Activa:
4 de enero de 1945
País:
República Argentina
Tipo:
Fuerza aérea
Función:
Contribución a la defensa nacional a fin de defender los intereses vitales de
la República Argentina
Especialización:
Guerra aérea
Tamaño:
250 aeronaves (2018)
Insignias
Escarapela Argentina Low
Visibility
Distintivo
de cola
Aniversario:
10
de agosto: Día de la Fuerza Aérea Argentina
La
Fuerza Aérea Argentina (FAA) es una institución militar de la República
Argentina y la rama aérea de las Fuerzas Armadas argentinas. Su misión
principal es contribuir a la defensa nacional a fin de salvaguardar los intereses
vitales de la República Argentina. La consolidación de la misma como arma
independiente del Ejército Argentino data del 4 de enero de 1945, cuando se
creó la Secretaría de Aeronáutica por medio de un decreto presidencial; y, por
ende, es la más joven de las fuerzas militares que componen las Fuerzas Armadas
de la República Argentina.
La
Fuerza Aérea es un servicio armado dependiente del Ministerio de Defensa, quien
responde al presidente de la Nación Argentina y comandante en jefe de las
Fuerzas Armadas. El oficial militar de jerarquía más alta en la institución es
el jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea, quien ejerce la
conducción.
La Fuerza Aérea, mientras desarrolla operaciones aéreas independientes, brinda apoyo aéreo a las fuerzas terrestres y navales.
Misión
La
misión principal de las Fuerzas Armadas, es decir, el Ejército Argentino, la
Armada Argentina y la Fuerza Aérea Argentina, es la de contribuir a la defensa
nacional a fin de salvaguardar y garantizar permanentemente:
La
soberanía e independencia;
La
integridad territorial;
El
derecho de autodeterminación;
La
vida y libertad de los habitantes;
y
los recursos de la Nación.
Las
FF. AA. también tienen misiones secundarias, cuales son las misiones de
mantenimiento de la paz de la ONU, el desarrollo de actividades de cooperación
regional e internacional cuyo fin son prevenir la guerra, y las misiones de
seguridad interior del país en los términos prescriptos por la Ley de Seguridad
Interior.
Una
de las actividades más importantes vinculadas con este tema son las campañas
antárticas. El Comando Conjunto Antártico asegura la logística
y el funcionamiento de las bases antárticas en apoyo a la
comunidad científica nacional e internacional y la prestación
de los servicios y compromisos asumidos por el Estado argentino.
La
República Argentina participa en operaciones de mantenimiento de la paz de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde el año 1958. Argentina colaboró
en más de dos tercios del total de las operaciones de paz de la ONU desde sus
inicios y dispuso más de 40000 militares argentinos en todo el mundo.
En
1995 se creó el Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de
Paz (CAECOPAZ) con el fin de capacitar de militares y civiles para desempeñar
cargos en operaciones de paz.
Las
misiones de paz de la ONU en las que colaboraron las fuerzas armadas fueron en
Chipre, Yugoslavia, Kuwait, Bosnia, Libia y Haití. Desde 1999 hasta 2006, la
Argentina fue el único país latinoamericano que mantuvo sus tropas en Kosovo en la operaciones de
la KFOR, donde las fuerzas militares argentinas estaban adscriptas a una
brigada italiana.
Historia
1912-1944
La
historia de la Fuerza Aérea Argentina comenzó con la creación de la Escuela de
Aviación Militar el 10 de agosto de 1912, por medio de un decreto del
presidente de la Nación Roque Sáenz Peña, estableciéndose en los terrenos de El
Palomar, pero siendo parte integrante del Ejército Argentino.
Entre
los pioneros de la aviación argentina estuvieron Aarón de Anchorena y Jorge
Newbery, quien el 25 de diciembre de 1907 cruzó el Río de la Plata en el globo
aerostático “Pampero”, que había sido traído de Francia por Aarón de Anchorena.
Esto produjo entusiasmo y llevó a la creación del Aero Club Argentino en 1913,
primera entidad aérea del país. Otro precursor de la Fuerza Aérea Argentina fue
el soldado conscripto Pablo Teodoro Fels, quien a bordo de su monoplano Blériot
XI (idéntico al de Jorge Newbery) cruzó el Río de la Plata en la madrugada del
1 de diciembre de 1912 con rumbo a la ciudad de Montevideo, donde llegó dos
horas después, batiendo el récord mundial en vuelo sobre agua. Por esta hazaña,
Pablo Teodoro Fels fue felicitado y homenajeado por el Ejército Argentino; pero
también fue sancionado por haber contravenido las reglamentaciones militares.
Tras cumplir su arresto, fue ascendido a Cabo.
En
1927 se creó la Dirección General de Aeronáutica, para coordinar la aviación
militar del país, y en el mismo año se fundó, en la Ciudad de Córdoba la
Fábrica Militar de Aviones, que se convertiría en el corazón de la industria
aeronáutica argentina.
1945-1947:
creación
El
11 de febrero de 1944, se creó el Comando en Jefe de Aeronáutica, el cual dependía
directamente del Ministerio de Guerra y tenía como finalidad dirigir los
asuntos aeronáuticos del país, con excepción de la Armada, y el fomento de la
actividad aérea civil. El paso siguiente fue la creación
de la Secretaría de Aeronáutica el 4 de enero
de 1945, siendo este día en el cual la Aeronáutica Argentina se constituyó como
tal. Su nombre oficial fue cambiado en la década del 60 por el de
"Fuerza Aérea Argentina", que conserva hasta hoy. Tradujeron
del inglés "Air Force". Ni Italia (Aeronautica
Militare), ni Francia (Armée de l'Air) ni España (Ejército del Aire) ni
Alemania (Luftwaffe) traducen del inglés.
Al
término de la II Guerra Mundial, la Aeronáutica Argentina inició un proceso de
modernización, por lo cual incorporó aviones de guerra como el Gloster Meteor,
siendo la primera fuerza aérea de América Latina equipada con aeronaves de
propulsión a reacción. También se adquirieron algunos aviones bombarderos Avro
Lincoln y Avro Lancaster, creando así una fuerza poderosa dentro de la región.
En
1947 se adquirieron 100 aviones de caza Gloster Meteor MK.IV, de origen
británico. El Reino Unido pagó de esta manera una parte de su deuda con la
Argentina por la provisión de materias primas durante la II Guerra Mundial. De
este modo, la Aeronáutica Argentina se convirtió en la primera fuerza aérea en
América Latina en tener aviones de combate con motores de reacción. También,
el Gobierno Nacional fomentó la industria aeronáutica,
mediante lo cual se inició el desarrollo de un propio avión
de combate, con la colaboración de técnicos alemanes y obteniendo como
resultados el I.Ae. 27 Pulqui I y el I.Ae. 33 Pulqui II. Esto hizo que la
Argentina sea el primer país latinoamericano y el quinto país en el mundo en
desarrollar tecnología propia de aviones de caza a reacción.
Durante
el primer mandato de Juan D. Perón se trazó el plan para motorizar nuevamente
la industria aeronáutica y ponerla al tanto de los distintos avances técnicos
ocurridos durante la II Guerra Mundial, por lo que se trajeron de Europa a 750
obreros y especialistas, dos equipos de diseñadores alemanes (liderados por
Kurt Tank y Reimar Horten, respectivamente), un equipo italiano (a cargo de
Pallavecino) y al ingeniero francés Emile Dewoitine. Estos equipos, junto con
ingenieros y técnicos argentinos, serían los encargados de proyectar los
aviones de combate (propulsión a reacción) Pulqui I y Pulqui II, el avión
bimotor I.Ae. 35 Huanquero, alas volantes Horten, etc. Asimismo, se gestionó el
ingreso al país de un importante grupo de profesores del Politécnico de Turín,
con los cuales se creó la Escuela de Ingeniería de la Fuerza Aérea Argentina.
Este personal académico también formó parte del claustro de la Facultad de
Ingeniería de la Universidad Nacional de Córdoba.
También
se fabricaron los aviones I.Ae. 22 DL (entrenamiento avanzado), el I.Ae. 24
Calquín (bombardeo y ataque), el I.Ae. 23 (entrenamiento primario), el avión
bimotor de caza I.Ae. 30 Ñancú, el planeador de asalto I.Ae. 25 Mañque, el
motor de aviación “El Gaucho”, el cohete teledirigido AM-1 Tábano 5 y aeronaves de
instrucción elemental y de uso civil: el Colibrí,
el Chingolo, y el F.M.A. 20 Boyero. La concreción de estos proyectos
aeronáuticos motivó la formación
de una importante red de proveedores de partes de alta calidad, y como
consecuencia, la creación del parque industrial que fue la base del posterior
desarrollo y despegue industrial de la ciudad de Córdoba. La industria aeronáutica
argentina tuvo su máximo esplendor en el transcurso de las décadas
de 1940 y de 1950, cuando bajo la orientación y el apoyo del Estado Nacional,
el Instituto Aerotécnico y la Fábrica Militar de Aviones (FMA) alcanzaron plena
actividad.
El
fin de la II Guerra Mundial abrió las puertas a una “edad de oro” (1945-1955)
en la que la disponibilidad de divisas en arcas gubernamentales, la abundancia
de ingenieros aeronáuticos alemanes, italianos y franceses desempleados, y la
disposición británica a proveer motores y accesorios aeronáuticos de última
generación, permitieron que la Argentina se embarcara en el sueño de alcanzar
la autonomía en el desarrollo y construcción de aeronaves de altas prestaciones
y avanzada tecnología, como el I.Ae. DL.22, con 206 unidades aéreas fabricadas
en total para fines de la década de 1940. El Pulqui I fue el primer avión de
combate a reacción construido en Sudamérica y el octavo en el mundo, habiendo
sido diseñado en el Instituto Aerotécnico (Ciudad de Córdoba), de ahí la
designación I.Ae. 27, por un equipo liderado por el ingeniero francés Emile Dewoitine.
Hizo su primer vuelo el 9 de agosto de 1947.
1947-1983:
Guerra Fría
El
año 1952 marcó un hito en la historia de la aviación argentina, ya que en ese
año se iniciaron los vuelos antárticos. Anteriormente, el Gobierno Nacional
presidido por Juan D. Perón creó la FATA (Fuerza de Tareas Antárticas),
destinando a la misma, aeronaves Avro Lincoln, Avro Lancaster, Beechkraft AT-11
y Douglas C-47, que tuvieron su asiento en la Base Aérea Militar de Río
Gallegos, Provincia de Santa Cruz.
La
Aeronáutica Argentina abrió fuego por primera vez el 16 de junio de 1955, en
defensa del gobierno constitucional (2° mandato de Juan Domingo Perón) y
durante el bombardeo de la Plaza de Mayo, cuando aviones de combate Gloster
Meteor (leales al Gobierno Nacional) se enfrentaron en combate aéreo a dos
aviones North American AT-6 Texan de la Armada Argentina. Uno de ellos, el
matriculado I-063 y comandado por el Teniente Ernesto Adradas derribó una
unidad aérea AT-6 —piloteado por el Guardiamarina Arnaldo Román— en tanto su
compañero, el Primer Teniente Osvaldo Rosito, a bordo del matriculado I-090,
atacó al aparato aéreo del Teniente Máximo Rivero Kelly, que logró huir.
Durante el golpe de Estado de septiembre, la Aeronáutica (leal al Gobierno
Nacional) realizó numerosas operaciones aéreas, como acciones de combate,
patrullado y, transporte de tropas y armamento, y solo cinco aparatos aéreos
desertaron para sumarse al bando rebelde. En 1955, el "proyecto
Pulqui" perdió el favor del gobierno de facto y la mayoría
de los técnicos abandonaron el país, incluso el ingeniero alemán Kurt Tank,
quien emigró a trabajar en la industria aeronáutica de la India.
Desde
el 4 al 10 de diciembre de 1973, el comandante general de la Fuerza Aérea
Argentina, Héctor Luis Fautario participó del primer vuelo transatlántico que
involucró tres continentes, partiendo desde América del Sur, en la Ciudad de
Buenos Aires, y haciendo escala en la Ciudad de Río Gallegos y luego en la Base
Marambio (Antártida), para finalmente llegar a Oceanía aterrizando en la
localidad de Christchurch (Nueva Zelanda) y finalmente en la Ciudad de Canberra
(Australia).1617 El 15 de diciembre
de ese mismo año, el brigadier general Fautario y los tripulantes
recibieron una distinción de parte del entonces Presidente de la Nación Juan
Domingo Perón.
El
27 de octubre de 1977, un helicóptero Aérospatiale SA315B Lama aterrizó en el
Cerro Aconcagua tres veces. El piloto de la aeronave fue el Teniente Héctor
Pereyra. El militar fue felicitado por la empresa Aérospatiale.
La
FAA participó del golpe de Estado de 1976 y de la posterior dictadura
autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”. El comandante general de
la Fuerza Aérea integró la Junta Militar, y cambió su título
por el de "comandante en jefe".
La
FAA albergó en sus dependencias a centros clandestinos de detención.
A-4
Skyhawk en museo.
Guerra
de las Malvinas (1982)
En
1982 se produjo la guerra de las Malvinas, entre la Argentina y Reino Unido.
Allí lucharon los A-4 Skyhawk, IA-58 Pucará, BMK-62 Canberra, C-130 Hércules,
Dagger y Mirage III, junto con el vital soporte de las diversas especialidades
de apoyo. El gobierno militar argentino instrumentó
la Operación Rosario. Las Fuerzas Armadas argentinas recuperaron las
islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Las islas estaban en poder del
Reino Unido. La Fuerza Aérea tomó previsiones por si
el Reino Unido respondía militarmente. Las previsiones de “recuperar para
negociar” de la Junta Militar no se concretaron y empezó
la guerra contra el Reino Unido. Se constituyó la Fuerza Aérea
Sur (FAS). Fue designado comandante el Brigadier Ernesto Crespo.
La
Fuerza Aérea entraría en combate por primera vez en su historia contra un
enemigo externo. La Fuerza Aérea se encontró con algunos de sus aviones
relativamente inadecuados para aquel tipo de guerra ya qué esto fue contrarrestado
con la gran valentía y entrenamiento de los pilotos. Por otro lado, la flota
británica empleó el armamento más moderno de la época el cuál se vio seriamente
afectado por el accionar de la Fuerza Aérea Argentina, en algunos casos con
aviones muy obsoletos para la época.
Se
considera oficialmente que el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea Argentina
ocurrió el 1º de mayo de 1982, ya que en esa fecha efectuó su primera acción en
el conflicto bélico del Atlántico Sur. La Fuerza Aérea Argentina sufrió 55
muertos y 47 heridos, en total 101 bajas.
1983-2003:
posguerra
A-4AR
Fightinghawk.
La
Fuerza Aérea Argentina diseñó en 1982 un plan de renovación para la década de
1990. Los oficiales aeronáuticos se habían convencido de la conveniencia de
acabar con la dependencia tecnológica de la Argentina. Por ello planearon el
desarrollo del entrenador FMA IA-63 Pampa, el caza furtivo FMA SAIA 90 y la
transformación del cohete Cóndor en un misil balístico de alcance medio. El avión
Pampa se consagró y sirve en la fuerza, mientras que el SAIA 90 quedó
cancelado por resolución del presidente Raúl Alfonsín
en favor del Cóndor, el cual prosperó hasta fines de los años
ochenta. El misil sucumbió a la decisión de cancelarlo del presidente Carlos Saúl
Menem.
En
el período comprendido entre 1983 y 2003 la Fuerza Aérea Argentina renovó
parcialmente sus filas.
En
1994 el presidente Menem derogó el servicio militar obligatorio en la Argentina.
En su lugar habilitó el servicio militar voluntario por un plazo de diez
años, donde los soldados, ya no son llamados conscriptos,
cambiando sus jerarquías por las de voluntarios de primera y de segunda. Se los
profesionalizó y se permitió la incorporación
de mujeres.
La
Fuerza Aérea integra el grupo de fuerzas de paz de las Naciones Unidas
integrando contingentes de diferentes naciones, entre otros en Chipre —Fuerza
de Tareas Argentina—. El mayor aporte de la Fuerza Aérea en estas
intervenciones es su moderno Hospital Militar Reubicable.
2004-presente
En
el año 2004, se creó por Decreto 1407 el sistema nacional de vigilancia y
control aeroespacial, con las características que hasta hoy se mantienen
vigentes y creándose el comando aeroespacial en materia de control del espacio
aéreo en la frontera norte.
A
principios de 2005, el presidente la Nación, Néstor Kirchner, despidió a 17 Brigadieres
de la Fuerza Aérea Argentina, incluido el jefe de la misma, Brigadier General
Carlos Rohde, tras un escándalo de tráfico de drogas a través de Aeropuerto
Internacional de Ezeiza. Kirchner citó fallos en los sistemas de seguridad de
los aeropuertos argentinos que fueron supervisados por la Policía Aeronáutica
Nacional, una antigua rama de la Fuerza Aérea que dependía del Comando de
Regiones Aéreas, dejó de tener naturaleza militar y pasó a ser una fuerza de
seguridad civil dependiente en su momento del Ministerio del Interior, pasando
a llamarse Policía de Seguridad Aeroportuaria.
En
el año 2007 la Fuerza Aérea comenzó a participar del Operativo Fortín, el cual
tenía el propósito de suministrar vigilancia del espacio aéreo argentino y
brindar información a las Fuerzas de Seguridad en la lucha contra el
narcotráfico. También se aportaron medios aéreos en forma constante al Plan
Nacional de Manejo del Fuego.
A
través de sus unidades, la Fuerza Aérea detecta innumerables vuelos
clandestinos del narcotráfico, pero como la FAA no es una fuerza de seguridad
interior y no existe en el país una ley de derribos, no puede destruir a las
naves invasoras.
A
principios del año 2011 la fuerza incorporó para su nueva escuela de vehículo
aéreos no tripulados, en la provincia de Córdoba, tres Nostromo Yarará, un
vehículo aéreo no tripulado, el primero construido en la Argentina para misiones
de vigilancia y reconocimiento.
Conflictos
La
Fuerza Aérea Argentina ha participado en conflictos y operaciones mediante
operaciones aéreas:
Operativo
Independencia
Crisis
entre Argentina y Chile de 1978
Guerra
de las Malvinas
Guerra
del Golfo
La
mujer en la Fuerza Aérea Aérea Argentina
Al
organizarse como país independiente en el siglo XIX, la Argentina adoptó una
estructura patriarcal que marginó a las mujeres de gran parte de las
actividades de la vida pública, incluyendo la prohibición de votar y ser
votadas —derogada en 1947— y la incapacidad civil —derogada en 1968—. Las
Fuerzas Armadas fueron un caso extremo de organización patriarcal, excluyendo
por completo a las mujeres hasta la anteúltima década del siglo XX.
El
ingreso de mujeres a las Fuerzas Armadas argentinas se inició en 1980, en la
Armada y la Fuerza Aérea, en tanto que Ejército lo permitiría en 1981. En el
caso puntual de la Fuerza Aérea, en 1980 se habilitó el ingreso de mujeres
suboficiales para el Cuerpo Comando y en 1981 se habilitó el ingreso de mujeres
oficiales, pero solo en el cuerpo Profesional. Recién en 2001 se permitió el
ingreso de mujeres oficiales en el Cuerpo Comando, es decir de las unidades de
combate, quedando desde ese momento habilitadas para formar parte de todas las
especialidades de la fuerza.
En
2010 la Fuerza Aérea ya registraba un total de 2562 mujeres, equivalentes al 17
% del total, contando los institutos de formación, resultando un porcentaje
considerablemente más alto que las otras dos fuerzas, aunque ese porcentaje se
reducía al 0,76 % de los oficiales del Cuerpo Comando, el más bajo de las tres
fuerzas. Hacia ese año, las mujeres participaban en juntas de clasificación
para suboficiales, pero no participaban en las juntas para oficiales. Asimismo,
una gran parte de las funciones de las mujeres en la Fuerza Aérea estaban
influenciadas por estereotipos de género, siendo el área de Apoyo Sanitario el
que tenía mayor presencia femenina con un 61%, seguido de Enfermería con un 56
%.
En
2006 la ministra de Defensa Nilda Garré creó el Observatorio sobre la
Integración de la Mujer en las Fuerzas Armadas y en 2007 creó el Consejo de
Políticas de Género, institución única en el mundo debido al hecho de la
incorporación al mismo de las mujeres militares. También
se crearon Oficinas de Género en las unidades militares, se derogaron las
normas que prohibían el ingreso y permanencia en el Colegio Militar de las
alumnas que quedaran embarazadas, así como militares varones que reconocieran
su paternidad y la obligación de solicitar autorización al superior para
casarse.
A
diferencia de las otras dos armas, hasta 2017 ninguna mujer había ascendido en
la Fuerza Aérea al grado de Brigadier.
En
2017 la Fuerza Aérea tenía 3482 mujeres, sin contar los institutos de
formación, equivalente a un 25 % del total de la fuerza.
Fuente:
https://es.wikipedia.org