mecanismo Nelson". El mecanismo fue modernizado en 1942 como el E-8.
Su modelo final tenía un generador de impulsos de disparo modificado, que era
más sencillo de ajustar y era controlado desde la cabina por un solenoide
eléctrico en lugar de un cable Bowden.
El
declive y el final del sincronizador
La
utilidad de los mecanismos sincronizadores desapareció naturalmente cuando los
motores de reacción eliminaron la hélice, al menos en los aviones de caza; pero
las ametralladoras sincronizadas, incluso en aviones monomotores de pistón, ya
estaban en declive desde hace veinte años antes.
Las
crecientes velocidades de los nuevos cazas monoplanos de mediados y finales de
la década de 1930, significaba que el tiempo disponible para efectuar una
cantidad de disparos suficiente para derribar un avión enemigo se reducía
drásticamente. Al mismo tiempo, se consideraba cada vez más al gran bombardero
de estructura totalmente metálica como el principal vehículo del poderío aéreo:
era lo suficientemente poderoso como para llevar blindaje en sus áreas
vulnerables. Ya no eran suficientes dos ametralladoras, especialmente para los
estrategas que anticiparon un papel principalmente estratégico del poderío
aéreo. Un caza "antibombardero" efectivo necesitaba algo más.
Maqueta
del fuselaje del prototipo del Hawker Hurricane - muestra la instalación del
motor Rolls-Royce Merlin y las originalmente proyectadas ametralladoras Vickers
sincronizadas (eliminadas posteriormente).
Las
alas monoplanas Cantilever ofrecían un amplio espacio para montar armamento -
siendo mucho más rígidas que las viejas alas soportadas por cables, eran
igualmente aptas para un montaje como el fuselaje. Este nuevo contexto también
hizo que la armonización de las ametralladoras de las alas sea más
satisfactoria: produciendo un cono de disparos bastante estrecho en los
alcances cortos y medios donde el armamento de las alas de un caza era más
efectivo.
El
mantener las ametralladoras montadas en el fuselaje, con el peso adicional de
sus mecanismos sincronizadores (que reducían ligeramente sus cadencias de
disparo, ocasionalmente fallando y dañando la hélice) se volvió cada vez menos
popular.
Esta
filosofía de diseño, común en Gran Bretaña y Francia (y después de 1941, en los
Estados Unidos) tendía hacia la eliminación de las ametralladoras montadas en
el fuselaje. Por ejemplo, las especificaciones originales de 1934 para el
Hawker Hurricane indicaban un armamento similar al del Gloster Gladiator:
cuatro ametralladoras, dos en las alas y dos en el fuselaje, sincronizadas para
disparar a través del arco de la hélice. La imagen de la derecha es de una
primera maqueta del prototipo, mostrando la ametralladora de estribor. El
prototipo terminado llevaba lastre para representar su armamento; sin embargo,
los Hurricane I de serie fueron armados con ocho ametralladoras, todas montadas
en las alas.
Otro
punto de vista, común en Alemania, Rusia y Japón, reconocía la necesidad de
aumentar el armamento y prefería un sistema cuyo núcleo al menos conservase dos
ametralladoras sincronizadas. Los cañones automáticos "centralizados"
eran vistos como una recompensa para tiradores expertos, a pesar de los avances
en la tecnología de los mecanismos de puntería: su alcance solamente estaba
limitado por la balística, ya que no necesitaban la "armonización"
necesaria para concentrar los disparos de las ametralladoras montadas en las
alas.
Un
Messerschmitt Bf 109 E3 mostrando un par de tradicionales ametralladoras
sincronizadas, un motorkanone disparando a través del cono de la hélice y
ametralladoras en las alas.
Estas
consideraciones resultaron en un rechazo a abandonar las ametralladoras
montadas en el fuselaje. Exactamente, la cuestión era donde montar
ametralladoras adicionales. Con pocas excepciones, las severas limitaciones de
espacio hacían que el montaje de más de dos ametralladoras sincronizadas en la
parte delantera del fuselaje sea altamente problemático. La opción de añadir un
tercer cañón automático que dispare a través de un eje de la hélice hueco (una
vieja idea, al igual que la sincronización, datando de una patente de Schneider
de 1914) solamente era aplicable a cazas con motores en línea y transmisión,
incluso para ellos solamente añadía un cañón automático. A pesar que algunos
cazas rusos fueron equipados con dos cañones automáticos sincronizados de baja
cadencia, la mayoría de diseñadores de cazas con motor de pistón hallaron que
cualquier aumento importante del poder de fuego debía incluir al menos algunas
armas montadas en las alas del caza, por lo que el poder de fuego ofrecido por
dos ametralladoras pasó a representar un decreciente porcentaje del armamento
total de un caza.
De
hecho, los últimos aviones equipados con mecanismos sincronizadores que
entraron en combate fueron el Lavochkin La-11 y el Yakovlev Yak-9 durante la
Guerra de Corea.
Fuente:
https://en.wikipedia.org