El portaaviones Zuikaku (centro) y dos destructores atacados por aeronaves de la US Navy, 20 de junio de 1944
Fecha: 19 - 20 de junio de 1944
Lugar: Mar de Filipinas,
Parte de la Guerra del Pacífico en la Segunda
Guerra Mundial
Resultado: Victoria aliada
Beligerantes:
Estados Unidos
Imperio del Japón
Comandantes:
Estados Unidos:
Raymond
Spruance
Marc
A. Mitscher
Japón:
Jisaburo Ozawa
Kakuji Kakuta
Fuerzas en combate:
Estados Unidos
7 portaaviones
8 portaaviones ligeros
7 acorazados
8 cruceros pesados
13 cruceros ligeros
28 submarinos
956 aviones
Japón
5 portaaviones
4 portaaviones ligeros
5 acorazados
43 buques diversos
680 aviones (de los que 250 con base en tierra)
Bajas
Estados Unidos
1 acorazado dañado
123 aviones derribados
Japón
3 portaaviones
2 petroleros
6 buques gravemente dañados
Aprox. 645 aviones derribados
La batalla del Mar de Filipinas fue una batalla
aeronaval que tuvo lugar durante la Campaña del Pacífico de la Segunda Guerra
Mundial, y que enfrentó a la Armada Imperial Japonesa y a la Armada de los
Estados Unidos en el mar de Filipinas, cerca de las islas Marianas, entre el 19
y el 20 de junio de 1944, durante la ocupación por las tropas estadounidenses
de la isla de Saipán (batalla de Saipán) para posteriormente invadir la isla de
Tinian (batalla de Tinian), dos islas Marianas del Norte.
Esta batalla, que se enmarca en el cuadro de la
operación Forager, finalizó con un completo desastre para las fuerzas
japonesas, que perdieron la casi totalidad de su aviación naval embarcada, así
como dos tercios de los portaaviones participantes en la batalla. Ello es así
hasta el punto de que los pilotos estadounidenses acuñaron para esta batalla la
expresión The Great Marianas Turkey Shoot (el tiro al pavo de las Marianas).
De resultas de esta batalla, la Marina Imperial
japonesa perdió la parte principal de su fuerza de combate en términos de
aviación naval.
Contexto
Finalizada la batalla de las Islas de Santa Cruz,
que había puesto fin a la campaña de Guadalcanal, en octubre de 1942, la flota
japonesa se retiró a la isla de Truk, luego a las Palaos y finalmente a
Singapur, para reorganizarse y reemplazar las pérdidas sufridas.
Tras la muerte del Almirante Yamamoto en abril de
1943, el Almirante Mineichi Koga se convirtió en el nuevo comandante en jefe de
la Armada Imperial japonesa. La estrategia naval japonesa consistía por
entonces en la defensa de un perímetro de seguridad en torno del Japón, que
incluía las islas Salomón, las islas Gilbert y las islas Marianas llegando por
el norte hasta las islas Aleutianas (territorio de Alaska ocupado por los
japoneses). Tras los éxitos del General Douglas MacArthur en la Campaña de
Nueva Guinea, así como de las incursiones aéreas estadounidenses sobre la base
naval japonesa de Rabaul desde el otoño de 1943, con el consiguiente desgaste
para la flota japonesa, parecía evidente que ese perímetro de defensa ya no
podía incluir ni las islas Salomón, ni las Gilbert, ni las Marshall.
El Almirante Koga falleció en accidente de aviación
en marzo de 1944, siendo sustituido por el Almirante Soemu Toyoda, que dirigía
la flota a distancia, desde la capital, Tokio. La Flota Combinada que había
sido el orgullo del Almirante Isoroku Yamamoto había sido dividida en diversos
grupos, y la fuerza más importante puesta a disposición de Toyoda era la 3ª
Fuerza, o Fuerza Móvil.
Desde finales de 1942, el comandante en jefe de la
Fuerza Móvil era el Vicealmirante Jisaburo Ozawa, un oficial considerado como
agresivo a la vez que poseedor de dotes de mando y buen conocedor de su oficio.
El 11 de mayo de 1944, la Fuerza Móvil de Ozawa
abandona el puerto de Singapur, poniendo proa hacia Tawi-Tawi, una isla del
Archipiélago de Sulu, en Filipinas. El plan principal de Toyoda era la
Operación "A" (A-Go): se trataba de atraer a la flota estadounidense
a la zona delimitada por las islas Palaos, las Marianas y las Carolinas, donde
se hallaban varias unidades aéreas con base en tierra. La acción conjunta de la
aviación embarcada y de la aviación con base en tierra debería destruir a la
Task Force estadounidense y eliminar así toda posibilidad de que ésta
protegiese un eventual desembarco aliado en las islas Marianas.
Mientras la flota japonesa esperaba el ataque
estadounidense desde mediados de mayo en Tawitawi, fue localizada por los
submarinos estadounidenses, que comenzaron a hostigarla durante sus salidas de
entrenamiento. De este modo, el Yukikaze resultó averiado por un impacto de
torpedo.
A principios de junio de 1944, la flota japonesa
detectó la aproximación de la Quinta Flota de los Estados Unidos, y se dirigió
a su encuentro para, según pensaba, proceder a su aniquilación.
Las fuerzas en presencia
Siglas: (CV=Portaaviones; CVL=Portaaviones ligero; BB=Acorazado; CA=Crucero pesado; CL=Crucero ligero; DD=Destructor; SS=Submarino)
Despliegue japonés
Dispositivo aliado
Realización
La operación estadounidense llevaba por nombre
Operación Forager. Su objetivo era la toma del control sobre las islas Marianas
y especialmente Saipán (batalla de Saipán) y Tinian (batalla de Tinian), dos
islas que pertenecían a Japón como fideicomiso otorgado por la Sociedad de
Naciones desde 1917, así como Guam (batalla de Guam), una isla estadounidense
desde 1899, la mayor de las Marianas, situada al sur del archipiélago y que
Japón había invadido tres días después del ataque a Pearl Harbor.
Derrota de las flotas enfrentadas en la batalla.
La Quinta Flota de los Estados Unidos estaba
compuesta principalmente por unidades de desembarco (Fuerzas expedicionarias
conjuntas) bajo el mando del Vicealmirante R. K. Turner, y por portaaviones
rápidos y su escolta (Task Force 58 o TF 58) bajo el mando del Vicealmirante
Marc A. Mitscher.
El 11 de junio, la fuerza de invasión
estadounidense precedió su acometida principal con una serie de ataques aéreos
contra las Marianas, con la intención de hacer creer a los japoneses que estas
islas eran el objetivo de la ofensiva. Esto suponía una sorpresa para ellos, ya
que pensaban más posible un ataque más al sur, bien sobre las islas Carolinas
bien sobre Palaos.
La Fuerza Móvil japonesa partió de Tawitawi el 13
de junio con dirección a las Marianas. Puesto que ya había sido detectada por
los submarinos estadounidenses, y además el código secreto japonés había sido
descifrado, todos los movimientos de la Fuerza Móvil eran conocidos por la
Quinta Flota y por la TF 58.
Para completar el panorama, las incursiones aéreas
estadounidenses del 11 de junio sobre los aeródromos japoneses de Rota, Saipan,
Tinian y Guam habían dañado la capacidad de aérea de dichas bases. Según los
informes estadounidenses, ciento cincuenta (del total previo de doscientos
cincuenta) aviones japoneses fueron destruidos en tierra o derribados, frente a
la pérdida de únicamente once aviones estadounidenses.
El 14 de junio, Spruance recibió informaciones
relativas a la posible llegada de refuerzos aéreos japoneses procedentes de Iwo
Jima y Chichi Jima, en las islas Ogasawara (también llamadas islas Bonin).
Sabiendo que pasarían varios días hasta el enfrentamiento con la flota
japonesa, envió dos Task Groups, el TG 58.1 de Clark y el TG 58.4 de Harris, en
dirección a estas islas. Los Task Groups llegaron allí y las atacaron el 16 de
junio, causando graves daños a las capacidades aéreas de sus aeródromos.
Por otro lado, el 15 de junio dio comienzo la
invasión de la isla de Saipán.
El 17 de junio, hacia las 20 horas, la Flota Móvil
se encontró con la escuadra de acorazados del Almirante Ugaki, dirigiéndose de
inmediato hacia las islas Marianas. A pesar de encontrarse en una situación de
manifiesta inferioridad, los japoneses tenían confianza en el éxito, ya que sus
aviones disponían de mayor radio de acción y, por otra parte, podían organizar
un relevo entre los portaaviones y sus bases en tierra, lo que aumentaba de
forma significativa el rendimiento de la aviación embarcada en sus
portaaviones.
El plan japonés A-GO estaba basado en la acción
conjunta de ambas aviaciones, la embarcada y la que tenía sus bases en tierra.
Esta última debería haber destruido desde el primer momento al menos un tercio
del potencial estadounidense. Sin embargo, la realidad era que los bombardeos
estadounidenses habían provocado graves pérdidas a la aviación terrestre
japonesa, y además habían dejado los correspondientes aeródromos prácticamente
inutilizados. Como consecuencia de todo ello, la acción de la aviación
terrestre iba a ser mínima en la batalla que iba a tener lugar, lo que comportó
graves consecuencias para el potencial aéreo de la Flota Móvil japonesa y para
el propio desarrollo ulterior de la batalla.
El 18 de junio, el Almirante Mitscher había reunido
a la TF 58 cerca de Saipán, y se aprestaba a la batalla. Poco antes de la
medianoche de ese mismo día, el Almirante Chester Nimitz envió a Spruance un
mensaje informándole de que la flota japonesa se hallaba aproximadamente a 560
km al oeste-sudoeste de la TF 58, y Mitscher solicitó autorización para
desplazarse al oeste durante la noche, para hallarse al alba en una buena
posición de ataque.
Spruance rechazó dictar esa orden, ya que temía que
los japoneses intentasen alejar su Task Force de la zona de invasión con una
fuerza de distracción para seguidamente atacar su flota por el flanco, poniendo
así en peligro las operaciones de desembarco en Saipán. Así pues, ordenó a la
Task Force mantenerse en su misma posición, dejando la iniciativa a los
japoneses, y ordenó a los dos Task Grops enviados a las islas Bonin que se
reintegrasen a la Task Force el 17 de junio.
La postura inmovilista de Spruance fue criticada en
su momento (y de hecho lo sigue siendo), aunque sería interesante comparar la
prudencia de Spruance en ese momento con la impetuosa persecución de una fuerza
de distracción japonesa por parte del Almirante William F. Halsey durante la
batalla del Golfo de Leyte.
Primeros movimientos, 19 de junio
Combates aéreos sobre la Task Force 58, 19 de junio
de 1944.
A las 05:30 horas la TF 58 comenzó a hacer despegar
patrullas aéreas. En ese mismo momento, la aviación japonesa con base en Guam
enviaba 50 aviones en busca de la Task Force.
Hacia las 05:50 horas un Mitsubishi A6M Zero
localizó a la TF 58 y logró enviar por radio noticia de su situación antes de ser
derribado por la aviación estadounidense.
Menos de una hora más tarde, el resto de las
fuerzas aéreas de Guam se reagrupaban para salir al ataque de la Task Force.
Puesto que estos movimientos habían sido detectados
por los radares estadounidenses, un grupo de Hellcat del USS Belleau Wood
despegó para el ataque cuando los aviones japoneses se reunían para efectuar su
propio ataque, unidos a los aparatos procedentes de las otras islas.
Se produjo pues un combate aéreo, durante el cual
fueron derribados 35 aviones japoneses. La batalla no había aún concluido
cuando los Hellcat fueron llamados por sus portaaviones a las 10:00 horas.
Las incursiones japonesas
Un avión japonés derribado mientras atacaba el USS
Kitkun Bay
Se les había dado la orden de regresar a sus
portaaviones puesto que la TF 58 acababa de detectar un cierto número de
contactos por radar 240 km al oeste. Se trataba de la primera incursión de 69
aviones lanzados por la Fuerza Móvil, y la TF 58 lanzó a su vez casi la
totalidad de su aviación embarcada.
El lanzamiento de esta primera oleada de aviones a
las 08:00 horas, muy adelantada respecto al resto de oleadas, era el primer
error cometido por el Contralmirante Obayashi, que se hallaba al mando de los
portaaviones de la fuerza Van del Vicealmirante Kurita, y que tomó la decisión
de lanzar este ataque sin esperar órdenes, provocando así la ruptura de todo
esquema de coherencia en el ataque japonés.
El segundo error lo cometieron los aviadores
japoneses, que interrumpieron su avance cuando se encontraban a 100 km de la
Task Force, para reagruparse antes del ataque. Esta falsa maniobra concedió a
los aviones estadounidenses un plazo suplementario de 10 minutos, con lo que un
primer grupo de Hellcat alcanzó a los aviones japoneses a 100 km de la Task
Force a las 10:36 horas. 25 aviones japoneses fueron rápidamente derribados,
mientras que los estadounidenses únicamente tuvieron que deplorar la pérdida de
un solo avión.
El resto de los aviones japoneses fue
inmediatamente atacado por otro grupo de aviones estadounidenses, con lo que 16
nuevos aviones japoneses fueron derribados. Los aparatos sobrevivientes
intentaron atacar dos destructores estadounidenses, el Yarnall y el Stockham,
pero sin lograr causarles ningún daño. Una bomba alcanzó al acorazado South
Dakota, pero ningún avión japonés logró acercarse a los portaaviones
estadounidenses, y tan sólo 27 aparatos regresaron a los portaaviones nipones.
Mientras tanto, a las 09:00 horas, Ozawa había
ordenado su ataque principal, 129 aviones lanzados desde los portaaviones de la
Fuerza A, aunque no ordenó el despegue de los de la Fuerza B al mando del Vicealmirante
Takaji Joshima. Tras su ausencia de reacción a la impetuosidad de Obayashi, se
trata del primer error de Ozawa.
A las 11:07 horas se detecta la segunda oleada de
aviones japoneses. Los aviones estadounidenses les dan alcance a 100 km de la
Task Force y 70 aviones nipones son derribados antes de que pudiesen llegar
hasta la flota estadounidense. Sin embargo, seis aparatos atacaron el Task
Group 58.2 del Contraalmirante Montgomery, causando algunos daños menores en
dos portaaviones. Un pequeño grupo de aviones torpederos atacó el USS
Enterprise, y un torpedo estalló en su estela. En total, 97 de los 129 aviones
japoneses de esta oleada fueron derribados.
Una bomba japonesa estalla cerca del USS Bunker
Hill, el 19 de junio de 1944
Una tercera oleada compuesta por 47 aparatos
japoneses fue interceptada a las 13:00 horas a unos 75 km de la Task Force. 7
de ellos fueron derribados, y los japoneses dieron media vuelta, regresando a
su base los 40 aviones restantes.
El último asalto aéreo japonés de este día, en el
que participaron 82 aviones, se lanzó entre las 11:00 y las 11:30 horas. El
grupo de asalto, sin embargo, había recibido informaciones incorrectas sobre la
posición de la Task Force, por lo que no pudo localizarla. La escuadrilla se
dividió en dos grupos, para dirigirse hacia Guam una de ellas, y hacia Rota la
otra, con el fin de repostar combustible. El grupo que volaba hacia Rota se
encontró con el TG 58.2 de Montgomery. 18 de los aparatos fueron alcanzados por
los cazas estadounidenses, que derribaron a 9, mientras que un grupo de 9
bombarderos atacaron a los portaaviones Wasp y Bunker Hill, aunque sin
causarles ni el más leve daño, mientras que ocho de los bombarderos atacantes
fueron derribados. Por otra parte, el grupo que se dirigía para repostar a Guam
fue interceptado por 27 Hellcat cuando se aprestaba a aterrizar. En
consecuencia, 30 de los 49 aviones japoneses fueron igualmente derribados,
mientras que el resto quedaron seriamente dañados.
Es decir, al anochecer del primer día de la
batalla, la Fuerza Móvil japonesa ya había perdido buena parte de sus efectivos
de aviones de combate con base en tierra en las islas Marianas y Bonín, y
además había perdido más de 200 aviones, lo que suponía cerca de la mitad de la
aviación embarcada en portaaviones.
El peso de los submarinos
El 16 de junio, el submarino estadounidense Cavalla
localizó a uno de los grupos de barcos petroleros japoneses, que seguía una
ruta al norte de la Fuerza Móvil. El comandante del Cavalla dio parte de este
contacto, añadiendo su deseo de atacar a los petroleros localizados, pero el
comandante en jefe de los submarinos del Pacífico (ComSubPac), el Vicealmirante
Lockwood, le ordenó seguir a los petroleros para de esta forma poder localizar
a la flota principal, lo que se produjo al día siguiente, el 17 de junio,
cuando Ozawa fue a repostar por última vez antes de la batalla. El Cavalla dio
igualmente parte de esta nueva localización, y se dispuso a seguir a la Fuerza
Móvil.
El 18 de junio, otro submarino estadounidense, el
Albacore, se unió al Cavalla. El 19 de junio por la mañana, el Albacore atacó,
poco después de las 9:00 horas. Decidió torpedear al Taiho, el buque insignia
de la Fuerza, que acababa de hacer despegar a 42 aviones en el marco de la
segunda oleada japonesa.
Cuatro de los seis torpedos lanzados fallaron su
objetivo, y un quinto torpedo fue detenido gracias al sacrificio de un piloto
nipón (Sakio Komatsu) que lanzó su avión sobre el torpedo, pero el sexto
torpedo alcanzó al Taiho. A primera vista, los daños no parecían serios, y casi
no hubo reducción en la velocidad del buque.
El Cavalla torpedeó al Shōkaku hacia mediodía. Tres
torpedos impactaron sobre el barco japonés, que quedó seriamente dañado. Se
produjo un incendio que alcanzó los depósitos de municiones hacia las 15:00
horas, y el Shokaku explotó para rápidamente hundirse, llevándose con él a 1263
hombres; los 570 supervivientes incluían a su comandante, Hiroshi Matsubara.
Mientras tanto, el Taiho padecía el error de un
oficial de control de daños que ordenó el uso a plena potencia del sistema de
ventilación para lograr expulsar del buque los vapores de la gasolina de
aviación que inundaba parcialmente el pozo del ascensor de proa. La orden tuvo
como consecuencia que dichos gases, que eran altamente inflamables, se
expandieran por todo el barco convirtiéndolo en una bomba de tiempo flotante,
lo que provocó finalmente una explosión y su hundimiento hacia las 17:30 horas;
fallecieron 1650 tripulantes de un total de 1751.
El contraataque estadounidense
El portaaviones japonés Zuikaku (en el centro) y
dos destructores maniobran para eludir los ataques de los aviones de la TF 58,
20 de junio de 1944
La Task Force navegó hacia el oeste durante la
noche del 19 al 20 de junio, teniendo como objetivo atacar al alba a los
japoneses. Con las primeras luces del alba, el 20 de junio, la TF lanzó al aire
diversas patrullas para intentar localizar a la Fuerza Móvil.
Tras haber sido alcanzado el Taiho, Ozawa había
transferido su enseña de mando al destructor Wakatsuki. Sin embargo, la radio
del buque fue incapaz de asumir el volumen de tráfico necesario para el Almirante,
que volvió a cambiar de barco, trasladándose esta vez al Zuikaku hacia las
13:00 horas. Fue entonces cuando Ozawa recibió los informes definitivos de los
catastróficos ataques del día anterior, dándose por fin cuenta de que le
restaban apenas poco más de 100 aviones de combate.
No obstante, creyendo todavía en la presencia
masiva de la aviación con base en tierra en Guam y Rota (ya que el Vicealmirante
Kakuji había ocultado en sus informes la gravedad de la situación, un problema
que se iba a convertir en endémico entre las fuerzas japonesas), decidió
proseguir con el plan marcado y planificó nuevos ataques aéreos para el día 21
de junio.
Las patrullas estadounidenses tuvieron dificultades
para encontrar a la flota japonesa, y no fue hasta últimas horas del día, a las
15:40 horas, cuando Mitscher recibió un primer informe de su situación, aunque
se trataba de un informe confuso y poco inteligible. Finalmente, a las 16:05
horas, un segundo informe, más clarificador, llegó a manos de Mitscher, con lo
que éste decidió lanzar inmediatamente un ataque de gran envergadura. Esta
decisión implicaba un cierto grado de peligro, ya que la Fuerza Móvil se
hallaba a dos horas de vuelo de la Task Force, y el ocaso iba a tener lugar
hacia las 18:30 horas. Los aviones despegaron a las 16:20 horas y el ataque se
produjo poco después de las 18:00’.
La Fuerza Móvil en ese momento se hallaba
desperdigada: los aviones cayeron sobre los petroleros y sobre sus
destructores. La Fuerza "C" se hallaba al oeste, la Fuerza
"B" al oeste-noroeste, y la Fuerza "A", ya diezmada por la
pérdida del Taihō y del Shōkaku, se encontraba al noroeste.
Ozawa sólo consiguió hacer despegar para la
protección de su flota a 35 cazas, aunque se trataba de pilotos altamente
experimentados, y disponía igualmente de la potencia de fuego antiaéreo de sus
buques. Sin embargo, el asalto estadounidense, con una flota de 216 aviones,
era extremadamente poderoso, y buena parte de los aviones pudieron lanzar el
ataque.
Los primeros buques contra los que se actuó fueron
los petroleros, de los que dos fueron tan gravemente dañados que tuvieron que
ser abandonados y saboteados para provocar su hundimiento poco después. El
portaaviones Hiyō, atacado por cuatro Avenger del Belleau Wood, fue alcanzado
por al menos un torpedo y se hundió poco después. Los portaaviones Junyo y
Chiyoda sufrieron daños causados por las bombas, al igual que el acorazado
Haruna. 20 aviones estadounidenses fueron derribados en el curso de esta
acción.
En vista del número de aviones participantes en el
ataque y de la escasa respuesta japonesa, el balance del ataque era finalmente
de poco nivel. Los débiles resultados se debían a que la mayor parte de los
Avenger llevaban carga de bombas y no de torpedos. El único auténtico éxito
alcanzado fue logrado por los Avenger del Belleau Wood, que eran el único
escuadrón armado con torpedos.
Durante el regreso hacia la Task Force, algunos
aviones tuvieron que amerizar debido a los daños sufridos o a la falta de
combustible. A las 20:00 horas, los primeros aviones llegaron a la Task Force y
hubo llegadas escalonadas hasta las 22:00. Mitscher había tomado la decisión de
iluminar completamente los portaaviones, a despecho de los riesgos de ataque
por submarinos enemigos o por bombarderos nocturnos, y los destructores
lanzaron cohetes de señales para ayudar a los aviones estadounidenses a
encontrar su camino. A pesar de estos esfuerzos, se perdieron 82 aviones, de
los que algunos se estrellaron al aterrizar en los portaaviones, aunque la
mayoría de ellos amerizaron, lo que permitió recuperar a las tripulaciones de
la mayor parte de dichos aviones a lo largo de los días sucesivos, reduciendo
al mínimo de este modo la gravedad de las pérdidas sufridas.
El final de la batalla y sus consecuencias
Bombardeo de la flota japonesa por aviones
procedentes de la Task Force 58, 20 de junio de 1944
Esa noche, Ozawa recibió de Toyoda la orden de
retirarse del mar de Filipinas. Los estadounidenses se lanzaron en su
persecución, y la Fuerza Móvil fue nuevamente localizada por los Avenger el 21
de junio, aunque no llegó a producirse combate. Spruance llamó entonces a
Mitscher, ya que no quería poner en peligro la invasión de las Marianas
dejándola sin la protección de la Task Force.
La batalla naval había terminado, con lo que se
podía seguir adelante con la Operación Forager, lo que traería consigo la conquista
de las islas Marianas y especialmente de Saipán, Guam y Tinian, y la
consiguiente construcción de bases aéreas que muy pronto iba a permitir el
despegue de los bombarderos gigantes estadounidenses, las Superfortalezas
Volantes B 29 destinadas al bombardeo del territorio metropolitano japonés.
Las cuatro oleadas de ataque japonesas habían
afectado a 373 aviones, de los que tan sólo 130 habían regresado a sus bases, y
otros muchos habían sido destruidos al hundirse los portaaviones en los que se
encontraban. Tras la noche del segundo día, las pérdidas totales niponas eran
de tres portaaviones y 395 aviones, mientras que las pérdidas totales
estadounidenses se limitaban a 23 aviones el primer día y 100 el segundo
(incluyendo los 80 aviones perdidos por causa de la oscuridad nocturna, de los
que buena parte de sus tripulaciones iban a ser rescatadas).
Las pérdidas sufridas por la Flota japonesa eran
irreemplazables, y el arma aeronaval japonesa ya no podía ser considerada
estrictamente como una fuerza capaz de participar en operaciones. Durante la
batalla del Golfo de Leyte, pocos meses más tarde, los portaaviones ya no iban
a ser utilizados sino como señuelos, debido a la falta de pilotos y de aviones.
Fuente: https://es.wikipedia.org