4 de septiembre de 2020
BOMBARDEO DE TOKIO
Tokio arde tras el ataque de los B-29, 26 de mayo
de 1945.
Fecha: 1942, 1944–1945
Lugar: Tokio (Japón)
Resultado: Más de 120,000 muertes de civiles;
aproximadamente 1,000,000 desplazados
Beligerantes:
Estados Unidos
Imperio de Japón
Campaña de Japón
Ataques aéreos:
Tokio
Nagoya
Osaka
Kobe
Kure
Fukuoka
Yokosuka
Hiroshima
Nagasaki
Batallas
Islas Marianas
Operación Hambruna
Bombardeos navales
Sagami Bay
Invasión soviética de Sajalín del sur
Invasión de las Islas Kuriles
Operación Downfall (cancelada)
Rendición de Japón
El bombardeo de Tokio, cuyo nombre clave fue
Operación Encuentro, es el término en general para referirse a los bombardeos
de la ciudad y capital japonesa de Tokio en varias ocasiones por las Fuerzas
Aéreas del Ejército de los Estados Unidos durante la campaña del Pacífico de la
II Guerra Mundial, sufriendo el bombardeo no-nuclear más destructivo de la
historia. Después de los primeros bombardeos, los estadounidenses centraron su
estrategia en la utilización de los superbombarderos Boeing B-29 para llevar a
cabo los ataques sobre Tokio y otras grandes urbes niponas. Las incursiones de
los B-29 empezaron el 17 de noviembre de 1944 y continuaron hasta el 15 de
agosto de 1945, cuando Japón se rindió.
Más del 50% de la industria de Tokio se extendió
entre barrios residenciales y comerciales; el bombardeo incendiario cortó la
producción de la ciudad entera a la mitad.
Incursión Doolittle
El primer ataque aéreo sobre Tokio fue la Incursión
Doolittle, así llamada por haber sido organizada por el Teniente Coronel James
H. Doolittle. El 18 de abril de 1942, dieciséis bombarderos B-25 Mitchell
despegaron del portaaviones USS Hornet para atacar objetivos en Yokohama, Tokio
y otras ciudades japonesas para luego volar hacia campos de aviación en China.
La incursión no hizo ningún daño significativo a la
capacidad de guerra de Japón, pero supuso una importante victoria
propagandística para los Estados Unidos. Lanzado antes de tiempo, ninguno de
los aviones alcanzó los campos de aterrizaje designados, estrellándose o
realizando aterrizajes de emergencia, excepto un avión que aterrizó en la Unión
Soviética, donde la tripulación fue internada (puesto que el gobierno soviético
no apoyaba la operación). Dos tripulaciones fueron capturadas por el ejército
japonés.
Incursiones de los B-29
La zona residencial fue virtualmente destruida.
La espalda de la mujer muestra la marca del niño
que llevaba atado.
Antes / después.
Restos carbonizados de civiles japoneses después de
un bombardeo.
La herramienta clave para llevar a cabo el
bombardeo de Japón fueron los B-29, que tenían una autonomía de 6019 kilómetros;
casi el 90 % de las bombas que se utilizaron en el bombardeo de las islas
japonesas fue lanzado por este tipo de bombardero. Las incursiones iniciales
fueron realizadas desde bases militares estadounidenses en territorio chino por
la Vigésima Fuerza Aérea de la USAAF con el nombre en clave de Operación
Matterhorn. La base operacional fue trasladada en noviembre de 1944 a las Islas
Marianas del Norte y en la primavera de 1945 a la isla de Guam.
En un principio, el objetivo de estas operaciones
era realizar bombardeos de precisión para dañar la capacidad militar nipona. El
primer ataque aéreo de este tipo que sufrió Tokio fue el 24 de noviembre de
1944, cuando 110 B-29 despegaron del aeródromo de Isley en Saipán con intención
de destruir la fábrica de motores de aviación Nakajima; sin embargo, los
aviones se vieron arrastrados por la corriente en chorro, un viento
subestratosférico muy potente que es generado por las diferencias de
temperatura entre los polos y el ecuador, haciendo imposible calcular
correctamente la trayectoria de las bombas, de forma que apenas el 10 % de
ellas alcanzaron su objetivo.
Tras varios fracasos semejantes, el responsable del
XXI Mando de Bombardeo fue sustituido a mediados de enero por el General Curtis
LeMay, que decidió cambiar completamente el enfoque, pasando a bombardeos
nocturnos desde baja altura con napalm con el objetivo de arrasar las ciudades
japonesas cuyas casas estaban construidas mayoritariamente con madera. El primer
ataque de este tipo se realizó el 24 de febrero de 1945, cuando 174 B-29
lanzaron una gran cantidad de bombas incendiarias destruyendo aproximadamente 3
km² de la ciudad. El 4 de marzo, 159 bombarderos B-29 atacaron de nuevo el área
urbana.
Tras estos éxitos, la noche del 9 al 10 de marzo de
1945, 334 B-29 despegaron hacia Tokio y 279 de ellos consiguieron lanzar 1700
toneladas de bombas incendiarias de napalm M69 sobre la ciudad, desatando un
incendio de tal magnitud que en su epicentro se llegaron a alcanzar los 980 °C.
El ataque destruyó 41 km² (aproximadamente la cuarta parte de la ciudad) y se
calcula que unas 100000 personas murieron como consecuencia, un número mayor
que las muertes inmediatas causadas por las bombas atómicas en Hiroshima o en
Nagasaki, aunque el número de bajas varía según las fuentes.
El número menor lo dio la Oficina Municipal de
Tokio, que reconoció 83793 muertes y 40918 personas heridas. Por su parte, el
Departamento de Policía Metropolitana de Tokio habla de 124711 víctimas
incluyendo muertos y heridos. Sin embargo, actualmente la mayoría de las
fuentes tanto estadounidenses como japonesas estiman que aquella incursión
ocasionó aproximadamente 100000 víctimas mortales, 40000 heridos y 1000000 de
personas sin hogar. Aun así, estos datos también podrían ser demasiado bajos,
recientemente Mark Selden escribió en Japan Focus:
“El número de aproximadamente 100000 muertes, que
dan las autoridades japonesas y estadounidenses, teniendo ambas sus propios
motivos para reducir al mínimo el número de muertes, me parece posiblemente
bajo a la luz de la densidad demográfica, las condiciones de viento, y las
listas de supervivientes. Con un promedio de 103000 habitantes por milla
cuadrada y niveles máximos tan altos como 135000 por milla cuadrada, la
densidad de población más alta de cualquier ciudad industrial en el mundo, y
con medidas contra incendios ridículamente inadecuadas para la tarea, 15,8
millas cuadradas (41 km²) de Tokio fueron destruidas durante una noche mientras
vientos feroces azotaban las llamas y paredes de fuego bloqueaban a decenas de
miles que escapaban para salvar sus vidas. Aproximadamente 1,5 millones de
personas vivían en las áreas quemadas”.
Estos ataques continuaron en las semanas y meses
siguientes; en abril, se realizaron al menos cinco incursiones sobre Tokio,
centrando los ataques en la zona del arsenal y las fábricas aeronavales de
Nakajima y Koizumi; en julio de 1945 se
llegaron a lanzar 42700 toneladas de napalm. Los últimos ataques aéreos sobre
la ciudad se realizaron el 8 y el 10 de agosto, casi coincidiendo con los
ataques atómicos. Al final de la guerra, algo más del 50 % del territorio de la
ciudad había sido destruido como consecuencia de los bombardeos.
Fuente: https://es.wikipedia.org